2 may 2008

México SA
Carlos Fernández-Vega
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Versión calderonista del PND, viejas promesas, nuevos fracasos

Apunto de cumplir su primer año de “ejecución”, el enorme arcón de ofertas que se llama Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 cojea del mismo pie que sus cuatro reimpresiones anteriores (de MMH a Fox) y su versión original, el Plan Global de Desarrollo del último bienio lópezportillista: comparadas las promesas gubernamentales con resultados, la “goliza” (Calderón dixit) para la ciudadanía es de colección.

Presentado en sociedad el 31 de mayo de 2007, el PND calderonista ha incumplido prácticamente todos los compromisos en él plasmados para el primer año de “ejecución”, de acuerdo con el informe oficial respectivo, desmenuzado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

Por aquellas fechas, en este espacio comentamos que por sexta ocasión consecutiva los mexicanos fueron enterados de las promesas, vía Plan Nacional de Desarrollo, del inquilino de Los Pinos en turno en materia de bienestar social, desarrollo económico, estabilidad política, justicia y otras menudencias. Antes del “nuevo” plan, el de Felipe Calderón, cinco mandatarios habían hecho lo propio: un compendio, igual que el sexto de la temporada, de “buenas intenciones” (la gran mayoría de ellas irrealizables) para supuestamente enderezar el barco, siempre enfáticos en el discurso, ondeando idénticos objetivos políticos, económicos y sociales. Pero en esos cinco sexenios la realidad impuso su rigurosa jerarquía, y los resultados fueron más que raquíticos e, incluso, contrarios a los originalmente comprometidos. El acceso al desarrollo se ha convertido en una ilusión para los mexicanos, y en una asignatura pendiente para los cinco gobiernos que en los últimos 30 años pasaron por Los Pinos. Y el de Calderón pinta para ser el sexto al hilo, con los mismos resultados.

En el balance de 25 años, el único perdedor ha sido el mexicano de a pie, atiborrado de propaganda barata (por contenido, no por precio, pues resulta carísima) y carente de resultados tangibles. Así, en el primer PND conocido como tal (el primero fue el referido PND 1980-1982 de JLP, que para ese periodo prometió 8 por ciento anual de avance, cuando sólo concretó 3.4 por ciento) Miguel de la Madrid “garantizó” un crecimiento anual del PIB de 5.5 por ciento, pero en los hechos se registró un espeluznante 0.34 por ciento; Carlos Salinas de Gortari “aseguró” 6 por ciento anual, pero no pasó de 3.9; Ernesto Zedillo se “comprometió” a 5 por ciento anual, y de milagro llegó a 3.5 por ciento; Vicente Fox juró y perjuró que sería de 7 por ciento por año, pero en los hechos alcanzó 2.3 por ciento, con el peor resultado del neoliberalismo mexicano en sus cuatro presentaciones y sus 24 años en Los Pinos.

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