26 mar 2010




¡¿La vida no vale nada...?!




• El nuevo son de los güeros
• Reloj, no marques las horas

El tiempo mi estimado, descubre la verdad. Interesante cierre de agitada semana donde comienza a develarse el tamaño del manotazo de la Casa Blanca ante el descomunal desorden en el patio trasero donde se han perdido 19,000 vidas y, oficialmente, tres funcionarios del consulado norteamericano. Si por esparcimiento antes de salir de puente saca una calculadora my friend, la furia de los güeritos devela que cada vida estadunidense equivaldría, en su pragmático tablero, aproximadamente a 6,000 vidas de mexicanos.

Análisis crudo, pero real. Y justo ese descontrol que ha desencadenado la visita poco diplomática del gabinete de seguridad de los Estados Unidos ha originado que el (des)gobierno de Felipe Calderón deje de jugar al tío Lolo y se aplique en entregar vía fast track a los revoltosos de la “ridícula minoría” que vulneran la seguridad nacional… del gobierno demócrata.

El divertido botón de la simpática captura del llamado “Rey de la Heroína”, José Antonio Medina alias Don Pepe quien introducía la friolera de 200 kilogramos al mes con un valor de 12 mdd en el mercado estadunidense, está incrustado justo en esa atractiva presión y en un deadline que tendrán que cumplir Calderón y sus amigous.

Sobre todo cuando este travieso líder de la heroína mi estimado, no estaba en la lista de los más buscados de aquí pero sí en la lista de los más seguidos... allá. Y con sugestivos datos de inteligencia finalmente se concretó su captura para que de inmediato se proceda a su trámite de extradición… lo que marca el atractivo son al que México deberá bailar.

Y este es el quid de la cascada de estupendos zapes que comienza una nueva etapa de colaboración bilateral donde cada vez será más difícil justificar que tanto cabecilla de esa “ridícula minoría” ande arropado y protegido con absoluta impunidad a lo largo y ancho del territorio nacional. Aunque para variar, hay un muy llamativo detalle que no debe pasar por alto y que documenta la enorme corrupción en poderosos despachos here & there: la frontera se calienta porque la droga tiene permiso, de funcionarios norteamericanos, para entrar a su país.

Y de esos estratégicos puntos amable lector, comienza el largo camino de complicidades que colocan la droga en las calles y principales ciudades de los Estados Unidos, así que para qué tanta histeria estando el suelo tan parejo.

Sólo basta hacerse la cándida pregunta de (viernes) ¿cómo chingaos se introducen a Estados Unidos 200 kilogramos de heroína al mes..? Eso sin contar los demás estupefacientes que no aparecen por arte de magia en el mercado más grande y cotizado de drogas en el mundo, no le parece? Washington tiene un grave problema... tan grave como el que tiene Felipe & his dumb squad, ese donde el monstruo del organizado crimen anida en las estructuras de gobierno y que, gracias a los reacomodos, ajustes y derivaciones ha ocasionado una espiral de violencia que es un parteaguas en la relación entre ambos (dos) países.

Hoy el (des)gobierno federal tendrá que aportar algo más que sonsonetes discursivos y pirotecnia militar. Washington tiene datos duros, claros y precisos de los niveles de corrupción que corroen, no al (des)gobierno sino al estado mexicano. A varias instituciones incluidas... nuestras fuerzas armadas. Datos que después de los hechos en Ciudad Juárez han detonado un conflicto latente sobre la peligrosa infiltración... de esa “ridícula minoría” que ha alarmado al Tío Sam que había vivido con el placer de las drogas evadiendo su responsabilidad. Responsabilidad que pasa por el flujo de armas y dinero... que cruzan por su frontera. Terrestre y... aérea.

El margen de maniobra y las salidas de emergencia se le cierran a Los Pinos y ponen en serios aprietos a la administración de Obama que, ante el tiradero de esa “ridícula minoría” en su patio trasero que prendió los focos rojos de su ciudadanía, tiene que demostrar que el que esté libre de droga arroje al primer narcotraficante, yes?

Chingón.

El detallito es que Felipe Calderón sabe ya que le llega la hora chinguenguenchona. La hora de girar instrucciones y entregar resultados que pasan por, digamos, una Operación Limpieza reloaded que ahora sí cimbre un par de dependencias. De no hacerlo my friend, nuestros inquietos vecinos tomarán cartas en el asunto (como ya lo están haciendo)..Y para ellos también, el reloj está corriendo.

¿Vamos bien o me regreso...?

¡Adiós!

gomezalce@aol.com








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