27 oct 2009


El PRD actual es la puta de la política




Federico Arreola.

27 de Octubre, 2009



Todas las putas son respetuosas o quieren parecerlo. Eso lo leí en internet. Y de inmediato pensé en el actual PRD, el de Jesús Ortega, Carlos Navarrete, Graco Ramírez, etcétera. El PRD “chucho”, pues.


Ellos, los “chuchos”, en algún momento fueron honorables políticos de oposición. Ya no lo son.


Busqué de nuevo en internet, en Google esécíficamente, y encontré otra frase que les viene a la medida: “La dama más impoluta, si se descuida se vuelve puta”.


Se descuidaron los Camacho, los Ortega, los Navarrete, los Ramírez y el resto de los chuchos, y son ahora lo que son.


En el Senado intentaron vender su amor al PRI de Manlio Fabio Beltrones. En efecto, el senador Navarrete presumió que priistas y perredistas, bien abrazados, iban juntos a modificar la Ley de Ingresos.


Pero, pobres senadores perredistas, Beltrones los usó un rato, mejor dicho abusó de ellos, y cuando se cansó de los olores de Navarrete, Graco y demás, los desechó.


Ahora, informa El Universal, “¿y si el PAN de Nava se alía con el PRD de Ortega? No lo descarte…”.


Qué putas son los políticos perredistas, ni duda cabe.


Otra frase de internet: “A tal puta, tal rufián”. Al PRD lo usó Beltrones y lo desechó, y ahora lo usará y lo desechará Nava.


No lo merece, claro que no, el partido de izquierda surgido del movimiento democrático de 1988.


En sus puterías, el PRD busca aliarse con el PAN en Oaxaca y Veracruz para derrotar al PRI, y con el PRI en Michoacán para derrotar al PAN.


¿Y los principios? Los vendieron los perredistas Ortega, Navarrete, Graco, etcétera. Y han pagado por ellos, puntualmente, el priista Beltrones y el panista Nava conscientes de que, vuelvo al internet, “amor de puta y convite de mesonero, siempre cuesta dinero”.


Pero, para desgracia del actual PRD, la que es “puta y fea, poco putea”, o lo que es lo mismo “a la puta y al barbero, nadie los quiere viejos”.


Así que Jesús Ortega, Carlos Navarrete, Graco Ramírez y demás perredistas “chuchos”, personalidades tan putas y tan feas, a la hora buena poco putean: nadie los quiere. Por corrientes.


Y cuando los chuchos, por rogones, logran putear con algún priista o panista, rápidamente se les paga, aún con mayor velocidad se les consigue un taxi e inmediatamente después de usados se les regresa a su burdel. Porque, “amor de puta y vino de frasco, a la noche gustosos y a la mañana dan asco” (otra frase de internet).

Es decir, por más que se ofrecen los líderes del actual PRD —los chuchos Ortega, Naverrete, Graco y demás— no pasan de ser unas vulgares putas tristes (expresión tomada de la censurada obra de García Márquez).



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