28 feb 2011

Es importante insistir que la televisiòn cobarde y mentirosa , asì como la radio y la gran mayorìa de la prensa escrita , por miserables que son , y atendiendo a los intereses de siempre , no estan difundiendo la informaciòn que La Jornada està publicando de los cables de Wikileaks y que Julian Assenges atinadamente ha entregado a este diario .



El pacto de Calderón




John M. Ackerman


Amenos de que ocurriera algún inesperado cambio de último minuto, la cumbre de este jueves en Washington entre Barack Obama y Felipe Calderón será más de lo mismo. De nueva cuenta seremos testigos de un desigual trueque de huecos elogios del estadunidense para su homólogo mexicano a cambio de un servilismo total de éste último a los mandatos del gobierno del norte.

Los recientes cables de Wikileaks, entregados directamente a La Jornada por Julian Assange, revelan que el origen de este estancamiento en la agenda bilateral es un pacto secreto entre Calderón y el gobierno de los Estados Unidos. A cambio de que Calderón abdicara de su responsabilidad de defender los connacionales del otro lado de la frontera, EU se comprometía a apoyar de manera personal al presidente mexicano en su cruzada contra las instituciones democráticas y las fuerzas políticas de oposición en el país.

Los cables revelan que incluso desde el 10 de enero de 2006, un día antes de que Calderón registrara su candidatura presidencial, el panista se reunió con el entonces embajador estadunidense Tony Garza para rendirle pleitesía. “Calderón demostró una vez más que comparte nuestro punto de vista sobre todos los asuntos desde la migración hasta política de competencia y la seguridad fronteriza”, informó un Garza sumamente complacido en un cable “confidencial” (06MEXICO255), donde también señala que el candidato presidencial prometió “proveer continuidad en todas las iniciativas claves de EU en proceso en México”.

En aquellas fechas, el Senado de Estados Unidos discutía la agresiva “ley Sensenbrenner”, aprobada a finales de 2005 por la Cámara de Representantes, que ordenaba la construcción de un amplio muro fronterizo y criminalizaba al extremo a los indocumentados. Asimismo, apenas diez días antes del encuentro Calderón-Garza un migrante mexicano de 18 años había sido ultimado de un disparo en la espalda por un agente de la Border Patrol. A Garza le dio un gusto enorme confirmar que en lugar de insistir en estos temas incómodos y defender enérgicamente los intereses de México, Calderón buscaba “replantear” el debate en “términos constructivos”, lo cual implicaba asumir que México, y no EU, era el principal responsable de la problemática migratoria por no haber creado las “oportunidades” necesarias para mantener a sus ciudadanos en su país de origen.

Siete meses después, en una reunión el 2 de agosto, en el contexto de la movilización poselectoral, Calderón ratificó su abdicación en el tema migratorio, con tal de acarrear el apoyo estadunidense en ese momento delicado, al “enfatizar” que no quería que la relación con EU “se atorara en un debate monotemático sobre la migración” (cable 06MEXICO4310). Ya como presidente electo, y en el contexto de una cena privada entre Garza y Calderón en el domicilio particular del mexicano celebrado el 27 de septiembre, Calderón le juró de nuevo al embajador que “cumpliría con su compromiso de no convertirlo (el tema de la frontera y la migración) en un asunto central de la relación bilateral” (cable 06MEXICO5607).

En otras palabras, desde antes de asumir el cargo, Calderón abdicó de su obligación de defender a los mexicanos que buscan cruzar y que ya residen en Estados Unidos. Por ello, no es ninguna sorpresa que en los pasados cuatro años la situación para los connacionales que residen del otro lado de la frontera solamente haya empeorado, con múltiples asesinatos en la frontera, un sensible aumento en las deportaciones y cada día mayor maltrato para los migrantes.

A cambio de este claro entreguismo, el gobierno de EU ha arropado la figura de Calderón con particular emoción. Una de las primeras demostraciones públicas de este apoyo fue la lamentable e injerencista llamada del presidente George W. Bush a Calderón para felicitarlo el 6 de julio de 2006 al terminar el conteo distrital del Instituto Federal Electoral (IFE). Recordemos que, a pesar de las declaraciones ilegales en aquel momento realizadas por Luis Carlos Ugalde, es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TE-PJF), y no el IFE, el único órgano facultado para declarar el ganador de la elección presidencial.

En aquel momento todavía quedaban dos largos meses para revisar y calificar la elección. Pero a Bush le importaba más validar lo más pronto posible los compromisos adquiridos con Calderón que respetar la institucionalidad democrática del país. En un cable del primero de septiembre y firmado por Garza, el embajador destaca esta llamada de manera especial como un “muy bien inicio” para la nueva relación bilateral (Cable 06MEXICO4937).

En este mismo cable, tal como ya lo ha informado Blanche Petrich en La Jornada, Garza señala la extrema debilidad política de Calderón e indica que los “asuntos de mayor importancia” de EU estarían en “riesgo de estancamiento” a menos que “mandemos una señal fuerte de apoyo, para empujar el equipo de Calderón hacia una transición vigorosa y fortalecer la agenda y el liderazgo” del presidente electo. Un detalle adicional: de manera sospechosa, este cable, redactado cuatro días antes de la calificación del TEPJF de las elecciones presidenciales, da por hecho que Calderón será ratificado por el Tribunal y “asumirá el poder el primero de diciembre”.

Los cables de La Jornada también revelan el profundo desprecio que el gobierno estadunidense siente hacia la izquierda política en México al llamar el acto político de protesta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), durante el sexto informe de gobierno de Vicente Fox, un “circo de antagonismos en tres pistas”. También critica las “gesticulaciones dramáticas” de Andrés Manuel López Obrador en el “escenario” político nacional.

Con la divulgación de estos nuevos cables, incluyendo miles que todavía faltan por darse a conocer, La Jornada se coloca como uno de los periódicos de mayor reconocimiento a escala internacional. Asimismo, el contenido de las comunicaciones reconfirma la profundidad de la complicidad del gobierno de Estados Unidos en el actual desastre nacional. Nos demuestra que si México desea avanzar y cambiar de rumbo no será suficiente con cambiar el ocupante de Los Pinos, sino que también habría que modificar de manera radical nuestras relaciones con el vecino del norte. De lo contrario, tal como ha afirmado Pedro Miguel en estas mismas páginas, EU seguirá funcionando como un “poder fáctico” aún más poderoso que Televisa o que El Chapo Guzmán.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

http://www.johnackerman.blogspot.com








En la FILPM, 200 años por la Independencia y 100 años en la Revolución

Editó La Jornada “la prueba viva del debate que el gobierno quiso ignorar”

El Fisgón, Taibo II y Víctor Orozco dieron a conocer los libros


Taibo II y Orozco, en el Palacio de Minería




Carlos Paul

Los libros 200 años por la Independencia y 100 años en la Revolución, editados por La Jornada, “son la prueba viva del gran debate subterráneo que se dio en torno a las celebraciones de esas efemérides, y que el gobierno federal trató de ignorar”, destacó el escritor Paco Ignacio Taibo II en la presentación de los libros.

En la 32 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), Taibo II explicó que la importancia de estos libros radica en que “reúnen cerca de un centenar de intervenciones de la comunidad cultural en el debate sobre cuestiones históricas, que permiten vislumbrar de dónde venimos, quiénes somos y adónde vamos”.

En el acto, Rafael Barajas, El Fisgón, quien en recientes años ha realizado una amplia investigación sobre la caricatura política en los siglos XIX y XX, trabajo que ilustra los volúmenes, comentó que éstos contienen ideas y tesis “muy frescas, que se contraponen a la visión histórica del gobierno federal y de la derecha”.

Para sostener que “es falso que la derecha no tenga una visión histórica”, El Fisgón, en su singular estilo crítico y caricaturesco, con una voz que hacía evocar a Vicente Fox hizo una serie de apuntes al respecto con base en el “tratado histórico”, escrito por el ex presidente, titulado La verdadera historia de México.

Entre las reflexiones, señaló: “En la Colonia las cosas no estaban tan mal y feas como dicen. Todo depende de en qué colonia vivía uno. La señora Martha y yo vivíamos por las Lomas y nos iba a todo dar. En la Colonia las cosas eran muy ordenadas; los indios no hacían trabajos que los negros no querían hacer y se respetaba a los santos y santas, sobre todo a esa santa llamada Santa Inquisición”.

Sobre la Independencia, dice: “Todo iba bien en la Colonia, hasta que llegó la bola de Hidalgo que, como ustedes saben, era un mito. Hidalgo no tenía una bola, tenía dos, como todos. Es falso que Hidalgo haya dado el Grito de Dolores en Guanajuato. Yo soy de allá y nunca oí nada”.

En la historia de Fox, “luego de que se echaron a Hidalgo llegó un cuarteto de música popular, vernácula, mexicana, conformado por José, María, Morelos y Pavón. Tuvieron mucho éxito con una canción llamada Sentimientos de la Nación”.

El Fisgón siguió con el “tratado histórico”: habló del México Independiente, de la Reforma, de Porfirio Díaz (“tan buen presidente y mexicano tan ejemplar, que desde entonces en México se dice la frase: ‘tenga usted muy buenos Díaz’”), de la Revolución, de Francisco I. Madero, del Zapatismo, de Pancho Villa, de Venustiano Carranza y de Álvaro Obregón, “quien era un gran apostador; tenía fama de nunca de haber perdido un juego de barajas, hasta que en Celaya perdió una mano”.

