26 dic 2006

Pretendientes de una tercera cadena televisiva

Florence Toussaint

Dos hechos contradictorios se han presentado en los últimos días de este año en materia de medios. Por un lado, los grandes manipuladores, Televisa y Azteca, han unido sus fuerzas contra la posibilidad de que exista una tercera cadena privada que compita con ellos. Los empresarios muestran su incongruencia: los bienes de la nación, en este caso el espectro radioeléctrico y satelital tiene que ser usufructuado por el gran capital, señalan. El mercado debe regir en la convergencia digital. Presionan, cabildean, difaman y amenazan con tal de salirse con la suya. Así consiguieron la llamada Ley Televisa. Sin embargo, hoy que han obtenido la facilidad de usar el ?triple play? sin licitar ni pagar nada al Estado, no quieren que ningún otro jugador entre a la palestra.

Aquí no se trata de abogar porque esto suceda, ya que lo menos conveniente para el país es el surgimiento de una cadena privada más que lucre con la cultura, la información y el entretenimiento. Sí de señalar cómo, a través de una campaña mentirosa de alcance nacional, Televisa y Azteca se han encargado de atajar a sus previsibles competidores.

La protección que siempre le ha dado el Estado mexicano a los consorcios mediáticos ha posibilitado su crecimiento. Aunque su productividad ha bajado en los últimos 20 años, siguen vivos gracias al apoyo gubernamental. En este año, obtuvieron 70% de los gastos en publicidad política de los partidos, más la inversión de, por ejemplo, el Consejo Coordinador Empresarial. Además de la erogación del expresidente para mantener su imagen. Sería muy difícil que, sin el respaldo gubernamental y con un mercado abierto a consorcios extranjeros, la televisión mexicana subsistiera.

Los hoy enemigos de Televisa y Azteca fueron en otro tiempo sus socios y colaboradores. Moisés Saba, del grupo con el mismo nombre, formó parte de Tv Azteca y tuvo intereses en la empresa. Grupo Casa Saba S.A. de C.V., es una compañía que cotiza en las bolsas de valores de México y de Nueva York y cuyo reporte anual de 2004 señala que las ventas netas de ese período fueron de mil 833 millones de dólares. La utilidad bruta de 188 millones de dólares y la neta de 57 millones de dólares. Su actividad principal es la distribución de medicamentos en la República, tanto a farmacias privadas como públicas. Agrega a ello una división distribuidora de libros y revistas cuya razón social es Citem. Su historia es una de cambios y fusiones. Como antecedente remoto se menciona a una farmacia que operaba en 1892. La gran empresa actual nace en l982 como Inmobiliaria Auho, en 2000 adquiere 85% de las acciones de la sociedad XTRA Inmuebles; al asumir éste la totalidad de las acciones, pasa de Grupo Casa Autrey a Grupo Casa Saba. Y así funciona desde esa fecha.

Su segunda división está relacionada con la cultura al distribuir en México, Estados Unidos (62%), América Central (13%), Sudamérica (22%) y el Caribe (3%), un total de 5 mil 900 títulos adquiridos a 290 editores. La subsidiaria Citem es la principal competidora de Intermex, compañía propiedad de Televisa que opera el mismo ramo. El producto más importante son los libros, aunque también hace circular semanarios y revistas. Lo hace en 740 librerías, 200 estands de noticias y 170 agentes nacionales. Entre los puntos de venta se cuentan aeropuertos, restaurantes Vips, El Portón y hoteles.

El otro consorcio interesado en adquirir una concesión televisiva en México es General Electric, que tiene entre sus compras recientes a la cadena estadunidense de televisión abierta NBC y a su vez a la de habla hispana Telemundo. Ésta ya había mostrado interés en el espectro mexicano cuando ofreció pagar sueldos caídos a los trabajadores de Canal 40 para ponerlo al aire de nueva cuenta. También, en aquella ocasión, Televisa y Tv Azteca armaron un escándalo mediático para detener la operación.

Telemundo alcanza 142 mercados a través de 16 estaciones propias, 36 afiliadas y 684 sistemas de cable. Conductores, productores y periodistas provienen en su gran mayoría de Miami, ciudad que alberga a los emigrados cubanos. También ha llevado a cabo convenios con Argos, la productora mexicana de telenovelas y programas especiales.

General Electric es un consorcio que produce desde focos hasta reactores nucleares y cuyo comportamiento ha sido denunciado en repetidas ocasiones por fraudulento y carente de ética. Algo común entre las grandes corporaciones del mundo, a las cuales solamente importan las ganancias.

Independientemente de quiénes pretendan obtener la tercera cadena privada, el Estado no puede otorgarla sin ampliar, de manera equivalente, las opciones de unos medios públicos de calidad, diversificados en su programación, y que atiendan las necesidades informativas y de cultura del público antes que el negocio. Con dos cadenas que compiten a la baja en las propuestas, es suficiente. No se puede seguir regalando el espectro a la iniciativa privada para que manipule, intervenga en las elecciones y ofrezca chatarra a los sufridos televidentes.

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