3 jun 2008

Astillero
Julio Hernández López
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De música y tauromaquia

■ Sin dinero no baila el dog

■ Banderillas y trajes a la medida


Rodó por las laderas del despecho económico el Niño Héroe de Repsol, envuelto en la bandera del rechazo coyuntural a un plan de intervencionismo gringo que, de entrada y sin matices, debió haber sido repudiado, y no promovido por el calderonismo como fue hasta que los gringos bajaron notablemente el monto del botín a repartir entre sus aliados mexicanos y, sobre todo, hasta que, prácticos e históricos, los suministradores de cientos de millones de dólares hicieron constar que, en ésos como en otros temas de patrocinios económicos, con dinero dances the dog (aunque los filarmónicos canes limosneros pretendan aparentar que quien paga la música no impone temas ni ritmos). Mouriño del entreguismo trasatlántico que se pone engañosamente masiosare con el gobierno de los gringos consumidores de droga (en realidad se deja espacio para una oportuna retractación en la que podría alegar eventualmente que ciertas cláusulas polémicas hubiesen sido formalmente retiradas, aunque en la práctica se mantuviera su espíritu intervencionista entonces sí aceptado) para aparentar nacionalismos de oropel y soberanía de chequera desfondada, mientras continúan él, su familia y su grupo (el llamado círculo íntimo de Los Pinos) entregando riqueza nacional a hispanos de reconquista. Sedicente secretario de Gobernación que con muy discapacitada sintaxis denunció que “la incorporación de medidas o evaluaciones unilaterales que pretendieran condicionar el ejercicio, en el desarrollo de la iniciativa, de los recursos comprometidos resultaría, al mismo tiempo, profundamente contraria a su objetivo y espíritu y contraproducente. Sería por ello inaceptable” (argg, ouch, pácatelas: el idioma, la lógica y el seso se retuercen en el suelo, torturados por los párrafos mal traducidos del gallego al español). La rotunda, enérgica, implacable e irreversible advertencia hecha por los ocupantes de la Presidencia de la República quedará sin efectos, desde luego, si los patrones norteños prometen que vigilarán, supervisarán y meterán la nariz nada más en “las actividades que serían objeto de la evaluación conjunta propuesta en este contexto concreto” y si las “versiones actuales” de la Iniciativa Mérida, “inaceptables”, son graciosamente modificadas. ¡Vaya niños héroes!

El secretario de Gobernación del gabinete fantasma de Vicente Fox también habló ayer. Cauto, Manuel Espino simplemente quiso dejar en lo alto del lomo calderonista embestidor un par de banderillas declarativas: él, ex presidente nacional del PAN y actual dirigente de la Organización Demócrata Cristiana de América, no ve elementos que respalden la aseveración gubernamental de que se va ganando la batalla al narcotráfico y, por tanto, considera que no debe desdeñarse la posibilidad de revisar la estrategia felipense en la materia. Los palos toreros dejados en el morrillo del burel pinolero no llevaban ninguna tarjeta con los saludos de Chente y Martita.

Las ansias de novillero de Jorge Alcocer (que apenas tocar la plaza principal del IFE ya pretende tomar la alternativa como matador de toros leonardos) fueron ayer abucheadas por un sector de los tendidos de sol (azteca), que acusó al diestro (que antes fue de izquierda, más bien ambidiestro, y manco y octópodo, simultáneamente y por separado, siempre congruente y a veces no) de pretender portar un traje de luces que a su medida se hizo en una sastrería (la Casa Beltrones, creadora de la moda Reformas), donde aprovechó modelos, trazos, tela, hilo y agujas supuestamente institucionales para favorecer su cuerpo predestinado por el modisto Manlio Fabio a desfilar por la pasarela del IFE con etiqueta de consejero heredero del trono circunstancialmente asignado a un accidente de la política (V. Zurita, tan izquierdista, tan calderonista y tan maleable como Alcocer) que ni siquiera ha podido realizar nombramientos de colaboradores en el cada vez más desaliñado Instituto de la Farándula Electoral.

Astillas

Los perredistas han dado ejemplo de pragmatismo extremo. Luego de largas semanas de acusaciones densas, han llegado a acuerdos para que Guadalupe Acosta Naranjo, de Nueva Izquierda, sea “reconocido” como presidente sustituto a cambio de la secretaría de finanzas del comité nacional del sol azteca. Además arribaron a ejemplares acuerdos en defensa de la economía popular y los recursos petroleros. Chuchos y encinistas juntitos, a nombre de unidades a toda costa, ante el peligro de la derecha desbocada. Ya arreglado lo inmediato, seguirán los entendimientos para repartirse venideros cargos, candidaturas y recursos económicos. Hasta que una nueva elección interna los divida (provisionalmente, desde luego) y regrese la encendida retórica y las promesas de depuraciones y refundaciones. No, pos sí... El pálido precandidato presidencial, Marcelo Ebrard (al que López Obrador aplaude y para quien pronuncia vivas), se manifiesta en contra de que la administración federal pretenda canjear apoyo para la desvaída reforma petrolera por reparto de excedentes económicos relacionados con esos recursos energéticos... Desde Bakersfield, California, Javier Trigos-Arrieta se muestra en desacuerdo con que en esta columna pateadora se “satanice” al Cruz Azul porque Juan Camilo Mouriño se declaró uno de sus seguidores... Las cuotas sindicales de los profesores y los petroleros, más la vieja retórica de la “modernización” usada por un ex gobernador de Sinaloa, forman el sólido fantasma con el que se están espantando los anquilosados caciques sindicales cetemistas. Las tretas, los recursos y la perversidad acumuladas en esta alianza SNTE-petroleros también pueden afectar al reformismo laboral que tiene al endeble Javier Lozano al frente... Y mientras Calderón recupera las estampas del machismo presidencial clásico (“palabra empeñada es palabra cumplida”), como hicieron la mayoría de sus antecesores, contentos con la foto oficial, la declaración estruendosa y los resultados que infinidad de veces fueron confirmados nomás en el discurso, ¡hasta mañana, en esta columna música!

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