30 ago 2009


Uno a uno, al basurero de la historia
Por Renegado Legítimo
30 de Agosto, 2009 - 04:36


¿Ha tenido alguna vez la sensación, amigo lector, a lo largo de estos años de lucha, de que no vale la pena continuar? ¿Lo ha embargado el desánimo, el pesimismo, la impotencia de ver salirse con la suya a muchos que deberían estar pagando por sus fechorías?

Adelante, puede admitirlo con toda confianza. No es motivo de vergüenza, al contrario. Aceptar que ha tenido esos pensamientos le hará bien, porque déjeme decirle algo: no está usted solo. Pregúntele a sus compañeros de lucha, a sus familiares, si es que no ha tenido aun oportunidad de tocar con ellos este tema. Si no lo ha hecho, se sorprenderá de saber que más de uno de ellos ha tenido las mismas atenazantes dudas, la misma maldita incertidumbre del futuro.

Pero permítame darle otro motivo para sincerarse respecto a sus inquietudes políticas. Son totalmente infundadas. Así de categórico, así de simple. Las dudas que haya podido usted albergar sobre la justicia que a todos alcanza, no tienen razón de ser. ¿No me cree? Siga leyendo.


Este mes de agosto se cumplen tres años de la irrupción en Televisa, en un programa en vivo, de la Resistencia Civil Pacífica. Fue en la emisión de revista Otro Rollo, conducida por el aquel entonces popular y prácticamente intocable Adal Ramones, el favorito en turno del presidente del monopolio, Emilio Azcárraga. Ramones, el más exitoso bufón del consorcio en mucho tiempo, era dios en la pauta televisiva nocturna de Canal 5. Toda proporción guardada, este Raúl Velasco versión austera tenía poder de decisión y veto sobre las carreras artísticas de muchos que se desbarataban por ser invitados a su programa.

Y entonces ocurrió lo impensable. A ese espacio de celebración de la mediocridad clasemediera, a ese santuario de la juventud desacafeínada y lobotomizada, a la Meca del México Ganador y nice, se colaron aproximadamente 200 jóvenes que, al grito de "¡Sufragio efectivo, no imposición!" manifestaron su inconformidad ante el ya evidente fraude electoral recientemente cometido por el panismo y avalado por los magistransas del TEPJF, cínicos encubridores del atraco, marranos cebados en privilegios y canonjías a quienes no importó apuñalar a la democracia con tal de seguir tragando obscenamente recursos del erario. Estos 200 jóvenes, valientes, arrojados, lograron interrumpir la transmisión de Otro Rollo, forzando a su nervioso conductor a mandar a comerciales luego de que, deshaciéndose en síuplicas patéticas, no lograra calmar los ánimos.

Por cierto, Televisa intentó censurar el video en Youtube, alegando violación de derechos de autor, cuando para todos es evidente que absolutamente de todos los programas de la televisora se suben videos a esa página sin que Azcárraga diga ni pio. Al parecer a algún estúpido "creativo" del consorcio (vayan ustedes a saber si fue o no una orden directa del propio Emilititito, el incompetente ex junior que de tirar la hueva en Tijuana fue rescatado por papi para hacerse cargo del negocio cuando el cáncer terminó de carcomerle las entrañas) se le ocurrió que podían censurar ni más ni menos que a la Internet. Les tengo noticias a la televisora de Chapultepec: el video sigue en línea, al menos en dos direcciones. Lo encuentran en: http://www.youtube.com/watch?v=OXRnxuyjxsw&hl=es y también en: http://video.google.com/videoplay?docid=-216003411482415640&ei=TxqaSsq1Do7EqgLX3uXZBw&q=protesta+%22otro+rollo%22 ¿Arde?


Noten la expresión de: "no mamen, me va a chingar el patrón por esto, ya güey, yaaa güeeeeeyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!"


¿Qué tiene que ver el asunto adalramonesco con el tema de la columna? Pues todo: recordarán ustedes, si fueron testigos del suceso, que Adal comenzó ese programa haciendo mofa, en su insufrible monólogo, justamente del Presidente Legítimo de México, AMLO, a quien tachó de "perdedor", para beneplácito de los borregos que eran su público regular. Adal se mofó cuanto quiso de AMLO, como se mofó de Jacobo Zabludovsky cuando este renunció a Televisa (aunque después tuviera que retractarse patéticamente por órdenes de su propio patrón), como se mofó siempre de quien le dio la gana mientras fue titular de Otro Rollo. En especial al movimiento democrático le hizo el mismo vacío infame que el resto de sus colegas y compañeros de la televisora. Los atacó de igual manera, los vilipendió, los ignoró, se burló de todos.

Y a la vuelta de tres años, ¿quién rie? 6 meses después de plegarse a la "línea informativa" de sus patrones, que silenciaron el fraude electoral, ¿dónde está Adal Ramones? Su programa ya no existe, tuvo un paso fugaz y de pena ajena en un reality show para el olvido; ha anunciado múltiples veces su triunfal regreso a la televisión sin poder concretarlo; rumores cada vez más fuertes sobre su inminente separación marital no han dejado de rondarlo; y no faltan quienes dicen que ahora pasa sus días añorando los viejos tiempos en que sus gatos en Otro Rollo eran eso, gatos, y no conductores de sus propios programas en donde evidencian quiénes le escribían en realidad todos sus sketches.

Adal Ramones ya no está en el candelero, su rol de pseudoadolescente de gorritas chistosas y apuntes "ingeniosos" terminó por gastarse a sus cuarentaymuchos años, y finalmente el tirano publicitario televisivo terminó por echarlo a patadas del pedestal que durante años ocupó, para mandarlo a donde terminan todos aquellos que, reaccionarios ellos, se oponen al curso de la historia: el basurero.

No nos confundamos, no estoy implicando ni jactándome que "la resistencia tumbó a Adal". Por favor, esa tontería sólo podrían pensarla subnormales como los panistas que a diario se meten a "comentar" al SDP. No, no es eso. Es otra cosa. Se llama KARMA, si quieren ponerle un nombre. La justicia, poética si quieren, pero justicia al fin, existe.

Lo mismo que Adal, han terminado en el basurero de la historia uno a uno, muchos de los que en 2006 decidieron ponerse del lado equivocado del curso histórico. Del lado de la reacción. Hoy, por ejemplo, un Ciro Gómez Leyva sabe que perdió su credibilidad como periodista, que es despreciado por la opinión pública por servil y genuflexo, estigma que ningún departamento de lujo en Polanco puede quitar. Hoy, un Eduardo Ruiz Healy es un orangután vociferante que, fuera de sí, aúlla improperios en su programa de radio mientras respira por la herida de haber empeñado su dignidad para sumarse al linchamiento antipejista y hoy atestigua con rabia que no le sirvió de nada, porque el movimiento ahí sigue, cada vez más fuerte.

Los que se burlaban, los que se reían, hoy ladran y echan espuma por la boca desde su frustración y rencor. Han caido, uno a uno, en el basurero de la historia. Que lo disfruten.




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