28 may 2008




Con tarjetas, Energía dirige acusaciones contra ponentes

Golpeteo, nueva táctica de AN en el debate petrolero

Iniciativa de Los Pinos vulnera la Constitución: Navarrete, Rojas y SME

Para el ex rector Barnés "no hay otra opción" que la inversión privada

La atmósfera se nos agotará antes que el crudo, dice el Nobel Molina



Con asesores del gobierno, panistas se lanzan contra opositores a la privatización de Pemex

No hay otra opción que la inversión de particulares, señala Francisco Barnés de Castro

Andrea Becerril y Víctor Ballinas


De nueva cuenta se confrontaron ayer en la sede del Senado los dos proyectos en torno a Petróleos Mexicanos (Pemex): por un lado, el presidente de la Fundación Colosio, Francisco Rojas Gutiérrez; el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, y el embajador Jorge Eduardo Navarrete, quienes sostuvieron que las iniciativas de Felipe Calderón vulneran la Constitución y ceden a empresas extranjeras la renta petrolera y el mercado interno, tal como ya se hizo con la industria eléctrica.

Del otro lado, el ex rector de la UNAM e integrante de la Comisión Reguladora de Energía, Francisco Barnés de Castro, aseguró que en materia de refinación, transporte y almacenamiento de petróleo, no hay otra opción que la inversión privada en Pemex. Fue el encargado ayer de defender el proyecto de Calderón, en una estrategia conjunta con senadores y diputados del Partido Acción Nacional (PAN), que consistió en desacreditar a los opositores a la privatización.

Durante el quinto foro de discusión sobre “Transición y seguridad energéticas”, las baterías de los panistas se enfocaron en Francisco Rojas, al que acusaron de haber puesto en marcha medidas similares a las planteadas en la reforma de Calderón, sobre todo con el proyecto de coinversión de Pemex en la refinería texana de Deer Park.

Ello, luego de que el presidente de la Fundación Colosio reiteró lo que ha venido señalando en otros foros: que a través de modificaciones a leyes secundarias se busca crear un mercado petrolero privado y se condena a la paraestatal a ser monoexportadora de crudo y administradora de contratos.

El director de Pemex en el sexenio de Carlos Salinas demandó acabar con “la simulación y el maniqueísmo, a fin de que quienes de buena fe consideren que es imprescindible la apertura al capital privado de esa empresa, propongan una reforma constitucional”. Luego expuso una serie de medidas que permiten modernizar a Pemex sin necesidad de inversión extranjera.

También el embajador Navarrete fue cuestionado por los legisladores del PAN, después de haber afirmado que las iniciativas de Calderón subordinan la seguridad energética de México a la de Estados Unidos, y se manifestara por una consulta pública sobre el tema. Mientras, el líder del SME recalcó que se pretende hacer con el petróleo lo que ya se hizo con la electricidad, al crear un sistema privado paralelo al público.

“No tocan un tornillo, pero nos están dejando los viejos tornillos para que los nuevos y modernos sean propiedad de capitales privados”, señaló Esparza. Hizo notar que a través de la modificación a una ley secundaria se han otorgado más de 500 permisos para generadores independientes, que producen 30 por ciento de la electricidad en el país.

La mayoría, dijo, son trasnacionales como Ashmore Energy International (AEI), de capital británico; AES, de Estados Unidos, y las españolas Iberdrola y Unión Fenosa, todas con ganancias millonarias, mientras se descapitaliza a la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza.

El debate se dio entre Rojas y Barnés, ya que el presidente de la Fundación Colosio echó abajo muy rápido los argumentos del ex rector de la UNAM. Éste siguió las ideas y las tesis gubernamentales e insistió en que es necesario un cambio de “paradigmas”, porque sólo hay reservas de petróleo para nueve años y “es imposible” que Pemex “con los recursos actuales” pueda construir dos refinerías –con un costo de 14 mil millones de dólares– y las nuevas infraestructuras, que implican otros 7 mil millones.

A ello, Rojas replicó que con motivo de la reciente reforma fiscal, Pemex cuenta con 160 mil millones de pesos para 2008, a los que se podrían sumar otros 200 mil millones este año si suspende el subsidio a la gasolina.

Es decir, señaló, son 360 mil millones de pesos, unos 35 mil millones de dólares, y si cada refinería, de acuerdo con el diagnóstico de Pemex, cuesta 7 mil millones de dólares, se podrían construir tres y “nos quedarían todavía 15 mil millones”.

El presidente de la Fundación Colosio hizo notar que “no es la primera vez que nos enfrentamos a retos formidables; en 1938, cuando quedó desmantelada la industria y tardamos 10 años en recuperar el nivel de producción, se pudo hacer”.

Barnés de Castro contratacó. Expuso que también es tranferir renta petrolera al sector privado la importación de petrolíferos –gasolina y gas– por 20 mil millones de dólares al año, y planteó seguir “los buenos modelos” puestos en marcha durante la gestión de Rojas.

La referencia era a la refinería de Deer Park, en Texas, proyecto del que los responsables de Pemex repartieron toda la información ayer en la sala de prensa del Senado. Después, Barnés dijo que ahora se pueden establecer “dos refinerías Deer Park en México”, al 50 por ciento de capital, y para refinar 600 mil barriles de crudo y repartirse a la mitad las utilidades.

De paso cuestionó también a Navarrete, al hacerle notar que como subsecretario de Políticas y Desarrollo Energético, en el sexenio de Ernesto Zedillo, “fue uno de los gestores o promotores de la liberación que se dio” al permitir la participación privada en la transportación de gas, la que “ha tenido un éxito importante”.

Los legisladores del PAN contaron en todo momento con el apoyo de asesores gubernamentales; uno de los que más criticaron a Rojas Gutiérrez, el diputado Luis Alonso Mejía, llevaba las preguntas por escrito.

Tres cuartillas perfectamente estructuradas en las que preguntó a Rojas con qué bases constitucionales, como director de Pemex, asoció a la paraestatal, “en minoría accionaria, con empresarios para cederles la producción y el mercado de lubricantes, con Mexlub o con Shell, y para hacer la refinería de Deer Park y procesar nuestro crudo, generando empleos y permitiendo también que se captaran impuestos en Houston, Texas, es decir, fuera del país. Cuando fue director de Pemex, “no sólo fue partidario de la privatización, sino además la impulsó, basándose en leyes secundarias que ahora usted impugna”.

Desde el presidium, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, seguía impasible el debate en el que los blanquiazules no dejaron de acosar a su compañero de partido, quien ayer no se refirió a las llamadas “empresas espejo”.

Rojas Gutiérrez dio una larga explicación técnica sobre la refinería en Texas; fue, dijo, para colocar la producción de crudo maya y agregó que cuando dirigió Pemex “si bien hubo privatizaciones, no fue en áreas estratégicas, como ahora que se pretende dejar la exploración, explotación y la refinación en manos privadas”.

Los panistas insistieron. El diputado Mejía aprovechó que Rojas ya no tenía derecho de réplica para reclamarle que propusiera eliminar el subsidio a la gasolina. Y celebró que “todo lo que contestó es en apoyo a las iniciativas” del presidente Felipe Calderón.

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