22 oct 2008




Satisfecho FAP con reforma petrolera, pero analiza las letras chiquitas “donde suele estar el diablo”, Rolando Cordera.



"Hay temas en lo que no se logró acuerdo, por lo que hay que mantenerse alerta."



Si bien la reforma petrolera aprobada por comisiones en el Senado cierra el paso a las propuestas privatizadoras contenidas en la iniciativa enviada por el Ejecutivo, es necesario permanecer alerta porque hay mucha preocupación de las petroleras internacionales por controlar Pemex, consideró el coordinador de asesores del Frente Amplio Progresista (FAP), Rolando Cordera.

Entrevistado por Ricardo Rocha el académico destacó que “podemos decir que el fantasma de la privatización como fue planteada en iniciativa del gobierno federal y del PRI se fue por lo pronto”, pero se debe tomar en cuenta que “hay mucha preocupación de las petroleras internacionales en controlar el petróleo”.

Destacó que entre las cosas positivas de la reforma energética hay, sobre todo, tres aspectos, el primero que especifica las circunstancias en las cuales se contrata privados, dos, que se eliminan los contratos de riesgo y que se limita la asignación o liquidación restringida o por adjudicación directa, pero también admitió que “al paso de los años”, las cosas pueden cambiar.

El académico emérito de la UNAM señaló que se cerraron las puertas a la privatización sobre todo en lo que se relaciona con la explotación, exploración y refinación porque ahora Pemex no quedará atada a los concursos directos.

No obstante planteó que el FAP no quedó satisfecho en los bonos ciudadanos, ya que considera que se trata de una figura innecesaria que debe ser discutida hacia delante. “Tampoco se avanzó en la satisfactoria convicción de que es posible construir una empresa nacional plenamente integrada volcada a la produccion en capacidades de generación de combustible”.

Finalmente aseguró que existe armonía entre los asesores del FAP y el equipo de Andrés Manuel López Obrador “hemos logrado un clima de intercambio y discusión fuerte” y que trabajan en las letras chiquitas en donde suele estar el diablo, “estamos exponencialmente trabajando, no son dos equipos sino de uno al calor de la movilización”.











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