15 abr 2008

Felipe Calderón pretende, junto con sus patrocinadores del sector privado y sus aliados priistas, concluir la “larga marcha” de la derecha mexicana contra la principal herencia de la Revolución y de Lázaro Cárdenas: La nacionalización de la industria petrolera
RETROCESO HISTÓRICO



Para Lorenzo Meyer, las reformas energéticas propuestas por el presidente Felipe Calderón serán aprobadas porque ya fueron negociadas con el PRI. En entrevista con Proceso, el historiador afirma que este proyecto no es más que la conclusión de una larga marcha de la derecha que comenzó con el surgimiento del PAN en 1939 “y que ahora está queriéndole arrancar al cardenismo la joya de la corona”. En cambio, para el economista Rolando Cordera la derecha aún no ha ganado la batalla…




ÁLVARO DELGADO / APRO


MEXICO, DF, 12 de abril / Con el conjunto de iniciativas que envió al Congreso el martes 8, Felipe Calderón pretende, junto con sus patrocinadores del sector privado y sus aliados priistas, concluir la “larga marcha” de la derecha mexicana contra la principal herencia de la Revolución y de Lázaro Cárdenas: La nacionalización de la industria petrolera.

“Es una vuelta al Porfiriato”, advierte el historiador Lorenzo Meyer, quien afirma que el proyecto privatizador de Calderón, materializado en las iniciativas de reforma petrolera, forma parte de una “sistemática ofensiva contra los valores del cardenismo”, entre ellos el ejido y el combate a la desigualdad.

“Lo que ahora vemos no es más que la conclusión de una larga marcha que comenzó con el surgimiento del Partido Acción Nacional (PAN), en 1939, y ahora está queriéndole arrancar al cardenismo la joya de la corona”, expone el investigador, al dar dimensión histórica a la decisión de Calderón.

Meyer, autor de libros imprescindibles sobre la industria petrolera –como México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero (1917-1942), editado por El Colegio de México en 1968, y Petróleo y nación (1900-1987). La política petrolera en México, escrito junto con Isidro Morales y editado, en 1990, por el Fondo de Cultura Económica (FCE)–, tiene la certeza de que las iniciativas serán aprobadas con el apoyo de los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Nadie puede hacerse el tonto. Si la propuesta está es porque ya se negoció con el PRI. Si no se hubiera negociado, no envía esa propuesta. Hubieran hecho el ridículo y no esperan hacer el ridículo”, puntualiza el historiador, quien censura a Calderón por haber ensalzado, en su mensaje en cadena nacional, a Cárdenas y “destruir lo último que, de manera material, queda” de él.

“El hecho de que Felipe Calderón haya hablado de Lázaro Cárdenas es un homenaje del vicio a la virtud”, juzga el historiador, quien advierte de la repercusión histórica de la apertura al sector privado: Con cierta frivolidad o estupidez no se le da mayor importancia, pero esto es un negocio redondo. Los recursos que se van a obtener ahora abriendo la puerta al capital externo es a costa del futuro.”

En ese mismo sentido Rolando Cordera concluye, después de revisar las iniciativas enviadas por Calderón al Congreso, que efectivamente se pretende permitir la participación del sector privado en áreas que el artículo 27 constitucional reserva al Estado.


NOTA COMPLETA , La Verdad del Sureste :

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