SEROTONINA PURA
Javier Palou
¿PERIODISMO?
“ No hay arte más difícil que el arte de escribir sin arte”
Javier Cercas
“Lo que no tiene posibilidad de quedar en la memoria, no debería vivirse”
Gerardo Oviedo
“El Periodismo debe de ser una conversación, y la primera regla para que exista tal es saber escuchar”, estas son palabras de Dan Gillmor, a quien podríamos considerar el pionero del periodismo ciudadano. El martes pasado se montó un escenario con el título de “entrevista” a Andrés Manuel López Obrador en el noticiario de Televisa con el primer actor Carlos Loret de Mola. Todo perfectamente estudiado, los guiones, los vídeos y los audios, es decir, con alevosía y ventaja. Las primeras líneas como mandan los cánones del periodismo: nunca empieces con preguntas duras, la primera pregunta debe de ser como en una conversación que sitúe a la persona en su tema favorito y así, con ese guión, comenzó la obra del actor que bien podría llamarse “defendiendo a la oligarquía”. La estrategia: no dejarlo hablar, que no lograra articular una sola oración, acosarlo e impedirle explicar y desarrollar el tema en cuestión, el “entrevistado” alcanzó a mencionar: la comunicación es de ida y vuelta, el ¿entrevistador? agresivo, burlándose, ironizando, atacando. Auténticamente un libelo.
No importó que se estuviera tratando un tema trascendental para el país y para todos los mexicanos, da igual que sigan “privatizando” todo, como los Bancos, Teléfonos de México, Ferrocarriles Nacionales, Líneas Aéreas, Aeropuertos, Playas, y ahora también Petróleos Mexicanos, que importa si hoy día el 35% de la electricidad que consumimos se la compramos a extranjeros, lo importante es intentar ridiculizar al hombre que representa la única oposición en México. Lo importante para los grupos en el poder es menguar el movimiento de resistencia civil pacífica y volver a presentarlo como un peligro para México: van a tomar carreteras… van a tomar carreteras… ¿las mujeres por delante no?, cerrar aeropuertos, otro paseo de la Reforma, otro bloqueo, repetía incesante Loret de Mola Sin una afirmación de por medio seguía escupiendo el “entrevistador” aún con violencia. Yo no dije eso Carlos, lo dijo el 24 de febrero en la torre de PEMEX, no saques las cosas de contexto, no dije eso, no trates de darle otro sentido, por eso, seguía aquél: van a tomar carreteras… van a tomar carreteras… ¿las mujeres por delante no?, cerrar aeropuertos, otro Paseo de la Reforma, otro bloqueo -No lo sabemos Carlos, depende de la iniciativa, si tratan de modificar la Constitución, -no me dejas terminar mis razones-, y entonces, nervioso, con manos temblorosas aseguró Loret: Yo traigo preguntas no juicios, cuando llevaba treinta minutos juzgando, persiguiendo y evitando que AMLO pudiera contestar cualquier pregunta. Así, siguió el entrevistador y entrevistado al mismo tiempo: Y los intelectuales que usted llamó, e inmediatamente se contestaba él mismo: ya veremos, ya veremos si apoyan bloqueos, por momentos era un monólogo con comparaciones totalmente fuera de la realidad.
Pero faltaba el clímax, y éste llegó, cuando parecía imposible mayor agresividad, mayor grosería, mayor desfachatez, mayor evidencia de soberbia y prepotencia, como si se tratara de hablarle a un ser inferior, -probablemente ese es el trato que acostumbra darles a las personas- quien ha sido considerado uno de los líderes globales jóvenes de Latinoamérica quien arremetió: Sht, Sht, tranquilo, tranquilo, le dijo Loret a AMLO, ya habló mucho y sacó el libro Proyecto Alternativo de Nación y leyó con énfasis eufórico el penúltimo párrafo del capítulo 3, omitiendo su título: El sector energético como palanca del desarrollo nacional. “Pero tampoco deberíamos de descartar que inversionistas nacionales, mediante mecanismos transparentes de asociación entre el sector público y el privado, participen en la expansión y modernización del sector energético o actividades relacionadas siempre y cuando lo permitan las normas constitucionales”. “No lo saques de contexto” argumentó AMLO, Se lo paso para que lo lea o no lo escribió usted, Antes de eso dice claramente Carlos: “Es indispensable aclarar que no permitiremos la privatización de la industria eléctrica y del petróleo. Esos recursos no son del Estado ni del gobierno, pertenecen a la nación. Son recursos de todos los mexicanos.” Por eso, repitió Carlos, usted está a favor de la privatización. No Carlos de ninguna manera. Déjame hablar, permíteme, permíteme… Usted habla de asociación y modernización, las mismas palabras que han usado aquí Georgina Kessel, Reyes Heróles, Creel, Gamboa, todos, es lo mismo que dice Calderón. No Carlos ¡como lo mismo! Entonces que hago tacho el capítulo. No, Carlos déjalo tal y como está y léelo dentro de su contexto. Mucha Gracias por haber venido y terminó con su frase favorita a una ¿entrevista? No Spot.
Y entonces me llegó a la mente un memorando histórico del editor del New York Times que decía: “El deber de todo periodista, reportero y editor es luchar para conseguir tanta objetividad como sea humanamente posible”. Y a renglón seguido les describía la objetividad como distancia, exclusión de puntos de vista personales e inclusión de todos los puntos de vista. Y remataba: la objetividad es una virtud que protege al periodista contra juicios que denigran, porque trata por igual a todas las personas y opiniones. Segundos después aplaudí pertenecer a los medios de comunicación que muchos llaman “alternativos” de manera peyorativa, porque son éstos quienes informan y comprobé que el periodismo televisivo -si es que se le puede llamar así- es anacrónico, repugnante y por ello millones de personas en el mundo entero han apostado por un periodismo ciudadano. Una conversación responsable, entre quien entrevista, quien responde y quien es el testigo de honor: El ciudadano.
No hubo objetividad, no hubo parcialidad, no hubo entrevista.
¿Periodismo? No, ¡REVANCHISMO!
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