19 feb 2010


México SA


Cuarto aniversario de la tragedia de Pasta de Conchos

Campea la plena impunidad




Carlos Fernández-Vega

Hoy se cumple el cuarto aniversario de la tragedia en la mina Pasta de Conchos, en San Juan de Sabinas, Coahuila, concesionada a Germán Larrea, uno de los multimillonarios Forbes, el mismo que hoy pretende sepultar, también, a los mineros de Cananea. Cuatro largos años han transcurrido, periodo que involucra a dos catastróficos gobiernos panistas, a igual número de inquilinos de Los Pinos (uno peor que el otro, lo que ya es decir), de secretarios del (des) Trabajo y de cabezas visibles en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como un gobernador, y la justicia, junto con los cuerpos de los trabajadores que perdieron la vida en aquel accidente”, se mantiene bajo los escombros. Fue una tragedia igual de evitable que la ocurrida en junio pasado en la guardería ABC de Hermosillo, y en ambos casos los responsables permanecen impunes.

Ocurrió a escasos nueve meses de que Vicente Fox abandonara la comodidad de Los Pinos, sólo para que uno peor, Felipe Calderón, ocupara la misma silla. De despedida, el primero de los nefastos personajes prometió todo e incumplió todo; de llegada, el segundo procedió exactamente igual, y así se ha mantenido; a estas alturas ningún responsable está preso, ni le han cancelado las concesiones mineras, mientras los deudos de los trabajadores fallecidos en Pasta de Conchos infructuosamente intentan desenterrar a la justicia que las supuestas autoridades y su protegido del consorcio minero les siguen negando.

Lo dicho y prometido por Fox y su secretario del Trabajo, el hoy diputado panista Francisco Xavier Salazar Sáenz, quedó en el aire; lo dicho y prometido por Calderón también, y lo propio ha hecho el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien no se ha quedado atrás en eso de ofrece e incumplir. Por ello, para el ejercicio de la memoria colectiva van los siguientes discursos, todos en torno al primer aniversario de Pasta de Conchos.

A) El secretario calderonista del (des) Trabajo, Javier Lozano Alarcón, declaró: “Industrial Minera México (de Germán Larrea y su Grupo México) tuvo la mayor parte de la responsabilidad en el accidente de Pasta de Conchos, porque estaba obligada por ley a cumplir con condiciones de seguridad… no voy a solapar a ningún servidor público que pudiera estar involucrado, ni taparé a ningún personaje por más importante que sea” (La Jornada, Patricia Muñoz). Es de suponer que si el pianista tuvo los elementos para sostener públicamente que el citado consorcio empresarial fue el de “la mayor parte de la responsabilidad”, el paso inmediato no era armar un show mediático, sino presentar la denuncia legal correspondiente en contra de los empresarios y ex funcionarios públicos involucrados. También dijo que “a la Secretaría del Trabajo no le corresponde señalar culpables (aunque lo hizo), sino que será la Secretaría de la Función Pública la que determine si hubo o no responsabilidad de servidores públicos, así como las procuradurías General de la República y estatal (la de Coahuila) las que verán la situación tanto de la empresa como de los funcionarios. Mientras, la Secretaría de Economía tiene que ver el dictamen que emita el Sistema Geológico Mexicano y lo referente a la concesión del yacimiento”. Ninguna de las instituciones citadas por Lozano movió un dedo.

B) El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Juan Molinar Horcasitas (hoy despacha cómodamente en la SCT), denunció que para efectos de registro en el IMSS, Industrial Minera México no sólo subcontrató a sus trabajadores sino que a los mineros de Pasta de Conchos los dio de alta con salarios menores a los realmente cubiertos para pagar menos cuotas, en detrimento de las finanzas de la institución, con lo que se configura el fraude contra el Estado. Lo anterior, reconocido ante los integrantes de la comisión legislativa “para dar seguimiento” a las investigaciones por la explosión en Pasta de Conchos. Sin embargo, el instituto no presentó ninguna denuncia legal en contra del consorcio privado propiedad de Germán Larrea y su práctica fraudulenta.

C) El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, denunció que “desde la Presidencia de la República Vicente Fox Quesada me pidió procesar y enviar a prisión a inocentes por la tragedia en la mina Pasta de Conchos. Desde la dirigencia del Partido Acción Nacional me presionan para que no encarcele a los verdaderos responsables de la muerte de 65 trabajadores; hubo otras atrocidades, como cuando Vicente Fox, en mi cara, en Los Pinos, me pidió que hiciera cosas que no tienen moral: que inventara delitos a otras personas, que distrajéramos la atención. Soy víctima de una serie de presiones de gente del gobierno o del PAN para que no encarcelemos al ex delegado de la Secretaría de Trabajo en Coahuila, Pedro Camarillo Adame. No voy a mover un dedo para que libren el pellejo quienes están involucrados en el asesinato, en la muerte, de coahuilenses. Son responsables, hay gente que es responsable y que trabajó en la administración pasada y va a tener que ser encarcelada; lo sostengo en la cara del ex presidente Vicente Fox, le digo eso, y también las llamadas que le hice en tono suplicante para que pudiera acudir al estado. Le digo también cómo le pedí, le insistí que pudiera asignar más inspectores y no me hizo ningún caso. Yo se lo digo en su cara al ex presidente”. Nada hizo.

D) El 17 de enero de 2007 Felipe Calderón “mantuvo una entrevista informal” con Maribel Rico Montelongo, familiar de uno de los 65 mineros fallecidos en Pasta de Conchos. De acuerdo con la crónica del momento, el inquilino de Los Pinos aseguró que “la mina no será cerrada; además, se hará todo lo posible para que los cuerpos sean rescatados y tengan cristiana sepultura” (La Vanguardia de Saltillo). Dos semanas después Industrial Minera México despidió a 250 trabajadores para “cerrar transitoriamente” la mina (sin que ello implique la pérdida de la concesión federal), y la “cristiana sepultura” se mantiene en lista de espera.

Así de sencillo. Cuatro años después de la tragedia, todo sigue igual: plena impunidad.

Las rebanadas del pastel

También hay noticias amables (Lolita dixit): en plena crisis, con desempleo creciente, salarios miserables y demás gracias del sistema, los mexicanos hicieron la hombrada: pagaron tantos intereses y comisiones de usura que en 2009 la banca trasnacional que opera en el país obtuvo utilidades netas por 62 mil 58 millones de pesos, 11 por ciento más que en 2008. De ese monto, Bancomer, Banamex y Santander concentraron 71 por ciento (44 mil 200 millones) del total.

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