21 jun 2008

Desfiladero
Jaime Avilés

Mermelada con achiote: ya llegaron las nuevas recetas para los pobres

Felipe Calderón anuncia, el miércoles 18, que gracias a un acuerdo entre los industriales y él, hasta el 31 de diciembre no volverán a subir los precios de “más de 150 productos”. Horas más tarde, Los Pinos difunde una lista de sólo “24 productos”, que no podrán aumentar hasta 2009, desglosados en 140 presentaciones, lo que es muy distinto. Se trata de una canasta de mentiras, compuesta por algunas marcas de atún, sardinas, frijoles y chiles en lata; jugos de frutas, de verduras y de soya; café soluble, té, achiote, chilorio, tres tipos de salsas para espagueti, catsup, mermelada de fresa, gelatinas, flan, sopas de camarón y gallina, perejil deshidratado, sal con ajo y pimienta verde y negra.

Calderón subraya: son alimentos de “enorme consumo popular”. Al día siguiente, Banamex lo refuta: esos productos “tienen una baja cobertura de mercado” (en otras palabras, se venden poco) y su efecto será “marginal” o sea, inútil, en la lucha contra la inflación. Además –acotan legisladores del PRI y del PRD, líderes sindicales y agrarios y ese mismo banco– ya fueron retiquetados “varias veces” en lo que va de este año: el aceite de cocina aumentó 32.6 por ciento, el atún y la sardina en lata, 7.5, la mayonesa 6, los chiles procesados 4.6, los purés de tomate, las sopas y los jugos, 3.5 por ciento, y no se esperaba que volvieran a subir antes del primero de enero.

Así que, en realidad, la medida es tan tramposa como si Calderón decretara que la luna es redonda. En los hechos, el “gobierno” ha dejado la vía libre para que se sigan incrementando los precios del maíz, el arroz, el azúcar, la leche en polvo, la harina de trigo, el pan, la tortilla, la carne de res, de cerdo, de pollo, el huevo, el pescado, el queso y, sobre todo, las verduras, que son indispensables para una alimentación balanceada.

Por si lo anterior no constituyera una prueba más de la irresponsabilidad de un demagogo obsesionado por cubrir las apariencias mientras todos los problemas se agravan, la lista de Los Pinos tiene “25 bebidas catalogadas por la Secretaría de Salud (Ssa) como riesgosas” para el cuerpo humano. Se trata de 11 jugos de ocho verduras con alto contenido de sodio y 19 falsos jugos de fruta, elaborados en realidad con soya y saborizantes artificiales, que presentan altas concentraciones de dulce y, según la propia Ssa, explicó Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor, “pueden provocar obesidad y diabetes”.

No por nada, México es ya el segundo país con mayor número de personas obesas en el mundo, después de Estados Unidos, cuyos hábitos alimenticios ahora son también los nuestros. Comemos chatarra todos los días y al hacerlo, además de autodestruirnos, multiplicamos la escandalosa riqueza de quienes de tantas otras formas nos humillan. A lo largo del año pasado, por ejemplo, las empresas de la familia Servitje, que monopolizan el mercado del pan de caja y los bizcochos en papel celofán, obtuvieron ganancias por “46 mil 500 millones de pesos”, escribe Miguel Ángel Velázquez en su Ciudad Perdida de ayer.

Pero mientras los “ganadores” de las elecciones de hace dos años continúan despachándose con la cuchara más grande, las consecuencias de sus nefastas políticas se hacen cada día más evidentes. Véase el caso de Sinaloa, entidad que este año, además de la violencia del narcotráfico y la incompetencia y la corrupción de su gobierno local, está resintiendo los estragos del embargo estadunidense al tomate mexicano, al que los inspectores sanitarios del gobierno de Bush acusan de estar contaminado de salmonelosis.

Pues bien, anteayer, en Culiacán, capital del estado tomatero por excelencia, de acuerdo con la nota del corresponsal Javier Valdez Cárdenas, “el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) eliminó la carne de los 57 mil 400 desayunos escolares calientes que distribuye diariamente en zonas marginadas” del estado. Y agrega el reporte: “La presidenta del organismo, Rosalía Camacho, informó que ante el incremento en los precios de los productos de la canasta básica, como carne, res, pescado y pollo, el DIF estatal los sustituirá por soya y vegetales”.

En Sinaloa, agrega la nota, “los precios han registrado un aumento (en algunos casos) cercano a 200 por ciento. El litro de aceite, de la marca más económica, por ejemplo, pasó de ocho a 22 pesos”, mientras el arroz saltó de siete a 14 pesos, el frijol de 15 a 28 pesos y la carne de 70 a 78 pesos; la docena de huevo de 14 a 20 pesos y el jamón de pavo de 90 a 130 pesos. ¿Quiénes pagarán, primero que nadie, el costo de la crisis que Calderón prometió que no vendría? Claro, los niños de las franjas económicas más deprimidas, los que siempre han tenido y están condenados a tener hambre.

¿Qué hacer con los pobres? ¿Para qué alimentarlos con proteínas cuando solitos pueden cebarse con bebidas de soya y edulcorantes que los pongan como Agustín Carstens? En sólo dos cines de la ciudad de México –¿para qué más?– están dando una película que explica muchas cosas: se llama La gran venta, y habla de la privatización de la salud en Filipinas. Hay una imagen que lo dice todo: un hombre agoniza en un hospital de quinta mientras su hijo apachurra una botella de plástico, una y otra vez, para llenarle de aire los pulmones y evitar que se muera. La moraleja es implacable: al planeta le sobran 3 mil millones de personas. La misión de los privatizadores es eliminarlas de la manera más expedita. Si no tienen con qué pagar su residencia en la Tierra, que se vayan: que se pudran.

Y a propósito de la gran venta de Pemex, Conny Arias manda una colección de noticias frescas, cuyos títulos sintetizan muy bien cómo van las cosas. Transcribo: “Atraer inversionistas privados, reto de la reforma energética en México: Greenspan”, “Destaca la prensa el ‘evidente’ interés de España por Pemex”, “Felipe, ‘vasallo de la corona’, califica AMLO”, “Calderón: sólo digo que falta debate técnico”, “Juan Camilo Mouriño prevé que la reforma energética será dictaminada tras los foros de discusión”, “Apoya la IP a Calderón en torno al debate”, etcétera. Sólo cabría agregar: Jesús Reyes Heroles exhorta a los senadores a “hacer su chamba” a más tardar en agosto (durante los Juegos Olímpicos, como no hemos dejado de anticiparlo aquí).

En vía de mientras, mañana, en Puebla, la compañía de Magda Peña invita al “estreno mundial” de El Loro Negro, en el Parque del Triángulo de la ciudad camotera, donde habrá una gran verbena desde las 10 de la mañana, y música a cargo de Shka María Pastora y Tritone Matarraya.

Para comunicarse con esta columna jamastu@gmail.com

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