La única posibilidad de que AMLO vaya con los chuchos en 2012
Federico Arreola.
11 de Noviembre, 2009 - 07:37 65 comentarios
Ruth Zavaleta, de la corriente Nueva Izquierda del PRD (los chuchos), fue nombrada en la anterior legislatura presidenta de la Cámara de Diputados por contar con un solo mérito: ganas excesivas de quedar bien con el PRI, con el PAN y con el gobierno de Felipe Calderón.
Carlos Navarrete, de la corriente Nueva Izquierda del PRD (los chuchos), es actualmente presidente del Senado. Logró ese cargo por contar con un solo mérito: ganas excesivas de quedar bien con el PRI, con el PAN y con el gobierno de Felipe Calderón.
A la señora Zavaleta no la conozco y no puedo hablar de ella como persona. La respeto y hasta ahí.
Con Navarrete es distinto: siempre me he llevado bien con este senador, del que tengo la mejor opinión como ser humano. Pero desde hace tiempo no puedo estar de acuerdo con él en prácticamente nada relacionado con la política.
El martes lo encontré en un avión y charlamos acerca del candidato presidencial que deberá presentar la izquierda en 2012. Él consideró privada la conversación que sostuvimos, y eso me obligó a borrar una columna que había publicado en www.sdpnoticias.com. Desgraciadamente, el texto, que estuvo vigente dos minutos, fue leído por muchas personas y algunas de estas, en forma indebida, lo copiaron y lo difundieron bastante por internet.
No voy a repetir lo que Navarrete me dijo. Simplemente voy a resumir cientos de comentarios que me llegaron por correo electrónico y muchos otros que leí en tuiter y en los espacios para los lectores de www.sdpnoticias.com.
La gente no solo espera, sino sabe que Andrés Manuel López Obrador va a ser el candidato de la izquierda en 2012. Toda la gente. Lo mismo sus partidarios que sus detractores, por igual sus amigos que sus adversarios.
El PAN entiende que AMLO será candidato, y no cualquier candidato, sino el candidato a vencer en 2012. Por eso, los panistas lo atacan tanto. Hasta pagan personas para injuriarlo por internet.
El PRI teme a AMLO, sin duda, porque en este partido sus líderes están conscientes de que en la próxima elección presidencial el rival de importancia no será el PAN, sino López Obrador.
En la izquierda, es un hecho que la inmensa mayoría de los ciudadanos están con López Obrador. Se siente y se refleja en las encuestas.
La minoría izquierdista que no apoya a AMLO la integran, casi exclusivamente, los dirigentes del PRD de la corriente de Nueva Izquierda, con Jesús Ortega a la cabeza.
Ellos van a tener que tomar una decisión muy pronto: ir con López Obrador a las presidenciales de 2012 con grandes posibilidades de ganar, o postular a otro candidato de izquierda que dejará al perredismo en el cuarto lugar de la contienda. Porque, es un hecho, AMLO será candidato con o sin el PRD. Si no por otra cosa, porque la gente se lo va a exigir, se lo exige ya. Y la agente no va a perdonar a López Obrador si se echa para atrás por “prudencia” política.
No es un asunto de caprichos personales, sino simplemente una consecuencia lógica de la forma en que se han dado las cosas en la izquierda en los últimos tres años.
El recorrido que AMLO ha realizado durante este período por todos los pueblos y ciudades de México solo puede culminar en una candidatura presidencial. Cualquier otra cosa será enormemente decepcionante para la gente que lo ha apoyado. Y es mucha gente.
Es gente que no está dispuesta a apoyar a ningún otro izquierdista, ni siquiera a uno que ha mantenido ejemplarmente la verticalidad, a pesar de las presiones, en sus relaciones con Calderón. Hablo de Marcelo Ebrard.
Los otros perredistas, que se olviden. La gente simplemente los desprecia por la actitud tan entregada hacia el gobierno panista. Jesús Ortega, Carlos Navarrete, Amalia García, Leonel Godoy, conscientes de eso, no se atreven ya a participar en las marchas de izquierda. Cuando lo hacen, escuchan de viva voz a los ciudadanos que literalmente los maldicen.
