30 jul 2011




Desfiladero








Para salir de esta pesadilla sólo tenemos que despertar









Jaime Avilés






Quienes afirman que todos” los legisladores son “corresponsables” de la violencia que nos ha destruido como país, pecan de soberbia. No pueden vestir con ese sambenito a los que ocuparon las tribunas del Congreso en 2008 para tratar de impedir la privatización de Pemex. Tampoco pueden meter en el saco universal de la culpa a quienes, trabajando discreta pero eficazmente en las comisiones de la Cámara de Diputados, han frenado la aprobación de la reforma laboral y las modificaciones a la Ley de Seguridad Nacional. Esos legisladores, que tienen rostro, nombre y apellido, representan al Movimiento de Regeneración Nacional y responden al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.

Es verdad que la actual legislatura es indefendible. En ella han entretejido intereses y nexos los representantes de todas las expresiones del neoliberalismo salinista. Sin embargo, se equivocan quienes al descalificar a esos usurpadores de la representación popular, condenan a arder en el fuego de su santa indignación la casa que los alberga, una tarea tan absurda como sería la de quemar una cama para acabar con las chinches.

No es hora de renunciar a la política aunque nos repugnen los políticos del sistema. Mucho menos es hora de estigmatizar al Poder Legislativo, como hace a diario la televisión, para desmovilizar a la gente. Es la hora de organizarnos como pueblo a todo lo largo y ancho del país, para ganar el Congreso. Ante la multiplicación de murallas, alambradas y fosos llenos de cocodrilos, que la olinarquía ha colocado en torno de la Presidencia de la República para que nadie se la arrebate, tal vez lo correcto en 2012 sea buscar la mayoría legislativa, para sentar las bases de un régimen parlamentario que ponga en marcha un auténtico proceso de liberación nacional.

Necesitamos actualizar nuestras definiciones. Lo que nos vendieron como “la guerra de Calderón contra el crimen organizado”, en realidad era una guerra encubierta que el gobierno de Estados Unidos lanzó contra el pueblo de México para despojarnos de nuestras inmensas riquezas naturales, arrebatarnos la poca soberanía que nos queda y dotar a los bandos en pugna –los cárteles y las fuerzas armadas– de poderes extraordinarios que ya escapan a toda forma de control social.

A cinco años del inicio del histórico plantón de Reforma, que trató denodadamente de evitar la tragedia que hoy vivimos, hoy resulta más que obvio que, a través de Calderón, la Casa Blanca nos impuso un régimen cívico-militar en la forma de una narcodictadura, que debemos analizar con la cámara Phantom para mejor comprenderla, resistirla y derrotarla.

Por el lado “cívico” nos cogobiernan las televisoras (que fabrican “gobernantes” y controlan el cuerpo y la mente de decenas de millones de personas), los grandes empresarios que no pagan impuestos y son dueños de casi todo, los políticos y policías que trabajan para ellos y las industrias que lavan los 50 mil millones de dólares anuales de la droga, que son la base de la economía del país.

A su vez, por el lado “militar”, coexisten, uniformados o no, quienes portando armas de grueso calibre y actuando al abrigo de la impunidad, andan por carreteras y ciudades matando, torturando y desapareciendo a personas indefensas, en un combate perpetuo, sin pies ni cabeza, pero con dos objetivos claros, por lo menos muy claros para el Pentágono. Uno, táctico –paralizarnos políticamente por medio del terror–, el otro, estratégico: diezmarnos como población.

Cuando al calor de la crisis del corralito en Argentina multitudes enardecidas repetían a diario, en violentas manifestaciones de protesta, “que se vayan todos” (los políticos en general), a la postre, los únicos que se vieron obligados a abandonar la escena pública fueron, irónicamente, los creadores de esa atractiva consigna, es decir, los escasos legisladores de la izquierda pura y dura, que efectivamente se fueron a sus casas mientras regresaban al poder los peronistas (esa fallida versión sudamericana del PRI).

Aquí, desde el movimiento de Javier Sicilia, voces respetables y queridas llaman a no votar en las elecciones del año próximo. Esto, afirman, despojaría de toda “legitimidad” a la clase política. Detengámonos a examinar esta idea. Para la gente de a pie, a la “clase política” pertenecen los ineptos fanfarrones del Poder Ejecutivo, los miembros del Congreso en ambas cámaras, los ministros de la Corte y su larga cauda de magistrados y jueces, los gobernadores y legisladores de los estados, los presidentes municipales y los dirigentes de los partidos, los levantacejas de la pantalla chica, los opinócratas de las cadenas radiofónicas, los obispos, cardenales y arzobispos, etcétera. ¿Vamos a dejar de votar para deslegitimarlos? No tiene sentido. Sería como tratar de rapar a Carlos Salinas de Gortari.

Además, también son parte de la clase política los activistas sociales, los militantes de los movimientos ciudadanos, las ONG, los periodistas del universo de papel impreso, los blogueros, los 300 mil que todo lo debaten a toda hora en Twitter y los ingenuos que participamos en los círculos de estudio de Facebook, como “Fuera Orozco”, que organiza el descontento contra la aliada de Elba Esther Gordillo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, o “Los gastos pendejos”, que documenta las compras fraudulentas hechas por la Marina, el Ejército, la Policía Federal y demás dependencias gubernamentales a ciencia y paciencia de Calderón.

Para asombro de unos y malestar de otros, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ha hecho suyos la agenda y el discurso de la nueva derecha que se pretende “modernizadora”. Del brazo de Calderón, esa nueva derecha exige relección inmediata de los miembros del Poder Legislativo al mismo tiempo que los denigra, así como la incorporación de las candidaturas sin partido mientras amaga con el fantasma del voto nulo. ¿Cuál es su meta? ¿Que nada estorbe o entorpezca el cambio o de mandos en la cúpula de la narcodictadura? ¿Que al igual que en el estado de México el pueblo se mantenga al margen de las urnas y Calderón –haiga sido como haiga sido– se quede otros seis años, o bien le entregue el poder a Cordero, Don Beltrone o Peña Nieto, y el país siga igual, es decir, en el caos?

Dentro de 72 horas, probablemente, la historia de la humanidad entrará en una nueva etapa, que será inaugurada por un brutal desplome del dólar, si Obama no consigue aplazar la suspensión de pagos de Estados Unidos al FMI. Si el dólar deja de ser la moneda de referencia para todas las economías del planeta, vamos a experimentar muy emocionantes turbulencias en la ciudad, el país, el continente y el hemisferio donde estemos. En México se viven situaciones límites en todos los ámbitos: de represión desatada por los golpeadores de Esther Orozco contra los estudiantes de la UACM a la cólera de los vecinos de Tlalpan y Magdalena Contreras, provocada por la descarada corrupción de los delegados Higinio Chávez y Eduardo Hernández.

De la ira que sienten los habitantes de Nuevo León porque su “gobernador” se mudó a Texas, al pánico de los que viven en Veracruz por la creciente violencia de Los Zetas, la Marina y el Ejército. Del terror de los migrantes que van de Chiapas a Estados Unidos al nerviosismo de los más ricos entre los ricos que tiemblan pensando en que una nueva recesión en Estados Unidos agudizará en todo el orbe el estallido social. No, no es la hora de darle la espalda a la política, sino de cambiar de política y de políticos. Para salir de esta pesadilla sólo tenemos que despertar.

jamastu@gmail.com














Sicilia, apaleado por el círculo rojo





Federico Arreola

2011-07-29



Lo mejor de la prensa mexicana (pienso en gente honorable, independiente y valiente como Julio Hernández de La Jornada), ha cuestionado seriamente a Javier Sicilia por sus diálogos con Felipe Calderón y Manlio Fabio Beltrones.

Eso es algo que debería preocupar al poeta y que seguramente le preocupa.

Más tendría que preocupar a Sicilia que lo elogie lo peor de la prensa mexicana (pienso en personas poco dignas como Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, columnistas de Milenio invariablemente entregados al poder).

Antes, cuando el movimiento de Sicilia principiaba, a Sicilia lo criticaban en Milenio y lo ensalzaban en La Jornada.

Ocurría así porque la protesta del poeta era mal vista por el gobierno, qué tiempos aquellos.

La percepción de los medios se invirtió cuando el gobierno empezó a ver con buenos ojos a Javier Sicilia y a las personas que lo apoyan.

Solo por dar un ejemplo de lo que ahora se piensa de Sicilia en el llamado círculo rojo, cito a Julio Hernández, de La Jornada:

“El poeta Javier Sicilia ha convertido un movimiento social de exigencias en un vehículo personal de traslado y transferencia de emociones individuales. Ambivalente, contradictorio, centrado y concentrado en sí mismo y en un pequeño grupo que le rodea, asesora y conduce, el padre de uno de los jóvenes asesinados meses atrás en Cuernavaca ha ido derivando la suerte de mandato colectivo que en un principio tuvo hacia meros ejercicios espirituales, retóricos y fotográficos que están siendo aprovechados gozosamente por diversos personajes de la elite política nacional.

“Del perdón como demanda ética a una clase política inmoral, al reparto entusiasta de besos y abrazos como una especie de comunión expiatoria. Sicilia ha colocado en el centro de su estandarte eclesiástico la demanda de que los políticos pecadores pidan perdón, como si el simple hecho de expresar determinadas palabras convirtiese a los cínicos oficiantes del poder en entes redimidos…

“Desgaste y confusión de aquel movimiento original no solamente por el hecho de que el líder Sicilia ha decidido imponer su visión y métodos, sin que haya consulta o decisiones compartidas con algún segmento representativo que no sea el de quienes forman parte de su comité central, sino, sobre todo, porque las escenografías hasta ahora montadas solamente están consolidando al mismo sistema supuestamente combatido o al que presuntamente se exigen cuentas y correcciones, mismas que le son prometidas pero sin seriedad procesal ni compromisos de calendario, en algo parecido a jugar el dedo en la boca a sabiendas de que los tiempos electorales están encima y nada de lo que hoy se diga o jure habrá de tener espacio para cumplimiento real sino después de las elecciones de 2012…

“Un punto altamente demostrativo de la confusión y miopía que se ha impuesto a ese movimiento desde su cúpula directiva es el relacionado con el inconsulto apoyo que se ha dado al remedo de reforma política que Calderón ha acordado con Beltrones (quien ayer vivió uno de los momentos difíciles de su templada carrera, a la hora de enfrentarse al hecho en curso de ser besado por el poeta del perdón) y que Peña Nieto ha frenado en San Lázaro…”.