En la versión de Fox, según Barajas, la Reforma, “como todo mundo sabe, va de las Lomas a Peralvillo (...) Juárez fue presidente desde que nació, por eso le siguen diciendo Presidente Juárez. Por lo demás era un ateo, un mal mexicano, un traidor a la patria y un asesino; prueba de esto último es que aún no se resuelven los crímenes de las muertas de Juárez”.

En esa versión histórica, Fox añade: “Para reivindicar a México de los insultos que le hizo Juárez al Vaticano, cuando vino el Papa le besé el anillo, y hasta se lo hubiera lamido”.

En su momento, el historiador Víctor Orozco, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, centró su participación en la Independencia, la guerra de Reforma y la Revolución, “los tres momentos fundacionales de la nación mexicana, que encuentran una continuidad histórica en los libros 200 años por la Independencia y 100 años en la Revolución, editados por La Jornada.

“Estos libros cumplen una función muy importante y novedosa en el debate político, ideológico e histórico del México contemporáneo”, destacó Orozco.

Para finalizar, tras diversas críticas a las maneras de organizar las celebraciones patrias y el enorme gasto, Taibo II destacó que dichos libros quedarán como testimonio “del riquísimo debate que se desarrolló en 2010 en torno al bicentenario”.




27 feb 2011


“Que la directiva haga lo que se le dé la gana; tengo otra ruta”

Por encima del PRD y las izquierdas “está la nación”: AMLO


“Seguramente así no se daría la ruptura que se está prefigurando”, señala

Que renuncien funcionarios con aspiraciones para 2012, plantea José Narro

Rechaza el tabasqueño que apoyara candidatura del panista

Javier Corral, sirviente de la mafia en el poder: AMLO



Ciro Pérez Silva
Enviado



Ixtapan del Oro, Méx., 26 de febrero. Al solicitar licencia y “pintar mi raya” con la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) “logré poner al descubierto a muchos simuladores como (Javier) Corral, que aparentemente son demócratas pero en realidad no son más que empleados o achichincles de quienes quieren que se mantenga el mismo régimen, la política económica de elite. Por eso confirmo que es un reaccionario de alcurnia”, expresó Andrés Manuel López Obrador al reiterar que no puede avalarse una alianza electoral entre PRD y PAN sin traicionar y engañar a la gente.

“Estoy muy tranquilo porque tomamos una buena decisión. Que ellos (los dirigentes del PRD) hagan lo que quieran, lo que les dé la gana. Yo tengo otra ruta. Mi decisión ha sido algo muy estudiado, analizado, cavilado. Así que esta postura mía va más allá del PRD y de la izquierda, es algo que tiene que ver con la nación”, insistió.

Al comenzar la penúltima etapa de la segunda gira por la lealtad en el estado de México, acompañado por el coordinador de los diputados federales perredistas, Alejandro Encinas, el tabasqueño fue interrogado sobre declaraciones del delegado del PAN para esta entidad, Javier Corral.

“Es un sirviente de la mafia en el poder, no voy a polemizar con los empleados de la mafia en el poder”, respondió el ex candidato presidencial, quien negó haber apoyado la candidatura de Corral al gobierno de Chihuahua, como afirmó el panista.

“Nunca lo apoyé, porque en ese momento yo era jefe de Gobierno del Distrito Federal. Nunca me he reunido con él. Él es empleado de (Felipe) Calderón, sólo que engaña con una postura seudoprogresista, pero es miembro, empleado o achichincle de la mafia en el poder; eso es todo.”

Alejandro Encinas y Andrés Manuel López Obrador, durante la gira por el municipio mexiquense de Donato GuerraFoto La Jornada




–Dice Corral que ni sueñe con que ganará el estado y que su posición fortalece la alianza PAN-PRD.

–¡Claro que vamos a ganar! Ya nos veremos en la elección. Por eso digo que sigan su camino, ahora que los dirigentes del PRD decidieron empatarse con el PAN. Con este señor... ¿cómo se llama? Corral. Que sigan su camino. Nosotros vamos a tomar el nuestro –reviró el tabasqueño.

En entrevista por separado, Encinas consideró que Javier Corral “debería estar preocupado por los graves problemas en que Calderón está hundido. Este es un asunto nuestro, ya demasiado daño ha hecho (el PAN) al país como para entrometerse en la vida interna de la izquierda y del PRD”.

Rechazó que la decisión de no avalar la alianza PAN-PRD fortalezca las negociaciones en sentido opuesto. “Al contrario, estamos en un proceso de definición, de dejar atrás el pragmatismo. ¿Cuál sería el cambio real? Ellos (los panistas) hicieron una alternancia sin ningún cambio, ahí están los resultados. En Sinaloa (la alianza) benefició a un sector del PRI y en Puebla favoreció a uno de los peores resabios del caciquismo priísta, que es Elba Esther. Entonces, ¿cuál es el cambio cuando en los hechos vemos que las cosas no cambiarán?”, insistió.

A lo largo del día, López Obrador y Encinas convocaron a simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional a sumarse “por un cambio verdadero” en el estado de México y en el país. “Es la única forma, y lo tengo comprobado, de salvar lo que todavía queda”, sostuvo el ex candidato presidencial.




26 feb 2011


Desfiladero


Calderón, a Washington. A México, los marines




Jaime Avilés


Arde el mundo árabe, Israel pierde aliados en Medio Oriente y su aislamiento se acentúa al igual que su paranoia porque Irán se fortalece; las rebeliones se agudizan, Kadafi se tambalea y el precio del petróleo tiende a dispararse a las nubes. Mientras la ola de furia popular se extiende por el norte de África y bien puede propagarse al sur de Europa, México se desangra sin Estado ni gobierno y el hombrecito de Los Pinos advierte que el alza del crudo elevará el costo de las importaciones de gasolina, pero no dice que esto, por su personalísima culpa, empeorará mucho más las condiciones de vida de decenas de millones de mexicanos.

A lo largo de estos cuatro años de espanto, saqueo y genocidio, Felipe Calderón no fue capaz de poner siquiera la primera piedra de una refinería que ya debería estar funcionando para que podamos transformar aquí nuestro propio petróleo y, como repite con elocuencia Andrés Manuel López Obrador, dejemos de vender naranjas para comprar jugo de naranja. Si Calderón aplazó indefinidamente el arranque de la obra es porque nada le conviene tanto como seguir trayendo combustible del extranjero. Las propinas por debajo del agua deben ser alucinantes.

Con un gabinete de seguridad marcado por el estigma de la corrupción –el 29 de enero de 2009, la Secretaría de la Defensa Nacional compró “600 cobertores afelpados” a 143 mil 400 pesos cada uno, por un total de 86 millones 40 mil pesos (hay muchos más datos como éste en www.facebook.com/#!/pages/Los-Gastos-Pendejos/148344958534675)–; con un procurador incompetente e inepto, que pronto será arrojado del barco en pleno naufragio, y con una violencia social incontrolable, Calderón se apresura a viajar a Washington, convocado de urgencia por Hillary y su invisible, inaudible y elegante mayordomo.

¿A qué va Calderón con tanta prisa? ¿A disculparse con Janet Napolitano por haber declarado a la prensa que hay “mala coordinación” entre las policías de ambos países? ¿A explicar por qué mantiene a Genaro García Luna, el gran simulador que provocó una grave crisis diplomática con Francia? ¿A recibir órdenes sobre la llegada de los marines a Ciudad Juárez y Tamaulipas?

¿O acaso va para dar su propia versión acerca de la guerra que está por estallar entre Carlos Slim, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego? ¿O tal vez a hacerse un examen antidoping para que la señora ésa con apellido de flan y la verdadera presidenta de Estados Unidos comprendan por qué dice que en México “a todas las empresas les va bien”?

¿Cómo puede Calderón sostener tamaña falacia, cuando según el Sistema de Información Empresarial, en 2009 había en el país 719 mil 654 pequeñas y medianas compañías, y al día de hoy permanecen abiertas 649 mil 155, lo que habla de que en 2010 cerraron 70 mil 499?

Pero podrían existir otras posibilidades. ¿Hillary y Janet habrían decidido llamarlo para que se comprometa a permitir que los agentes de las corporaciones policiacas estadunidenses pudieran transitar y trabajar portando y, de ser necesario, disparar sus armas de fuego en las calles, ciudades, carreteras, puertos, aeropuertos, aviones, autobuses y puntos intermedios de nuestro país? Para eso se habría montado el asesinato del policía chicano de la Migra en San Luis Potosí.

Todos debemos ser Assange

Si la palabra “leak” en inglés significa goteo y, por ende, filtración, la voz “wiki” alude a la pionera Wikipedia, la primera enciclopedia escrita colectivamente en el mundo por los usuarios de Internet. Wikileaks, por lo tanto, es la enciclopedia de los secretos políticos, económicos, diplomáticos y militares de todos los gobiernos del mundo, revelados por la valentía revolucionaria del australiano Julian Assange.

Anteayer, un tribunal de Londres ordenó que Assange sea entregado a la policía sueca para enfrentar cargos de supuesto abuso sexual en perjuicio de dos mujeres. Las acusaciones de éstas no son sino un pretexto para que al llegar al país de Henning Mankell, las autoridades lo deporten a Estados Unidos en donde, en el más benévolo de los casos, podría ser encarcelado hasta el fin de sus días, y en el peor, condenado a la silla eléctrica por “traición” a una patria que no es la suya, o de manera más expedita, asesinado por un supuesto “patriota”, como Jack Ruby, que oportunamente mató a Lee Harvey Oswald cuando el presunto homicida de Kennedy era trasladado a una prisión.

