7 abr 2010




De simulaciones e hipocresías…




• Ciudad Juárez y la puerta de atrás
• La ALDF y la UNAM

A Carlos Monsiváis por su pronta recuperación

Muchas veces se hace el bien, mi estimado, para hacer el mal impunemente. Tiempos aciagos, violentos, turbios y de simulaciones Vive México. En medio de la santa semana la inmaculada iglesia (con minúsculas) católica, en voz del impresentable cardenal Norberto Rivera, regaló joyas discursivas como el del rechazo a tolerar actos de pederastia cuando el de la divina voz, el intachable Príncipe de la iglesia (ídem) fue uno de los protectores más acérrimos no sólo del execrable enfermo llamado Marcial Maciel, fundador de los legionarios de cristo (todos en minúsculas), sino del padre Nicolás Aguilar acusado de abusar sexualmente de 90 niños en México y en Estados Unidos, caso que llegó a la corte Superior de Los Ángeles, California.

La descomunal hipocresía con que se manejan estos hombres de las sotanas en medio del escándalo mundial en el Vaticano de Benedicto XVI por innumerables violaciones en diferentes países de sacerdotes católicos a niños, my friend, refleja la falta de valores, el cinismo y ese doble discurso, porque de moral ni hablar, con el que impunemente se han manejado escudándose detrás de Dios y la Virgen santísima whatever, develando la decadencia en la que ha caído la venerable institución.

El teatro montado por Rivera Carrera, cardenal cuya sencillez lo distingue por viajar solito en helicóptero privado para llegar a la comida ofrecida por el obispo Onésimo Cepeda con motivo de su cumpleaños hace unas lunas en Tlalnepantla, choca sin misericordia con su frívola palabrería vertida frente a los sagrados altares para exhortar al recogimiento, a la meditación y a la búsqueda de un México para Vivir Mejor, yes?

Y así entre simulaciones e hipocresías la cúpula eclesiástica es seguida de cerca por la cúpula política donde Felipe Calderón obsequia otra de sus perlitas (negras) para el collar del sexenio de las falsedades. Del sexenio de los chisguetes. Del sexenio de las verdades a medias que no son sino mentiras completas. Una ley antimonopolios que llega no tarde, mi estimado, sino lo que le sigue, y que no contempla sanciones directas para los empresarios sino para las empresas… que han sido utilizadas en este país surrealista para engrosar las chequeras de sus dueños y en distintas ocasiones para quebrarlas salvándole$$ el pellejo.

Y así Felipe hace como que enseña los dientes y aquéllos hacen como que se asustan mientras la “ridícula minoría” aterroriza ciudades enteras y uno de los barones de la droga, Ismael Zambada, se avienta el divertido tiro de mostrarse en una atractiva fotografía que dista mucho de mostrar su miedo porque se sabe arropado, protegido y cómplice de una madeja de intereses que no han podido localizarlo, mucho menos atraparlo.

Y si le suma al festivo ánimo la lindura de que con la pena, pero siempre sí sale el Ejército de Ciudad Juárez… por la puerta de atrás, muestra otro botón de la mercería estadunidense donde jugaron con la sonrisa de la Clinton y el misil de la Napolitano, quien afirmó que nuestras fuerzas armadas eran una causa importante en la ola de violencia desatada en la ciudad fronteriza. Y entre los dimes y diretes diplomáticos y el desgarre de las vestiduras presidenciales, el Ejército sale de Juárez para que los muchachos impecables de García Luna se hagan cargo. El fracaso disfrazado de estrategia.

Chingón.

Y en el distractor mediático de los impunes gasolinazos, de las cifras alegres del desempleo y de la escalofriante ola de sangre, se mueve el caso de la pequeña Paulette mostrando la peor faceta de la miseria humana, de la indolencia y apatía de ambos padres, de la incapacidad, ineficacia y nulidad de las autoridades mexiquenses que, con las dos hipótesis sobre la mesa distan mucho de salir oliendo a rosas en su provocado mar de estiércol.

Porque al final, el procurador Bazbaz no tendrá más remedio ni salidas, my friend, que enfrentar la macabra realidad.

Por la mirilla

De manteles largos la UNAM y su rector José Narro al recibir ayer un reconocimiento por parte de la ALDF con motivo de sus 100 años y del Premio Príncipe de Asturias en una emotiva ceremonia (y uno que otro simpático discurso) y con la presencia de Marcelo Ebrard, además de la firma de un interesante convenio entre la máxima casa de estudios y el Congreso local. ¡¡¡Goyaaaaaaaaaaa!!!

gomezalce@aol.com










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