México SA
Carlos Fernández-Vega
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■ Miserable pensión, asegura el sistema de ahorro de los trabajadores
A estas alturas del partido deja mucho qué desear la pomposamente llamada “gran solución social al México moderno de hoy” (Zedillo dixit), porque a poco más de diez años del arranque de ese “sistema de pensiones para el futuro, moderno, ágil, transparente y, sobre todo, justo” (léase las Afore), el grueso de los trabajadores, en el mejor de los casos, recibirá una miserable pensión, en vías de empeorar.
Un mes atrás comentamos en este espacio que lo “justo” de dicho sistema de pensiones se resumía en lo siguiente; en los primeros diez años de operación, los ingresos de las Afore por el cobro de comisiones se incrementaron a una tasa media de anual de 13.15 por ciento, de tal suerte que en el periodo ascendieron a 120 mil millones de pesos. De 1998 a 2007, las Afore acumularon utilidades netas por 28 mil 500 millones de pesos, mientras los trabajadores pagaron hasta 23 centavos por cada peso que aportaron para su pensión. En términos porcentuales, de 1998 a 2007 la utilidad neta de las Afore creció a una tasa media anual de 24.11 por ciento; mientras el rendimiento de las cuentas de los trabajadores apenas fue de 2.7 por ciento, una diferencia de nueve tantos a favor de las utilidades empresariales, de acuerdo con el más reciente análisis (mayo 2008) que sobre esta “solución definitiva” elaboró la Cámara de Diputados, por medio de su Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.
Pues bien, de acuerdo con la estadística de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) cuando menos en los últimos tres años (de mayo de 2005 a igual mes de 2008) los “rendimientos” reales para el ahorro de los trabajadores han sido inferiores a la inflación, o lo que es lo mismo, negativos en términos reales.
Lo anterior se registra en las cinco Siefore en las que, a partir del pasado 28 de marzo, se reparten el rico pastel que significa el ahorro de los trabajadores. Ninguna de las 18 Afore consideradas en el reporte estadístico de la Consar registra rendimientos reales. Así, con una inflación acumulada en el periodo referido (mayo de 2005 a igual mes de 2008) de 12.36 por ciento (cifra del Banco de México), el mayor rendimiento neto se registró en la Siefore básica 2 (para personas de 46 a 55 años), al alcanzar 10.08 por ciento, 2.28 puntos por abajo con respecto al crecimiento del índice nacional de precios al consumidor.
Y de allí para abajo, en todas las alternativas. De hecho, el rendimiento nominal ofrecido por las Afore que operan en México destaca por ser el menor en todo el sistema de pensiones impuesto en América Latina, el cual, en la mayoría de los casos, es “administrado” por las mismas empresas en todos los países (ligadas, principalmente, a los grupos trasnacionales que engulleron los sistemas financieros en la región).
El panorama es más dramático, cuando se conoce que 63 por ciento (casi 25 millones de cuentas de los ahorradores que voluntariamente a fuerza están inscritos en una Afore obtienen entre cero y 3.5 salarios mínimos), y sólo 8.8 por ciento (3.4 millones de cuentas) de 10 a 25. Pero aún, cuando las cifras oficiales reconocen que de las casi 39 millones de cuentas registradas, sólo alrededor de 15 millones (38.5 por ciento del total) se encuentran activas.
Según la “nueva” fórmula, vigente desde el pasado 28 de marzo, existen cinco Siefore-Básica en las que se distribuye a los ahorradores por rango de edad. Así, el reparto del pastel quedó de la siguiente manera: de 26 años y menores; entre 27 y 36 años; de 37 a 45; de 46 a 55 y de 56 y mayores.
Para los más jóvenes (Siefore-Básica 5, de 26 años para abajo), en el último trienio el mayor rendimiento neto acumulado para los ahorradores fue de 9.7 por ciento (Afore Banamex), contra 12.36 por ciento de inflación en el periodo, una diferencia desfavorable para el trabajador de 2.66 puntos porcentuales. Aún así, hubo menos: 5.81 por ciento (Afore Ahorra Ahora, del Grupo Financiero Monex, la de comisión más abultada en todos los segmentos), 6.55 puntos porcentuales por abajo de la inflación oficial.
En el siguiente escalón (SB 4, la de ahorradores entre 27 y 36 años), el rendimiento neto más elevado fue de 9.98 por ciento (Afore Invercap) y el menor de 5.7 por ciento (otra vez Ahorra Ahora), con diferencias contra la inflación fueron de 2.38 y 6.66 puntos porcentuales, respectivamente. Algo similar sucedió con la SB 3 (de 37 y 45 años): el rendimiento neto “más atractivo”, 9.9 por ciento (Invercap) y el menor 5.75 por ciento, (Ahorra Ahora). La diferencia negativa fue de 2.46 y 6.61 puntos porcentuales, en cada caso.
La SB 2 se menciona líneas arriba, y en el caso de la SB 1 (de 56 años en adelante) el mayor rendimiento neto acumulado fue de 9.34 por ciento (Scotia), y el menor de 6 por ciento (Ahorra Ahora), 3.02 y 6.36 puntos porcentuales, respectivamente, por debajo de la inflación.
Tal es el panorama en este rápido paseo por la “gran solución social al México moderno de hoy”.
Las rebanadas del pastel
Que siempre no es anticonstitucional la “nueva” Ley del ISSSTE, y que siempre sí funcionaron las “visitas” masivas y los “desinteresados acercamientos” del ejército de funcionarios, asesores gubernamentales, amigos de los amigos y cabilderos a sueldo de Los Pinos con los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación… De la lectoría, sobre lo mismo: “en la SCJN, el ministro Salvador Aguirre Anguiano se aventó un gol olímpico espectacular al rechazar los ‘derechos creados’ por los trabajadores y cuestionar al Estado ‘paternalista’, sobre todo cuando ‘no tiene posibilidades económicas para ello’. Yo, como ciudadano con ‘derechos creados’, le pregunto al señor Aguirre; ¿tendrá el Estado posibilidades económicas para pagar sus percepciones económicas que van más allá del medio millón de pesos mensuales? En una entrevista se le pregunta al señor Aguirre: ‘en un país con 50 millones de pobres ¿no le parece excesivo su salario?’, a lo que responde: ‘en un país de 50 millones (de pobres), cifra que usted da, me parece moderado y bajo’, contesta molesto. Moderado y bajo es el respeto que él observa por la dignidad, digo yo” (Dr. Edmundo A. Gutiérrez, INAOE, edmundo@inaoep.mx).
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