En la medida en que Assange eligió a La Jornada como el único medio informativo de nuestro país digno de publicar los cables secretos del gobierno de Bush sobre la debilidad política de Calderón, después de las elecciones de 2006, entre muchas otras cosas que en sumisa obediencia a los gringos, el resto de la prensa nativa pretende silenciar, los periodistas y lectores de este diario debemos movilizarnos en defensa del creador de Wikileaks.

La única forma en que podemos ayudarlo efectivamente es contribuyendo a provocar, junto con sus simpatizantes en el resto del mundo, una situación en la que, para la Casa Blanca, resulte preferible soltarlo que privarlo de la vida o de la libertad.

Con un pie fuera

López Obrador tiene un pie fuera del PRD. Al rechazar, con esa especie de renuncia largamente esperada, una alianza electoral en el estado de México entre Jesús Ortega y Felipe Calderón –que pretende apoyar la candidatura de Luis Felipe Bravo Mena, ex líder del Yunque, o de Josefina Vázquez Mota, ex pelele de Elba Esther Gordillo–, ha hecho sonar el reloj despertador a la hora de las definiciones.

Según Mitofsky, si AMLO se va del PRD, siete de cada 10 militantes harán lo mismo. Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard y los senadores pejistas encabezados por Pablo Gómez no han vacilado en respaldar su tajante decisión. Esta, por asombroso que parezca, ha sido aplaudida también por los levantacejas más abyectos. ¿La causa? Imaginan que favorecerá a Peña Nieto y esa suposición les encanta. Pero se acerca el destape del sucesor del copetón y todo sugiere que su favorito, Alfredito del Mazo, no va a dar el ancho. Por desgracia para la causa obradorista, Alejandro Encinas no quiere ganar esa gubernatura.

Esta noche, tres magníficos bluseros de Chicago –Billy Branch, Carlos Johnson y Peaches Staten– tocarán con Vieja Estación en el salón Los Ángeles. Mañana por la mañana, todas y todos al Monumento a la Revolución para continuar con la campaña No+Sangre. Por la noche, Natalie Portman ganará el Óscar y le hablaré para felicitarla. La probabilidad de que me conteste no es alta.

El martes pasado, en el homenaje que sus amigos le rendimos en el Teatro de la Ciudad al poeta John Ross, su hijo, el hip-hopero Dante Ross, contó: “Cuando mi padre estaba por morir, me cogió la mano y se quedó dormido. Al despertar me dijo: tu mano está en mi mano. Cuando yo me vaya, espero que mi mano esté en la tuya para siempre”. ¡Adiós, gringo loco!

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

jamastu@gmail.com





24 feb 2011


El gambito de AMLO



Octavio Rodríguez Araujo


Los chuchos son mañosos. Dirigen el PRD gracias al tribunal electoral, que validó tramposamente la elección de 2006 en favor de Felipe Calderón, y posteriormente la de Jesús Ortega como presidente de su partido en una más de las sucias elecciones internas. Están en el mismo partido que López Obrador, pero han tratado de marginarlo. Quieren ganar también la renovación de la dirigencia nacional del partido, programada para los días 19 y 20 de marzo. So pretexto de que el PRI no debe volver a Los Pinos, están dispuestos a hacer alianzas con el PAN, y todo mundo se pregunta por qué, si a alianzas vamos, no la hacen con el PRI para evitar que el PAN siga gobernando. El priísmo no fue bueno, pero el panismo resultó peor. La política de los chuchos y seguidores huele mal, para decirlo suavemente. Sus acciones apestan, y más cuando, en los hechos, se han acuerpado con los diversos poderes que quieren quitar del camino al único líder político que aspira a cambiar la esencia del régimen político basado en el neoliberalismo y el entreguismo a la potencia del norte.

Pero en su soberbia, los chuchos han subestimado a López Obrador. Cuando ellos van éste ya está de regreso. En política es un buen ajedrecista. Ellos no.

Tratando de cumplir con sus compromisos con Calderón (que implican tratar de restarle puntos a Peña Nieto hacia la Presidencia en 2012), propusieron una alianza con el PAN para contender en las elecciones del estado de México el próximo 3 de julio. AMLO dijo que no estaba de acuerdo y entonces los chuchos, con mayoría en el Consejo Nacional de su partido, aprobaron (129 a favor y 72 en contra) que se lleve a cabo una consulta ciudadana (que no sería sólo de perredistas) para decidir si el PRD y el PAN van juntos por la gubernatura del Edomex. No se necesita tener bola de cristal para conocer de antemano el resultado de esa consulta abierta a todo mundo.

Aquí las fechas son importantes. Si el 19 de marzo es la renovación de la dirigencia nacional del sol azteca y el 27 del mismo mes la consulta, es difícil sustraer la primera de la segunda por una sencilla razón: el punto de quiebre es la consulta. ¿Por qué? Porque el Consejo Nacional, mayoritariamente aliancista (con el PAN, no con el PRI), le ganó a AMLO, contrario a una alianza con el blanquiazul y con el tricolor. Si el tabasqueño aceptara sin chistar el resultado del quinto pleno extraordinario del séptimo Consejo Nacional (es decir, que se haga la consulta ciudadana en el estado de México) tendría que aceptar de nueva cuenta unas elecciones internas (las del 19 de marzo) previsiblemente tramposas, como las anteriores. De ahí, en mi interpretación, que pidiera licencia temporal de su partido.

La jugada, en mi lectura, es crear una crisis en el interior del partido forzando sutilmente a sus militantes a tomar una posición definida. Esta crisis, según lo leído en Internet (22/2/11), ya empezó con el amago de no pocos perredistas, algunos de gran importancia en su partido, de solicitar licencia temporal también.

El gambito que les puso López Obrador a los chuchos deja a éstos sin respuesta fácil. No le pueden dar la licencia porque no está contemplada en los estatutos, no se la pueden negar por lo mismo. Tampoco lo pueden expulsar porque sería un escándalo. Lo único que pueden hacer es dejarlo en el limbo, pero el golpe ya está dado y si se insiste en la consulta ésta repercutirá, antes de llevarse a cabo, en contra de los aliancistas en la renovación de la dirección partidaria. El candidato al gobierno del Edomex que habían aceptado todas las corrientes perredistas en la entidad (Encinas) ya definió su posición en este aparente enredo: él no se sale del partido, pero si se hace alianza con el PAN declina, y tampoco aceptaría ir bajo las siglas del Partido del Trabajo o de Convergencia. Encinas entendió muy bien la jugada de AMLO. Los chuchos fueron chamaqueados, y lo fueron porque se les olvidó que López Obrador ha sido un político acostumbrado a nadar contra la corriente, fogueado en años de luchar contra quienes lo han querido hacer a un lado a la malagueña y que han contado con todo el poder del Estado (la lista es larga incluso si comenzamos con el desafuero y no desde antes).

La diferencia sustancial entre los aliancistas y el tabasqueño es que los primeros recurren a maniobras y triquiñuelas, incluso en complicidad con el poder que decían combatir, en tanto que López Obrador confía en sus apoyos dentro y fuera del partido y, además, en las masas que ha ido juntando con una paciencia infinita y a pesar del vacío que le hacen muchos medios, especialmente los electrónicos.

El golpe que creyeron ganar los chuchos al lograr que el Consejo Nacional aprobara la consulta del 27 de marzo en el estado de México fue un triunfo pírrico que muy probablemente se les revierta el 19 de marzo al perder la dirección de su partido.

Muchos perredistas están en contra de AMLO, cierto, pero la mayoría sabe que éste los llevó a ser la segunda fuerza electoral y a ganar la Presidencia de la República (arrebatada), en tanto que los chuchos han convertido a su partido en una caricatura de sí mismo. Esto cuenta.

Ortega ha dicho que con esta situación el partido está en riesgo. Yo opino lo contrario: está en vías de redefinirse sin los aliancistas y retomar el rumbo. Los partidos, como los riñones, a veces necesitan una diálisis para eliminar las toxinas. Tal vez sea el momento de practicarla y depurar al PRD de quienes lo han convertido en un órgano enfermo y prescindible.

Lo he dicho muchas veces, y otros analistas también: si el PRD pretende ser de izquierda, o parecerlo, no se puede aliar con sus peores adversarios, el panismo calderonizado. Ya lo ha hecho en Oaxaca, en Puebla, en Sinaloa y puede ser que ocurra en Nayarit también, pero ninguna de esas elecciones tiene la importancia ni el significado simbólico del estado de México. En éste el sol azteca está emplazado a ser lo que debió ser desde su fundación, o un palero del PAN.

http://rodriguezaraujo.unam.mx/




23 feb 2011


Oposición y colaboracionismo


Luis Linares Zapata


La decadencia de la vida organizada de México ha tocado un recodo denso y pegajoso; no es el mero fondo, puede seguir bajando la pendiente. El quehacer político lo resiente hasta la dura médula de la lucha por el poder público. Por fortuna, los intentos por establecer en el panorama electoral un bipartidismo conservador, elitista, reaccionario y continuista, chocan contra el muro que viene levantando la voluntad de cambio de parte sustantiva de la sociedad. Dicha porción de los mexicanos se aglutina, a pesar del viento y la marea, en contra de prolongar el modelo de gobierno ensartado en groseros privilegios. El método operativo es harto conocido: el tráfico intenso y avasallante de influencias. Quieren tales ciudadanos, y sin titubeos que valgan, terminar con la injusticia prevaleciente. Desean encauzar al país por la ruta de la moderación, el patriotismo y la honestidad de hombres y mujeres de sana intención. Es decir, se pretende enfatizar los principios y valores como valladar contra la inequidad y el abuso de poder que cierra horizontes para las mayorías.

