Viernes 29 de septiembre de 2006
Luis Javier Garrido
El Presidente.
A dos meses de que Vicente Fox deje el gobierno, México se halla inmerso en un desastre social, con las instituciones del Estado en el más absoluto descrédito, la supuesta "transición" hecha pedazos y la crisis polÃtica agravándose dÃa a dÃa por la pretensión del foxismo de imponer como "presidente" a quien no ganó las elecciones.
1. Los medios de comunicación de diversos paÃses destacaron en el crÃtico mes de septiembre que en nuestro paÃs se habÃan declarado dos presidentes electos, lo que puso de manifiesto el desastre institucional de México. Uno, Andrés Manuel López Obrador, quien ganó claramente las elecciones del 2 de julio y a quien la convención nacional democrática reconoció como legÃtimo presidente el domingo 16. Y el otro, Felipe Calderón, al que se busca imponer tras un burdo fraude, maquinado desde Los Pinos y convalidado el martes 5 por siete corruptos magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quienes para ello violaron la legalidad constitucional. Cada dÃa está siendo cada vez más claro que el respaldo social y la capacidad polÃtica están de un solo lado: el de López Obrador. Y que él es el único presidente.
2. En corto tiempo las cosas se han ido poniendo en su lugar, esclareciéndose cuál serÃa la gravÃsima situación del paÃs de persistir las fuerzas oligárquicas en querer imponer por la fuerza a Calderón. Mientras López Obrador ha seguido señalando con visión de Estado cuál es la agenda nacional y reorganizando a sus cuadros y a sus bases sociales, un Calderón empequeñecido y a salto de mata ha ido de ridÃculo en ridÃculo en su afán de llevar a cabo actos mediáticos para simular que todo va bien, generando enorme preocupación en las fuerzas empresariales que lo respaldaron, que ahora advierten su error, entre otras cosas, por la evidente incapacidad de éste para desempeñar el cargo y alcanzar los objetivos que se propusieron.
3. López Obrador, por el contrario, lejos de dejarse amedrentar por las manipulaciones del régimen foxista y la desaforada campaña en los medios, que, carente de argumentos, no hace más que insultarlo, prosigue creando con empeño las mejores condiciones para poder gobernar al paÃs, desde un gobierno trashumante, en un escenario en el que el Frente Amplio Progresista y las organizaciones sindicales están creando otra correlación de fuerzas: mostrando quién tiene la mayorÃa.
4. La pretensión de Fox de que, tras el fallo del TEPJF, su gobierno lograrÃa utilizando a los medios, y en particular a la radio y la televisión, imponer la creencia en la legitimidad del imaginario triunfo de Calderón y aplastar a AMLO, ha fracasado por completo y lo único que ha logrado es aumentar la pérdida de la ya casi nula credibilidad de Televisa y de Tv Azteca y hacer crecer la vocación de defensa de la legalidad y de la nación de los miles de mexicanos que se oponen a la usurpación. Al dar un paso adelante en vez de recular, como muchos intelectuales y periodistas timoratos suponÃan iba a hacerlo, López Obrador está haciendo avanzar con rapidez el reloj de la historia en la dirección que anhelan muchos mexicanos y logrando tanto o más que si se le hubiese reconocido el triunfo.
5.- En pocos dÃas,Calderón ha aparecido ante los mexicanos como lo que es: un hombrecito carente de visión de Estado, ignorante y sin capacidad polÃtica alguna, maniatado por las peores mafias polÃticas y delictivas de la historia reciente de México, con las que está aliado, y que, derruido internamente porque sabe que no ganó, con la pretensión de imponerse por el fraude orquestado a su favor por grupos priÃstas, yunquistas y panistas, está traicionando el legado panista y la memoria de su padre, el historiador Luis Calderón Vega, quien renunciara al PAN en 1981 acusando a los dirigentes de entonces de abandonar los principios y de entregarse a servir al gran capital: lo que está haciendo ahora su hijo sin principios.
6. La entrevista dada a Proceso (núm. 1560) por uno de los más cercanos colaboradores de Calderón, el joven ultraderechista Germán MartÃnez, que anunció que de lograr llegar a Los Pinos el 1º de diciembre, Calderón romperÃa con los aliados que le ayudaron en el fraude, desde Fox y la Gordillo hasta las gentes de El Yunque, por los cuales busca mostrar enorme desprecio, constituye un descomunal error polÃtico, pues no logró sino poner en guardia a dichos "aliados" y evidenciar el desastroso escenario que tendrÃa este grupo ilegÃtimo para pretender gobernar. Calderón está maniatado por el hampa polÃtica que lo encumbró, y al romper con ellos perderÃa el apoyo legislativo y social que necesita y no tendrÃa para gobernar más que a los jóvenes pillos de cuello blanco de que está rodeado, encabezados por César Nava, ex traficante de influencias de Pemex, y Juan Camilo Mouriño, hijo del aventurero gallego, socio de Fox en oscuros negocios, y a los representantes de las trasnacionales.
7. El escenario patético de un Felipe Calderón lloriqueándole a Fox que le resuelva el caso de Oaxaca, seguramente porque él supone que no deberÃa ensuciarse las manos con una represión, hace patente que estas gentes no deben gobernar México. La remoción del priÃsta Ulises Ruiz como gobernador oaxaqueño quebrarÃa la alianza PRI-PAN, necesaria para que sobreviva Calderón polÃticamente, como advirtieron los once gobernadores priÃstas a Fox el lunes 25, además de que propiciarÃa que en las elecciones constitucionales, a las que se tendrÃa que convocar, triunfase el PRD; la represión de la APPO no solucionarÃa nada y dejarÃa a Fox y a Calderón derrotados polÃticamente.
8. El "problema de Oaxaca", como lo llaman los medios, no tiene salida en términos de las prácticas de componendas del salinismo y del foxismo; requiere de otras polÃticas del Estado, que son las contrarias a las que el panismo calderonista anuncia para el paÃs.
9. Los hechos de nuestro pasado reciente se conocen cada vez mejor y ya no pueden ocultarse. Los acuerdos PAN-Salinas de 1989, refrendados por los compromisos contraÃdos por Zedillo con la Casa Blanca en 1995, establecÃan que la alternancia se producirÃa en 2000 y que el PAN tomarÃa "la estafeta", como ahora se dice, para gobernar el siguiente medio siglo.
10. El PAN, refuncionalizado por la integración a sus filas de empresarios traficantes de influencias, tecnócratas salinistas y zedillistas, y miembros de la ultraderecha yunquista, sigue siendo, empero, una minorÃa, pero pretende gobernar por más de medio siglo para desmantelar del todo a la nación e imponer a los mexicanos un proyecto de corte totalitario. Y ante esta amenaza hay que reflexionar que aún es tiempo de detenerlo, porque mañana serÃa demasiado tarde.
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