• Chiapas se suma al reventón
• El peligro de la multiplicación...
Primero mueren los placeres, mi estimado, después las esperanzas y al final los temores. Felipe Calderón, su improvisado Gymboree y su ilustre gabinete de fracasados civiles están rebasados por la tragedia en Tabasco, donde además, Chiapas se suma al catastrófico reventón.
El quid del asunto radica, my friend, más allá de la estupidez presidencial de inculpar únicamente al cambio climático de lo acontecido en el Edén, en conocer las bitácoras de las simpáticas presas para deslindar, con exactitud, responsabilidades. Porque lo mejor de todo esto es lo peor que se va a seguir poniendo. Sobre todo cuando las aguas bajen a su nivel y se conozcan las cifras de decesos que hoy aún son inciertas.
Ahora, súmele que en Chiapas se registró el desgajo de un cerro gracias a las torrenciales lluvias, que aquejan también hace días al estado gobernado por Juan Sabines y que sepultó un número indeterminado de viviendas en una comunidad, el panorama se antoja de muy delicada volatilidad social. Más aún cuando el desfogue del agua de las mentadas presas hace días estaba ayudando al crecimiento del Grijalva. Al coctelito de lluvia se suma Veracruz con más de once comunidades incomunicadas y Oaxaca con una declaración de emergencia para quince de sus poblados. La preguntilla interesante es cuál será el resultado social del abandono, la descoordinación, la indiscutible corrupción, la negligencia y el pésimo manejo de la crisis por parte del gobierno de Felipe Calderón, que ya debería prender focos rojos en el tablero de la seguridad nacional.
Porque cuando la gente en plena desesperación tome justicia por propia mano, Felipe y su dumbsquad no van a sentir lo duro, sino lo tupido. El ejemplo de la población en Oseacaque, Tabasco, donde ayer ya tomaron carreteras para construir provisionalmente sus casas de madera para resguardarse en un lugar más seguro, my friend, es como para detonar todas las alarmas. Es como para detenerse un segundo a sopesar el peligro de este fenómeno multiplicado por diez, ya ni hablar de cien o mil cuando la cifra escalofriante es de más de un millón de damnificados. Is anybody of those brainless shitheads listening?
No en vano Granier afirmaba de la explosiva volatilidad social en una hastiada cadena de ciudadanos agraviados que no son imbéciles y hoy saben que los miles de millones de pesos de recursos, entregados a administraciones pasadas, no terminaron en infraestructura hidráulica sino, seguramente, en campañas electorales.
El botón de la incompetencia federal rebasada no sólo por la tragedia misma, sino por las toneladas de ayuda que han llegado y que en medio de la descoordinación, desorden y las bolas burocráticas partidistas whatsoever, no logran llegar a los más necesitados, es muestra de que si el inquilino de Los Pinos no se pone las pilas, el pronóstico de su futuro no es incierto sino bastante cierto.
Con todo y lo chulo de bonito que se ve para tomarse la foto, rodeado de su acostumbrada burbuja militar, para reafirmarse ante los severos reclamos de la población ya ni hablar de la pitorreada de los diez mil comerciantes en Villahermosa al conocer la magnífica cifra de 200 millones de pesos para apoyar a los pequeños y medianos empresarios. Ni qué decir ante la muy atinada declaración de condonación de deuda para quienes lo han perdido todo y cuya prioridad es, hoy, sobrevivir en condiciones miserables un día más.
Calderón enfrenta una crisis muy seria de gobernabilidad con un gabinete civil desordenado y de chisguete. El número de errores de su administración cometidos, en un cortísimo plazo, ante la magnitud de lo que sucede en el sureste del país será de un altísimo costo. El tentempié de Oaxaca, Chiapas y Tabasco se antoja como para desarrollar una gastritis crónica fatal. Caldo ideal de cultivo para el resentimiento de décadas de abandono. Mezcla explosiva de hartazgo. Agravio de renegados. Molestia de desamparados. De quienes no tienen nada que perder.
Miles de refugiados en estados colindantes con problemas propios. Cientos de historias que podrían invitar a la cuidadosa contaminación. ¿A la insubordinación? El parteaguas de las aguas, y para colmo, tabasqueñas. Mientras en Los Pinos el Gymboree de estos desquiciados desata los demonios mediáticos contra la capital elevando la neurosis ciudadana de una posible catástrofe.
No, my friend, les encanta jugar con fuego, en varias pistas y acostados despreocupados, en un polvorín. Quizá es hora de avisarles sobre la inminente... sacudida... que viene...
Por la Mirilla
Lindo el show de la droga incautada, of course, sin detenidos... Ajá.
http://www.milenio.com/mexico/milenio/firmawp.asp?id=565337
• El peligro de la multiplicación...
