4 may 2010



Astillero

Apocalipsis superado

Súper Felipe

Casi europeos

Sandoval, ¿legionario?

Atenco, cuatro años



Julio Hernández López


Como en sus mejores momentos de optimismo desbordado previo a la crisis económica mundial, cuando presumía de tener un navío de gran calado para enfrentar con éxito las peores tormentas y se decía especialmente emocionado, gustoso, ante la posibilidad de enfrentar retos para superarlos, Felipe Calderón se mostró radiante y poderoso en Alemania, donde recordó su autoasignado papel de salvador del mundo en materia de influenza y se vanaglorió de haber vencido no a cuatro, sino a cinco jinetes modernos del apocalipsis, en una epopeya mexicana que hoy mismo nos permitiría, por nuestras buenas calificaciones económicas y políticas, ingresar a la Unión Europea por más difíciles requisitos que nos pusieran. ¡Viva México, jijos de su...!

Encarrerado en la juglaría de sus propias hazañas, Súper Felipe narró que cuatro horas después de conocer en sus términos crudos los riesgos derivados de “un nuevo virus mortal”, el de la variante de la influenza, ya estaba él ordenando cierres y aislamientos, lo que “permitió al mundo adaptarse más rápidamente a enfrentar este virus; permitió, además, anticiparse a los tratamientos, a las medidas preventivas e, incluso, al desarrollo de la vacuna”. Ése fue uno de los cinco jinetes del apocalipsis vencidos por el divino Felipe. Los otros fueron: la crisis económica, que “hoy estamos superando”; la violencia de los grupos del crimen organizado a los que “hemos enfrentado también con determinación”; la segunda peor sequía nacional en 70 años y la mayor caída en la producción de petróleo de toda la historia nacional. Todo, superado o en vías muy avanzadas de superación, de tal manera que “hoy, la paradoja es que México sí podría cumplir algunos de los requisitos más severos que se les exige a los países de Europa por pertenecer a la Unión Europea”. ¡Guau, primer mundo gracias a Felíptico ApoCalderón, quien aprovechó literalmente el viaje para exigir que sus propuestas de reformas sean angelicalmente analizadas en México, sin contaminaciones terrenas de política y elecciones!

Las buenas nuevas celestes se completaron con la posibilidad de que el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, sea nombrado comisario papal para encargarse de las finanzas, perdón, de la atención general de los legionarios de Cristo caídos en desgracia. Sería un golpe seco a la pretenciosa orden macielista que les asignaran como interventor a alguien intelectualmente tan rupestre como es el jefe público de la ultraderecha mexicana, el purpurado Sandoval que ejerce como una especie de gobernador extraoficial de Jalisco, auxiliado por su monaguillo formal, el alegre donador de limosnas con cargo al erario y notabilísimo orador mientamadres con cargo al tequila Emilio González Márquez. Tal vez por ese exceso de trabajo (gobernar a la arquidiócesis y al estado), porque realmente no le simpaticen los legionarios, o por una modestia calculada para decir no a lo que tendría que decir sí en caso de ser una orden papal, el cardenal Sandoval dijo ayer que no le agrada la idea de ser legionario comisario.

Lo cierto es que Sandoval reúne los requisitos de habilidad financiera y pragmatismo político para tomar el control del amplio reino mundano creado por Marcial Maciel. Oportunamente se le ha acusado de maniobrar para santificar dineros oscuros y, en dado caso, sus credenciales de protección a curas pederastas son amplias y bien sustentadas, pues en su territorio está asentado uno de los centros de atención a curas con “problemas” de conducta, la Casa Alberione, en la que se refugian “sacerdotes y religiosos que requieren apoyo en el tratamiento de problemas sicológicos, emocionales, espirituales o de comportamiento”. El mismísimo Marcial Maciel se mostraría complacido cuando menos por esa parte del perfil de Sandoval aunque, a decir verdad, la decisión final aún está en proceso y bien pudiera nombrarse a otro mártir eclesiástico (por ejemplo, sólo por abundar en el catálogo de maravillas humanas disponibles, el mismísimo Onésimo Ce(m)peda, hombre sabio en las relaciones políticas de alto nivel y en el entendimiento de los feos asuntos del dinero, pues bolsista pecador fue antes de pasar a las filas de quien él asume como auténtico y original Señor de los Cielos).

Astillas

San Salvador Atenco es uno de los casos más ilustrativos de la injusticia mexicana. Se ha mantenido en la más absoluta impunidad a quienes golpearon, violaron y asesinaron durante aquellos episodios de brutalidad policiaca que fueron ampliamente difundidos incluso por las televisoras nacionales más importantes. Felipe Álvarez, Héctor Moreno e Ignacio del Valle siguen en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, sometidos a tratos que agravan su salud física, sobre todo en el caso de Del Valle. Otros 12 miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra están presos en la penitenciaría estatal ubicada en Texcoco. Los autores intelectuales y los ejecutores directos de la agresión de cuatro años atrás continúan impunes, con carreras políticas ascendentes, algunos, y otros en tranquilo ejercicio de sus habilidades represivas... Las autoridades federales deberían elaborar un manual de reacción ante acusaciones de ataques a civiles. Si hubiera presión y denuncias, el secretario federal de lamentaciones, Fernando Gómez-Mont, estaría totalmente dispuesto a ofrecer disculpas y emitir palabras apenadas. Dado el caso, también se podría habilitar algún dictamen técnico para demostrar que las balas corresponden a armas y calibres que no usan policías ni militares, e incluso se podrían acomodar algunos otros datos técnicos para que cuadre la versión que sea necesaria. Si nada de eso funcionara, entonces sí se podría acusar a los quejosos de traición a la patria y colaboración con el narco enemigo... Y, mientras se entiende que estamos en precontingencia metropolitana en asuntos de narcotraficantes en guerra, ¡hasta mañana!

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