18 sep 2009


Astillero




Relojes y cambalaches

Reforma por paquete

Marcelo abona acuerdos







Julio Hernández López


Aconveniencia de Calderón y Gómez Mont, la disponibilidad de tiempo político (también) se ha esfumado. Así lo dijeron ayer los dos relojeros fallidos de la institucionalidad, en sincronía discursiva, desde sitios geográficamente distantes pero con un evidente acompasamiento argumental. Felipe aseguró en Chiapas que ya no hay tiempo para indecisiones (...) ya no podemos titubear”, e incluso incorporó a su repertorio de recursos infalibles la mención desesperada del patriotismo, pues sólo “con unidad, solidaridad y patriotismo (...) es lo que permitirá a la patria ser grande”. Por su parte, el titular del despacho de Bucareli de Cevallos se constituyó en Reloj a lo Chino del sentir nacional, pues empecinado en que se llegue a “acuerdos” con las bandas legislativas oficiales, decretó que el tic tac que por todo el país se escucha no es más que una sinfonía palaciega que significa que, oh, “el país no tiene tiempo ni ganas de luchas mezquinas sólo por poder o reconocimiento”.

El secretario de Gobernación, que confunde la política con el litigio y la discusión con el proceso penal, estuvo ayer pica y pica piedra en San Lázaro, durante seis horas, tratando de convencer a quienes lo oían de lo bien que va Calderolandia y lo mejor que a todos nos puede ir si se aprueban las grandes ideas felipillas como el tal paquete económico, el nombramiento de un omiso chihuahuense como procurador federal de injusticia, y la pieza central del tianguismo partidista actual, una presunta reforma política que sería la concesión al priísmo, sobre todo a la vertiente manliofábica, para que se entretenga en la construcción de los atajos que lo lleven de regreso a Los Pinos a cambio de la aprobación, con sus toques cosméticos, de la propuesta económica calderonista.

Dando y dando: el PRI dejará pasar a Arturo Chávez Chávez (ChaCha durante largos años ha sido parte del servicio jurídico del bufete divino del jefe Diego) y lo sustancial del paquete económico a cambio de las modificaciones que a juicio del tricolor puedan abrir válvulas de escape institucional que conjuren el incendio social en puerta y permitan arribar de alguna manera a los comicios de 2012, que a como van las cosas parecen tan distantes y acaso inalcanzables que el PRI pretende sembrar el camino de zanahorias y anzuelos reformistas que “ilusionen” nuevamente a la sociedad con lo político. Justamente cuando peor van las cosas, la oferta de ilusionismo que presentan los miembros de las elites en peligro es una reforma política que habrá de verse si no resulta demasiado tardía ante una descomposición generalizada.

Más que por el resumen de obras y logros concretos, el tercer informe de actividades de Marcelo Ebrard se distinguió por un enfoque de los riesgos que el país corre ante las políticas económicas del calderonismo. En abono de su estrategia futurista de abrirse a la posibilidad de un gran acuerdo nacional, lo que le permitiría trabajar abiertamente con el Felipato pero bajo el argumento de que la crisis nacional obliga a ello, el jefe de Gobierno capitalino eludió estancarse en la queja por lo mal que le irá en lo inmediato a la capital del país, trasladando la discusión al plano de pugnar en lo federal por “cambios de fondo que permitan revertir la actual política pública” pues, mencionó, “es un grave error encaminar al país a una recesión prolongada y a políticas de alto costo social”. Marcelo trabaja también con la vista puesta en el reloj político, calculando cada movimiento de las manecillas en función de la ganancia de imagen que le reporte y, en el caso específico de la “izquierda”, en razón del desgaste que provoque a su principal adversario por la candidatura de ese flanco, Andrés Manuel López Obrador. Por ello trata de colocarse como la opción “disidente” que sea intelectualmente aceptable en un marco felipista de “gran acuerdo nacional”.

No es de pulsera sino de bolsillo el reloj con el que Rafael Acosta, conocido como Juanito, está midiendo sus tiempos, tanto los de productividad actual mediante alquiler como los de un retiro acaso indecoroso pero no económicamente desamparado. Al ahora jefe delegacional electo le han llovido las propuestas económicas desproporcionadas para que se olvide de su origen y compromisos y pase a un nivel de vida superior. Cierto o falso, en el entorno del inflado personaje se asegura que éste fue invitado a cenar por Emilio Azcárraga Jean y que éste le ofreció un contrato de exclusividad para que sus andanzas políticas puedan ser difundidas por la televisora. La nueva estrella del canal tiene promesas de cobertura mediática de sus principales actos.

Aparte, por otros conductos, ha sido contratado para que se filme una película sobre su vida, y actualmente su partido le paga renta y consumos en un hotel distinguido y le ha puesto servicios de traslado con chofer. Originalmente, Juanito había propuesto que se le entregaran 150 millones de pesos como “indemnización” por dejarle el cargo a Clara Brugada. Ahora, tomado bajo control económico por grandes empresarios, ya no está dispuesto a ninguna negociación que, por otra parte, nadie, en el ámbito lopezobradorista, aceptó siquiera discutir en los planos pecuniarios que él proponía. Lo que se busca es seguir promoviendo una imagen políticamente grotesca que no sólo sirva para insistir en los errores de López Obrador sino, como ya se va viendo, para erigirlo en una especie de espejo confrontacional que permita sacar a Calderón y al PRI de la zona de bombardeo político diario y centrar la atención pública en el “pleito” real o ficticio que se diera entre el delegado Televisa y el líder del movimiento nacional de resistencia cívica. Mientras tanto, Clara Brugada y sus seguidores están abiertamente decididos a declararle la guerra política a su ex compañero de infanterías, con el riesgo de violencia natural o inducida que, en dado caso, sería insistentemente explotada por los inversionistas televisivos.

Y, mientras Calderón se ha dado tiempecito para ir al festejo septuagenario del PAN, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx





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