Un ejemplo de lo bien que ve ahora a Sicilia la prensa entregada al poder es la columna de este viernes de Ciro Gómez Leyva en Milenio:

“Claro que es posible, completamente posible, me dijo el miércoles Emilio Álvarez Icaza, cuando afinaba detalles para el Diálogo con diputados y senadores. Después de ver y escuchar lo que se dijo ayer en el Castillo de Chapultepec, uno pensaría que sí, que es completamente posible.

“¿Qué? Darle sentido ciudadano a la iniciativa de Ley de Seguridad Nacional. Legislar eficazmente en favor de las víctimas, así sean los hijos de los sicarios más malditos. Emprender, en serio, el duro camino de una Comisión de la Verdad que reconcilie a los mexicanos, no una que los divida más. Porque, lo dijo Javier Sicilia parafraseando a Gandhi: no hay camino a la paz, la paz es el camino.

“¿Qué? Sacar una reforma política para las elecciones federales de 2012, así sea apenas para las candidaturas independientes y las iniciativas ciudadanas (el PRI se obstina en bloquear la reelección). Es cosa de que los legisladores quieran. La fórmula legislativa es sencilla, completamente posible. Lo contrario, otra vez Sicilia, varias veces Sicilia, puede encaminar las cosas al desfiladero, a las ‘elecciones de la ignominia’…”.

Yo sigo creyendo en la buena fe de Sicilia y en la pureza de su movimiento...

Lo que no creo es que Calderón y Beltrones realmente vayan a cumplir al poeta lo que han prometido: reformas positivas para la nación que conduzcan a la paz.

En mi opinión, los políticos, esos políticos, están engañando a Javier Sicilia, por eso ya aposté una comida a que así ocurrirá y no tengo duda de que ganaré.

Desde luego, cuando se me pague pediré el vino más caro que exista en el restaurante en el que brindaré, una vez más, por único que sigue de pie en nuestro país: el cinismo de unos pocos y la ingenuidad de la mayorìa .






28 jul 2011

La rayuela de La Jornada de hoy es en relaciòn a lo que està haciendo la televisiòn , principalmente televisa , que a fuerza de una incalculablemnete costosa difuciòn de la imagen de Peña Nieto y del PRI , pretende que los mexicanos nos olvidemos de esos 70 años de asesinatos , corrupciòn e impunidad en que vivimos durante el priato .

La AMEDI sostiene que la televisiòn no te dice "que pensar" , te dice "en que pensar" y es muy cierto . ¿llegarà el dìa en que alguien le ponga un alto al duopolio televisivo ?







Rayuela :


La apuesta por el olvido y el darle la vuelta a la página de la historia no tiene futuro. Recuperar la memoria es un acto moral necesario para reinventarnos como nación.














Astillero



Oportunismo “deportivo”

Chicharito Calderón

Otras conmociones

Golpiza en Juárez






Julio Hernández López

Ayer, a las ocho de la noche con catorce minutos, el responsable ejecutivo (haiga sido como haiga sido) de lo que institucionalmente va sucediendo en el país, creyó llegado el momento de fijar postura ante los graves problemas que se viven o cuando menos ante uno de ellos, así que tomó con determinación su Blackberry y a los tuiteros y a los mexicanos en general hizo saber: “Es una pena que El Chicharito no haya podido jugar contra All Stars debido a una conmoción. Un abrazo para él”.

Pero ni una palabra, ni un suspiro, ni una condolencia, ni siquiera un deportivo tuiteo felipista de oportunidad para los miles de mexicanos que ese mismo día –como otros días, semanas, meses, años– vivieron bajo terror en alguno de los puntos de la ensangrentada geografía nacional donde se libran combates entre fuerzas gubernamentales (soldados, marinos y policías federales) contra presuntos o verdaderos delincuentes, sobre todo narcotraficantes, y que hora tras hora producen muerte y violencia no sólo a esas partes en combate, sino a muchos civiles inocentes.

Gran preocupación calderonista por la conmoción cerebral leve que sufrió el goleador mexicano que juega en Manchester, mientras (por citar solamente algunos ejemplos del día) el niño pastor gravemente amputado por el estallido de un artefacto presuntamente militar aún no sabe su condición devastada, y en Ciudad Juárez se va esclareciendo la historia de los 17 reos asesinados con subametralladoras, y el jefe de la policía municipal juarense denuncia que fue atacado por agentes federales que a su vez lo acusan de haber traspasado un “círculo de seguridad”, y en Nuevo León se informa que fueron encontradas 18 bolsas con restos humanos, y en el municipio neoleonés de Guadalupe es incendiada la camioneta de los escoltas de la presidenta municipal, y en Ixtlán del Río (Nayarit) se vive pánico por los enfrentamientos entre soldados y narcotraficantes en un campamento de éstos.

Uf. De nunca acabar, el recuento de los episodios nefastos por los cuales Felipe Calderón Hinojosa debería de expresar más que “pena” a través de Twitter. No todos son El Chicharito, pero son mexicanos que caen y sufren a causa de los desajustes sin control que ha provocado el personaje antes mencionado, quien desató una “guerra” sin sentido, sabidamente perdida, desastrosa en todos sentidos, sin viabilidad ni esperanza y en la que ha convertido a la nación en algo peor que campo bélico: en tierra de nadie, donde criminales desbordados imponen leyes civiles, fiscales y penales, y donde cualquiera puede ser detenido, vejado, agredido, desaparecido y muerto sin que haya Estado capaz ya no de prevenir e impedir tales delitos, sino, cuando menos, de indagar causas, encontrar verdades y aplicar castigos.

Contrasta terriblemente la prontitud doliente de Calderón ante un accidente deportivo cuidado de las mejores maneras médicas por un poderoso club, frente al silencio que se guarda frente a las diarias escenas de detenidos que aparecen frente a cámaras periodísticas con evidentes muestras de golpizas y torturas. Como si tal fuera el mensaje intimidatorio y paralizante que se deseara enviar a la población, se exhiben rostros y cuerpos que delatan las sesiones inhumanas de “interrogatorios”, haciendo que, quienes tales excesos ven, se preocupen más de salvaguardar su propia humanidad que en indignarse y protestar por el salvaje tratamiento dado a esos presuntos delincuentes.

Tal vez una buena oportunidad de mostrar genuina preocupación y pena por golpes y conmociones la tengan el mencionado Calderón Hinojosa, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, y el presidente municipal de Ciudad Juárez, al ver la fotografía que por desgracia es necesario poner a disposición de los lectores (
http://bit.ly/mQNRka), advirtiéndoles a estos lo dolorosa que resulta, para que eviten abrir esa liga quienes prefieran evitar tal asomo. Un joven juarense de 18 años de edad que fue detenido junto con otros más luego de un doble asesinato afuera de un hospital del Seguro Social. Jesús Adolfo Razo, vendedor de hamburguesas, lavaba un automóvil afuera de su casa cuando fue apresado por policías municipales y salvajemente golpeado. A reserva de que un proceso penal delimite si tiene responsabilidad alguna y en su caso reciba el castigo que le corresponda, ese otro joven, el juarense, y los demás jóvenes, ¿no merecen que los gobernantes expresen “pena”, se conduelan de sus “conmociones” y les manden si no un abrazo cuando menos una promesa de algo parecido a la justicia, de que no se permitirá que se les convierta en chivos expiatorios, que se les atenderá médicamente y se procesará a sus agresores?

Astillas

Más de dos mil profesores que laboran en el Programa de Educación Superior Abierta y a Distancia (ESAD) de la SEP llevan nueves meses sin recibir sus sueldos pero, en cambio, han recibido rebuscados intentos de explicación que simplemente confirman que no hay fecha para sus pagos. Por ejemplo, Héctor Luna Reyes, enlace administrativo y responsable del área de pagos de ESAD, escribió: “Antes que nada una disculpa por la tardanza en sus pagos, sabemos de las inconveniencias que esto les ocasiona y estamos haciendo todo lo necesario con las áreas administrativas correspondientes para que los pagos pendientes se realicen a la mayor brevedad, pero no nos han informado; en cualquier momento estaremos en posibilidad de darles la fecha para este fin. Usted son (sic) una parte muy importante para nosotros y para el Programa de Educación Superior Abierta y a Distancia de la SEP, por lo que estamos buscando estrategias e implementando acciones que permitan eliminar estas inconveniencias en el futuro inmediato y dispongamos de los recursos lo antes posible para realizar sus pagos en el menor tiempo posible. Como en ocasiones anteriores, les reitero que a ningún Facilitador que haya cumplido con sus actividades se le dejará de pagar el total de los recursos devengados”. El secretario Lujambio, mientras tanto, clavado en la grilla… ¡Hasta mañana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx







Candidaturas independientes






Octavio Rodríguez Araujo




¿Qué se quiere decir con candidaturas independientes? En clave kantiana la cualidad de independiente significaría algo así como un poder en sí mismo para la participación libre en la vida política. Parece ser esta interpretación la más aceptada por muchos de los que han propuesto las candidaturas independientes, desde Felipe Calderón (diciembre de 2010) hasta Javier Sicilia y su comando de twitteros (julio de 2011), pasando por otros muchos filopanistas y las comisiones unidas” del Senado de la República.

