18 sep 2008

Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
18 de septiembre de 2008


Una tormenta perfecta

Por desgracia, todos los signos son así. Avisos de truenos y mares encrespados. Tiempo de oscuridades

Así se llamaba una película de Clooney en la que un grupo de pescadores se hace a la mar en calma. A los pocos días el capitán y sus marineros deben rendirse ante su destino: aunque el sol todavía alumbra, todas las señales visuales y de la radio presagian tragedia; están en el centro de una tormenta perfecta; atrapados tan inexorablemente que incluso sus rostros y sus palabras reflejan su admiración ante la infalibilidad de la naturaleza.

Hoy, por desgracia para el país, todos los signos son así. Avisos de truenos y mares encrespados. Tiempo de oscuridades.

En la ruta económica, las quiebras de los gigantes financieros del norte comienzan a resentirse entre los chaparros del sur. No es verdad, como han dicho el Presidente y el secretario de Hacienda, que nuestra fortaleza económica es tal que puede resistir cualquier embate. Ahora resulta que el mundo está al revés: que a pesar de la pulmonía de arriba, acá abajo no nos dará ni catarro. Y eso que lo peor está por venir: seguirá el reventadero de bancos, hipotecarias y aseguradoras; continuarán perdiéndose millones de empleos y seguirá una recesión galopante. Aquí los efectos ya están no sólo en la Bolsa, sino en una contracción económica acompañada de inflación creciente. Todavía más: están disminuyendo incesantemente los flujos de remesas. Y el taponamiento de la frontera efervescerá la olla express interna. En paralelo, siguen deteriorándose el salario y el poder adquisitivo, aprieta el desempleo y muerde la tensión social interna.

Más aún, este clima de zozobra e incertidumbre es llevado al extremo por la interminable cadena de violencia e inseguridad que agobia al país. Y la irrupción de un elemento que viene a marcar una nueva y sangrienta etapa: el terrorismo.

Y es que, aunque la versión oficial no lo quiera, los hechos de la noche del grito en Morelia son incuestionables: estamos frente al uso indiscriminado y criminal de las armas contra la población civil e indefensa. Una fase que creíamos lejana y ajena y que ahora se nos restriega en la cara con todos sus muertos, sus mutilados y sus heridos. Las esquirlas de las granadas estalladas en la plaza moreliana llegaron hasta el Zócalo y el Palacio Nacional esa misma noche y han estremecido todo el andamiaje institucional de la nación.

Se ha cruzado la delgada línea roja. Y aun así hay todavía quienes se niegan a aceptar la realidad. Así que a la fallida estrategia gubernamental en su guerra contra el crimen organizado y cuyos resultados están a la vista, el gobierno está a punto de añadir otro yerro fundamental: el autismo.

Por eso vale la insistencia en el diagnóstico: los cuerpos policiacos y de seguridad en todos los niveles de gobierno están infiltrados por criminales; 60 de cada 100 municipios en todo el territorio están bajo control del narcotráfico; el crimen organizado quiere colocar diputados y gobernadores a sueldo en 2009; sobrevivimos en un estado débil que además lo parece; las narcomantas, los descabezados de Yucatán y los tirados en La Marquesa no son hechos aislados, todos forman parte de un mismo mensaje que culmina en Morelia: “Somos tan o más poderosos que el gobierno”.

Por eso urge una reestructuración a fondo de todos los organismos policiales, de seguridad y de justicia. Para ello, sin embargo, requeriríamos de un gran pacto nacional amplio e incluyente. Con todas las fuerzas políticas y económicas del país. Un pacto que hasta ahora nadie ha convocado. Y que podría ser la única salida climática antes de que entremos al ámbito sin retorno de una tormenta perfecta.

No hay comentarios.: