10 mar 2007

PRIMEROS 100 DÌAS DE USURPACIÒN : UN FIASCO


Cien días del gobierno calderonista: no hay proyecto de país ni liderazgo


Destaca la ausencia de iniciativas en materias laboral, energética y política

Pobreza, tema pendiente

Se ha reunido más veces con priístas que con dirigentes del PAN


CLAUDIA HERRERA BELTRAN


Si algo ha distinguido los primeros 100 días de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien presentará hoy su balance en Chiapas, ha sido el discurso de la "mano firme" contra la delincuencia, apoyado en las fuerzas armadas, con las cuales ha estado en 10 actos. Asimismo, una carrera frenética por cumplir sus 100 promesas, pero sin conseguir 17 y dejando otras como enunciados, sin metas ni recursos.

Dicho corte de caja será recogido en un folleto que palomea la mayor parte de las acciones de gobierno y ya forma parte de una intensa campaña de propaganda en radio y televisión.

En ese lapso ha tenido más encuentros con el PRI y su añeja estructura sindical, que con la dirigencia del PAN. Ha visitado más foros empresariales que municipios pobres, y ha sostenido diversas reuniones con legisladores, cumpliendo así su propósito de hacer "política a nivel de cancha", lo cual le valió la aprobación, con facilidad, del presupuesto 2007.

Así, en ese periodo, que el michoacano se fijó como plazo para cumplir el proyecto que presentó 12 días antes de la elección con el nombre 100 acciones para los primeros 100 días de gobierno, su agenda ha sido intensa. Ha pronunciado 106 discursos y ha realizado cuatro giras internacionales y 30 en el país. Los estados más visitados han sido Michoacán (tres ocasiones), Nuevo León (tres), Estado de México (cinco), Guerrero (dos) y Sinaloa (dos).

A golpe de "compromisos de gobierno" y de discursos de "mano firme contra la delincuencia", el jefe del Ejecutivo ha buscado superar la tensión política causada por las elecciones del 2 de julio.

El peso de las fuerzas armadas

Desde el comienzo de su gobierno buscó apuntalar su figura apoyado en las fuerzas armadas.

En promedio, uno de cada 10 días lo dedicó a un acto militar. La lista es larga: Día de la Bandera, desayuno por el Día del Ejército, Marcha de la Lealtad, desayuno conmemorativo de la Fuerza Aérea Mexicana, entrega del sable de mando de la Marina, visita y saludo a las fuerzas federales en Michoacán, desayuno de fin de año con personal de la Armada de México, transferencia de personal de Defensa y la Marina a la Policía Federal Preventiva, toma de protesta del gabinete de seguridad y salutación de las fuerzas armadas.

Con el anuncio de la Operación conjunta Michoacán, el pasado 11 de diciembre, el gobierno federal dio inicio a una serie de movilizaciones militares, con las que ha resaltado el discurso de la "mano firme" contra la delincuencia.

Hasta ahora este es el mensaje que ha permeado más en la población, según estudios de opinión de la Presidencia de la República.

Distancia con el foxismo y cercanía con el PRI

Un tema que obsesionó al mandatario en el arranque de su gobierno fue el de "fortalecer la institución presidencial", pues su correligionario Vicente Fox la dejó maltrecha.

En su afán por diferenciarse del foxismo ha optado por proyectar una imagen sobria, que se sustenta en eventos rígidos, apego al discurso escrito y escaso contacto con la población. Esto último también a causa de las estrictas medidas de seguridad que rodean sus eventos, para evitar manifestaciones perredistas.

Calderón, a diferencia de Fox, siempre se ha ostentado como panista de cepa, pero paradójicamente se ha reunido más con el tricolor y su brazos corporativos que con su partido.

De hecho, en 100 días únicamente se ha informado de una visita del líder nacional del blanquiazul, Manuel Espino, a Los Pinos.

En contraste, han sido recibidas la nueva dirigencia del PRI y su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, y el Congreso del Trabajo.

Aliada desde la campaña presidencial, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, celebró su cumpleaños en la casa presidencial, donde reafirmó su alianza con el panista y de paso dictó la agenda educativa sexenal.

De las promesas hechas en campaña, Calderón se olvidó del gobierno de coalición al incorporar sólo a panistas, ex colaboradores de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y allegados a Gordillo. Ningún priísta ni perredista que llevara votos del Congreso bajo el brazo, como prometió.

Apurado por mostrar cercanía con el perredismo, el jefe del Ejecutivo ha buscado aparecer al lado de gobernadores que triunfaron bajo las siglas de ese partido. Ya realizó giras con el michoacano Lázaro Cárdenas Batel, la zacatecana Amalia García, el chiapaneco Juan Sabines y el guerrerense Zeferino Torreblanca, y con el de Baja California, Narciso Agúndez, sólo se entrevistó.

Hasta ahora el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, ha sido el único mandatario perredista que no ha asistido a ningún acto con el Presidente.

Los pendientes

En el periodo de transición que transcurrió en la casona de la colonia Insurgentes San Borja, Calderón vislumbró que en los primeros meses de su gobierno no era "prudente" hacer planteamientos de grandes reformas o cambios, sino revisar programas y abordar temas elementales.

La premisa se cumplió, porque si bien de última hora delineó su enmienda en materia de procuración e impartición de justicia, aún no ha enviado ninguna iniciativa en materias fiscal, laboral, energética y política.

En cambio, se enfocó en cumplir el documento 100 acciones para los primeros 100 días de gobierno, que consistió en dar seguimiento a algunos planes de la administración anterior y enunciar futuros programas, pero sin la precisión -en varios casos- de presupuestos, metas y vías para concretarlos.

De acuerdo con un cotejo realizado por este diario, no se han cumplido varias acciones, como la creación de la policía metropolitana, el transporte seguro, la vigilancia en cajeros automáticos y el inicio de un programa de combate a la piratería.

Tampoco se ha revisado la cartera de proyectos de la cuenca de Burgos ni se ha impulsado una legislación para atraer inversión complementaria a la del Estado en refinación y petroquímica.

Además, no se han promovido adecuaciones legales para que personas físicas y morales paguen una tasa igual por concepto de impuesto sobre la renta.

No han sido atendidos los cuatro puntos sobre telecomunicaciones, y tampoco han empezado las corridas del tren suburbano. De igual forma, las obras de infraestructura carretera en varios puntos del país. Además, no se ha elaborado un calendario para la adopción de estándares internacionales en el control de emisiones de vehículos nuevos.

En el listado sin cumplir quedó el ofrecimiento de promover reformas para disminuir los tiempos de las campañas electorales y reducir el financiamiento a los partidos políticos.

Programas como el de prevención y combate a las adicciones, además del servicio de carrera policial, quedaron en enunciados, mientras las mencionadas asociaciones tecnológicas de Petróleos Mexicanos se redujeron a un acuerdo con la brasileña Petrobras.

Otro tema casi ausente ha sido el de la pobreza. Calderón sólo ha hecho visitas breves (que no duran más de 90 minutos) a cinco municipios marginados: Tlacoachistlahuaca, Guerrero; sierra de Puebla, El Nayar, Nayarit y Yucatán.

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