12 jun 2011







Hank Rhon y Peña Nieto: crimen y política







Ricardo Ravelo


En Jorge Hank Rhon el gobierno federal encontró el blanco perfecto: con un expediente negro que nadie ignoraba, su captura tiene un objetivo que rebasa el presunto castigo al hijo del profesor Carlos Hank González, el padrino creador de una estirpe de políticos que han vivido arropados por el poder y la impunidad. En realidad, el proceso judicial al que está sometido el dueño de los casinos Caliente pretende golpear las aspiraciones de Enrique Peña Nieto de llevar al PRI de regreso a Los Pinos, imposibles de ocultar los estrechos lazos –políticos, económicos, familiares– que unen al gobernador del Estado de México con la familia Hank. En las páginas subsecuentes Proceso documenta cómo este episodio refleja, como pocos, lo cerca que conviven en el país el crimen y la política.

TIJUANA, BC., 11 de junio (Proceso).- En 2007, cuando estaba en campaña por la gubernatura de esta entidad, Jorge Hank Rhon solía decir: “Reto a cualquier autoridad a que me prueben un delito”…

Pero la buena estrella del empresario y político nacido en el Estado de México se apagó la madrugada del sábado 4, cuando fue detenido por un comando militar que, de acuerdo con la versión oficial, perseguía a un sujeto que acabó internándose en una residencia localizada en el Hipódromo Agua Caliente, ambos inmuebles propiedad de Hank Rhon. Dentro de la casa fue descubierto un arsenal, según el reporte de las autoridades castrenses.

La detención de Jorge Hank ocurre justo después de que el escenario político fue contaminado por versiones en el sentido de que el gobierno de Felipe Calderón preparaba una andanada de golpes dirigidos al PRI, concretamente contra algunos exgobernadores de ese partido a quienes se investiga por presuntos nexos con el narcotráfico o malversación de recursos públicos.

Hank Rhon era una pieza clave en el esquema de apoyo del candidato a la gubernatura mexiquense, Eruviel Ávila, pues al menos a dos importantes personajes ligados a él –Luis Javier Algorri, exsecretario de Seguridad de Tijuana, y Mario Madrigal, exdirigente estatal del PRI y líder sindical de los trabajadores de los centros de apuesta Caliente– se les ha visto muy activos en la campaña priista en el Estado de México.

Extracto del reportaje principal que se publica en la edición 1806 de la revista Proceso, ya en circulación.





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