Promesas incumplidas
carlos acosta córdova
México, D.F. (apro).- Ya estamos acostumbrados. Lo que promete un candidato, difícilmente lo cumple como presidente. El entusiasmo y las ganas de convencer terminan siempre por chocar con la cruda realidad. Felipe Calderón no ha sido la excepción. Su experiencia en la política y en las lides parlamentarias, y aun su voluntad, no le alcanzaron para llevar a buen puerto todo lo que prometió en materia impositiva.
El paquete de iniciativas para modificar el marco tributario que envió al Congreso de la Unión, es una prueba fehaciente del poco margen de maniobra en que se mueve, de cuán acotado está. La necesidad de congraciarse con los partidos políticos de oposición, el miedo a causar un malestar social mayúsculo y lo obligado que está a no lastimar a hombres y empresas que le ayudaron a financiar su campaña, terminaron por orillarlo a presentar una reforma fiscal que dista mucho de lo que el candidato proponía, lejana de los cambios que requiere el sistema impositivo y muy remota para satisfacer las ingentes necesidades sociales.
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