En su excelente artículo del lunes, John Ackerman ha señalado con sobrada razón que esta propuesta “aseguraría una mayor dominación de los poderes fácticos y los intereses particulares sobre la política nacional”. Su opinión está basada en el hecho de que un supuesto candidato independiente requerirá, para promoverse, una gran cantidad de dinero y un aparato de tipo electoral que facilite no sólo la logística sino la propaganda. Esto cuesta muchos millones de pesos y alguien los tiene que pagar. De aquí que John diga, con acierto, que el que paga manda. Y el que pague puede ser tanto legal como ilegal, sobre todo en un país donde el lavado de dinero es un verdadero misterio hasta para la Secretaría de Hacienda.

En esta lógica hay también otra interpretación: que el candidato sea alguien no afiliado a un partido, lo que no quiere decir que no sea propuesto y apoyado por un partido o un conjunto de partidos. Quienes han lanzado la idea de que ese candidato sea alguien como José Woldenberg o Juan Ramón de la Fuente andan por ahí, en esta interpretación. Sin embargo, brinca de inmediato la pregunta: ¿independientes de qué, de quién y durante cuánto tiempo?

¿Qué tan independiente puede ser un candidato supuestamente independiente a la Presidencia de la República o incluso a una presidencia municipal? Todos sabemos, y particularmente quienes hemos estudiado la vida política del país, que un candidato a la presidencia municipal X recibe apoyos que van, según la riqueza del municipio, desde la tortería y la mueblería de la calle principal, pasando por el dueño de la cantina y el billar, hasta los intereses más grandes que uno pueda imaginarse. Lo anterior, independientemente de si el candidato está afiliado o no a un partido y de si es o no propuesto por un partido. Así se hacen las campañas y así las elecciones. Ignorarlo es hacerle al tío Lolo. Luego vendrán las retribuciones del candidato ganador a sus patrocinadores y así, en espiral, hasta llegar al cargo más importante en la carrera política de cualquiera. Esto fue estudiado por Gustavo Hernández en su tesis de tres tomos elogiada en su momento por Daniel Cosío Villegas (y, a propósito, mis condolencias a su hija Emma por el fallecimiento de Jan de Vos, ambos amigos muy queridos).

En clave marxista la interpretación es un tanto diferente. Un ciudadano es parte de una comunidad política cuyos derechos los ejerce participando en la vida social junto con los demás miembros de esa comunidad. En términos de Marshall, para citar a un autor no marxista, la ciudadanía es el estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad. En ambos casos se refiere a todos los que teniendo estatus de ciudadanos participan en la vida social, sean representantes de la sociedad o de una parte de ésta (gobernantes, diputados, dirigentes empresariales o sindicales, etcétera), sean ciudadanos sin representación o sean ciudadanos organizados en partidos políticos. Todos los ciudadanos son, por lo tanto, tan independientes como quieran y puedan serlo, y parte de su relativa independencia consiste en asociarse a comunidades de acción, por fines específicos al margen de identidades políticas y/o ideológicas, o en partidos políticos en los que encuentren una cierta identidad distinta de otros partidos y con los que aspiren a la toma del poder, bien para perpetuarse en él o para cambiar el estado de cosas.

Los ciudadanos, entonces, forman asociaciones de diversos tipos (por ciertos objetivos pluriclasistas, por otros definidamente clasistas, por coincidencias políticas e incluso por identidades raciales, étnicas, religiosas, etcétera). Unas de esas asociaciones son efímeras (que desaparecen una vez logrados sus objetivos o por inanición) y otras son más o menos permanentes (como algunos partidos políticos u organizaciones gremiales, sean de trabajadores o de empresarios). Los ciudadanos aislados, cuando existen, son individuos con intereses personales, normalmente egoístas y mezquinos. Tal vez a éstos se les pueda llamar ciudadanos independientes, aunque el término es muy discutible, pues la independencia supondría que no recibió influencias familiares, educativas, religiosas, televisivas y más; es decir, que su libre albedrío no está determinado por nada externo y de alguna manera ajeno. ¿Existirán este tipo de personas? ¿Será suficiente decir no estoy con Juana ni con Chana sino sólo conmigo y mi circunstancia? Ni los niños de probeta, pues una vez que nacieron comienzan a recibir influencias externas.

Sobre Javier Sicilia, ¿qué más se puede decir después de que abraza a Calderón y a Josefina Vázquez Mota, y de que le besa la mano ni más ni menos que a la procuradora general de la República? Obviamente está en su derecho a repartir sus afectos entre quienes quiera (casualmente panistas), pero no en tratar de avasallar la soberanía de la Cámara de Diputados al exigir que aprueben la reforma que, en lo fundamental, envió al Senado su cuate Calderón. Ackerman, suave que es (en la forma, no en el contenido de su artículo), le dijo tres cosas al poeta (que ya se desbordó a sí mismo) y que quiero resaltar: 1) que pecó de soberbia, 2) que, con toda la pena, no existe un “mandato ciudadano” para él, y 3) que la democracia no se construye con diputados obedientes que atenderán sus “exigencias” sin discutir, previamente y por el tiempo que sea necesario, lo que les presente la otra cámara legislativa o el titular del Ejecutivo. Sicilia se preguntaba cómo podía llamarse democracia que Eruviel Ávila ganara con el 20 por ciento de la población (Reforma.com, 20/07/11), pero, que yo sepa, no preguntó lo mismo cuando, según datos oficiales, Calderón “ganó” exactamente con 14.24 por ciento de la población total en 2006 (15 millones 284 votos de una población de 105 millones 342 mil habitantes). Una vez más: congruencia, poeta.

http://rodriguezaraujo.unam.mx/





17 jul 2011



El despertar



Por la democracia






José Agustín Ortiz Pinchetti




Poco antes de las elecciones de 1994, un grupo de ciudadanos elaboramos un catálogo de 20 compromisos por la democracia. Gabriel Zaid participó y propuso una redacción breve y contundente. Nos asociamos gentes de todas las ideologías y partidos (inclusive el PRI), y no fue difícil ponernos de acuerdo. La declaración fue firmada por Luis Donaldo Colosio, del PRI (más tarde por Zedillo); Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, y Diego Fernández de Cevallos, por el PAN. Ninguno de estos compromisos ha sido cumplido cabalmente hasta la fecha.

En aquel momento se temía un “choque de trenes”; hoy las circunstancias nacionales son mucho peores. Si cotejamos al México de los 90 y al actual, en ningún campo saldremos ganando; el rencor y la polarización están aumentando. En 2012 se juntarán todas nuestras asignaturas pendientes. ¿Por qué no anticiparnos? Sugiero un pacto mucho más modesto que el de los 20 compromisos, pero mucho más urgente. Se reduciría a crear las condiciones mínimas para que fueran genuinas y creíbles las elecciones de 2012. Creo que con cinco acuerdos bien hechos bastaría, siempre que los firmaran los políticos más relevantes. No me hago ilusiones: se requerirían reforma a las leyes y a la Constitución y una dosis extraordinaria de voluntad política, visión y patriotismo, y en este momento esas sustancias no son muy abundantes.

1. Controlar el dinero. Gastar en elecciones miles de millones, en un país con crisis recurrentes desde hace 30 años, es peor que un crimen: es una estupidez. Hay mecanismos eficaces para reducir los flujos y determinar su origen.

2. Controlar a los medios. La tele no puede votar por 40 millones. Debe cumplirme la sentencia de la Corte y restringir el uso y el abuso de los “comerciales” en las campañas políticas. Los medios deben hacer claras las propuestas de cada candidato. Eso seria más que suficiente.

3. Reorganizar los órganos electorales. Hay que completar el elenco de IFE y TEPJF con personas preocupadas por su prestigio, no por obedecer a los partidos o grupos que los designaron. En el IFE el recambio más importante no es el de arriba, sino el de los niveles intermedios.

4. Controlar a los poderes fácticos. No se vale que el sindicato de Pemex “invierta” mil millones en las campañas del PRI, o que un ejército de maestros organice los fraudes electorales. O que Elba Esther Gordillo sea la que ponga al Rey. No se vale que los empresarios se suban al ring electoral.

5. Controlar al Presidente de la Republica. Calderón es un católico que cree que el PRI es intrinsícamente perverso y que AMLO, y no él, es el peligro para México. No hay que dejarlo utilizar la palanca del Poder Ejecutivo para favorecer a su candidato.

Después de lo ocurrido en el estado de México ya no podemos hacernos ilusiones: el peligro de una restauración autoritaria es factible.






16 jul 2011



Desfiladero



Gordillazo en puerta: Calderón desafía a Salinas





Jaime Avilés




Desde el aciago día en que se metió a la Cámara de Diputados para robarse la banda presidencial, o por primera vez en los cuatro años y medio de su gobierno”, Calderón se ve contento, relajado, fresco. No sólo porque después del abrazo de Chapultepec su popularidad se elevó un poco –algo que jamás había ocurrido en el sexenio–, sino porque gracias a la reforma constitucional en materia de derechos humanos, que entrará en vigor en octubre, ya no hay trabas legales que impidan la privatización de Pemex.

En opinión del catedrático universitario César Garizurieta –hijo del legendario Tlacuache, que popularizó la máxima de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”–, si el derecho a la propiedad privada es “el primero de los derechos humanos”, la reforma que el Congreso aprobó en mayo, y que ya obtuvo el apoyo de más de la mitad de las legislaturas estatales, anuló automáticamente el artículo 27 constitucional, según el cual el Estado es el único dueño de las riquezas del subsuelo.

“Después de promulgar la reforma en derechos humanos, Calderón anunció que México venderá bonos de Pemex a empresas privadas nacionales y extranjeras”, afirmó, en una larga entrevista, que se publicará en otro momento, el doctor Garizurieta. Su interpretación concuerda con dos hechos posteriores.

La prensa de Nueva York propaló que gracias al “repunte” de la economía mexicana bajó el número de trabajadores que emigran al país del norte: como si en esto no influyera la crisis económica de Estados Unidos, ni el terror sembrado por los cárteles de la droga y las fuerzas armadas en Tamaulipas, Coahuila, Chihua-hua, Sonora y Baja California, y a lo largo de la ruta del Tren de la Muerte, donde el genocidio tolerado y consentido es una política diseñada por Washington y aplicada por Calderón para detener el flujo migratorio de toda América Latina.

