13 ene 2010



Astillero


El (c)olor del dinero

Estrellitas sangrientas

Cédulas y negocios

Desconfianzas aéreas


Julio Hernández López


La colonia mexicana sigue recibiendo estrellitas en la ensangrentada frente de parte de la metrópoli alta y pacíficamente consumidora de drogas. A través del portafolio de inversiones denominado Iniciativa Mérida (que cotiza en la Bolsa Internacional de Narcovalores), la elite gringa va tomando control de sus nuevas propiedades y felicita a los nativos ejecutivos de cuenta por las selectivas detenciones no enchapadas que practica, como ayer, por ejemplo, con el famoso Teo, al que tocó aportar base corpórea para que el felipato se siga haciendo de estadísticas supuestamente exitosas aunque el fondo del estupefaciente asunto siga estando cada día en peores condiciones para las autoridades que van perdiendo la “guerra”, aunque con arsenal propagandístico electrónico y golpes efectistas como el de ayer pretendan aparentar que van ganando.

En otro escenario de guerras por dinero, el IFE colocó en mayor predicamento al negocio de corte hildebrándico que el calderonismo se ha empeñado en hacer con cargo a una cédula de identidad cuyo elevado costo la hace aún más sospechosa en medio de la crisis económica persistente. Los consejeros del instituto bonsai electoral determinaron ayer, luego de largas horas de discusión, que la credencial del IFE debe seguir siendo el elemento idóneo de identificación ciudadana, fortalecida con más datos y declarada formalmente como instrumento firme de demostración de la personalidad del portador para trámites públicos. En un ambiente donde no rondaran los apetitos de ganancias económicas con cargo al erario compartible, o no rigieran las presiones de los amos norteños, y los consecuentes acuerdos secretos en materia de seguridad regional, esa determinación del IFEcito sería suficiente para que el calderonismo decidiera destinar a asuntos más urgentes e importantes la partida obsesivamente destinada a la sospechosa cédula de identidad. Ayer solamente se anunció que la secretaría dieguista de Gobernación habría alcanzado un “consenso” con el IFE para no emitir, “aún”, la famosa mica felipista. Falta ver si de verdad Los Pinos cancela el proyecto impugnado o trata de darle la vuelta como lo hizo en el presupuesto federal al cambiar el gasto de una partida a otra para salvar oposiciones y aparentar prudencia. Bisnes es bisnes.

El despilfarro, la corrupción y la torpeza han llevado al país a situaciones de extrema gravedad, con su aparato de atención social devastado y con una incapacidad manifiesta de rescates o auxilios verdaderos (el Ejército, por ejemplo, está extenuado por la larguísima y desgastante “guerra” contra el narco). Lo sucedido en Haití, y otros ejemplos mundiales de catástrofes que alientan visiones apocalípticas, hacen reflexionar sobre la real capacidad de respuesta del Estado mexicano frente a desgracias como la vista ayer en ese lánguido país americano de pobreza africana. Los Pinos y su cancillería tenían ayer problemas hasta para reaccionar declarativamente con rapidez y oportunidad.

Astillas

El expediente de la muerte de varios miembros de la familia Saba habría quedado sin mucho problema en el archivo de los accidentes ajenos a especulaciones, pero especialistas y voceros oficiales han ido soltando datos que alientan rumores respecto a la caída de un moderno y segurísimo helicóptero en una ruta que unos opinantes consideran fue afectada por neblina y otros problemas de orden físico y otros aseguran que tenía suficientes condiciones positivas para su navegación. En otras ocasiones han sido los ingredientes políticos los que han hecho crecer las versiones de que los dictámenes oficiales ocultaban realidades pasmosas, como sucedió con la caída de los aparatos en que viajaban, por ejemplo, el funcionario foxista de seguridad pública, Ramón Martín Huerta, y el eje operativo y anímico del calderonismo, Juan Camilo Mouriño. En el caso de los pasajeros recién fallecidos existen, desde luego, ingredientes suficientes para tejer historias de rivalidades económicas, pero nada que en sí tenga la fuerza suficiente para suponer que hubo algo más que un accidente. Sin embargo, como en otros asuntos, el mal manejo de la información oficial, los enredos entre declarantes formales y una extraña incapacidad burocrática para conseguir lo que se desea han ido enredando los hilos de las especulaciones... A juicio de este tecleador, usuario y promotor de nuevas tecnologías aplicadas a la información y el análisis, se están magnificando las posibilidades de transformación política y social que ofrecen redes como Facebook y Twitter cuando se alienta o cree que mediante la simple recolección de firmas en determinado sentido se pueden generar hechos que en la realidad cotidiana, mediante actos físicos incluso enérgicos, no se han podido conseguir. Siendo muy valiosos los términos en que se pueden utilizar las redes sociales, y siendo evidente que gracias a sus características pueden lograr resonancias importantes en medios masivos de comunicación tradicional, esas nuevas tecnologías tienen limitaciones y riesgos de deformación y manipulación que, por ejemplo, han quedado recientemente de manifiesto en el caso del voto nulo. Tal vez el punto fino esté en el hecho de que mucha gente busca formas o canales de participación a falta de propuestas viables que les sean ofrecidas por partidos y liderazgos políticos de oposición, todos éstos metidos hoy en la dinámica de la apropiación electorera, ajenos a la verdadera lucha social y condicionados por esas circunstancias a futuro. Aisladas, efímeras y sin seguimiento político, pueden surgir de pronto ideas que parezcan “ayudar” a una causa, pero pueden quedar en mero ejercicio de desahogo... Y, mientras el SME acude a un “diálogo” en Gobernación, en condiciones difíciles pero sosteniendo una capacidad de lucha que desespera a los verdugos oficiales, ¡hasta mañana, con otro replanteamiento de estrategias gubernamentales en el estado de Chihuahua, y en específico en Ciudad Juárez!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



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