Astillero
Julio Hernández López
Protesto, luego insisto
Rechazos a pesar de todo
Disidencia, una de las Bellas Artes
Clausura simbólica del IFE
La persistencia de las protestas públicas contra Felipe Calderón constituye una prueba viva, sonora, arriesgada, de que una franja notable de ciudadanos está convencida de que el pasado 2 de julio hubo un gran fraude electoral y quien ocupa hoy la silla presidencial lo hace sin legitimidad.
La supervivencia de la inconformidad cívica es particularmente apreciable si se toma en cuenta el poderoso conjunto de instrumentos que se han esmerado en exterminar, ridiculizar y exorcizar a esa resistencia cívica, al movimiento social del que forman parte (al que podría llamarse, en general, lopezobradorista, aunque sus características e incluso sus fines van más allá de los rasgos personales del tabasqueño) y, desde luego, de la figura, regionalismos, giros verbales y planes del propio Andrés Manuel López Obrador.
Una notable expresión de ese rechazo público a la manera como Calderón se hizo del poder se produjo la noche de este lunes en el Palacio de Bellas Artes, a donde el protector del virrey Mouriño llegó con la intención de disfrutar una presentación musical. Con el pretexto de la "guerra contra el narcotráfico", el panista michoacano se mueve a todos lados rodeado de un enorme aparato militar de protección que hasta ahora ha tenido como únicos destinatarios de su poderío a manifestantes desarmados e indefensos que creen su obligación cívica hacerle saber a Calderón en todo lugar su convicción de que no ganó las elecciones de 2006 y que ejerce un cargo público en forma espuria. Esas muestras de desafecto político han confinado al Presidente LegaL a escenarios donde los asistentes pueden ser controlados y los abucheos o rechiflas disimulados. A diferencia de lo que sucede en restaurantes de gran lujo, o lugares frecuentados por la elite económica mexicana, donde los asistentes llegan a prodigar aplausos al michoacano, a éste le es absolutamente imposible concurrir a actos masivos de ingreso libre o no discernido con criterios políticos.
Los forcejeos de manifestantes con agentes federales militarizados y miembros del Estado Mayor Presidencial en las afueras del recinto de mayor relevancia en la vida cultural y artística del país, y los silbidos y gritos expresados en el interior de ese palacio (e incluso las diversas muestras de inconformidad habidas en la gira felipense europea), muestran que a un año de distancia está abierta la herida electoral, ética y política del fraudulento 2 de julio y que esa inconformidad, expresa, contenida o latente; reprimida, menospreciada o mediáticamente silenciada, constituye un juicio histórico que no podrá ser aplastado ni ocultado.
Astillas
Diversas organizaciones cívicas y sociales practicarán este lunes 25 una "Clausura ciudadana" del Instituto del Fraude Electoral, de tal manera que de seis de la mañana a seis de la tarde no haya ingreso de funcionarios y empleados al inmueble ubicado en Viaducto Tlalpan y Periférico Sur. El acto de resistencia cívica exige la renuncia inmediata de Luis Carlos Ugalde y los demás consejeros de ese instituto, pues se considera que tales funcionarios "organizaron en 2006 un proceso plagado de irregularidades", que su origen es "producto de un formato excluyente, servil a intereses ajenos a la vida democrática, pues su nombramiento fue una maniobra política del PAN y la cacique magisterial Elba Esther Gordillo" y "no garantizan que el proceso federal de 2009 sea justo, imparcial, objetivo, legal ni certero". La organización civil Flor y Canto, que junto con el Comité en Resistencia Civil Pacífica de Tlatelolco, la Gran Logia Nacional Independencia 2 y Conciencia en Movimiento, convoca a la clausura del IFE por doce horas, considera que "muchos personajes públicos de reconocido prestigio se han pronunciado por la conveniencia de la salida de los consejeros electorales, con la idea de que su permanencia inspira todo menos confianza, y una parte significativa de la población coincide con esta petición. Pero es momento de que la ciudadanía -nosotros, simples mortales- también hagamos pública esta demanda", asistiendo a la protesta de ese lunes.
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