Otra recompensa: Navi Pillay, comisionada de la ONU en derechos humanos, vino a felicitarlo por tan excelsa reforma, y no dudó en tomarse fotos con él.

Después de todo, Calderón cumplió al fin el compromiso más importante que contrajo con Estados Unidos durante su visita a California como secretario de Energía en 2003: privatizar Pemex y, obedeciendo al pie de la letra las instrucciones de Bush, y más tarde de Hillary Clinton, hundió a México en una guerra civil que nos desangra y nos destruye, pero que a él le significa el apoyo absoluto de la Casa Blanca, el Pentágono, la CIA, la FBI, la DEA, el complejo industrial militar que se dedica a la fabricación de armas (controlado por el Partido Democráta) y del complejo petrolero (controlado por el Partido Republicano).

Robustecido por los abominables pero eficaces servicios que presta a quienes lo incrustaron en el poder, ahora Calderón parece estar contemplando la posibilidad de conservarlo mediante interpósita persona –Cordero o Lujambio– y olvidar que prometió entregárselo a Peña Nieto. Ha quedado tan bien parado con Washington que ya se siente con tamaños para romper con Salinas, enfrentando a Elba Esther Gordillo.

A Calderón le urge, como salta a la vista, quitarle a la maestra del hampa el control que le permite manipular el voto corporativo de millón y medio de profesores, el de los familiares de éstos y el de los padres de millones de alumnos. Con esa fuerza descomunal, Elba contribuyó al fraude electoral de 2006. Hoy, esa maquinaria trabaja ya en favor de Peña Nieto. De ahí que, estiman los que dicen que saben, el “gordillazo” podría ocurrir en cualquier momento.

Ahora bien, si a pesar de todo el veredicto de las urnas le fuera desfavorable, Calderón aún guarda bajo la manga un plan B. Con el IFE incompleto (le faltan tres consejeros), con las televisoras en pie de guerra y dispuestas a violar las leyes que les prohíben participar difundiendo espots durante la contienda, y con el crimen organizado más fuerte que nunca, y en condiciones de impedir la instalación de más de 20 por ciento de las casillas en todo el país, los comicios del primero de julio de 2012 podrían ser anulados, y posponerse dos años.

Por lo demás, si los corderos balan, el que dirige la Secretaría de Hacienda está midiendo el impacto que tuvo en su debut como baladista –dicen que pronto sacará su álbum “Una familia puede vivir con seis mil”–, mientras el oráculo de la Secretaría de Educación –¿hay discursos más crípticos que los de Alonso Lujambio?–, prefirió mirar al cielo cuando el arquitecto César Pérez Becerril, quien construye la Estela de Luz y Fuerza en Chapultepec, denunció que la obra, calculada originalmente en 400 millones de pesos, ya ha consumido más de mil millones, pues Lujambio le ha entregado 800 a la empresa Gutsa, pese a que está inhabilitada para trabajar con el sector público hasta 2015.

¿Cuántos de esos 800 millones, desviados ilegalmente a Gutsa, serán para la precampaña electoral de Lujambio? ¿Tuvieron el mismo destino los 28 millones que Consuelo Sáizar, directora de Conaculta, “gastó” en un festejo de seis días en Bellas Artes? ¿Al cochinito de Lujambio irán a dar también los supuestos 380 millones de pesos que Conaculta dice que invertirá en remodelar la Cineteca?

Hasta ahora, uno tratando de posicionarse por el abuso de la retórica, y el otro forrándose sin disimulo gracias a la arquitectura, Cordero y Lujambio buscan la estafeta del PAN, mientras, con la bendición de Fox y Martha Sahagún (y Salinas también) entró a la pista Santiago Creel. Pero ojo, los tres corren muy por detrás del cuarto competidor, esto es, de Marcelo Ebrard, quien respaldado por Manuel Camacho (y Salinas), trabaja en un proyecto mucho más ambicioso para forjar la candidatura PAN-PRD.

Ebrard ya suscribió los acuerdos de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para la creación de la Policía Única, es decir, ya se cuadró ante Genaro García Luna. Cuauhtémoc Cárdenas ya dijo que su partido iría en alianza con el del hombrecito que arrastró a México al peor desastre de su historia moderna, “si el PAN incluye propuestas del PRD”. Mientras en Michoacán él, Camacho y Ebrard impulsan al senador Silvano Aureoles Conejo, carta de los chuchos, contra Luisa María Calderón Hinojosa, la misma Cocoa que cuando su hermano llegó al poder prometió que en todo el sexenio “nunca” haría política.

Mientras tanto, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, apadrinó hace días a la nueva generación de egresadas de la más importante escuela de parteras que hay en México, el Centro de Atención a los Adolescentes de San Miguel de Allende (Casa). Con ese reconocimiento –no exento de audacia– a una ONG que promueve la educación sexual y combate la criminalización del aborto en Guanajuato, Córdova le declaró la guerra al Yunque y tratará de unificar a los sectores progresistas del estado para arrebatarle la gubenatura.

Por su parte, Televisa y sus levantacejas, y Humberto Moreira, líder nominal del PRI, andan cacareando que el procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, será candidato tricolor al gobierno del DF, donde el fracaso de Ebrard y la corrupción escandalosa de la mayoría de los delegados pronostican una derrota casi segura para el PRD...

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La situación, más grave que durante los 300 años que duró la época de la Colonia, señala

Padece el país el mayor saqueo de su historia, afirma López Obrador



Cuando se reparte mal el botín hay motín, comenta en torno a acusaciones entre Gordillo y Yunes




Andrés Manuel López Obrador, con sus seguidores en NavojoaFoto Carlos Ramos Mamahua



Ulises Gutiérrez Ruelas
Corresponsal


Hermosillo, Son., 15 de julio. En los 25 años recientes, México ha sufrido el peor saqueo de su historia, incluso más grave que el ocurrido durante la época de la Colonia, ya que aquel se efectuó en un lapso de 300 años, dijo Andrés Manuel López Obrador ante más de 6 mil personas que se reunieron frente al mercado municipal de Navojoa, sur de Sonora, la noche de este viernes.

“Ahora ya hay multimillonarios mexicanos que están en la lista de los hombres más ricos del mundo, y pura riqueza mal habida porque antes de Carlos Salinas no pintaban”, sostuvo.

López Obrador habló de la necesidad de un cambio en la nación para detener el saqueo de los bienes, como los recursos minerales y el petróleo; la malversación del billonario presupuesto nacional, así como la explotación de su clase trabajadora.

Destacó que los hombres más ricos del país se han apoyado en un grupo de políticos y funcionarios, quienes llegan a obtener salarios desde los 300 mil a los 600 mil pesos mensuales.

“Decía un amigo, ‘México tiene todo, hay de todo, pero se lo clavan todo’”, comentó el ex candidato presidencial a sus seguidores, quiense lo ovacionaron durante el discurso que duró casi una hora.

“Me da gusto estar con ustedes y les agradezco que estén aquí a pesar del sol y el calor”, indicó durante el acto con los integrantes de los comités municipales del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de 23 municipios del sur del estado.

El político tabasqueño subrayó que la transformación del país se va a dar con la participación de obreros y campesinos, como los del Valle del Mayo, quienes serán clave, como millones de campesinos, en el cambio pacífico que requiere México.

“Gracias por su interés por transformar la vida pública en México, aquí ganamos en las elecciones de 2006 y estamos seguros de que volveremos a ganar” en 2012, manifestó a los campesinos e integrantes de la etnia mayo reunidos mayoritariamente en esta localidad.

Sostuvo que en los 25 años recientes, en que han gobernado los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, el sistema político dominante en la nación ha sumido al campo mexicano a sus niveles de producción más bajo y al empobrecimiento visible en miles de comunidades.

“Eso va a cambiar; modificaremos la política agropecuaria, vamos a regresar al campo y a producir lo que consumimos en México, a alcanzar la autosuficiencia alimentaria, la soberanía alimentaria y también se dará un cambio en la política energética, ya no va a pasar de que se venda petróleo crudo, materia prima al extranjero, para comprar gasolinas, ya que ahora estamos comprando más de la mitad de la gasolina que consumimos en México, cuando tenemos el petróleo crudo, la materia prima, porque desde hace 30 años no se construye una refinería en el país”.

También habló de la necesidad de que Elba Esther Gordillo deje de manejar a su antojo la Secretaría de Educación Pública, control que le brindó Felipe Calderón a cambio de ayudarlo en el gran fraude electoral de 2006, dijo a los asistentes, quienes lo ovacionaron.

Por la tarde y noche, López Obrador sostuvo reuniones con habitantes de Navojoa y de Ciudad Obregón, donde afirmó que las acusaciones que se lanzan ahora Gordillo y el ex director del Issste Miguel Ángel Yunes son porque, como se dice coloquialmente, cuando se reparte mal el botín, hay motín.


13 jul 2011



Verdades de la opinocracia






Luis Linares Zapata



El veredicto de la opinocracia fue tan instantáneo como endebles los fundamentos de sus comunes sentencias. El mayor perdedor de las pasadas elecciones en el estado de México fue, para ellos y sin sombra de duda que los atosigara, Andrés Manuel López Obrador. La base de su imbatible argumentación no tiene desperdicio: fue él quien se opuso a la alianza entre PRD y PAN y, con ello, puso en bandeja de plata el triunfo a Peña Nieto. Algunos fueron todavía más lejos rebuscando entre sus tenues profundidades conceptuales y encontraron que fue él, también, quien eligió a Alejandro Encinas un personaje que resultó, según su recuento de daños, impertinente. El objetivo, explícito o supuesto era sembrar de inmediato sus verdades que, por íntima coincidencia, son las mismas desde hace más de cinco años: abonar en la cuenta negativa de quien, suponen, es una amenaza para los masivos intereses de sus meros patrones.

