7 nov 2009


México SA


Por decreto, fin de la recesión

Subirá el costo de la deuda de los países en desarrollo



Carlos Fernández-Vega

Nadie sabe con base en qué decretó el fin de la recesión económica en el país”, ni de dónde sacó que en el tercer trimestre de 2009 la economía nacional “creció 2.7 por ciento”, pero el hecho es que el inquilino de Los Pinos se animó a decirlo en público y a dar por hecho que la “crisis externa” llegó a su fin. Tal vez le leyeron las cartas a Calderón, o éste consultó su destartalada bola de cristal –la misma que le notificó sobre el advenimiento del “catarrito”–, pero cualquier aseveración de esa naturaleza tendría que considerar el hecho de que en 2009 México destaca por ser el país latinoamericano que reportará, por mucho, el peor comportamiento económico regional, y que el desplome de su producto interno bruto será tres veces mayor al del promedio de América Latina, de acuerdo con diversos organismos internacionales.

Hasta ahora, el inquilino de Los Pinos no ha dado una en materia de pronósticos económicos, de allí que su nuevo descubrimiento sólo provoque suspicacia. De cualquier suerte, si lo dicho por Calderón resulta correcto no habría qué celebrar, pues sólo implicaría que el nivel del agua bajó unos cuantos milímetros, pero se mantiene por arriba del cuello.

En vía de mientras, hay que considerar lo que organismos como el Fondo Monetario Internacional advierten sobre el no muy grato futuro para México, en particular, y América Latina, en general: “se prevé que el crecimiento medio de la región se reactive gradualmente en 2011-2013. Sin embargo, no se vaticina que el crecimiento retorne a los altos niveles de 2004-2007. Se pronostica que el proceso de cierre de las brechas del producto no entrañará un periodo de crecimiento rápido. El escenario supone que el crecimiento del producto potencial de América Latina y el Caribe en los próximos cinco años será un poco inferior al de los años previos a la crisis”.

El FMI subraya que “las secuelas de la crisis internacional se harán sentir en la región” y que el crecimiento del producto potencial durante el próximo quinquenio “será algo más lento que en los años previos a la crisis. La pérdida será más pronunciada en Estados Unidos y otras economías avanzadas, pero también se registrará en América Latina y el Caribe. A mediano plazo, las políticas de la región tendrán que ajustarse a este nuevo ambiente de expansión más suave. Como el ingreso público crecerá con más lentitud, habrá que reconstituir los amortiguadores fiscales, fijar prioridades para el gasto público y estimular el crecimiento tendencial y la lucha contra la pobreza en medio de un clima económico menos propicio”.

El momento en que se produzca la recuperación y el rumbo de la misma “variarán entre las economías de la región, dependiendo de la naturaleza de las vinculaciones internacionales”, de tal suerte que la reactivación “será tímida en muchos países” que dependen del ingreso generado por las remesas de trabajadores y el turismo, ya que esos flujos están vinculados a condiciones de empleo aún débiles en Estados Unidos y otras economías avanzadas.

Si bien todos los países latinoamericanos sintieron el impacto de la menor demanda externa, el efecto de la crisis sobre las exportaciones de materias primas fue fundamentalmente distinto al efecto sobre las de bienes manufacturados. En el caso de las manufacturas, la merma de la demanda externa se sintió en la disminución de los volúmenes, lo que afectó especialmente a México y a los países que participan en el acuerdo de libre comercio que Estados Unidos suscribió con América Central y la República Dominicana. En tanto, la disminución en el valor de las exportaciones de materias primas, se debió principalmente al descenso de los precios de estos productos. Dicha reducción afectó principalmente a los países exportadores de materias primas con fuertes vínculos financieros.

Es de esperarse que los ingresos derivados del turismo sigan siendo afectados por las mayores tasas de ahorro privado que se prevén para Estados Unidos y otras economías avanzadas, aun después de que se recupere el empleo en estos países. Las remesas también dependen de las condiciones de empleo en las economías avanzadas, por lo que sus perspectivas tampoco son favorables. Estas han seguido disminuyendo, afectando especialmente a los países importadores de materias primas, sobre todo a los de América Central. La reducción de la actividad de la construcción y el continuo aumento del desempleo de los hispanos en Estados Unidos son los factores que han determinado esta disminución.

Además de su impacto en los precios de las materias primas y en el crecimiento de otros países, la desaceleración estadunidense incidió de forma directa y significativa en variables clave para América Latina y el Caribe. “El fuerte desempleo y el colapso del mercado de la vivienda han tenido repercusiones para los trabajadores latinoamericanos en Estados Unidos, observándose tasas de desempleo de 16 por ciento en el sector de la construcción y de alrededor de 13 por ciento entre los trabajadores de origen hispano, que en ambos casos equivalen a incrementos de más de 7 puntos porcentuales con respecto al promedio de 2007. El descenso pronunciado de la actividad en el sector de la construcción ha ido en paralelo con una merma de las remesas de trabajadores enviadas a México en particular, en tanto que las condiciones generales débiles del empleo han hecho que se reduzcan las remesas a otros países de la región. Además, el gasto de consumo personal siguió disminuyendo en el segundo trimestre en cifras anualizadas, frenando las importaciones hacia Estados Unidos provenientes del sur de su frontera”.

Las condiciones financieras más restrictivas en Estados Unidos “se reflejarán a su vez en condiciones más restrictivas para los países que obtienen préstamos de las instituciones financieras estadunidenses, por lo que se espera un bajo crecimiento del crédito bancario transfronterizo en los próximos años. El legado fiscal de la crisis, con el aumento de los niveles de deuda pública en Estados Unidos y otras economías importantes, pueden presionar al alza los costos de endeudamiento a mediano plazo para los países de mercados emergentes, en especial para los valores públicos que son sustitutos más cercanos a la deuda pública de Estados Unidos”.

Las rebanadas del pastel

Qué bueno, pues, que en México la recesión concluyó… Mi agradecimiento a los integrantes del Círculo de Estudios Coapa por su generosa recepción el pasado jueves… Y un enorme beso para mi amado Adrián, por sus 21.

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