Con o sin el PRD, de plano, AMLO debe ser candidato en 2012. Si los chuchos lo entienden y se suman al proyecto, alguna aportación importante harán. Si no, que jueguen con cualquiera de sus politiquitos negociadores y cobardones, y que disfruten el cuarto lugar.
Carlos Navarrete, de la corriente Nueva Izquierda del PRD (los chuchos), es actualmente presidente del Senado. Logró ese cargo por contar con un solo mérito: ganas excesivas de quedar bien con el PRI, con el PAN y con el gobierno de Felipe Calderón.
A la señora Zavaleta no la conozco y no puedo hablar de ella como persona. La respeto y hasta ahí.
Con Navarrete es distinto: siempre me he llevado bien con este senador, del que tengo la mejor opinión como ser humano. Pero desde hace tiempo no puedo estar de acuerdo con él en prácticamente nada relacionado con la política.
El martes lo encontré en un avión y charlamos acerca del candidato presidencial que deberá presentar la izquierda en 2012. Él consideró privada la conversación que sostuvimos, y eso me obligó a borrar una columna que había publicado en www.sdpnoticias.com. Desgraciadamente, el texto, que estuvo vigente dos minutos, fue leído por muchas personas y algunas de estas, en forma indebida, lo copiaron y lo difundieron bastante por internet.
No voy a repetir lo que Navarrete me dijo. Simplemente voy a resumir cientos de comentarios que me llegaron por correo electrónico y muchos otros que leí en tuiter y en los espacios para los lectores de www.sdpnoticias.com.
La gente no solo espera, sino sabe que Andrés Manuel López Obrador va a ser el candidato de la izquierda en 2012. Toda la gente. Lo mismo sus partidarios que sus detractores, por igual sus amigos que sus adversarios.
El PAN entiende que AMLO será candidato, y no cualquier candidato, sino el candidato a vencer en 2012. Por eso, los panistas lo atacan tanto. Hasta pagan personas para injuriarlo por internet.
El PRI teme a AMLO, sin duda, porque en este partido sus líderes están conscientes de que en la próxima elección presidencial el rival de importancia no será el PAN, sino López Obrador.
En la izquierda, es un hecho que la inmensa mayoría de los ciudadanos están con López Obrador. Se siente y se refleja en las encuestas.
La minoría izquierdista que no apoya a AMLO la integran, casi exclusivamente, los dirigentes del PRD de la corriente de Nueva Izquierda, con Jesús Ortega a la cabeza.
Ellos van a tener que tomar una decisión muy pronto: ir con López Obrador a las presidenciales de 2012 con grandes posibilidades de ganar, o postular a otro candidato de izquierda que dejará al perredismo en el cuarto lugar de la contienda. Porque, es un hecho, AMLO será candidato con o sin el PRD. Si no por otra cosa, porque la gente se lo va a exigir, se lo exige ya. Y la agente no va a perdonar a López Obrador si se echa para atrás por “prudencia” política.
No es un asunto de caprichos personales, sino simplemente una consecuencia lógica de la forma en que se han dado las cosas en la izquierda en los últimos tres años.
El recorrido que AMLO ha realizado durante este período por todos los pueblos y ciudades de México solo puede culminar en una candidatura presidencial. Cualquier otra cosa será enormemente decepcionante para la gente que lo ha apoyado. Y es mucha gente.
Es gente que no está dispuesta a apoyar a ningún otro izquierdista, ni siquiera a uno que ha mantenido ejemplarmente la verticalidad, a pesar de las presiones, en sus relaciones con Calderón. Hablo de Marcelo Ebrard.
Los otros perredistas, que se olviden. La gente simplemente los desprecia por la actitud tan entregada hacia el gobierno panista. Jesús Ortega, Carlos Navarrete, Amalia García, Leonel Godoy, conscientes de eso, no se atreven ya a participar en las marchas de izquierda. Cuando lo hacen, escuchan de viva voz a los ciudadanos que literalmente los maldicen.
Con o sin el PRD, de plano, AMLO debe ser candidato en 2012. Si los chuchos lo entienden y se suman al proyecto, alguna aportación importante harán. Si no, que jueguen con cualquiera de sus politiquitos negociadores y cobardones, y que disfruten el cuarto lugar.
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