Primero mueren los placeres, mi estimado, después las esperanzas y al final los temores. Felipe Calderón, su improvisado Gymboree y su ilustre gabinete de fracasados civiles están rebasados por la tragedia en Tabasco, donde además, Chiapas se suma al catastrófico reventón.
El quid del asunto radica, my friend, más allá de la estupidez presidencial de inculpar únicamente al cambio climático de lo acontecido en el Edén, en conocer las bitácoras de las simpáticas presas para deslindar, con exactitud, responsabilidades. Porque lo mejor de todo esto es lo peor que se va a seguir poniendo. Sobre todo cuando las aguas bajen a su nivel y se conozcan las cifras de decesos que hoy aún son inciertas.
Ahora, súmele que en Chiapas se registró el desgajo de un cerro gracias a las torrenciales lluvias, que aquejan también hace días al estado gobernado por Juan Sabines y que sepultó un número indeterminado de viviendas en una comunidad, el panorama se antoja de muy delicada volatilidad social. Más aún cuando el desfogue del agua de las mentadas presas hace días estaba ayudando al crecimiento del Grijalva. Al coctelito de lluvia se suma Veracruz con más de once comunidades incomunicadas y Oaxaca con una declaración de emergencia para quince de sus poblados. La preguntilla interesante es cuál será el resultado social del abandono, la descoordinación, la indiscutible corrupción, la negligencia y el pésimo manejo de la crisis por parte del gobierno de Felipe Calderón, que ya debería prender focos rojos en el tablero de la seguridad nacional.
Porque cuando la gente en plena desesperación tome justicia por propia mano, Felipe y su dumbsquad no van a sentir lo duro, sino lo tupido. El ejemplo de la población en Oseacaque, Tabasco, donde ayer ya tomaron carreteras para construir provisionalmente sus casas de madera para resguardarse en un lugar más seguro, my friend, es como para detonar todas las alarmas. Es como para detenerse un segundo a sopesar el peligro de este fenómeno multiplicado por diez, ya ni hablar de cien o mil cuando la cifra escalofriante es de más de un millón de damnificados. Is anybody of those brainless shitheads listening?
No en vano Granier afirmaba de la explosiva volatilidad social en una hastiada cadena de ciudadanos agraviados que no son imbéciles y hoy saben que los miles de millones de pesos de recursos, entregados a administraciones pasadas, no terminaron en infraestructura hidráulica sino, seguramente, en campañas electorales.
El botón de la incompetencia federal rebasada no sólo por la tragedia misma, sino por las toneladas de ayuda que han llegado y que en medio de la descoordinación, desorden y las bolas burocráticas partidistas whatsoever, no logran llegar a los más necesitados, es muestra de que si el inquilino de Los Pinos no se pone las pilas, el pronóstico de su futuro no es incierto sino bastante cierto.
Con todo y lo chulo de bonito que se ve para tomarse la foto, rodeado de su acostumbrada burbuja militar, para reafirmarse ante los severos reclamos de la población ya ni hablar de la pitorreada de los diez mil comerciantes en Villahermosa al conocer la magnífica cifra de 200 millones de pesos para apoyar a los pequeños y medianos empresarios. Ni qué decir ante la muy atinada declaración de condonación de deuda para quienes lo han perdido todo y cuya prioridad es, hoy, sobrevivir en condiciones miserables un día más.
Calderón enfrenta una crisis muy seria de gobernabilidad con un gabinete civil desordenado y de chisguete. El número de errores de su administración cometidos, en un cortísimo plazo, ante la magnitud de lo que sucede en el sureste del país será de un altísimo costo. El tentempié de Oaxaca, Chiapas y Tabasco se antoja como para desarrollar una gastritis crónica fatal. Caldo ideal de cultivo para el resentimiento de décadas de abandono. Mezcla explosiva de hartazgo. Agravio de renegados. Molestia de desamparados. De quienes no tienen nada que perder.
Miles de refugiados en estados colindantes con problemas propios. Cientos de historias que podrían invitar a la cuidadosa contaminación. ¿A la insubordinación? El parteaguas de las aguas, y para colmo, tabasqueñas. Mientras en Los Pinos el Gymboree de estos desquiciados desata los demonios mediáticos contra la capital elevando la neurosis ciudadana de una posible catástrofe.
No, my friend, les encanta jugar con fuego, en varias pistas y acostados despreocupados, en un polvorín. Quizá es hora de avisarles sobre la inminente... sacudida... que viene...
Por la Mirilla
Lindo el show de la droga incautada, of course, sin detenidos... Ajá.
http://www.milenio.com/mexico/milenio/firmawp.asp?id=565337
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