En el cenáculo semanal que cobija a ciertos de ellos (Tercer grado) no dejaron, casi como de costumbre, resquicio alguno para las disonancias. Todavía rechazaron el esfuerzo de la señora Maerker por adentrarse en la descomposición de la vida pública, en especial la partidaria. La izquierda, si esta tesitura en realidad existe en ese territorio de líderes vividores que tanto menciona el señor Marín, tiene que ser, desde su dictamen definitorio, un chicloso inventado por el mesías (AMLO) para proseguir alentando sus propios mitos del fraude y la responsabilidad convenenciera de la mafia del poder que lo indujo y ordenó.

La elección de Estado que puso en operación el oficialismo mexiquense y sus aliados federales, en la sagaz opinión de tales veteranos de la radio y la pantalla, no puede explicar lo sucedido. Simplemente, la distancia entre el ganador y los demás perdedores es tan abismal que no es posible dar cabida a tan rutinaria explicación. Será, vaticinaron con agrio acento preventivo, idéntica excusa a la que será empleada en 2012. Sí, hubo compra de votos por millares, tal vez un millón de ellos. Sí, se dieron regalos indebidos a costa del erario. Sí, se excedieron con amplitud obscena los gastos de campaña. Sí, se apabulló en la propaganda hasta que, tardíamente, se ordenó retirar algo de la gubernamental. Sí, se trasmutó la estructura burocrática del gobierno en un equipo de mapaches a plena luz del día, accionar captado en algunos videos probatorios, pero desechados por ser incompleta evidencia. Sí, se intimidó a mansalva con recursos de autoridad y policía. Sí, se cooptaron tanto al árbitro (IEEM) como al juez (tribunal) y se legisló al vapor y conveniencia. Pero todo esto y más, que forma un denso núcleo que deshace cualquier intento democratizante, no es, concluyen con irónica suficiencia, razón de peso para justificar la derrota. Hace falta reconocer la realidad, arguyen otros intelectuales consagrados en el mundillo de los elegidos como referentes. Lo que importa, sobre todas las cosas, es la valentía para reconocer la derrota. Ésa es la esencia de la lucha por el poder en la democracia. Es el punto neurálgico que la izquierda, en especial AMLO, no practica ni siquiera por derivada consecuencia.

El gran pecado de los líderes iluminados es su renuencia para reconocer errores, se ha dicho y proclamado por todos los confines. Ese es el razonamiento escogido por los ilustrados, por los meros doctores de la politiquería oficiosa para minimizar la influencia determinante de la elección de Estado. Practicar la autocrítica para los izquierdosos no se empareja con su fingida grandeza, les causa escozor y, por eso, están condenados a ser perennes perdedores, concluyen. Eso de que les robaron el triunfo en la pasada contienda presidencial es historia jamás probada. Ni un solo dato sostiene tan insana presunción, siguen afirmando sin pudor alguno. Poco importa que la misma Elba Esther Gordillo haga públicas las “negociaciones” con el señor Calderón o que el señor Fox confiese que cargó los dados en 2006. Ya chole, aducen con fingida fatiga, con lo de la mafia del poder y sus esbirros de la política y los medios de comunicación a su servicio. Es la misma cantaleta de siempre. Con ese tipo de argumentación no atraen a nadie. Menos aún con candidaturas recicladas que huelen a naftalina de clóset.

Una elección en el Edomex en esas condiciones se había previsto y, aun así, se entró a la competencia. Rebasar 30 por ciento de la votación efectiva era un objetivo realista fijado por la izquierda. Ganar también se buscó con ahínco apegándose a las reglas democráticas y con los recursos de ley. Por ello, AMLO recorrió dos veces y media, municipio por municipio, todo el estado. Se movilizó, organizadamente, a cientos de miles de ciudadanos. A pesar de ello, algunos rencorosos observadores todavía lo acusaron de no haber acompañado a Encinas. Otro de los logros de la pasada competencia electoral fue el rescate del perfil de una izquierda unida, definida en sus diagnósticos y ofertas. Esto fue un logro de especial consideración sobre todo frente a la mescolanza que la dirigencia estatal del PRD (apoyada desde el centro) insistentemente buscó al pretender aliarse a un PAN por completo desvencijado. Los chuchos deben meditar, aunque sea con el poco rigor disponible a sus entendederas, el daño que sus guerrillas contra AMLO, de más de tres años, le han infligido al PRD de cara a sus simpatizantes. El mismo Marcelo todavía añoró no haber ido en esa dañina alianza a la que los datos disponibles echan abajo. Cómo justificar arrimarle el hombro a quienes cargan más de 40 mil muertes (y los que desgraciadamente faltan). La izquierda está lista para enfrentar al modelo que propugna por la continuidad ahora bajo la férula del PRI. Y lo hará con la confianza puesta en el despertar de una conciencia colectiva que se otea por toda la atribulada nación de los mexicanos.





12 jul 2011







Elba Esther, corrupción que fascina





Álvaro Delgado
11 de julio de 2011 · 26 Comentarios
Análisis



MÉXICO, D.F. (apro).- Si la profesora Elba Esther Gordillo tiene un ingreso mensual de 29 mil pesos como directora de una escuela primaria del Estado de México y posee por los menos 64 casas, departamentos y oficinas, entonces es válido colegir que su riqueza es producto de una conducta no sólo corrupta, sino francamente delincuencial.

Y esa mujer debe estar en la cárcel.

Porque el cuento de que su fortuna es producto de la herencia de su abuelo de Chiapas nunca se lo creyó ni ella, y las cuentas bancarias, joyas, guardarropa, vehículos, aviones y ujieres –que tan bien conocen sus cómplices del gobierno– sólo puede acumularlas alguien, que sencilla y llanamente, delinque.

¿Por qué Gordillo sigue robando el patrimonio del magisterio que controla de manera vitalicia? ¿Por qué despoja recursos públicos de las instituciones que controla en el gobierno federal y en los estatales? Por las complicidades políticas, ampliamente documentadas, que estableció y mantiene con Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.

Pero también, y sobre todo, porque hay mexicanos que, en vez de asquearse, se fascinan con la corrupción. Y si esto es así, entonces no hay modo de arrancar ese mal de raíz.

La sociedad de México, en una amplísima porción, es tolerante con la corrupción toda, la política incluida. La ve consustancial a los mexicanos.

Aun la clase educada y económicamente favorecida justifica la inmunda expresión según la cual el que no transa no avanza y, como en el escándalo vigente de Gordillo y Miguel Ángel Yunes, guarda un silencio por lo menos condescendiente.

En la clase política, a la que Gordillo y sus cómplices pertenecen, el apotegma del cacique potosino Gonzalo N. Santos tiene tanta vigencia como en la década de los sesenta: “La moral es un árbol que da moras”.

Así, mientras los mexicanos que detestan la corrupción no sean mayores a los que se fascinan con ella, mientras no sea mayor la resistencia a la claudicación y se imponga la ética a la impudicia, entonces Elba Esther Gordillo –y personajes análogos– seguirán medrando y delinquiendo con toda impunidad.

El daño a los más de 25 millones de niños de educación básica en México es inconmensurable, pero también a la democracia que ella y sus cómplices ha convertido en un esperpento que, como la corrupción, asquea.

Se quiere olvidar, porque la corrupción de Elba Esther alcanza también a periodistas y opinócratas, pero a ella se le puede escriturar en buena parte la degradación del Instituto Federal Electoral (IFE), que se debe ubicar en 2003 y no en 2007.

Fue ella, entonces secretaria general del PRI, y Calderón los que se repartieron los nueve consejeros del IFE presidido por Luis Carlos Ugalde, el individuo que en 2006, por órdenes de ella, dejó pasar ilegalidad tras ilegalidad.

Y lo grotesco no es que Elba Esther sea cortejada por Enrique Peña Nieto, sino por Marcelo Ebrard, que dice ser distinto…



Apuntes

Ante los jóvenes que ganaron el campeonato del mundo, sólo con sus recursos y su alegría descomunales, qué apocado se ve Calderón, un ser vacío…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx






11 jul 2011







El Viejo Régimen


Sabina Berman
11 de julio de 2011 · Sin comentarios
Análisis

Eruviel Ávila celebra su victoria.
Foto: Benjamin FloresMÉXICO, D.F. (Proceso).- Con semblante serio, Eruviel Ávila recuenta, en uno de los debates televisivos, cómo él y los otros aspirantes a la candidatura del PRI en el Estado de México se sentaron a decidir que él sería el candidato al gobierno del Estado de México. Luego visitaron al gobernador Peña Nieto, que aceptó la decisión en silencio y “con respeto”. Mmmm. Es grande la duda si el orden de los factores fue así y si el poder de decisión no lo tuvo el gobernador.

En la elección del Estado de México hubo equidad entre los partidos contendientes. Mmmmm, otra vez. La cara de Eruviel Ávila estuvo en cada parabrisas de taxi, en más de la mitad de las bardas, en una cantidad incalculable de espectaculares, en cubetas de plástico rojo; por poco no fue proyectada día y noche en el cielo mexiquense, sonriendo como un dios omnipresente.

Y no, tampoco hubo acarreados ni compra de voto. Mmmmm, de nuevo y de nuevo. Esa gente que bajaba de camiones y se formaba a votar todos por Eruviel, ¿quiénes eran?, ¿futbolistas llaneros unánimemente entusiasmados por Eruviel? ¿Y ese señor que me calculó en Toluca el costo de un voto en mil 400 pesos, ¿quién era?, ¿un actor contratado por la oposición?

Bienvenidos al pasado: al reino de la simulación. La simulación: el trastocamiento de las causas y los efectos. Al juego de la bolita: ¿dónde quedó la verdad?, ¿bajo esta mentira o esta o esta? Bienvenidos a la cultura priista de la incapacidad de decir 2 más 2 son 4.

