19 mar 2010


Un paso más



Luis Javier Garrido

La nueva oleada de violencia desatada por el gobierno espurio de Felipe Calderón contra el pueblo de Chihuahua al militarizar Ciudad Juárez está conduciendo adonde era previsible que desde Washington se quería llevar la situación: a crear las condiciones para justificar el control de la zona fronteriza desde el lado mexicano por autoridades estadunidenses.

1. La ejecución de tres funcionarios del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, dos de ellos de nacionalidad estadunidense, el domingo 14 de marzo, ha abierto una escalada en las declaraciones y acciones injerencistas del gobierno de Washington, que constituyen un hecho sin precedentes en el último medio siglo, que se agrava por la actitud entreguista del gobierno panista, todo lo cual abre una nueva etapa en las relaciones entre los dos países.

2. El gobierno estadunidense ha reaccionado conforme a sus patrones tradicionales pero con una energía inusual que hace ver como real el riesgo de que México sea cada vez más un protectorado estadunidense por las políticas claudicantes y de traición a México del gobierno del PAN: el presidente Barack H. Obama manifestó en un comunicado “su indignación” ese mismo día y anunció 24 horas después el envío de agentes de la FBI y de otras corporaciones para “investigar” el triple crimen, además de que el personal estadunidense va a ser cuidado en lo sucesivo, se dijo, por la FBI. La secretaria de Seguridad Interior Janet Napolitano declaró de inmediato que la presencia del Ejército Mexicano en Juárez no ha servido “para nada”, el embajador Carlos Pascual multiplicó sus acciones y declaraciones en un tono intervencionista jamás visto en la diplomacia entre nuestros dos países (por más que insistió en que sus agentes “no están desarrollando actos de autoridad”), la Casa Blanca anunció que el martes 23 vendrían a México Hillary Clinton y otros ocho integrantes del gabinete de seguridad de Obama, y Calderón fue convocado a apersonarse en Washington los días 19 y 20 de mayo.

3. La respuesta de la derecha mexicana ha sido empero más preocupante, pues Ramón Galindo, senador panista por Chihuahua, insistió ya de manera cínica en la supuesta necesidad “de crear una policía binacional que patrulle ambos lados de la frontera” (Milenio Diario del 16 de marzo) y los locutores de Televisa y Tv Azteca, así como muchos columnistas de diversos diarios, iniciaron una campaña para insistir en que se trata de un “problema binacional”, pues todo lo que ahí acontece, se dice, corresponde a un pretendido “modelo binacional de desarrollo”.

4. La política de militarización de amplios sectores del territorio mexicano impuesta por el capital trasnacional al gobierno espurio de Felipe Calderón ha resultado costosísima para el pueblo tras tres años de violencia oficial y casi 20 mil muertos y miles de hogares destruidos, responsabilidad directa de Calderón, pero está permitiéndole hasta ahora a esos intereses espurios, que prevalecen sobre los derechos de los mexicanos, a) si no “legitimar” a Calderón en el cargo por lo menos mantenerlo en él, b) amedrentar a múltiples sectores en vistas a acelerar la imposición de los programas monetaristas en México bajo la amenaza de criminalizar todo movimiento de protesta y c) acelerar las condiciones tanto para el traslado de funciones del Estado mexicano a agencias estadunidenses como para la entrega de recursos estratégicos no renovables a corporaciones trasnacionales, todo ello en contra de lo señalado por la Constitución, y lo acontecido en Juárez permite ver la gravedad de la situación con mayor claridad.

5. La complicidad del PRI con el entreguismo panista en esta crítica situación no sorprende, por otro lado, y se encargó de expresarla su capo mayor, Carlos Salinas de Gortari, quien desde Madrid avaló las acciones de violencia militar del gobierno calderonista en su supuesta lucha contra el narcotráfico y enfatizó que esas eran las políticas correctas para México (El País, 17 de marzo), mientras Manlio Fabio Beltrones (líder de los senadores del PRI) se pavoneaba en Nuevo México en la residencia del derechista gobernador Bill Richardson (Televisa, 17 de marzo).

6. Al margen de la interpretación que se quiera dar de los homicidios sin haberse realizado una investigación –y ya corre la versión difundida por diversos medios, entre otros por Televisa, de que el crimen no fue obra de los cárteles sino del propio gobierno o de la ultraderecha mexicana, obviamente para acelerar las políticas entreguistas–, es más lo que se oculta que lo que se dice, pues las víctimas sólo son identificadas como personas “vinculadas” al consulado estadounidense en Juárez, que por otro lado se reconoce es el más importante en el mundo.

7. Muy significativo ha sido por otro lado que el crimen se haya producido unas horas después de la tercera visita de Felipe Calderón a una Ciudad Juárez en estado de sitio, durante la cual a pesar del tapabocas que se le intentó poner el pueblo juarense hizo valer su reclamo de que las fuerzas armadas salgan cuanto antes de la ciudad, y de que como respuesta a esta exigencia nacional tanto Calderón como el titular de Bucareli, Fernando Gómez Mont, sigan insistiendo en que el Ejército va a seguir actuando, en contra de su misión constitucional, en Juárez como en el resto del país.

8. El gobierno de Calderón ha fracasado en su cuarto año desastroso de manera absoluta en todos los órdenes empobreciendo al pueblo y comprometiendo el futuro de la nación, pero no puede desconocerse que ha tenido éxito, desde la perspectiva de quienes lo impusieron en el cargo, al menos en un aspecto: el de acelerar la subordinación de México al capital trasnacional, de entregar los recursos naturales a las multinacionales y de subordinar el aparato estatal al gobierno imperial de Estados Unidos, y lo que acontece ahora es determinante para el futuro inmediato.

9. El programa no explícito de El Yunque y de la derecha apátrida sigue avanzando, y a la vez que se acelera la entrega del control de recursos y áreas estratégicas de México, se pretende seguir cancelando derechos sociales a los mexicanos, como acontece ahora con la contrarreforma laboral que el gobierno calderonista envió ayer al Congreso y que contribuye a hacer de 2010 un año clave para el futuro.

10. Un país que no es dueño de sus recursos estratégicos y que no es capaz de definir de manera soberana y libre sus políticas está condenando a su pueblo a la miseria y a la ignominia, y ese es el caso de México, por lo que se requiere cuanto antes un viraje drástico ante las políticas panistas de defección nacional. Hoy, como hace 100 años, se define el futuro del país también en Ciudad Juárez, la antigua Paso del Norte, que debe seguir siendo una ciudad de paz pero sobre todo un territorio nacional.





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