López Obrador ha llamado, con un desplante de valentía inusual, a la coherencia ideológica de las izquierdas nacionales. A no ceder a la manipulación encubierta bajo el espejismo de alianzas entre contrarios irreconciliables. No se puede plantear la unión entre el cambio de fondo en la vida organizada de la nación y las fuerzas que empujan hacia la continuidad del modelo imperante. El pretender que, entre las rendijas de esa espuria unión, irrumpirá la ocasión de evitar el retorno del priísmo (como sinónimo de imposición, autoritarismo, corrupción y entreguismo) es embalsamar la triste realidad actual del panismo con los afanes reivindicatorios de la izquierda. El panismo y el priísmo son dos facetas, casi idénticas, de una plutocrática visión que amamanta los intereses de los grandes grupos de presión dominantes. Pueden presentar rostros distintos, maneras disímbolas, tácticas divergentes, pero, en su misma esencia, ambos partidos han sido subyugados por aquellos a quienes más benefician y que ahora son sus patrocinadores.

Desde hace ya décadas, tales partidos vienen confluyendo en las fórmulas que desprende el modelo imperante. El guión, ambos lo han seguido a pie juntillas. Sus actores, tal y como lo muestran los cables de Wikileaks, acuden presurosos ante los procónsules del imperio. Es ante ellos que se acusan, se apapachan, claman por su apoyo. Sin la bendición de Washington quedan desamparados, rumiando sus debilidades. Se forman, dóciles y encopetados, ante las cámaras de televisión y los micrófonos de la radio, no para comunicarse con las audiencias, sino para afinar sus recuadros o para darse a conocer si nadie los extraña. Basta hojear los diarios, revisar columnas o escuchar a los conductores favoritos de los medios para sacar las debidas conclusiones de tan grotesca como real dependencia. La política que hace la clase dirigente de México se encierra con ellos mismos. Atienden con paciencia inaudita a periodistas. A menudo invitan a intelectuales, de preferencia a los orgánicos que se pavonean en los medios. No se olvidan de los curas (obispos encharolados y licenciosos) y de diplomáticos selectos. Los empresarios ocupan un lugar aparte y ante ellos despliegan sus mejores artificios de seducción abyecta. El pueblo, sobre todo si es de a pie, es un espejismo al que desprecian y del cual huyen.

La realidad, sin embargo, apunta hacia el despertar de las masas. Aquellos que han entrevisto tan humano fenómeno y se acercan para constatarlo, encuentran la materia de su accionar y el tinte de sus anhelos. Y de ahí obtienen la fuerza que les puede permitir ganar el poder, no para regodearse con ello, sino para detener la decadencia como un primer escalón de un largo y difícil proceso. Como son millones de personas las dispuestas a contribuir, a poner su parte correspondiente en el rescate de un México estrangulado por una elite rapaz, forman una fuerza política considerable, capaz de asegurar el triunfo democrático en las urnas.

Es ese conjunto de votantes el que consiguió el triunfo en Oaxaca hace unos meses. Fueron tales votantes los que colocaron a Cué en la gubernatura. Son ellos los que ahora le exigen respuestas adecuadas. Las famosas alianzas, vacías de ciudadanos decididos a tumbar caciques y vivir con dignidad, no sirven sino de estorbo. Cué debe recapacitar y dejar de lisonjear al poderoso en turno que nada hizo para acercarle simpatías. Debe rencauzar su gobierno mirando hacia abajo, hacia esa militancia de izquierda que, de todas y variadas maneras, lo hubiera hecho ganar. Los que fueron a levantarle la mano, comer con él, treparse al estrado, usar micrófonos, darle recursos, son los que ahora le han exigido posiciones y lo impelen a velar por sus intereses. Una mala, pésima ruta que frustrará los anhelos de la gente que Cué vio, olió y oyó en su recorrido por todo el estado.

De similar manera, los habitantes del estado de México volverán, como lo han hecho en el pasado, a votar en tropeles por los candidatos de la izquierda. Ellos son la fuerza electoral que puede derrotar al PRI de los caciques que se han sucedido, unos a otros, en los privilegios indebidos. Lo han hecho de manera repetida, sin alianzas ajenas, sin trampas, sin la concurrencia de oportunistas sino con el propósito de formar gobiernos para la gente, con ellos mismos. No con los ganones de siempre, esos que los han usado y empobrecido durante más de 80 años. En el estado de México la alianza debe montarse entre los partidos de izquierda, desde abajo y haciéndose responsables de las necesidades y las aspiraciones de la gente. Es por ello que la solicitud de licencia de López Obrador es consistente con las vivencias de la gente. La consulta programada por los dirigentes del PRD está amañada, conducida desde Los Pinos. Es un señuelo distractor y es la ruta para favorecer a la derecha. La trama quedaría completa con la alianza del PAN y el PRD en 2012. Así lo aseguran hasta panistas encumbrados. Alejarse o desbaratar tales maniobras es un deber de los conductores que, como López Obrador, atienden, en exclusiva, a las pulsaciones del pueblo.




Del correo ilustrado de La Jornada :



Carta a Camilo Valenzuela

Solicito la publicación de la siguiente carta, dirigida al compañero Camilo Valenzuela, presidente del Consejo Nacional del PRD. Presente,

Por este conducto me dirijo a usted para solicitarle transmita al Consejo Nacional mi solicitud de licencia temporal como miembro del PRD mientras sigua privando la política de alianzas con la derecha panista que viene imponiendo la actual dirigencia perredista. No considero adecuado hacer esta solicitud ante una Presidencia del PRD y una Comisión Política que se han acostumbrado a violar y transgredir los principios inscritos en los documentos básicos del partido. Hay un principio jurídico general que dice que lo que no está expresamente prohibido está jurídicamente permitido; aunque las licencias no se contemplen en el estatuto del PRD, no están prohibidas y es mi sentir que deben ser atendidas.

Desde luego, debo decirle que la razón principal de mi solicitud es la profunda inconformidad que me provocan las alianzas con el panismo que van en contra de la naturaleza política de los partidos políticos, y que olvidan no sólo las tradiciones de lucha del PRD, sino también los ominosos agravios que la derecha ha infligido a la izquierda y al pueblo de México. Pediría a quienes promueven este tipo de alianzas que revisara los Principios de Doctrina de Acción Nacional y nuestra Declaración de Principios y nos explicaran en dónde encuentran una mínima coincidencia.

Finalmente, me parece de un pragmatismo ramplón y miserable la hipótesis de que hay que derrotar al PRI, alegando su caciquismo inveterado, cuando el PRI es tan derechista como el PAN y lo muestran los innumerables acuerdos que esos partidos han convenido en detrimento siempre de los intereses populares.

México, DF, a 22 de febrero de 2011

Arnaldo Córdova




22 feb 2011




El IFE, acorralado y sin agallas








Álvaro Delgado


MÉXICO, DF, 21 de febrero (apro).- A unos meses de iniciar formalmente el proceso electoral de 2012, y como parte de la degradación política que inició en 2006, el Instituto Federal Electoral (IFE) está siendo sometido a una metralla mediática que ya ha hecho mella en su de por sí enclenque credibilidad.

De manera acompasada, y con una articulación precisa, el embate contra el IFE se ha dado desde su interior y también externamente, con una inusitada cobertura por parte de Televisa y Televisión Azteca sobre asuntos de dinero.

Primero, la Contraloría General desautorizó el ahorro de casi 400 millones de pesos para la compra de inmuebles --identificado como un “cochinito”-- y, días después, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó de la revisión al Sistema Integral de Administración de los Tiempos del Estado (SIATE), mediante el cual el IFE verifica la transmisión de los spots por las televisoras.

Se trata de una operación política que se da en el contexto de la elección de los tres consejeros del IFE y luego de que este organismo resolvió, el 18 de enero, que el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, violó la Constitución por difundir promocionales televisivos sobre su quinto informe de gobierno en Baja California Sur y Guerrero, donde había procesos electorales.

Los dos consejeros que votaron en contra de sancionar a Peña Nieto fueron Francisco Guerrero y Marco Baños, identificados con el priismo, al contrario de lo que manifestaron con Felipe Calderón, quien también violó la Constitución por la misma razón.

La andanada contra el IFE, y en particular contra Leonardo Valdés, su presidente, se produce también cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) volverá a discutir la constitucionalidad de la reforma que prohíbe la compra de tiempos en radio y televisión, combatida por la vía del amparo por un grupo de “intelectuales” vinculados a las televisoras.

En la discusión previa en la SCJN se produjo un empate y con la designación como ministro Jorge Pardo Rebolledo, supuestamente vinculado a Diego Fernández de Cevallos, se prevé que sea otorgado el amparo al grupo de opinadores, con lo que la reforma electoral de 2007-2008 se vendría abajo para júbilo de las televisoras y, obviamente, Peña Nieto, emblema del político fabricado.

La campaña contra el IFE orquestada por las televisoras y Peña Nieto tiene, por ello, el propósito de generar un “ambiente” para que ese eventual fallo no genere un escándalo político y que, de ser posible, implique la renuncia de Leonardo Valdés, con lo que la Cámara de Diputados tendría que elegir a cuatro y no a tres consejeros.

En esta lógica, el reparto sería el siguiente: Dos consejeros para el PRI, uno para el PAN y el otro para el PRD, una fórmula que no altera el plan priista de preservar los lugares de Virgilio Andrade y Marco Antonio Gómez Alcántar. Pero en el peor de los casos, si no es Valdés, el renunciante debería ser el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo.