Mmmm: ¿bienvenidos al pasado priista? Sincerémonos: es imposible contrastar la simulación priista con la de los otros partidos existentes. Andrés Manuel López Obrador declaró que igual los dos partidos opositores hubieran perdido en una alianza, con un desprecio absoluto a la aritmética, que claramente muestra que una alianza hubiera equilibrado los números y acaso permitido una contienda real. Y Felipe Bravo Mena no tiene ni la menor idea de quién colocó un espectacular de la Virgen con la pregunta: ¿Por quién votaría ella?

Nadie supo, nadie sabe. El presidente del PRI, Humberto Moreira, NO colocó a su hermano como candidato en Coahuila. No: los coahuilenses clamaron por más y más Moreira, con toda libertad. La canciller de México NO retiró su nombramiento de agregado cultural en Alemania al escritor Jorge Volpi, por haber expresado una crítica a la guerra del presidente Calderón; no, se trató de un recorte de 27 funcionarios por causas presupuestales, aunque hasta hoy no aparecen los otros 26 funcionarios recortados.

Hagamos un esfuerzo de honestidad, porque en una cultura donde mentir es lo usual, apalabrar la verdad requiere concentración y ante todo mucho candor: nunca salimos verídicamente de la niebla de la verdad sospechosa en México. Llamar al pan pan y al vino vino, ha sido un proyecto cultural pendiente. Lo mismo que contar con policías que sean policías, y no criminales, políticos que sean políticos, y no comerciantes, con jueces que sean jueces, y no negociadores, empresarios que sean empresarios, y no políticos. Un doble discurso se extiende por el país desde siempre. En el discurso público se afirma lo que en el discurso encerrado en las oficinas se desmiente y se tuerce.

Nada de esto es noticia. Ojalá fuera noticia. Lo que ocurre es que en el año 2000 reverdeció la esperanza de una mayor claridad. Con la primera elección limpia donde ganó otro partido que el PRI, los ciudadanos creímos que llegaba una mayor limpieza. Con el debilitamiento del poder presidencial, pensamos que la prepotencia del poder daría paso al reino de la Ley.

“Nada puede suplir a la dictadura, si no es la Ley”. La frase fue acuñada por Francisco I. Madero a inicios del siglo XX. Tan antigua es nuestra aspiración de que algo externo al Poder rija la vida mexicana. Que algo externo al Poder distribuya las obligaciones y los derechos de los ciudadanos, de forma igualitaria. Y tan larga es nuestra decepción de que no suceda.

Tampoco hay que engañarse. El PAN, al ocupar la Presidencia de la República, tuvo la oportunidad de instaurar ese imperio de la Ley. Estaba en su genética partidaria el anhelo. Pero no bastaba el impulso de buena voluntad para hacerlo. No bastaba un presidente Fox dicharachero y decidor de verdades personales. No bastaba un presidente Calderón dispuesto a mencionar su biografía en los discursos. De hecho, no bastó.

Para que socialmente la cultura de la simulación diera paso a la cultura de la verdad y la Ley, había que reconstruir la cultura. Reconstruir: poner en ello esfuerzo, recursos, tenacidad. Sobre todo, hacía falta reconstruir las instituciones de la cultura teóricamente a cargo de la verdad y la Ley. Reconstruir el sistema policiaco, nominalmente encargado de investigar la verdad y perseguir a los malhechores y capturarlos. Reconstruir el sistema judicial, nominalmente encargado de discernir la verdad de la mentira, la inocencia del crimen, y aplicar sus consecuencias.

Otra cosa sucedió. Los panistas ocuparon las oficinas de las instituciones del Poder Ejecutivo, se asombraron de su lujo y sus instrumentos poderosísimos, se angustiaron por su inexperiencia, se preocuparon por no errar demasiado. Y en la preocupación se les olvidó cambiarlas, a las instituciones, y en cambio se acomodaron a ellas.

Se acomodaron a la cultura del Viejo Régimen. A la cultura de la simulación. Aprendieron sus formas. Se graduaron en priismo. No estuvieron ante una encrucijada para decidirse entre la Ley y la prepotencia: durante 11 larguísimos años han estado ante esa encrucijada. Y se han decidido, cada día, igual que en cada ocasión paradigmática, por el camino trillado.

“El PRI nunca se fue”. La frase es de Beatriz Paredes, la emitió siendo presidenta de ese instituto político. Se refería a que los gobernadores estatales del PRI nunca dejaron de gobernar a un sector numeroso de mexicanos. Pero igual la frase aplica a nuestra cultura política: el PRI nunca se fue porque el PAN, dos veces en la Presidencia, no impulsó una evolución a un Nuevo Régimen. De haber enderezado los pilares torcidos de las instituciones, de haber reconstruido la arquitectura social para recrearla con líneas rectas, el PRI hubiera tenido que elegir entre reformarse o perecer.

No tuvo que elegir.






9 jul 2011



Desfiladero



Edomex: Morena durmió con el enemigo






Jaime Avilés




Afinales de enero, Alberto Casanova llegó a pagar su impuesto predial a la tesorería de Ecatepec. Sorpresa: le descontaron 30 por ciento por cortesía de Eruviel”. Magdalena Cota se compró un terreno en Tlalnepantla y empezó a construir su casa. Para darle las escrituras del predio, el gobierno mexiquense le exigió, a ella y a sus cinco hijos, ejercer su libre derecho al sufragio efectivo obligatoriamente por Eruviel.

Federico Olivares se entusiasmó tanto con las propuestas de Encinas, cuando lo visitó una brigada de Morena, que pidió una manta y la colgó sobre la fachada de su casa para hacer proselitismo. Al día siguiente, sus vecinos, allá en Cuautitlán Izcalli, le apedrearon las ventanas, rompieron la manta y la señora de la tortillería, después de llamarlo “traidor”, le dijo que no volvería a venderle una tortilla por el resto de su vida.

Para obtener la lealtad de los más pobres del estado de México, Eruviel entregó una tarjeta de débito, llamada la “efectiva”, que permitirá hacer compras en los centros comerciales por hasta mil 500 pesos, no está claro si al mes o a la quincena, cuando tome el poder. Sabiendo que esto no era suficiente, prometió comprar los votos hasta en cinco mil pesos. No en vano rebasó cuatro veces el tope de gastos de campaña, fijado en 204 millones de pesos: hasta donde se puede calcular, derrochó más de mil millones, o 100 millones de dólares (40 por ciento de lo que le costó a Obama llegar a la Casa Blanca).

El día de la jornada electoral, en Ecatepec, dadas las inundaciones que una vez más provocó el desbordamiento del río de Los Remedios, hasta patrullas de la policía del estado fueron usadas para acarrear votantes. En Tenancingo, camionetas pick-up de la policía municipal repartieron despensas casa por casa. En Cuautitlán, antes que los ciudadanos entraran a las casillas, mapaches del PRI les entregaban teléfonos celulares para que fotografiaran su voto por Eruviel. Después, se acercaban a la ventanilla de un coche cercano, devolvían el aparato, demostraban que habían cumplido y cobraban sus cinco mil pesotes.

El abstencionismo fue de 56.87 por ciento, de manera que de los votos contabilizados (4 millones 388 mil), Eruviel obtuvo 2 millones 856 mil, que representan 27.16 por ciento del total del electorado, incluyendo a los que no se acercaron a las urnas; en tanto, el primer líder nacional que tuvo El Yunque en México, el ex secretario particular de Felipe Calderón y ex dirigente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, recibió únicamente 569 mil votos, equivalentes a 5.41 por ciento. En otras palabras, el binomio del PRIAN logró, con sus dos candidatos, el apoyo de sólo 32 de cada 100 electores.

Con 963 mil boletas cruzadas a su favor, Alejando Encinas consiguió el respaldo de nueve de cada 100 electores, y cayó derrotado ante Eruviel por 3 a 1. Descubrir las razones que produjeron este resultado para el candidato de Morena es necesario a fin de superar la desesperanza, no volver a cometer los mismos errores y corregir la estrategia hacia 2012. En primer lugar, Encinas no es Andrés Manuel López Obrador ni estuvo presente en el estado de México, trabajando, hablando y conviviendo con la gente, en los años previos a la elección del domingo pasado. Su carisma no puede compararse con el del máximo dirigente opositor del país, que causó furor en las mayores plazas públicas de la geografía mexiquense durante los cierres de campaña.

En segundo lugar, de las 17 mil 489 casillas que fueron instaladas en poco más de 8 mil secciones electorales, analistas de Morena estiman que alrededor de 10 mil no fueron vigiladas. ¿Por qué? Porque Luis Sánchez, líder del PRD mexiquense y jefe local de los chuchos, y los hermanos Bautista, de la tribu ADN, no hicieron campaña por Encinas y, peor aún, no capacitaron a los militantes de Morena para que fueran capaces de defender el voto o, simplemente, no los dejaron participar en la contienda. “Ustedes limítense a promover la votación, nosotros vigilaremos las urnas”, les dijeron los chuchos a los morenistas de Cuautitlán, cuenta la activista Montserrat Mondaca.

La táctica de las huestes de Jesús Ortega y Jesús Zambrano no pudo ser más obvia. Por acción, por omisión y mediante convenientes acuerdos por debajo de la mesa, no ayudaron en absoluto a Encinas, para culpar de su “fracaso” a López Obrador, por no haber aceptado aliarse con el PAN (esto es, con El Yunque, Calderón, Elba Esther, Lozano, Cordero, Lujambio, Molinar Horcasitas, García Luna, Carstens y los 30 dueños del país) y reiterar que Marcelo Ebrard sí está dispuesto a ir con ellos en 2012, para que todo siga igual que ahora.

Cuando López Obrador presentó en marzo el Nuevo Proyecto de Nación, y dijo que la meta de Morena era organizar 65 mil comités para cuidar todas las casillas de 2012, no contaba con que la estructura del PRD boicotearía esta estrategia en el estado de México. Si la idea de nombrar a Manuel Camacho como coordinador de campaña de Encinas, era para fortalecer la aparente “unidad” recién recuperada, se equivocó por completo. Camacho hizo lo mismo en las elecciones presidenciales de 2006: AMLO lo designó responsable de los comités ciudadanos del norte del país y Camacho los dejó vestidos y alborotados.

