7 jul 2010


México SA

Elecciones: interpretaciones y acomodos

Cada quien su lectura y su cara dura

Abultado déficit de empleo formal





Carlos Fernández-Vega

En la casa de la risa cada quién interpreta los acontecimientos como quiere y acomoda los resultados como puede. Por ejemplo, perder nueve de 12 gubernaturas en la reciente disputa electoral equivale a una victoria”, según el perverso matrimonio César Nava-Jesús Ortega. Para el primero no dar una en los cuatro comicios en los que participó sin el auxilio de la empresa privada Chuchos SA (Aguascalientes, Quintana Roo, Tamaulipas y Chihuahua) es igual a que “el PAN, fortalecido, está en ruta de refrendar la Presidencia” y que el PRI “fue el perdedor”; para el segundo, jugar el papel de patiño del blanquiazul y no dar una en Zacatecas, quiere decir que el PRD “se ha reposicionado”.

Y entre unos y otros apareció el siempre certero inquilino de Los Pinos para asegurar que un abstencionismo de entre 41 y 64 por ciento, como el del domingo pasado, es sinónimo de triunfo, porque “los comicios fueron un claro mensaje de rechazo de la sociedad a la violencia y a quienes pretenden actuar al margen de la ley, así como una expresión de pluralidad”. Como sólida confirmación de lo dicho por Calderón, va el porcentaje de abstencionismo en los estados donde el pasado domingo se realizaron comicios para gobernador: Chihuahua, 64 por ciento; Tamaulipas, 61; Quintana Roo, 59; Hidalgo, 53; Durango y Puebla, 47 en cada caso; Aguascalientes, 45; Oaxaca, 44; Veracruz, 43; Sinaloa y Zacatecas, 42, y Tlaxcala, 41.

Los más serenos han sido los partidos morralla, o chatarra, si se prefiere –es decir, los que cómodamente se acomodan debajo de los grandes (por su tamaño, desde luego) y esperan las migajas del tiburón, papel en el que a últimas fechas destaca lo que queda del PRD–, porque en muchos casos lograron su propósito: una rebanadita presupuestal aquí, otra allá, para mantenerse en la cancha, ergo en el jugoso negocio privado (de la profesora a los verdes y de éstos a los Chuchos) que significa el financiamiento público. En tanto, el PT sobrevive de milagro. Eso sí, no faltaron los heroicos defensores del “sistema de partidos”, cuando en los hechos los comicios del pasado domingo sólo confirmaron la tendencia al bipartidismo, cada cual con sus rémoras de ocasión.

En este proceso electoral, como siempre, la congruencia es lo primero que salió a relucir: el mismo panismo que cuatro años atrás histéricamente se negó al recuento detallado en las elecciones presidenciales de 2006, hoy exige el voto por voto en Veracruz y Durango; el mismo Jesús Ortega que cuatro años atrás calificó de ilegítimo al actual inquilino de Los Pinos, hoy lo abraza, lo quiere y lo comprende, siempre y cuando se lleve lo suyo; los mismos priístas que cuatro años atrás contribuyeron decididamente a la imposición del actual inquilino de Los Pinos, hoy le reclaman falta de legitimidad. Sólo faltó que alguno de ellos brincara a la palestra para festejar que la enésima derrota de los ratoncitos verdes, ahora en Sudáfrica 2010, es muestra inequívoca de que están a milímetros de lograr el campeonato mundial. Cada loco con su lectura y su cara dura.

Si de lecturas certeras se trata, qué mejor que el propio inquilino de Los Pinos, quien el pasado primero de julio, y sin ningún ánimo electorero, ofreció “un mensaje a los medios de comunicación”, en el que, entre otras cosas dijo lo siguiente:

“Hemos logrado superar la meta de medio millón de nuevos empleos netos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social en lo que va del año. Tan sólo en junio de 2010 se crearon casi 70 mil nuevos puestos de trabajo. Estos están distribuidos en diversas ramas: se generaron casi 15 mil 500 empleos en construcción, edificaciones y otras obras de ingeniería; en maquinaria y fabricación, en ensamble, casi 10 mil empleos; en equipo de transportación, 7 mil; en tiendas de autoservicio y departamentales, 6 mil 500; en alimentos, bebidas y tabaco, 4 mil; en productos metálicos, 3 mil, entre los principales rubros. Esto significa, amigas y amigos, que del primero de enero a la fecha, es decir, en el primer semestre del año, hemos creado ya más de 513 mil nuevos empleos formales. Debo reiterar que se trata de empleos netos; es decir, están consideradas ya las bajas al Instituto Mexicano del Seguro Social por renuncia, liquidación o cualquier otro motivo de fin de la relación laboral. Se trata de 513 mil nuevos empleos netos, más de medio millón de nuevos empleos en medio año. Con estos resultados alcanzamos uno de los logros en materia de empleo más altos en la historia del país, desde que se tiene registro de ingresos al Seguro Social. Estamos también a sólo 80 mil empleos de alcanzar el máximo histórico que haya registrado el Instituto Mexicano del Seguro Social. Y estoy seguro que lo vamos a alcanzar, esa será nuestra nueva meta”.

Pues resulta que no, que en el primer semestre de 2010 no se rebasó el medio millón de empleos, como presumió el primero de julio, a escasas horas de los comicios en 14 estados de la República. El IMSS recién divulgó sus cifras completas (permanentes, más eventuales urbanos y del campo) sobre empleo formal y el resultado es el siguiente: de enero a junio del presente año se registraron poco menos de 474 mil plazas (eventuales 34 por ciento de ellas), es decir, casi 40 mil menos con respecto al número reconocido aquel día, con todo y los cerca de 100 mil empleos eventuales habilitados por el Inegi para los encuestadores del censo 2010.

No faltará la “aclaración” de la Secretaría del Trabajo (que en sus cuentas y balances informa parcialmente al no incluir el empleo formal eventual del campo, tan eventual como el urbano, que sí incorpora), pero de cualquier forma el hecho es que el déficit de empleo formal en el país en 43 meses de calderonato es aterrador: algo así como 3 millones 800 mil plazas laborales, es decir, que en ese periodo por cada 12 mexicanos que lograron emplearse en el sector formal, con registro en el IMSS, 88 han quedado fuera, sin considerar rezagos.

Las rebanadas del pastel

En la región más desigual del planeta, América Latina, sobreviven 35 millones de personas que no saben leer ni escribir y 22 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan, en México una tercera parte de estos últimos, denunció el rector de la UNAM, José Narro. “Son condiciones éticamente inaceptables que generan una gran cantidad de problemas sociales”, dijo el puma mayor. Espeluznante, pero ¿alguien de nuestra clase política sabrá qué es ética?

cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx



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