6 may 2007

¿Qué acuerdos FECAL/Azcárraga están tras la ley Televisa?

Pedro Echeverría V.

1. Los ministros de la Suprema Corte, la Presidencia de la República, la Cámara de Senadores y la representación común de los 47 senadores que interpusieron la acción de inconstitucionalidad en contra de la Ley Televisa , recibieron este jueves el proyecto de resolución elaborado por el ministro instructor Salvador Aguirre Anguiano. Los representantes del PAN, PRI y PRD en el Senado advirtieron ayer en Washington que si la SCJ no corrige las fallas en la nueva Ley de Radio y Televisión (“Ley Televisa”) la Cámara alta procederá a hacerlo. Se vislumbra que existe ya un acuerdo político entre el presidente usurpador Felipe Calderón (FECAL) y los magnates de Televisa. Sólo así se puede explicar un asunto que representa miles de millones de pesos, el respeto a un poderoso monopolio internacional y el reconocimiento pleno a un presidente.


2. El coordinador de la fracción del PAN en el Senado, Santiago Creel, (obviamente avalado por el presidente Calderón) señaló: “Una de dos, o el cambio lo hace la Corte o lo hacemos nosotros”, porque la norma como la ley fue aprobada el año pasado, en medio de una elección, no fue la correcta. “Una ley que se aprueba de la manera como ésta se llevó a cabo, en medio de una elección, prácticamente sometiendo a los candidatos y los partidos a su aprobación, en medio de una negociación de espacios publicitarios, no es la manera para aprobar una ley”, indicó. El asunto está seguramente arreglado, pues Creel no puede aventurar su cargo con semejantes declaraciones. Indiscutiblemente actúa en nombre de Calderón, pero lo grave es que el senador Navarrete del PRD, muy emocionado y sorprendido, parece irse con el engaño.


3. Televisa es la empresa de televisión más poderosa de América Latina. Posee un imperio que, según Jacobo Zabludovski atiende a siete de cada diez televidentes y obtiene más o menos seis de cada diez pesos de los presupuestos de publicidad en el país. TV Azteca acapara 20 por ciento del auditorio y la publicidad, mientras que la radio y la TV por cable deben sobrevivir con lo que sobra. Según González Amador, de La Jornada, un reporte de la Comisión Federal de Competencia cita fuentes de la industria de telecomunicaciones para señalar que Televisa y Televisión Azteca ejercen un alto grado de concentración del gasto en publicidad y en dominio del mercado. La inversión total en medios publicitarios ronda al año los 45 mil millones de pesos. De esa cantidad, 58 por ciento es concentrado por la televisión abierta; 3.2 por ciento por la televisión restringida, y otro 38.8 por ciento en otros medios publicitarios.

4. No debe olvidarse que el entonces candidato del PAN, Felipe Calderón, fue el más beneficiado con la Ley Televisa aprobada en la madrugada del 31 de marzo de 2006. El presidente Fox y su esposa, tal como lo hicieron en octubre de 2002 cuando mediante un “decretazo” cancelaron el impuesto de 12.5 por ciento que pagaba Televisa, usaron a su secretario de Gobernación, Santiago Creel, para que instrumentara esa medida, pero les salió mal al perder éste la candidatura del PAN. Siempre estuvo claro que la Ley Televisa fue “un atraco en despoblado” que los grandes empresarios del monopolio de la Televisión hicieron con la protección del gobierno de Fox y el apoyo de los panistas y priístas. Incluso de los diputados perredistas, encabezados por Pablo Gómez, que aquel 1 de diciembre de 2005 aprobaron la ley por “ignorancia”.


5. Los senadores Fernández Cevallos, Jakcson Ramírez, Gamboa Patrón, jugaron un papel esencial en apoyo de Televisa.Claudicaron en su función de interlocutores sociales y políticos al someterse a los intereses y presiones indirectas o potenciales de la industria de la radio y la televisión. Se desoyeron las demandas de los medios públicos y comunitarios Nada de lo planteado por diversos organismos sociales, centros académicos, asociaciones gremiales y hasta entidades como el Instituto Federal Electoral, la Comisión Federal de Telecomunicaciones, la Comisión Federal de Competencia, la Red Nacional de Televisoras Educativas y Culturales y la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, fue tomado en cuenta por parte de los senadores, pese a que ellos mismos abrieron, supuestamente, un foro de consulta.

6. Se vuelven a reconocer errores, sin embargo estos “reconocimientos”: 1. de la necesidad de votar la Ley Televisa porque se estaba en momento de elecciones; 2. de que Fox declarará que él ganó dos elecciones y que impuso a Felipe Calderón o 3. que dijera el ex presidente De la Madrid que Cuauhtémoc Cárdenas le ganó las elecciones a Salinas etcétera, solo falta que se declare que fue López Obrador el ganador de la contienda de 2006 y no Calderón; pero todavía es muy pronto para reconocerlo. La realidad es que los gobernantes mexicanos siempre han sido muy cínicos y el \npueblo quizá muy indolente. La mayoría de de esos “reconocimientos” no tienen ya remedio, pero el asunto de la Ley Televisa está en la Corte y parece haber recibido esta institución la orden de echarla para atrás. Bartlett, Corral, Sauri, tuvieron la razón, pero pedieron brincar a otro cargo.

7. ¿Qué pasará ahora con Emilio Gamboa, hoy jefe de los diputados priístas, que se encargó de repartir entre los senadores los millones de pesos para comprar sus votos? ¿Qué pasará con Josefina Vázquez Mota, entonces coordinadora de la campaña de Calderón, Eduardo Medina Mora, de Seguridad Pública y Manuel Espino, presidente d PAN, quienes junto con Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa, negociaron que no se cambiara “ni una coma” al documento elaborado por la empresa? No pasará nada pues “estuvieron en el tiempo y lugar necesarios”, en el momento en que se amarraba la presidencia de la República. Hoy estos personajes se encuentran en altos cargos mientras Bartlett y Sauri, también Corral, parecen estar congelados. Pero así es la política. Lo decía de forma chusca Fidel Velázquez: “la política es como la foto, el que se mueva no sale”.

8. Otra vez se hace “alharaca”, pero no pasará a más. El monopolio televisivo de la familia Azcárraga ha sido intocable desde que se constituyó hace casi cuatro décadas. No debe olvidarse que los gobiernos mexicanos no han tenido ni la fuerza ni la voluntad para oponerse a él. Al contrario, Televisa juega un papel central de ese poder que tanto lo ha beneficiado. Lo que puede adelantarse es que en vez de una confrontación que puede llevar a la desaparición de la Ley Televisa, se vislumbra un gran acuerdo para que esa empresa obtenga mayores ganancias y el gobierno de Calderón avance más hacia su fortalecimiento. El ejemplo de Hugo Chávez de retirar las concesiones a la empresa televisiva venezolana que participó en el golpe de Estado de abril de 2002 y que sigue difundiendo programaciones proyanquis, sólo lo puede seguir un gobierno que cuenta con un gran apoyo de su pueblo.

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