Este plan es más que conocido en el IFE, sobre todo a raíz de que se tuvo conocimiento de que los resultados de las auditorías realizadas por la ASF las conoció primero Televisa y luego la Cámara de Diputados, como lo ordena la ley.

En efecto, el viernes 11, Fernando Agiss, exdirector ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE y que ahora trabaja para Televisa, le mostró a René Miranda, coordinador de informática del organismo, un fragmento clave de la auditoría de la ASF: El detalles de las 49 observaciones a la Cuenta Pública de 2009.

El documento mostrado por Agiss a Miranda, y que le fue enviado vía correo electrónico, tenía un remitente: Javier Tejado Dondé, director jurídico de Televisa, nada menos que la orquestadora de la campaña contra la reforma electoral vigente, del IFE y de quien se oponga a sus intereses.

Un párrafo que revela, también, cómo la ASF responde a intereses facciosos y no institucionales es el identificado como “consecuencias sociales” de la auditoría al SIATE, que escapa a las facultades de ese órgano dependiente de la Cámara de Diputados:

“Las irregularidades, inconsistencias y fallas en los procesos de licitación, contratación, implementación, desempeño y aprobación del Sistema Integral de Administración de los Tiempos del Estado no garantizan a la sociedad la equidad en el uso de los medios de comunicación en la contienda electoral.”

Así, ¿por qué el IFE, en defensa de su autonomía y sobre todo de su credibilidad, no depone su conducta timorata y asume una posición contundente ante el operativo político-mediático de que es objeto, sobre todo si cuenta, como es el caso, de robustas pruebas?

La respuesta es quizá porque la administración del IFE, cuyo responsable es Leonardo Valdés, está bajo sospecha y un ejemplo de ello es la compra y remodelación del edificio del IFE de la avenida Acoxpa, cuyas irregularidades llevaron a la repentina renuncia del director ejecutivo de administración, Fernando Sánchez Madrigal…



Apuntes



Más allá de la decisión de Andrés Manuel López Obrador, cuya ruptura con la dirigencia que encabeza Jesús Ortega es irreversible, a nadie puede quedarle duda de que el PRD es un partido paraestatal, funcional sólo a los intereses de Felipe Calderón y el PAN –y si acaso a Marcelo Ebrard--, cuyo más reciente monumento a la estulticia es la afirmación de Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, en el sentido de que una familia puede vivir con 6 mil pesos mensuales y hasta para pagar colegiaturas de sus hijos en escuelas privadas… Es difícil no estar de acuerdo con Luisa María Calderón, la “hermana incómoda”, que califica de “gris y opaca” la gestión de Leonel Godoy como gobernador de Michoacán, pero hay que hacerle ver que no tiene autoridad política ni moral, porque la de su pariente es menos que mediocre… No pudo la iracundia ni la infamia con Carmen Aristegui…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx








21 feb 2011


Astillero


¿Adiós a AMLO en el PRD?

Triunfo del C3

Encinas, a medias

Juegos bélicos pinoleros





Julio Hernández López


Un largo camino de ruptura ha entrado en su tramo final. La solicitud de licencia a su ya desvaída etiqueta de perredista es el punto de condensación de un proceso de divorcio que coloca a Andrés Manuel López Obrador en el riesgo de perder la viabilidad unitaria presidencial de 2012 a cambio de la posibilidad de construir una opción partidaria de izquierda depurada” luego de esos mismos comicios desde ahora tan accidentados.

Poner a López Obrador en condición de dejar el PRD es ya de entrada una victoria de la alianza 2012 que han formado Los Pinos y la tripleta colaboracionista de los Chuchos, Camacho y Marcelo (C3). Es, en esencia, el fruto envenenado que han producido los arreglos electorales torcidos de 2010 y el presente año. Una imagen dice más que mil declaraciones: Ángel Aguirre Rivero en el consejo nacional perredista, listo para asumir su nueva condición de “izquierda”, solicitante de inscripción al sol azteca, mientras López Obrador va de salida.

Adiós a López Obrador bajo los colores negro y amarillo, a menos que se produjera una rebelión de las bases perredistas de la que hasta ahora no hay atisbo. Los Chuchos (y Los Pinos, y Camacho, y Marcelo) buscarán el natural aprovechamiento de la obligada imprecisión logística de López Obrador para empujarlo hacia fuera: no te doy licencia para que me pegues, sería la adaptación chuchista del adagio lopezportillista. Tal vez ni siquiera fuese necesario declararlo formalmente expulsado del PRD, sino asumirlo ajeno en cuanto pase a pelear contra las trincheras a las que hasta ahora ha pertenecido de manera singular: distante y confrontado de las estructuras directivas del sol azteca y entregado y activo con el PT y también, pero con menos intensidad y confianza, con la esquiva Convergencia.

Llama la atención que el punto de quiebre de AMLO sea el estado de México y que su carta jugada, la de Alejandro Encinas, se desmarque de la apuesta tabasqueña y prefiera hacer su propio envite. Semipeje y semichucho, Encinas ha considerado un error la solicitud de licencia de López Obrador y anuncia que no la secundará y que no será candidato a gobernador por otro partido que el que considera plenamente suyo, el del sol azteca. O es un movimiento táctico pactado, en el que Encinas recorrerá los últimos kilómetros de la fatigosa caminata interescuadras antes de dar un segundo golpe y acabar saliendo del chuchismo dominante y aceptando ser postulado por el PT, Convergencia y el lopezobradorismo, o Encinas ha dejado a AMLO colgado de la brocha y ahora éste deberá recurrir a los servicios alternos de la ya rehabilitada senadora Yeidckol Polevnsky (tuvo un accidente en un pie, lo que la obligó a ausentarse de las giras de AMLO en el estado de México, pero seguramente está puesta para entrar a un relevo de emergencia).

Elemento decorativo, a fin de cuentas, la consulta mexiquense aprobada por el consejo perredista desembocará en el vaticinado triunfo de la opción unitaria, PAN-PRD, que hará frente a la jaqueada aplanadora de Peña Nieto, al que los vaivenes colocan ahora como presunto beneficiario de los afanes lopezobradoristas, según alegan los Chuchos, Ortega y Zambrano. Falta, desde luego, el candidato bisagra que una al panismo-perredismo. Si un polo es eliminado, el de Encinas, tal vez sucedería lo mismo con el yunquista que representa Luis Felipe Bravo Mena. Y esos descartes abrirían paso al senador Ulises Ramírez o a quien hasta ahora ha insistido en negarse a buscar el estado de México, según eso porque aspira a presidir el país, la habilidosa Josefina Vázquez Mota que mantiene comunicación y lazos con la “izquierda electoral” y que pretendería levantar un entusiasmo “de género” en la contienda por venir. El PAN, en todo caso, tiene derecho a cierta reivindicación numérica: dos por uno. Ya Los Pinos ayudó al marcelismo-chuchismo a hacerse de Guerrero por vía directa, bajo las siglas del PRD, y de Baja California Sur por una ingeniosa vía indirecta, un perredista alineado con los Chuchos y Marcelo pero postulado por el PAN. ¿Guerrero y Baja California Sur por el estado de México?

Cambalaches, reacomodos y fintas se mantienen en otros ámbitos. Carmen Aristegui, por ejemplo, regresa hoy a los micrófonos de MVS, y ello es una muy buena noticia, aunque la batalla específica de la lucha por la defensa del periodismo independiente ha ido quedando inserta en el contexto más amplio y denso de la confrontación que sostienen Carlos Slim, detrás de MVS y con la vista puesta en la tercera cadena nacional de televisión, y la dupla Calderón-Azcárraga, uno de cuyos pasajes más claros se ha dado con el retiro publicitario de Telmex y Telcel de las pantallas de Televisa y, de manera sesgada, con la salida de Alfredo Elías Ayub de la Comisión Federal de Electricidad.

En el cuadro nacional de desgracias, acaso el único rostro genuinamente feliz haya sido el de Felipe Calderón al pegarle en Reynosa una estampita de difícil alcance a su álbum reciente de hazañas bélicas infantiles: primero montó una yegua para jugar a emular a Francisco I. Madero, luego subió a un F-5 inmóvil en tierra del que no sabía cómo bajar, y este fin de semana manejó un vehículo militar de combate urbano, el Sand Cat: ¡Felicidades, amiguito Fe-Jeep-e Bauerón!

Astillas

No amaina la confrontación política en Oaxaca. La sección 22 del SNTE insiste en la demanda de renuncia de cuatro funcionarios del gabinete del Arca de Cue, y no se ve al gabinismo responder más que con declaraciones y boletines de prensa... Y, mientras la anestesia social asume casi como natural que agentes de la FBI realicen investigaciones directas en suelo mexicano por la muerte de un policía estadunidense, ¡hasta mañana, con el calderonismo sin capacidad de salir decorosamente de la trampa marca Sarkozy que a México le han puesto por culpa de García Luna Productions y del caracoleo epistolar del ocupante de Los Pinos que aceptó explorar la aplicación de convenios internacionales sobre Florence Cassez que luego desechó!

Fax: 5605-2099 •














Poder fáctico



Pedro Miguel


Ni el gobierno de Estados Unidos, su Departamento de Estado o su representación diplomática ubicada en Paseo de la Reforma 305, Distrito Federal, figuran una sola vez en la Constitución de México. Nada dice ese texto –ni ninguna otra pieza de cuantas conforman la legislación mexicana– acerca de las facultades de Washington o su embajada en el diseño de nuestra política exterior, el manejo de las transiciones sexenales, la proclamación desde el Air Force One de presidentes electos, el fortalecimiento de los que salen débiles y con la legitimidad enlodada o la coadyuvancia en la imposición de agendas de gobierno. Por ejemplo.

