31 ago 2009




Astillero


Todo bajo control

Represión, asesinatos grupales

Miguelín y Chema, perdonados



Julio Hernández López


La vida institucional sigue su curso, aparentemente plácido, sin tomar nota verdadera de la inconformidad social creciente. La crema de los diputados federales entrantes, por ejemplo, sueña con un futuro electoral más próspero: allí está, para demostrarlo, Francisco Ramírez Acuña, quien se cree en condiciones de ser candidato presidencial panista en 2012, pero, por lo pronto, extiende su mundo de caramelo a otros aspirantes semiencubiertos, como la tuerta en el mundillo de cuadros panistas ciegos, Josefina V. Mota, y la cantautora tlaxcalteca Betty Paredes, quien tocará retóricamente la guitarra legislativa y seguirá fungiendo como directora huésped de la orquesta tricolor que en realidad conducirá la empresa trasnacional Karl y Sal. Opaco Ramírez (ineficaz, represivo y recientemente derrotado grupalmente en Jalisco) dice, por lo pronto, que en San Lázaro está el semillero” electoral de 2012.

En el mismo Jalisco, el vapuleado Etilio González Madres entrecierra los ojos de gusto al escuchar a mariachis en un festival pomposo que su administración ha organizado, mientras a tres cuadras de distancia sus fuerzas policiales golpean a ciudadanos que protestan contra la construcción de dos nuevas líneas del Macrobús, porque consideran que provoca graves problemas viales, ha sido muy mal planeado y significa otro negocio privado a cuenta de dinero público. Los policías van acorralando a los manifestantes y luego arremeten contra ellos, en una estrategia clara de represión (la escuelita Ramírez Acuña) que busca intimidar y desmovilizar a un movimiento cívico que ha ido creciendo en una entidad donde el gobernador virtual está cada vez más aislado (sólo agarrado a los faldones de la sotana del verdadero jefe político, el cardenal Juan Sandoval) y tiene cada vez más necesidades de hacer saber a la población que él “sigue mandando”. De aquel alcoholizado “Me vale madre” respecto a las críticas en su contra, a darle en la madre al que le critique o se le oponga. Este sábado, seis presos (¿políticos?) y una docena de heridos, entre ellos un policía. El mariachi loco quiere golpear.

Otro gobernador parece náufrago en su propia isla: Zeferino Torreblanca no ata ni desata. Pasmado, apenas atina a hacer declaraciones de compromiso de vez en cuando. Ayer hubo en Chilpancingo una marcha de perredistas vestidos de blanco en exigencia de que se sepa quién y por qué mandó matar a Armando Chavarría cuando se enfilaba hacia la candidatura del sol azteca al relevo contra la voluntad del citado Torrerroja. La propuesta formal de la caminata es que renuncien los integrantes del gabinete de Seguridad del gobierno estatal, pero el río de murmullos apunta hacia la parte más alta del organigrama guerrerense oficial.

En China, Nuevo León, personas vestidas de militares acribillaron a una familia que esperaba a que abrieran el servicio en una estación de gasolina para llenar el tanque de su vehículo. Una primera versión hablaba de que los uniformados “habían confundido” a los agredidos con narcotraficantes: dos mujeres muertas y seis heridos. En Navolato, Sinaloa, un grupo armado asesinó el sábado por la noche a ocho jóvenes (y quedaron cuatro heridos de gravedad) que estaban conviviendo, con música y alcohol, en un bulevar de la zona conocida como El Malecón. La agresión se realizó, sin explicación ni advertencia, frente a decenas de jóvenes que habían llegado allí en sus vehículos. En la ciudad de México, mientras tanto, la dirigente de la agrupación denominada Iluminemos México reconoció que a un año de aquella marcha con gente vestida de blanco no sólo no se ha resuelto nada, sino que la situación “ha empeorado”.

En cambio, las confidencias y favores entre las autoridades de México y Estados Unidos se multiplican. El vocero de la PGR ha revelado que políticos de ambos países se ponen de acuerdo para decidir qué deben hacer ciertos jueces de Gringolandia para, según eso, favorecer los intereses del calderonismo. Eso habría sucedido en el caso de Zhenli Ye Gon, el multimillonario con banco propio en su casa de Las Lomas al que ahora se ha declarado limpio de culpa en Estados Unidos, pero no por otra cosa (dice el vocero de la PGR), sino porque así no se enredan los tiempos procesales en aquel país y más pronto nos lo puedan mandar acá, extraditado, donde se le tiene un expediente súper bien armado, completito, insalvable. Así lo dijo el muy sincero portavoz de Medina Mora cuando se le preguntó si México había pedido a Washington ese desenlace: “Más que petición, fue la decisión de haber analizado el asunto entre las autoridades de Estados Unidos y las mexicanas para ver quién tenía el asunto más sólido, y con base en eso tomar la decisión de qué era lo mejor (…) en este caso resultó que el mejor expediente lo tenía el gobierno de México”. ¡Gulp!, ¿le darán cuello judicial acá, o es una forma negociada de coopelal para que no haga tanto ruido míster Ye Gon?

La Iglesia católica pidió, por su parte, corregir el expediente de los reos de culpas históricas y teológicas mejor conocidos como Miguel Hidalgo y José María Morelos. Dado que se acercan fiestas bicentenarias en las que se recordará a los mencionados sujetos, la siempre juiciosa institución religiosa no desea afear sus imágenes con el descrédito de haber sido excomulgados por los mandos clericales de aquellos tiempos en los que, como ahora, la elite sacerdotal se plegaba a los intereses de quienes tenían el poder y perseguían y difamaban a quienes luchaban por cambios verdaderos. Según Gustavo Watson, director del Archivo Histórico del Arzobispado de México, los futuros héroes patrios sí fueron degradados como sacerdotes, pero a la hora de la muerte se confesaron y hubo borrón y cuenta nueva. Oh, sí: Miguelín y Chema, regresen a casa, todo perdonado.

Y, mientras Sorry se pone gallito con Ebrard, y Juanito con AMLO, y éste anuncia que buscará corregir mediante leyes el poderío mediático (¡Eso: hay qué sujetar al monstruo a normas de urbanidad!), ¡hasta mañana, en esta columna siempre comulgante!

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