Ya no hay duda: Ebrard, Camacho y los chuchos van con todo en contra de López Obrador, y los acompañan los levantacejas y los opinócratas, que se desvivieron por forjar la alianza PAN-PRD, con el evidente propósito de sacar de la campaña mexiquense a Andrés Manuel y facilitarle aún más las cosas a Eruviel y Peña Nieto.

¿Conclusiones? La “victoria” del PRI mexiquense fue producto de un fraude; éste, sin embargo, no distorsionó el resultado final de la elección y por lo tanto no puede ser impugnado. A pesar de esto, la ausencia de casi 60 por ciento de los votantes, el ridículo 27 por ciento que se adjudicó Eruviel, y que no lo convertirá en un gobernador representativo de la mayoría, desvirtúan el supuesto “éxito” de la gestión de Peña Nieto, que ahora se embarcará rumbo a los comicios presidenciales exhibiendo una fuerza muy mermada.

Por su parte, el escuálido 9 por ciento obtenido por Encinas refleja el voto duro que tiene AMLO en el estado de México y cubre con el manto del misterio el verdadero número de electores que el año próximo cruzarán la boleta por él. No hay, pues, motivos para deprimirse, sino para seguir actuando en la dirección que se ha trazado, para construir esos 65 mil comités de ciudadanos afiliados a Morena, y reunir a cuatro millones de “protagonistas del cambio verdadero” de aquí a diciembre, para que cada uno de ellos, en el primer semestre de 2012, convenza a cinco personas más, y así se amasen las fuerzas de 20 millones de votantes para el próximo domingo primero de julio.

Esta es la visión optimista que prevalece después del desastre mexiquense. Ahora bien, una interpretación lúcida, serena y objetiva del modo en que se comportaron Ebrard, Camacho y las tribus perredistas aliadas a los dueños de México, debe poner fin a los apapachos diplomáticos. No, Ebrard no es un “excelente gobernante” del DF: su quinquenio se caracterizó por la corrupción, el autoritarismo, la represión a las bases del movimiento que lo elevó al poder, pero también por un incomprensible deseo de hacernos vivir en la capital del país como en una ciudad bombardeada, que en 2012, si Morena no toma medidas urgentes, caerá de nuevo en manos del PRI. El movimiento debe romper con el PRD ya. De no hacerlo, ese partido en descomposición destruirá la única opción real de cambio que hay en México. Es ahora o nunca.

¡Hasta siempre, maestro Sánchez Vázquez!

jamastu@gmail.com









“AMLO tiene la culpa”






Octavio Rodríguez Araujo






Los resultados electorales en el estado de México demuestran que Peña Nieto y toda su maquinaria se impusieron el pasado 3 de julio. Sin embargo, como por generación espontánea, rebrotaron los enemigos de AMLO y lo culparon del fracaso de la coalición Unidos Podemos Más (PRD-PT-Convergencia), acusándolo, entre otras cosas y como motivo del desastre, de haberse opuesto a la alianza con Acción Nacional.

Dichas acusaciones ameritan puntualizar lo que ocurrió. En primer lugar Alejandro Encinas se opuso a tal alianza, no sólo López Obrador. En segundo, si nos atenemos a las cifras hasta ahora conocidas, la suma de votos de PAN y PRD (y sus aliados) apenas rebasa la mitad de los votos obtenidos por la coalición Unidos Por Ti (PRI-PVEM-Panal). Cierto es que una alianza de partidos no necesariamente refleja el número de votos que cada uno obtendría por separado: pueden ser más o menos, pero no cambia mucho pese a su fuerza sicológica en el electorado.

En tercer lugar, tanto la dirección local como la nacional del PRD hicieron muy poco para apoyar realmente la candidatura de Encinas, como también los dirigentes del PAN para apoyar a Bravo Mena. En este último caso, una posible explicación sería que su candidato no entraba en los cálculos de Felipe Calderón de una alianza con los chuchos, no necesariamente para ganar la gubernatura, sino para marginar todo lo posible a AMLO, con lo que coincidiría también con los seguidores de Jesús Ortega. Las declaraciones inmediatas de Luis Sánchez Jiménez, dirigente estatal del PRD y chucho menor, son muy elocuentes: en esta derrota existe corresponsabilidad de López Obrador “por su imposición para que fuera rechazada la alianza con el PAN” (Notimex/El Universal, 4/07/11).

Los chuchos son los verdaderos autores del fracaso del PRD. No bien habíamos salido de las irregularidades notorias de la elección presidencial de 2006 y de la arbitraria maniobra del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al demostrar parcialidad obvia en su dictamen de esos comicios, cuando Jesús Ortega y sus seguidores hicieron trampa en la elección interna de su partido y como hubo controversias recurrieron precisamente al tribunal que antes había cuestionado su partido. Éste le dio el triunfo a Jesús Ortega en 2008 (¡qué casualidad!). No conformes con eso, iniciaron –ya con Ortega en la presidencia perredista– un acercamiento con Calderón (y con el PAN), es decir con quien, salvo demostración en contrario, no sólo no ganó la Presidencia sino que hizo de AMLO su enemigo personal y “un peligro para México financiado por Hugo Chávez” (si le creemos al ex embajador de Estados Unidos Carlos Pascual, en cable dado a conocer por Wikileaks ID: 231175).

De todo esto se enteró la ciudadanía, razón por la cual en las elecciones federales de 2009 el PRD fue enviado a un tercer lugar muy lejano del PRI que tres años antes ocupaba ese sitio. En el balance interno se dijo: “En 2009 el PRD sufrió la caída electoral más pronunciada en su historia. En 2006, al haber obtenido 29% de los votos para diputados federales, el partido se posicionó como la segunda fuerza política nacional. Para 2009, con 12% de los votos, el partido se rezagó a un lejano tercer lugar. El descenso fue de 17 puntos. Del tránsito de una legislatura a otra pasamos de tener 127 diputados a sólo 71.”

Vale decir que en 2006, en la elección presidencial, la coalición formada por el PRI (tercer lugar) obtuvo más del doble de votos que el PRD en los comicios de 2009, pese al aumento demográfico. Fracaso total que hubiera caído en picada en el estado de México de no ser por la candidatura de Encinas y a pesar de los chuchos en las direcciones de su partido tanto en la entidad como en el país. Para que se entienda mejor, en 2006 (efecto López Obrador) el PRD y sus aliados obtuvieron en el Edomex alrededor de 2.5 millones de votos en la elección presidencial; en 2009 el PRD solo, un poco más de 800 mil por diputados federales y en 2011, en coalición, poco más de 950 mil sufragios para gobernador, de donde se desprende la hipótesis de que el PRD, como tal, bajó considerablemente sus votos si tomamos en cuenta los que obtuvieron sus aliados hace dos años. ¿Qué tanto se debe este bajón a su dirección estatal, contraria al lópezobradorismo? Difícil saberlo.

Encinas, con base en la información disponible, perdió. ¿Por qué? Por lo siguiente: 1) porque el PRI, en general y con la excepción de 2006, ha sido muy fuerte en esa entidad; 2) porque Peña Nieto, por muchas razones que habría que analizar, ha sido un gobernador destacado; 3) porque en la elección del pasado domingo y durante las campañas, el poder económico del gobierno y de no pocos particulares se volcó en favor del candidato priísta; y 4) porque Encinas, cercano a López Obrador aunque también apoyado por Ebrard, tuvo en su contra el antilopezobradorismo nacional y local que cuenta con Calderón y sus secuaces, con Televisa y Tv Azteca, con Milenio Tv, con la radio en manos de casi los mismos, con los periódicos de la derecha, que son los más, y con los mismos chuchos, embozados o no y que dirigen el PRD desde hace tres años.

Lo anterior no es reconocido por los chuchos, como tampoco que han sido ellos los que han exhibido a su partido como una cueva de intrigantes y aventureros oportunistas, tanto que a la fecha no han podido explicar por qué el PAN es menos peligroso que el PRI, o menos derechista, al extremo de haberse planteado una alianza con el primero para “derrotar” el segundo y no derrotar a ambos fortaleciéndose en lugar de hacerse harakiri.

Si siguen así las cosas, las izquierdas, por llamarlas de algún modo y sólo por comparación con las derechas, algo drástico tendrán que hacer para no entregarle la Presidencia al candidato del antilopezobradorismo, cuya composición ya hemos esbozado. Los propósitos de refundar el partido en 2009 se perdieron con el viento. El 3 de septiembre de ese año dije en estas páginas: “Si no lo hacen, estarán perdidos y ya, desde ahora, sabremos que 12 por ciento de la votación total, en 2009, será menor en 2012 y que nos gobernará el PRI. Luego no se desgarren las vestiduras”. Y añadiría ahora: ni le echen la culpa a López Obrador que, dicho sea de paso, es el único que presenta oposición verdadera tanto al PAN como al PRI.

Y, a propósito, ¿por qué Cuauhtémoc Cárdenas estuvo en el inicio de campaña de Encinas pero no en el cierre?

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La derrota





Luis Javier Garrido



Las elecciones locales de 2011 han constituido un revés contundente para Felipe Calderón en lo personal, que ha sido repudiado por el pueblo por su política antipopular y antinacional, pero lejos de asumir esta derrota el Presidente de facto está impulsando desde su búnker de Los Pinos una campaña más de desinformación, pretendiendo confundir a los mexicanos con vistas al 2012, con la lógica absurda de que las fuerzas derrotadas no han sido las de la ultraderecha en el poder sino las de la izquierda en la oposición.