Uno no se imagina, de verdad, que los constituyentes de Querétaro tuvieran en mente la escena: un remoto sucesor de Henry Lane Wilson –cuyo ingrato recuerdo aún estaba fresco por aquel entonces– ayudando a un señor a encaramarse a una presidencia en parte comprada por la mafia empresarial, en parte heredada por Fox y en parte robada a la voluntad ciudadana. Cosas veredes.

Olvídense de Televisa, de Bimbo o del cártel del Pacífico: para poderes fácticos, los que ostenta en nuestro país el gobierno del vecino del norte: más que una anomalía, una distorsión permanente, creciente y exasperante, de la letra y el espíritu de las leyes mexicanas; un poder que impone la política económica, coordina la política de seguridad pública (en esta circunstancia, la seguridad nacional ya ni viene al caso, porque no queda nada que asegurar), orienta la política exterior y modula la política a secas.

Los ideólogos del régimen son devotos de la literalidad legal cuando se trata de castigar a luchadores sociales o, peor, a delincuentes llanos; “la ley fuga es dura, pero es la ley”, podrían decir, a la hora de aplicarla a esa incuantificable pero vasta porción demográfica a la que uno de ellos caracterizó genéricamente como “hijos de puta”; pero se muestran jurídicoflexibles si el punto es acomodarse a los poderes fácticos que usan corbata: banqueros, consorcios mediáticos, gobernantes no propiamente emanados de la soberanía popular o, el más evidente de ellos, el Ejecutivo del país vecino.

Un presidente de la Suprema Corte de cuyo nombre nadie quiere acordarse juró defender la Constitución y, pocos años más tarde, traicionó ese propósito con el argumento de que la Carta Magna “está escrita con las patas”. Pero el problema no es de estilo, sino de voluntad: fea o bonita, la Constitución ha sido convertida en un objeto decorativo para el despacho de los altos funcionarios.

Así como Calderón advirtió a la superioridad que se vería obligado a hablar mal en público de la política estadunidense contra los migrantes –aunque estuviera de acuerdo con ella–, cualquier miembro prominente de la clase política pondría el grito en el cielo si se le sondeara sobre la pertinencia de plasmar, en el texto constitucional, la figura de un poder supremo situado por encima del Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión y el Poder Legislativo: el gobierno de Washington.

La simulación podrá seguir, pero la realidad es ésta: la Casa Blanca y el Capitolio son elementos centrales del ejercicio del poder político en nuestro país. Y quieren serlo más, como lo indica en estos días el que los funcionarios estadunidenses, cuando se proponen hablar de México, emiten unos ruidos que recuerdan el que hacen los tanques de guerra cuando calientan motores. ¿Alguien no lo sabía? Se trata de la voz última del poder fáctico.

Los cables sobre México en WikiLeak



navegaciones@yahoo.com








México en Wikileaks

Anthony Garza: nuestra agenda, en riesgo

EU apuntaló a Calderón tras diagnosticar su “debilidad”

Tuvo 3 citas con el embajador previas al fallo del TEPJF sobre los comicios de 2006

AMLO, los “insultos” del PAN y el desdén de Fox “erosionan la legitimidad”

En 2009, Clinton ordenó estudio sobre “la personalidad” del titular de Los Pinos

EU, preocupado por la “debilidad política” de Felipe Calderón

Tony Garza: “corremos el riesgo de que se estanquen asuntos que nos importan”

Desde la embajada nos embarcaremos en la planificación de la transición, dijo







Blanche Petrich

Anthony Garza, embajador de Estados Unidos en México, describió a Felipe Calderón “en la mayor situación de debilidad política posible”, en un cable confidencial del 1º de septiembre de 2006. “Corremos el riesgo de que los asuntos de mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal de apoyo” para que el futuro mandatario “logre imponer su agenda”, alerta.

Faltaban cuatro días para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declarara oficialmente el triunfo del candidato panista. Habían transcurrido dos meses desde las elecciones presidenciales de 2006. El conflicto poselectoral y la protesta popular estaban en su apogeo.

El representante del gobierno de George Bush en México anunció a sus superiores en el Departamento de Estado que, una vez que el TEPJF declarara electo al panista, “un equipo de la misión, bajo mi cargo, se involucrará activamente con el equipo de transición de Calderón para promover y hacer progresar las áreas que son prioritarias para nosotros”. Todo esto en el despacho, calificado de “confidencial”, dirigido a la Subsecretaría de Estado de Asuntos Hemisféricos (cable 06MEXICO4937).

Éste es el reporte de una de las tres reuniones que sostuvieron Garza y Calderón en el periodo que corre entre los días posteriores a la jornada electoral y la declaración oficial como presidente electo, registradas en el paquete de mensajes diplomáticos filtrados por Wikileaks.

En estos tres cables destacan algunas afirmaciones que el hoy presidente no podría sostener. Decía entonces que el suyo “no sería un narcosexenio”. Y calificaba a los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Irán, Majmud Ajmadineyad, con “una capacidad sin límite para armar líos”.

Aunque en los despachos diplomáticos no se emiten juicios de valor, sí se deja constancia del apego incondicional de Calderón a todos los planteamientos de la contraparte estadunidense y se reportan los problemas por los que atravesaba: tensiones dentro de su propio partido y con el presidente Vicente Fox, una evidente debilidad política por la magra ventaja de votos que reportaba a su favor el arbitraje electoral, una victoria política ensombrecida por la duda, y falta de coordinación y claridad dentro de su equipo más cercano en el proceso de transición.

Por todo ello, Garza auguró que en el momento en el que el segundo panista en la presidencia de México se instalara en el poder, “no tendrá una luna de miel”. El momento más delicado que recoge este conjunto de cables se registra el 1º de septiembre. La embajada de Estados Unidos ya descartaba la posibilidad de un viraje en el anunciado resultado que beneficiaba a Calderón. Se trata, expresa, de una “victoria amarga y dulce”. Consideraba al candidato de la alianza Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como “un perdedor que ha prometido minar la figura de Calderón en cada oportunidad”. En esos días el panista había adoptado una actitud de espera, “lo que demuestra disciplina y paciencia, dos virtudes que le serán útiles en los días difíciles que se avecinan”.

Las “amenazas” de López Obrador, “los insultos” que le llegaban del liderazgo de su partido y el desprecio que le había demostrado el presidente Vicente Fox “erosionan inevitablemente la finísima línea de legitimidad” que tiene el presunto ganador. Frente a todo esto, Calderón “va a necesitar mucho apoyo del gobierno de Estados Unidos”. Acto seguido, el embajador recomendaba que el presidente Bush volviera a llamar a Calderón apenas se hiciera oficial el fallo del TEPJF y que lo invitara a EU. “Desde la embajada nos embarcaremos de inmediato en un proceso de planificación de la transición con el equipo de Calderón, empezando por una reunión con Juan Camilo Mouriño y Josefina Vázquez Mota”.

El embajador también recomendó que la Casa Blanca enviara a la toma de posesión en México a una delegación presidida por la primera dama Laura Bush, “en señal de amistad y estima”.

Intereses “en peligro”

En ese mismo reporte se indicaba que el PAN “ha hecho muy poco para defender” a su candidato. Sus líderes “prácticamente se fueron de vacaciones” apenas López Obrador empezó a “asestar sus primeros golpes”. Posteriormente el partido puso como líderes de las fracciones en el Senado y la Cámara de Diputados a dos de sus rivales, Santiago Creel y Héctor Larios. “Esto significa que Calderón como presidente tendrá que negociar sus iniciativas en dos frentes, con el PRI y con sus propias fracciones.” De ahí su conclusión de que Calderón llegaría “en la mayor situación de debilidad política posible” y que “existe el riesgo de que los asuntos que son de nuestro mayor interés se estanquen a menos que seamos capaces de enviar una fuerte señal de apoyo”.

La falta de información que en ese momento tenía la embajada de Estados Unidos sobre la forma en que Calderón pensaba operar el cambio de mandos era motivo de inquietud en la misión

diplomática. Ésta se expresó claramente, por primera vez, en el cable 06MEXICO4310 firmado por Garza, donde se reporta un encuentro entre el embajador y Calderón, el 2 de agosto.

Dice el texto del despacho: “El embajador presionó, esperando saber más sobre las prioridades de la transición y los personajes, pero Calderón no se mostró particularmente accesible, sugiriendo que sus planes estaban aún en una etapa muy prematura. El embajador subrayó que estamos esperando poder cooperar muy de cerca en cuanto el equipo estuviera listo”. Ya en las despedidas, dice el texto, “Calderón dejó deslizar que le resultaba muy difícil en esos días comunicarse con el presidente Fox. Quiere decir que los dos no están trabajando juntos en estos días inciertos”.

Esta reunión se organizó a solicitud del panista, quien quería agradecer personalmente la “anticipada y amistosa” llamada telefónica de Bush, que por otra parte causó en México cierta alarma, ya que el hombre de la Casa Blanca hizo esa llamada –por cierto, durante un vuelo a bordo del Air Force One– mucho antes de que se anunciaran los resultados. La víspera de esa reunión en la embajada estadunidense –el primero de agosto– Calderón también acudió a visitar al embajador de España para agradecer la llamada del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Era una coyuntura delicada. Calderón habló con Garza al parecer con franqueza o al menos con un tono que los políticos no utilizan públicamente. Reconoció que se encontraba “en una situación difícil”, pero que “cada día se convencía más de que unas cuantas semanas de paciencia eran mucho mejor que un solo día de López Obrador en Los Pinos”. Citó encuestas ordenadas por su entorno, según las cuales “cada día que transcurría, AMLO perdía apoyo y él ganaba”.

