8 abr 2009




Devaluados y ofendidos


Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
07 de abril de 2009



El saldo a mitad del gobierno es dramático: en los seis meses recientes el peso perdió la mitad de su valor

El saldo a mitad del gobierno es dramático: en los seis meses recientes el peso perdió la mitad de su valor. Peor aún, después de la humillación devaluatoria ahora se nos ofende con un endeudamiento inexplicable.

A ver: la nueva línea de crédito por 47 mil millones de dólares contratada con el FMI tendrá un alto costo para el país. No sólo porque duplica la deuda actual, sino porque nos costará cada año 127 millones de dólares se use o no. Un monto que, según la endeble explicación oficial, nos ofrecerá un nuevo blindaje que —como todos los anteriores— nos protegería si acaso de la carabina de Ambrosio.

Pero lo peor es que —siguiendo con la balística— se trata sólo de “parque, por si se ofrece”; que no compromete nuestra economía porque realmente no lo necesitamos ahora. Lo malo es que este diagnóstico es del mismo doctor Carstens, el del catarrito que terminó en tsunami; así que no es precisamente confiable. Y es que se insiste en que toda la crisis nos vino de fuera y aquí no queremos reconocer ni la inoportunidad ni la lentitud con que se ha reaccionado.

Por eso hay un montón de preguntas absolutamente válidas: ¿si no nos hace falta para qué queremos el préstamo? ¿En qué libro dice que es mejor estar endeudados? ¿Por qué nos han mentido tanto con los blindajes? ¿Porqué habríamos de creerles ahora? ¿En qué contingencias específicas se utilizaría este “parque”? Y una crucial: ¿es verdad que esta nueva y gigantesca deuda es para salvar a empresas como Cemex, Vitro, Comercial Mexicana y Banamex ? ¿Y que se reeditará la historia del Fobaproa al usar dinero público para enmendar monstruosos errores privados?

Porque para nadie es un secreto que esas y otras empresas representan la prototípica versión mexicana de economía ficción y de especulación financiera a ultranza; de crecimientos irracionales y de cúpulas de frágil cristal al que el pedradón de la crisis hizo añicos. Por ello sería inadmisible que con el dinero de todos se rescataran las fallidas ambiciones de unos cuantos, so pretexto de la conservación de empleos y otros cuentos. En todo caso ahí está el ejemplo de Obama, que les ha acortado el mecate a los gigantes de un capitalismo agónico y hasta ahora impune.

Mientras tanto y en una monsivaisiana documentación del optimismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe nos informa ayer que este año tendremos el peor desempeño de toda el área. No sólo por debajo de Chile y Brasil, sino aun de países caribeños como República Dominicana y Haití. Por eso digo que algo estamos haciendo mal. Muy mal.






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