1. El resultado de las elecciones locales en el estado de México, Nayarit y Coahuila del 3 de julio era previsible por el contexto de violencia criminal desatada por el gobierno, y sin embargo los analistas del oficialismo están haciéndose los sorprendidos por el fracaso del discurso mentiroso del gobierno panista sobre sus políticas al servicio de las trasnacionales y de Washington y de empobrecimiento de los mexicanos, sobre la supuesta guerra “contra el narco”, y sobre sus pretensiones de que el Congreso le apruebe las contrarreformas laboral, política, electoral y social a fin de poder cumplir con los grupos de interés que le financiaron el fraude de 2006, tesis que no han logrado engañar a los mexicanos.

2. Las elecciones del domingo pasado se presentaron desde un principio como una confrontación entre el PAN, que fue a ellas como un verdadero organismo de Estado, utilizando de manera ilegal todos los recursos federales para imponerse, y el PRI, que en los tres estados donde refrendó su dominación ha seguido actuando como un partido de Estado que controla desde los medios hasta la autoridad electoral, de tal suerte que los candidatos de izquierda estaban en absoluta desventaja: peor aún que en el México de los años 50.

3. Estas elecciones pusieron una vez más al descubierto la falacia de que México ha transitado a un régimen democrático. El PAN en el gobierno, lejos de actuar desde 2000 como una fuerza democrática, ha sido tanto o más autoritario, corrupto y antidemocrático que el PRI, y en lo electoral ha asumido como suyas las mismas prácticas y costumbres del priísmo: desde la utilización de los recursos públicos para comprar votos y la manipulación de los medios con sus campañas de miedo y desinformación hasta los mecanismos del fraude a la antigüita, acompañados del fraude cibernético.

4. La consecuencia de esto es que sí sufrieron un serio descalabro los sectores de la población que se han creído la tesis de “la transición”, incluyendo a dirigentes y candidatos “de izquierda” que piensan poder enfrentar las elecciones como si estuvieran en Suiza o en Finlandia, asumiendo que los procesos electorales son democráticos y las autoridades imparciales, ignorando que para vencer a esas dos maquinarias electorales fraudulentas es necesario otro tipo de campañas y de actitudes y que deben imponerse por un nocaut contundente. Y eso es lo más saludable de lo acontecido: las fuerzas populares han de entender cuál es la dimensión del desafío que viene, y que para vencer al PRI y al PAN en 2012 es necesaria una campaña como jamás se ha visto en la historia de México.

5. El país no pasó en los años recientes, como pretende la derecha, por “una transición democrática”, sino por una serie de acuerdos cupulares para hacer viable “la alternancia”. Tras los acuerdos Salinas-PAN de 1988-1989, que crearon las condiciones para ello, el acuerdo Clinton-Zedillo de 1995 para el rescate financiero de México obligó a este último a entregar el poder a los panistas. El PRI, en consecuencia, no peleó la Presidencia de la República en 2000 ni en 2006, como fue evidente, pero ahora lo está haciendo tras haber propiciado y permitido que los panistas gobernaran por dos sexenios, lo que llevó a México a un desastre sin parangón.

6. En el caso del estado de México, la coalición de intereses económicos y políticos que se identifican en el PRI afrontó por eso la coyuntura como un desafío histórico con vistas al 2012, y utilizó todo su poder y sus argucias para arrasar a sus adversarios. El gobierno calderonista cometió el error de vincular esta elección con el 2012 y establecer en su campaña mediática que un revés al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto terminaría con sus aspiraciones presidenciales, y le salió el tiro por la culata. El PRI no perdió uno solo de los 45 distritos, y sólo en Neza y Ecatepec el candidato de izquierda Alejandro Encinas rebasó el 30 por ciento, quedando relegado el candidato de Los Pinos, Luis Felipe Bravo Mena, a un ridículo 12 por ciento. La maquinaria priísta actuó como nunca, con sus mejores cuadros de alquimistas del sureste y el respaldo de las empresas vinculadas al salinismo, de Cemex y Televisa hasta diversas multinacionales, por lo que el 62 por ciento del priísta Eruviel Ávila no debe sorprender, máxime que la única estrategia que le funcionó a Calderón fue la de la coptación de un sector de la oposición: los chuchos del PRD.

7. El llamado “regreso del PRI”, con el que Calderón busca asustar, no es tal, por supuesto. El PRI ha seguido estando ahí, controlando las cámaras federales y buena parte de las 32 entidades, pues el PAN tiene sólo seis gubernaturas (por tres del PRD y cuatro de diversas coaliciones), y lo que es más asumió tesis y programas del PRI y una ética similar, a lo que agregó su felonía histórica: el pretender desmantelar las instituciones de la nación y entregar el control del país a Washington, utilizando para ello su guerra criminal, justamente repudiada este domingo.

8. La izquierda lopezobradorista no sólo no fue derrotada en los comicios sino que obtuvo resultados que arrojan luces sobre lo acontecido y son una lección para el 2012. El 21 por ciento de Encinas es del movimiento social, ya que buena parte del aparato del PRD, como se denunció una y otra vez, trabajó a favor de Eruviel. No sólo los tránsfugas (René Arce y compañía) sino los chuchos, aliados de la derecha.

9. El único escenario que le queda al derrotado Calderón para imponer a un panista en 2012 en Los Pinos es más que nunca impedir que Andrés Manuel y Peña Nieto sean candidatos, de ahí la torpe campaña de los medios pretendiendo que el primero habría sido derrotado en los comicios. El diario madrileño El País, representante de los intereses del Grupo Prisa, decía por lo mismo en su edición del martes 5 que tras esa supuesta derrota de López Obrador “la izquierda mexicana” debería de manera pragmática postular a Ebrard para que éste “no asuste al poder económico” y pueda llegar a un acuerdo con Los Pinos, declinando obviamente su candidatura a favor del candidato panista, “para frenar el regreso del PRI”.

10. Los sectores más conscientes del pueblo mexicano han entendido, no obstante, la gravedad de la situación y la urgencia de impedir que la derecha siga desmantelando la nación, y por eso le dicen a Calderón, y le seguirán diciendo hasta el 2012, que: “¡Ya basta!”










5 jul 2011

Vía cerrada


Pedro Miguel


Claro que hubo fraude. Una pequeña porción de sus expresiones fue documentada en testimonios, en fotos y video; pudo verse el recurso gubernamental volcado a favor del candidato oficialista, Eruviel Ávila, y la colaboración de Televisa en sus actos de campaña, y el reparto de despensas no se realizó precisamente clóset adentro. Sin duda, las dos vertientes electorales de la oligarquía, la blanquiazul y la tricolor, disponen de aparatos formidables para confundir a la opinión pública, disimular los fracasos gubernamentales e imponer como verdad cuentas alegres y falsas; ciertamente, las maquinarias de inducción de sufragios son aplastantes y están bien aceitadas, y los controles verticales son capaces de cooptar a la mayor parte de las dirigencias sociales estructuradas y a un sector enorme de los tejidos sociales; las cúpulas institucionales tienen capacidad para infiltrar, comprar y desvirtuar oposiciones verdaderas y construir otras, ficticias y a modo, que medran entre las facciones principales y cobran caros sus servicios, como lo ilustró puntualmente Elba Esther Gordillo hace unos días. En las instancias en las que gobiernan, en fin, PRI y PAN están en condiciones de realizar elecciones de Estado, y la más reciente de ellas ocurrió en el estado de México.

El fraude prelectoral hizo innecesaria, allí, la realización de un fraude el día de las elecciones, y el tenebroso dominio del grupo Atlacomulco salió refrendado y fortalecido de cara a las elecciones del año entrante, si es que el país aún está para bollos, o si es que el calderonato no consigue cancelar los comicios como parte de su huida hacia adelante.

A la vista de resultados, es innegable, sin embargo, que la candidatura de Alejandro Encinas generó expectativas desmesuradas para los medios de los sectores de la izquierda que se aglutinaron en torno a ella, y que la lógica con la que fue diseñada y aplicada careció de anclajes suficientes en la realidad.

La dirigencia formal del PRD, en manos de los chuchos, cree, o dice creer, que México se encuentra instalado en una democracia funcional en la que para obtener triunfos en las urnas basta con convencer a la mayoría del electorado. Como en Suecia, más o menos. Parece ser que eso no es una mera visión táctica, sino estratégica, porque el fin último es incrustarse en el poder al precio que sea, incluido el de dejar tirado en el camino el perfil ideológico. El movimiento lopezobradorista, que tiene por objetivo central la transformación del país, percibe que, además de obtener intenciones de sufragio, se requiere de una organización capaz de contrarrestar el formidable músculo mediático del régimen, descubrir y obstaculizar las prácticas clientelares de control del voto y defender la voluntad popular de distorsiones y fraudes.

En la primera de esas lógicas, la manifiesta superioridad conceptual y política del discurso de Encinas, sumada a las pifias y la vacuidad del aspirante priísta, habría debido ser suficiente para obtener, si no una victoria electoral, cuando menos un resultado cerrado. Si a eso se le agrega la catástrofe ocurrida en pleno cierre de campañas en Ecatepec y Nezahualcóyotl, ocasionada no por las lluvias sino por la insensibilidad, la ineficacia y la arrogancia de los gobiernos estatal y municipal priístas, habría debido ser inevitable el triunfo de la coalición Unidos Podemos Más. Pero no fue así, y la estructura del Movimiento de Regeneración Nacional se quedó sin materia para la movilización en defensa de la legalidad electoral.

Está claro que la proliferación de agravios no conduce en automático al surgimiento de una voluntad popular de transformación social ni, por ende, al fortalecimiento de propuestas democráticas capaces de actuar en este sentido. Al contrario, la desigualdad, la marginación y la pérdida de derechos con frecuencia generan estados de postración de los que se alimentan los aparatos gubernamentales de control electoral. Pero es claro también que la mera denuncia –pública o judicial– de las violaciones a la norma democrática, por groseras y evidentes que sean, no reduce la funcionalidad del mecanismo fraudulento. Es decir, y hay que decirlo como conclusión parcial y tentativa, para los movimientos que aspiran a recuperar el país del dominio oligárquico y delictivo bajo el que se encuentra, la vía electoral está cerrada, y hay que ponerse a imaginar la manera de abrirla.

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