Reconoció que las protestas contra el fraude sí le habían provocado cierto daño. “Pero que en la medida en que AMLO se volvía más desconsiderado y obstructivo, las instituciones ganaban credibilidad”.

El cálculo del político michoacano era que el recuento de votos en una pequeña muestra de urnas decidida por el TEPJF no iba a variar dramáticamente el resultado que le daba poco más de 230 mil votos de ventaja. “Esto deberá dejar satisfechos a algunos dentro del PRD y a un sector amplio del público que está pidiendo un recuento general, pero seguramente no a AMLO”, volvió a opinar Calderón.

La “próxima” muerte de Castro

En contraste con la lacónica respuesta en torno a sus planes de transición, el futuro presidente se mostró muy extrovertido con sus anfitriones estadunidenses en los temas regionales.

Sin que mediara pregunta, expresó su esperanza de que la repentina ausencia del entonces presidente de Cuba, Fidel Castro, de la escena política minara el papel regional que estaba jugando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el cual le “preocupaba”. Un mes más tarde, en otra reunión, volvió sobre el tema. Esa vez su “preocupación” era el activismo de Irán en la región, a través del mandatario venezolano. “No se puede confiar en ninguno de los dos gobernantes; la capacidad de ambos para armar líos no tiene límites”, fueron las palabras del panista, según reporta el cable.

Ya en la Presidencia, el gobierno calderonista evitaría al máximo los conflictos con Chávez. Hasta ahora no ha tenido una sola expresión pública sobre Irán. Presente en la reunión estuvo el entonces asesor de asuntos internacionales de la campaña panista, Arturo Sarukhán (hoy embajador en Washington), quien aseguró saber con certeza que “Castro padecía cáncer en el duodeno y está en fase terminal”.

De eso hace ya año y medio. Fidel Castro, retirado de la presidencia, sigue activo en la vida política y se ha recuperado parcialmente de un problema intestinal que fue grave, pero no era de índole cancerígena. Queda para el registro la advertencia que en ese momento hizo el representante del gobierno de Bush, cuando el grupo reunido coincidía en asegurar que Cuba se encontraba probablemente en un periodo de transición. “La región no debe permitir que se considere legítimo un escenario de una sucesión Castro-Castro.” Tanto Calderón como Sarukhán comentaron detalladamente el plan del futuro presidente de viajar a Bogotá para asistir a la toma de posesión de Álvaro Uribe.

A finales de mes (cable 06MEXICO5607), el embajador Garza y Calderón volvieron a reunirse, esta vez para cenar en casa del ya presidente electo. El diplomático no parecía ya preocuparse tanto por la impresión de debilidad del futuro mandatario que expresaba en el relato del encuentro anterior. “Ya tiene una estrategia sobre los objetivos legislativos y ejecutivos de corto plazo. Intentará sumar a su entorno íntimo a algunos elementos externos.”

Lo más destacado de esta conversación es que Garza repite una y otra vez que ante cada tema “Calderón estuvo totalmente de acuerdo”.

Le llama la atención la “modestia” de la casa del matrimonio Calderón Zavala, una residencia en un complejo habitacional con una discreta vigilancia que, en su opinión, no le garantiza ni seguridad ni privacidad. A pesar de que la prensa que cubría la transición mantenía un “agresivo” marcaje frente a sus oficinas, su domicilio particular parecía no estar bajo el escrutinio de los medios, observa.

Lo central de la conversación en torno a la mesa fue el tema de la seguridad. Calderón aseguró que ése sería “el eje” de su gobierno. El político republicano insistió en la necesidad de que conformara desde el primer momento un gabinete de seguridad muy sólido. Y ambos coincidieron en lo indeseable que sería que éste fuera un narcosexenio. Por último, Margarita Zavala intervino para asegurar que, como primera dama, trataría de “distanciarse lo más posible del modelo de Marta Sahagún”.

Esta nota con vínculos a los cables

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks









Repudia contubernios con el PAN


López Obrador solicita licencia a su militancia en el PRD

La dirigencia vulnera principios, acusa


Su movimiento construirá alianzas desde abajo

Ortega lo llama a no perder la sensatez







Javier Salinas Cesáreo

Corresponsal



Texcoco, Méx., 20 de febrero. Andrés Manuel López Obrador dio a conocer este domingo que solicitó licencia como miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), tras aprobar su Consejo Nacional el pasado sábado la consulta pública que definirá la alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) en la elección de gobernador del estado de México.

Sostuvo que su licencia durará mientras haya “contubernio” de los dirigentes del PRD con Felipe Calderón y Acción Nacional. “No acepto de ninguna forma la alianza con el PAN, y llamo a los perredistas a mantener el apego a nuestros principios y fortalecer el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), junto con los militantes del Partido del Trabajo (PT) y Convergencia”, expresó.

Al encabezar en Texcoco uno de cuatro mítines dentro de la llamada gira de la lealtad, acompañado por Alejandro Encinas Rodríguez, aspirante a la gubernatura mexiquense, López Obrador afirmó: “Ya lo pensé bien y no quiero nada con los dirigentes del PRD que abandonaron los principios originales del partido y pactaron, acordaron y transaron con Calderón desde tiempo atrás”.

Al reunirse con más de ocho mil simpatizantes, el ex candidato presidencial instó a Encinas a definir si aceptará la candidatura del PT y Convergencia ante el posible pacto, y añadió en entrevista: “He pedido licencia, me hago a un lado mientras el PRD no retome su rumbo. Nada tenemos que hacer si ellos insisten en la alianza con el PAN”.

Encinas advirtió que la alianza con los panistas favorece al gobernador Enrique Peña Nieto, y lamentó “sinceramente” la decisión de su correligionario, pues “no abona a la unidad del partido”, aunque aclaró que se mantendrá en el sol azteca para luchar por la cohesión de la izquierda. “No quiero postularme por otro partido. Vamos a ver el desenlace, revisaremos, porque no se trata de una simple y sencilla decisión personal, sino de la ruptura de toda una corriente. Hay que mantener el esfuerzo de recuperar tanto los principios originales del PRD como el valor fundamental de la izquierda, que es la unidad...”

Más tarde, López Obrador dio a conocer la carta en que pide licencia para dedicar todo su tiempo a fortalecer el Movimiento Regeneración Nacional. “Las posiciones adoptadas por la dirigencia son opuestas a mis convicciones y contradicen los principios originales del partido”, señala el texto dirigido a Camilo Valenzuela Fierro, presidente del Consejo Nacional del PRD.

“De ninguna manera convalidaremos el proyecto de la mafia del poder, tendiente a consolidar un bipartidismo de derecha con el PRI o el PAN, que representan lo mismo y buscan prolongar el régimen de opresión, corrupción y privilegios que destruye al país y afecta cada vez más la tranquilidad y el bienestar de la mayoría de los mexicanos...”

En su documento, López Obrador añade que la licencia también le permitirá dedicarse a construir “una alianza desde abajo y con la gente en el estado de México para apoyar en su momento una candidatura que represente el verdadero cambio en beneficio de todos y en particular de los pobres y desposeídos”.

Encinas y el ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos prosiguieron su gira de trabajo por los municipios de Chicoloapan, Chimalhuacán y Los Reyes la Paz, donde se reunieron con otros miles de simpatizantes.




20 feb 2011










Julio Scherer García


De la contraportada del nuevo libro de Julio Scherer García: Estas historias de muerte y corrupción tienen como protagonistas, además de los narcos, a los gobernantes, los policías, los políticos, los jueces, los soldados, los niños sicarios y los civiles caídos en la guerra –que no lucha-- contra la delincuencia organizada. Estos últimos forman parte de las descarnadas estadísticas, enlistados como “daños colaterales” y, según registra fehacientemente el autor, de ellos se responsabiliza el comandante supremo de nuestras Fuerzas Armadas. Así, como primera conclusión, la respuesta a la pregunta que aquí se plantea resulta clave: ¿podría juzgarse al presidente por los inocentes muertos? “Detrás de cada víctima –apunta Scherer— hay un nombre, un apellido, una historia, pero llegará el día del rendimiento de cuentas por parte de quienes se vieron envueltos en esta tragedia que no cesa.” Aquí reproducimos algunos fragmentos del capítulo 2 de Historias de muerte y corrupción, titulado “La guerra de Calderón”.

MÉXICO, D.F., 19 de febrero (Proceso).- Fox, en su desventurada frivolidad, ofreció que lleva­ría a la cárcel a peces grandes que habían engordado a costa de todos. Nombró contralor a un norteño fuer­te, alto, el ceño severo, estampa de la autoridad impla­cable. El último dato de su biografía –la de Francisco Barrio– lo describe: embajador en Canadá, sin compromiso, sin riesgo el buen sueldo, la posibilidad de ahorrar para lo que fuera. Su paseo por la cancillería negaría un episodio memorable a su favor.

