18 nov 2009



México SA

Presupuesto para privilegios e ineficiencias

Gobernadores reciben sin rendir cuentas




Carlos Fernández-Vega

¡Albricias! Como dicen los clásicos, el reloj legislativo” destrabóse y “andó”. Como por arte de magia, los inquilinos de San Lázaro se fueron a dormir el viernes 13 y despertaron en la madrugada del martes 17 de noviembre, mientras en el limbo de Cronos 437 de ellos aprobaban el Presupuesto de Egresos de la Federación 2010, 25 se manifestaban en contra y cuatro ni fu ni fa (abstenciones).

Al desmenuzar la votación, encontramos que el PEF 2010 fue aprobado en lo general y en lo particular (los artículos no reservados) por 227 diputados priístas, 131 panistas, 45 perredistas, 18 “verdes ecologistas”, cuatro petistas, ocho elbistas y cuatro de Convergencia. Así, esos legisladores pusieron al servicio de la patria 3 billones 176 mil 332 millones de pesos, de los que el grueso se destinará a cualquier cosa (campañas electorales, por ejemplo), menos a sacar del hoyo al país y junto a él a quienes lo habitan.

En el limbo de Cronos los sacrificados inquilinos de San Lázaro reasignaron alrededor de 96 mil millones de pesos, de los que poco más de 60 mil millones (63 centavos de cada peso) se destinaron a las diferentes entidades de la República, especialmente aquellas en las que a lo largo de 2010 se registrarán procesos electorales, casualmente gobernadas por mandatarios priístas y panistas, a quienes obsequiaron ancha manga legal para brincarse las de por sí violadas normas de transparencia, no obstante que en el dictamen presupuestal se recuerda que el artículo 134 constitucional establece que “los recursos económicos de que dispongan la Federación, los estados, los municipios, el Distrito Federal y los órganos político administrativos de sus demarcaciones territoriales se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados”.

Por ejemplo, en la feria de reasignaciones, los presupuestos carreteros para los estados con procesos electorales en ciernes registraron los siguientes incrementos: Veracruz (gobernador, diputados locales y 212 ayuntamientos), 90 por ciento, respecto a lo originalmente propuesto; Aguascalientes (gobernador, diputados locales y 11 ayuntamientos), 70 por ciento; Puebla (gobernador, diputados locales y 217 ayuntamientos), 50 por ciento; Durango (gobernador, diputados locales y 39 ayuntamientos), 55 por ciento; Zacatecas (gobernador, diputados locales y 58 ayuntamientos) apenas 27 por ciento, y al estado de México (donde no habrá elecciones en 2010, pero sí existe un ansia torera con miras a 2012), 142 por ciento, el mayor de todos.

Pues bien, el paquetazo económico 2010 ha sido cocinado, el inquilino de Los Pinos aún más minimizado y los mexicanos mayormente sacrificados para que el estado que guarda la nación no varíe. Y para que no quede duda, para el “problema superado” de la deuda (frase célebre pronunciada de Salinas a Fox) se destinarán alrededor de 300 mil millones de pesos, casi 36 por ciento por arriba del presupuesto que se destinará a la Secretaría de Educación Pública (Elba Esther, sueldos, salarios y prestaciones incluidas).

Los ingresos de la alta burocracia ni con el pétalo de un decreto fueron alterados. Se mantienen en un nivel inversamente proporcional a los resultados concretos por ellos ofrecidos en tres años de gobierno. Eso sí, los diputados hicieron como que le recortaban el presupuesto a la Presidencia de la República, tijeretazo que no llega a 50 millones de pesos en 2010, o lo que es lo mismo, 137 mil pesos diarios. De risa el “recorte”, sobre todo cuando se recuerdan algunos gastos “normales” en la residencia oficial (México SA del pasado 8 de agosto): 304 mil 773 pesos (11 de mayo de 2009) en “mantenimiento de macetas y macetones”; 300 mil adicionales (18 de mayo de 2009) en “mantenimiento de candiles”; 41 mil 262 pesos (22 de mayo de 2009) “por servicios de mantenimiento al parquet de la Sala Blanca de la residencia oficial de Los Pinos”; 304 mil 750 pesos (27 de febrero de 2009) por “artículos de protocolo”, y ya entrados, 178 mil 957.25 pesos (26 de junio de 2009) en la “adquisición de boletos para circo (Atayde) para los hijos de los trabajadores de la Presidencia de la República (de cero a 12 años)”. Así, en el peor de los casos, quien resultaría afectado por el citado recorte sería el circo Atayde.

Como se menciona líneas arriba, de las reasignaciones aprobadas por los diputados, 62 centavos de cada peso se irán a los estados de la República, donde los respectivos mandatarios manejarán con toda la opacidad posible (y es enorme la posibilidad) con el visto bueno de la Cámara de Diputados, sin comprometerse en prácticamente nada en materia de recaudación, lo que dejan, como es tradicional, en manos de la Federación. Eso sí, por disposición de los inquilinos de San Lázaro ninguno de los gobernadores beneficiados con ampliaciones y reasignaciones está obligado a rendir cuentas sobre en qué, cómo y cuándo se gastaron los dineros públicos.

Y ya entrados en gastos, los diputados tampoco borraron del mapa burocrático a las tres secretarías que el inquilino de Los Pinos propuso desaparecer (Turismo, Reforma Agraria y Función Pública). A cada una le asignaron su presupuesto regular. Además, los insultantes salarios y las gruesas prestaciones de los magistrados de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación se mantienen incólumes. En su propia casa, junto con la de los senadores, hicieron como recortaban el gasto –apenas un pellizco, que pagará el personal operativo–, igual que en el caso de los exitosos consejeros electorales y la pía Comisión Nacional de los Derechos Humanos; de los sobresueldos, compensaciones, bonificaciones y conexos de la alta burocracia no tocaron un centavo. Y así por el estilo.

En fin, ya se sabe adónde llevaron a los mexicanos con la Ley de Ingresos para el próximo año, pero ¿adónde pretenden llevan al país con el presupuesto por ellos aprobado? Fácil: al mismo sitio recomendado por algunos diputados priístas, es decir, “a comer mierda, ¡cabrones!”

Las rebanadas del pastel

Para celebrar la decisión de los diputados, en el sentido de robustecer la opacidad presupuestal en beneficio de los gobernadores, Transparencia Internacional divulgó la buena nueva, por medio de su índice de percepción de la corrupción 2009: México reporta una caída de 17 escalones, para ubicarse en la posición número 89 de 180 posibles. Con una calificación de 3.3, en materia de corrupción nuestro país compite con Guatemala (3.4), Perú y Colombia (3.7 de calificación cada uno). ¡Felicidades!

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