Dinero
La invariable liviandad del PRI
Se multiplican las casas de empeño
Cheques sin fondos
Se multiplican las casas de empeño
Cheques sin fondos
Enrique Galván Ochoa
Hay un sector extremadamente fanático que no aceptará jamás ninguna propuesta de Andrés Manuel López Obrador, como también hay un sector de la izquierda que rechazaría antes de escuchar siquiera cualquier iniciativa de Felipe Calderón. Convendría que se enteraran, sin embargo, de que coinciden en algo: el país se está hundiendo, ya no hay tiempo que perder. A partir de ese punto las opiniones se dividirán irreconciliablemente. López Obrador inició formalmente ayer el movimiento de resistencia contra el paquete fiscal calderonista. Es una paradoja, pero el partido político que quedó en tercer lugar en la campaña presidencial, el PRI, será el que decida cuáles propuestas serán las que lleven a ejecución. No debería ser así, pero PRD y PAN se desplomaron en los más recientes comicios y son los priístas los que mandan en la Cámara de Diputados. Y más concretamente, los diputados plurinominales, que ocupan una curul no porque fueran favorecidos por el voto de los ciudadanos, sino que llegaron adonde están por el designio de los capos del partido. Entre ellos se cuentan familiares y socios. Serán quienes resuelvan si se aplica el superIVA generalizado de 2% sobre todos los productos y servicios que consumamos; si pagaremos más IETU e ISR, y si abarcará más la mordida que aplique Hacienda a los depósitos en efectivo que hagamos en el banco.
La liviandad priísta
¿Es una noticia tranquilizadora? Apenas el día 3 de este mes el PRI publicó su “plan para enfrentar la emergencia e impulsar el crecimiento económico, el empleo y combatir la pobreza”. En 71 puntos expresó más de un centenar de ideas. Algunas son muy claras: “no al IVA en alimentos y medicinas” y “revisar el impuesto sobre depósitos en efectivo, exentando del pago a los que presenten su cédula fiscal”. (Los contribuyentes recibirían con aplauso ambas si llegaran a convertirse en leyes.) Otras ameritarían una explicación, son oscuras: “evaluar la conveniencia de mantener la dualidad del IETU e ISR”. (La conveniencia, ¿de quién?) Sin embargo, después de la publicación del plan, los representantes del PRI empezaron a verse erráticos. El gelatinoso senador Beltrones, la impredecible Beatriz Paredes y el zigzagueante Paco Rojas ya comenzaron a manejar el triple lenguaje que suele anteceder a concertacesiones que a lo largo de los años han probado ser nefastas para los mexicanos. Tanto para empresas como para consumidores. Cuando dicen que “actuarán como una oposición responsable y constructiva”, debemos prepararnos para lo peor. Como en el caso de los gasolinazos, lo más probable es que primero verán por el interés de sus insaciables gobernadores y de las grandes empresas con las que tienen añejos compromisos.
Casas de empeño
Las casas de empeño se multiplican como hongos por todas las ciudades de la República, como resultado de la escasez de dinero. Llaman la atención poblaciones como Cuautla, en el vecino Morelos, donde se está dando una transformación: los negocios que antes se dedicaban a recibir remesas de los braceros y a cambiar sus dólares por pesos ahora son lugares donde su vieja clientela puede ir a empeñar desde un radio hasta un par de aretes. Es que las remesas se desplomaron. El gobierno de Estados Unidos revela que ha deportado a México en los meses recientes a más de 800 mil migrantes. Llegan sin dinero ni posibilidades de conseguir un empleo. A estos mexicanos en desgracia es a los que el gobierno quiere cobrar IVA en la comida y las medicinas.
La liviandad priísta
¿Es una noticia tranquilizadora? Apenas el día 3 de este mes el PRI publicó su “plan para enfrentar la emergencia e impulsar el crecimiento económico, el empleo y combatir la pobreza”. En 71 puntos expresó más de un centenar de ideas. Algunas son muy claras: “no al IVA en alimentos y medicinas” y “revisar el impuesto sobre depósitos en efectivo, exentando del pago a los que presenten su cédula fiscal”. (Los contribuyentes recibirían con aplauso ambas si llegaran a convertirse en leyes.) Otras ameritarían una explicación, son oscuras: “evaluar la conveniencia de mantener la dualidad del IETU e ISR”. (La conveniencia, ¿de quién?) Sin embargo, después de la publicación del plan, los representantes del PRI empezaron a verse erráticos. El gelatinoso senador Beltrones, la impredecible Beatriz Paredes y el zigzagueante Paco Rojas ya comenzaron a manejar el triple lenguaje que suele anteceder a concertacesiones que a lo largo de los años han probado ser nefastas para los mexicanos. Tanto para empresas como para consumidores. Cuando dicen que “actuarán como una oposición responsable y constructiva”, debemos prepararnos para lo peor. Como en el caso de los gasolinazos, lo más probable es que primero verán por el interés de sus insaciables gobernadores y de las grandes empresas con las que tienen añejos compromisos.
Casas de empeño
Las casas de empeño se multiplican como hongos por todas las ciudades de la República, como resultado de la escasez de dinero. Llaman la atención poblaciones como Cuautla, en el vecino Morelos, donde se está dando una transformación: los negocios que antes se dedicaban a recibir remesas de los braceros y a cambiar sus dólares por pesos ahora son lugares donde su vieja clientela puede ir a empeñar desde un radio hasta un par de aretes. Es que las remesas se desplomaron. El gobierno de Estados Unidos revela que ha deportado a México en los meses recientes a más de 800 mil migrantes. Llegan sin dinero ni posibilidades de conseguir un empleo. A estos mexicanos en desgracia es a los que el gobierno quiere cobrar IVA en la comida y las medicinas.
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