Calderón, en su turno, desalentó desde el principio las expectativas que muchos tuvieron acerca de que él, él sí, emprendería un camino distinto al de Fox y combatiría a fondo la corrupción y su punto de apoyo, la impunidad, el cáncer más doloroso en el organismo de la nación. En un lenguaje sin explicaciones advirtió que su régimen no actuaría contra el ex presidente ni con­tra su esposa, ni contra los hijos de la señora Sahagún, insistentemente señalados como corruptos; tampoco actuaría contra el saqueo a Pemex. No se ocuparía de los dispendios en el aeropuerto internacional, ni de la megabiblioteca, ni de los derroches nacidos de la irra­cionalidad, en suma, de ninguno de los escándalos ma­yores o menores en los que el sexenio foxista se había visto comprometido.

Uno al lado de otro en la historia azul, Fox y Calderón han mantenido posiciones opuestas frente al crimen organizado. Uno dejó en paz a los capos y el otro ha fundado con ellos una galería de notables que, sin duda alguna, seguirá creciendo. Uno, Fox, cubrió al país con el delgado manto de una paz que no se ve por lado alguno y el otro, Calderón, lleva al país a una guerra desdichada.

Sólo por fuera, pintados del mismo color, los mandatarios guardan un parecido. Pero de su relación política, inmensa su responsabilidad, poco a poco se va sabiendo más y más acerca de sus desacuerdos. Se habla ya, unidos los tiempos de ambos en Los Pinos, de la “decena perdida” y de un país que no encuentra su rumbo.

Sin medir la magnitud del problema que enfrentaba, Calderón se metió entero en el agua helada de un océano sin orillas. Ignoró o no fue consciente de que el narco se había infiltrado en las capas altas, medias y bajas de la sociedad a lo largo de cincuenta años de priísmo complaciente y durante el periodo del foxismo cómplice. Si Calderón había tramado una alianza emergente con las Fuerzas Armadas, los narcos habían tejido sus redes, lenta, pacientemente, que el tiempo estaba de su parte. Los narcos habían adquirido car­tas de ciudadanía, visibles en la geografía de la Repú­blica pueblos enteros cuya respiración la debían a la droga.

Además, cerrado a una creciente inconformidad, Calderón decidió que la guerra al narco sería su guerra y él sabría de qué manera conducirla, apoyado en las Fuerzas Armadas. En su desmedido protagonismo, vistió a sus hijos, Luis Felipe y Juan Pablo, de cuatro y ocho años de edad, con el uniforme de campaña, el verde olivo del Ejército que formó el general Joaquín Amaro allá por la década de 1920. En una foto se ve a los niños en la misma línea horizontal que su papá, flanqueado el presidente de la República por los secretarios de la Defensa y la Marina, presente también el jefe de la Fuerza Aérea.

Extracto del adelanto del libro de Julio Scherer García que se publica en la edición 1790 de la revista Proceso, ya en circulación.








Ominosas amenazas



Arnaldo Córdova


Para los estadunidenses el mundo es su casa y, como tal, en él pueden decidir y hacer lo que les venga en gana. Hace ya cuarenta años, el historiador Arthur Schlesinger (ya lo he citado antes) escribió que el gran mérito de Kennedy fue convertir la política internacional en política doméstica. Nada que ocurra en la Tierra podrá ser ignorado por el gobierno norteamericano; todo le interesa, porque todo le toca y sobre cada cosa tiene siempre un interés particular que debe imponer a toda costa. La doctrina de los intereses estadunidenses en el mundo, ahora junto con la de la seguridad nacional, es la brújula de su estrategia internacional.

Los que vivimos en otros países en el resto del mundo no tenemos más que apechugar y aceptarlo, por la sencilla razón de que no tenemos con qué enfrentar el descomunal poder económico, político y militar del imperio. Ya hemos tenido una prueba de que los gringos nos observan continuamente y siempre tenemos en nuestra vida nacional algo que a ellos les interesa en los documentos que ha dado a conocer Wikileaks. Nos conocen hasta el color de los calzones que usamos. No hay nada en nuestra política interior ni en nuestras relaciones con los demás que ellos no tengan registrado.

Estamos bajo la lupa y pretender que actuamos autónomamente y sin interferencias de otros es una idiotez. Los documentos de Wikileaks dicen muchas cosas que nosotros ya sabíamos o debíamos haber sabido y que ignoramos por simple comodidad. La virtud de ese destape documental es, ante todo, hacerlo público. Antes se rumoreaba o se suponía o se intuía, pero en todo caso se simulaba no saberlo o no darse cuenta de ello: los norteamericanos nos consideran parte ineliminable de su imperio y no están dispuestos a admitir o siquiera concebir que nosotros podamos oponernos a ello.

Con diferencia de sólo 24 horas, dos funcionarios norteamericanos, el subsecretario de la Defensa, Joseph Westphal, y Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Estados Unidos, produjeron declaraciones que nos obligan a reflexionar sobre el grado de dependencia estratégica en que nos encontramos con respecto a ese poder y la prepotencia que muestran en sus consideraciones sobre nuestro país, no importándoles un bledo que están hablando de un país soberano al que, por lo menos, deberían consultar antes de decir sus estupideces. Pero el respeto a los demás no es algo que caracterice a los gringos.

Westphal afirmó: “Como todos saben, hay una forma de insurgencia en México con los cárteles, que está justo sobre nuestra frontera. Esto no se trata sólo de drogas e inmigrantes ilegales. Esto es, potencialmente, sobre una toma de un gobierno por individuos que son corruptos”. ¿Quién es Westphal para hacer semejante diagnóstico? Tan sólo un pobre tonto. Lo peor vino cuando agregó que ello implicaría una respuesta militar estadunidense, vale decir una invasión de nuestro territorio. Realmente no es más que un estúpido que de inmediato fue obligado a desdecirse y justificar su dicho como una inocente opinión personal. La información es de David Brooks.

La Napolitano, otra descerebrada, afirmó un día después que “podría ocurrir” que se diera una alianza entre la organización terrorista Al Qaeda y el “cartel” de Los Zetas. Y, como si la estuvieran oyendo, advirtió: “no traigan esa guerra a Estados Unidos”, pues “responderemos muy, muy vigorosamente”. ¿Cómo?, pues de nuevo, pasando la frontera y haciéndose cargo de la situación como si México estuviera pintado o fuera su territorio. A los gringos, conceptos como el de soberanía nacional o país y patria para otros les resultan totalmente irrelevantes. Ellos, en México, se sienten como en su casa y, como en su casa, pueden hacer lo que quieran. También información de David Brooks.

La Napolitano dijo: “Tenemos a individuos en México trabajando sobre estos temas”. Y, en efecto, tienen a muchos agentes trabajando a la luz del día en nuestro país. La mayoría de ellos son mexicanos nacidos en Estados Unidos, que se prestan mejor a hacer el trabajo en una población mestiza y mayoritariamente morena. Pero eso no impide que los narcos también los identifiquen y, hasta hoy en muy contados casos, los ataquen. Poco después de las declaraciones que he citado, dos de esos agentes fueron agredidos en San Luis Potosí y uno de ellos murió. Los gringos deberían saber que a ellos también los infiltra el narco y que sabe de sus movimientos en México. Ahí tienen una prueba.

Dejemos de lado el hecho de que el gobierno norteamericano no hace nada para contener, disuadir o, incluso, reprimir el consumo de drogas entre sus ciudadanos ni, de igual modo, impide de ningún modo el tráfico de armas hacia México, lo que facilita y permite la labor de los cárteles de la droga. También el hecho de que el consumo de estupefacientes en Estados Unidos es un negocio fenomenal y el mucho dinero que circula en sus redes alimenta de modo directo la economía de ese país. El modo de actuar de los gringos respecto a México en el asunto del narcotráfico podría proyectarse a futuro para prevenir el comportamiento del gobierno estadunidense respecto a un cambio en la política mexicana.

Ellos están muy contentos con los gobiernos derechistas que el país ha padecido desde la época de De la Madrid. ¿Qué pasaría si en el futuro cercano un líder de izquierda tomara las riendas del poder político en México? Dan calosfríos de sólo rememorar la trágica experiencia del presidente Salvador Allende y su gobierno de Unidad Popular en el Chile de 1973. Es verdad que en las ocasiones que se han presentado con Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador ellos dijeron que no se metían en nuestra política interior y que era derecho del pueblo mexicano decidir quién lo gobernaría. Pero nadie podrá creerles, no después de lo que muestran respecto a los narcotraficantes mexicanos. Para ellos, México sigue siendo su corral trasero.

Todo mundo sabe cuál es el modo mejor para combatir al crimen organizado: atacar su sistema financiero y organizar un entramado de inteligencia que sea capaz de seguir todos los movimientos de los delincuentes. Tratar de aniquilarlos mediante la guerra a sangre y fuego, como estúpidamente lo ha hecho Calderón (con un saldo ya de cuarenta mil muertos), no hace sino avivar el conflicto. Es echarle gasolina al fuego. Supongamos que un candidato de izquierda gana las elecciones de 2012. Supongamos también que revierte la política de guerra y se dedica a operar sobre las finanzas de los narcos y conforma un mapa de inteligencia que logre ubicarlos en sus guaridas y en sus lugares de acción. ¿Cuál sería el comportamiento de los gringos frente a un gobierno semejante?

Sabiendo lo que han hecho con nuestro país y con los demás países de América Latina, sobre todo los del Caribe y Centroamérica, dudo mucho que sean los buenos chicos que dicen ser. Se impondría su estúpida doctrina de los intereses norteamericanos y de su seguridad nacional y harían de todo para derribar a un gobierno popular en nuestro país. México está en sus fronteras; Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Nicaragua están, por lo menos, un poco más lejos. ¡Pobre de México, tan cerca de Estados Unidos!