13 abr 2012


La política neoliberal, causa de la grave crisis que vive el país, afirma el candidato

López Obrador tiene razón; las reformas estructurales se impulsan desde afuera: IMEF

Ni en la época de Porfirio Díaz se enajenó tanto territorio a mineras particulares, explicó


Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República, saluda a José Antonio Quesada, presidente del IMEF, al llegar a la reunión con miembros del institutoFoto María Meléndrez Parada


Juan Carlos Miranda

Andrés Manuel López Obrador tiene razón en que hay una agenda mundial impuesta en México y que a través de ella se trata de impulsar muchas de las llamadas “reformas estructurales”, reconoció el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Antonio Quesada Palacios.

En un encuentro realizado ayer en la mañana con integrantes del instituto, el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista sostuvo ante los ejecutivos que la causa de la grave crisis económica, social y de seguridad que hoy vive México es la política neoliberal que se ha venido aplicando desde 1983.

Dijo que bajo la lógica de las privatizaciones se entregaron todas las empresas públicas y los bancos a particulares nacionales y extranjeros, y se han concesionado 50 millones de las 200 millones de hectáreas que tiene el territorio nacional para la explotación de oro, plata y cobre.

“¡El 25 por ciento del territorio nacional! Ni en la época de Porfirio Díaz se enajenó tanto suelo patrio”, sostuvo.

El resultado de dicha política, dijo el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, fue un crecimiento económico promedio de 2.3 por ciento anual los últimos 30 años, de los más bajos del mundo.

“Prácticamente no ha crecido la economía en 30 años, y si no hay crecimiento no hay empleos, ni bienestar ni paz social; raro sería que después de 30 años sin crecimiento económico no hubiera inseguridad y violencia”. Por ello López Obrador sostuvo que este modelo “ha fracasado rotundamente y hay que cambiarlo”.

No obstante, dijo que aunque parezca increíble hay quienes no quieren que cambie esta política. “Hay quienes están apostando a que continúe la misma política, por eso están ahora patrocinando a uno de los candidatos. Con publicidad y mercadotecnia están introduciendo al mercado un producto chatarra”, indicó.

López Obrador señaló que no está de acuerdo con las reformas estructurales, porque esa es una agenda impuesta desde afuera.

“Nosotros tenemos la obligación de hablar de esta manera, no dorarle la píldora a nadie ni querer venir a quedar bien con ustedes y que yo les hable de que vamos a llevar a cabo las reformas estructurales. Yo no les voy a decir eso, no estoy de acuerdo”.

Criticó que, por ejemplo, cuando se habla de reforma energética en lo que se piensa es en seguir privatizando.

“¿Cómo vamos a aceptar más privatizaciones si ese modelo no ha funcionado? ¿Si en México privatización en sinónimo de corrupción?”, cuestionó.

Explicó que Petróleos Mexicanos aporta un billón de pesos a la hacienda pública, mientras las 10 empresas más grandes del país que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores tienen ingresos en conjunto similares a Pemex, pero sólo aportan al erario 60 mil millones, 15 veces menos.

“Si se privatiza Pemex ¿las empresas van a pagar un billón de pesos de impuestos? ¿A qué nos llevaría esto? A la destrucción total del país, a que no hubiera presupuesto, y eso es atentar contra la paz y la estabilidad”, advirtió.

Quesada Palacios manifestó que López Obrador es el único candidato que ha dicho no a las reformas estructurales y en su lugar ha propuesto el desarrollo de un proyecto propio de nación.

“Creo que como ventaja le puedo poner que él resalta desarrollar una visión de un proyecto de nación. Sí hace falta un proyecto de nación y también tiene razón en que hay una agenda mundial impuesta, y esta agenda mundial influye en muchos de los temas de las reformas estructurales”, comentó el dirigente, quien consideró sano que se revise el tema de las reformas estructurales como está planteado en la agenda mundial.

“Creo que no todos los temas de las reformas estructurales tienen que entrar exactamente como recetas de cocina y hay ver cómo es más conveniente que al país le vayan beneficiando”, consideró.




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