5 nov 2009


Dinero

¿Otra Convención Nacional Hacendaria?

El fracaso de Juriquilla 2004

Se va Azuela, con más pena que gloria




Enrique Galván Ochoa

Ya lo olvidaron los políticos pero el 5 de febrero de 2004 fue inaugurada en Juriquilla, Querétaro, la Convención Nacional Hacendaria. En los siguientes dos días se ocupó de siete temas: ingreso, gasto, deuda, patrimonio, simplificación y modernización, transparencia y rendición de cuentas. Concurrieron Fox y miembros de su gabinete, gobernadores, senadores, diputados, hombres de negocios, banqueros, analistas. Las deliberaciones de las mesas de trabajo produjeron varios centenares de kilogramos de papel impreso. Se suponía que las conclusiones se llevarían al Congreso para que las transformara en leyes. Al final de cuentas, todo resultó una farsa. No tardó en descubrirse que la reunión escondía el propósito del foxismo de gravar el consumo de medicinas y alimentos, obsesión que persigue también a Felipe Calderón. Cinco años después, Josefina Vázquez Mota y Beltrones hablan de la conveniencia de llamar a oootra convención hacendaria. Primero deberían aclararnos si la finalidad es resucitar el propósito de la de Juriquilla. No son reuniones ni costosas convenciones lo que está exigiendo el pueblo mexicano. Lo que quiere es que se ponga límite a la corrupción y el inescrupuloso manejo de los recursos públicos.

Carrera larga, gloria escasa

La segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio el adiós al ministro Mariano Azuela Güitrón, cuyas funciones terminan el último día de este mes. Su colega, el ministro José Fernando Franco González Salas, presidente de la sala, expresó que “se va un hombre que ha dedicado 51 años de su vida al servicio de su país; de entre ellos, 49 los ha dedicado al servicio de la justicia en México, y 39 son en esta Suprema Corte de Justicia de la Nación”. Muchos años no necesariamente significan buenos frutos. Hay puntos oscuros en la gestión de Azuela. Vale recordar uno: era presidente de la Suprema Corte cuando varios grupos de ciudadanos intentaron que la institución usara sus facultades de investigación en el conflicto de las pasadas elecciones presidenciales; argumentaron las circunstancias antidemocráticas en que se desarrollaron. Azuela ni siquiera quiso recibirlos en su despacho. Se va con una pensión millonaria.

Contratos sospechosos

Será difícil olvidar el mal comienzo de Jacqueline Peschard en el IFAI: negó la información que solicitó la ciudadanía sobre la identidad de los banqueros que han estado comprando dólares de la reserva internacional. Sin embargo, la institución tiene actuaciones positivas que no pueden ignorarse. Acaba de hacer un “exhorto enérgico” a Pemex Exploración y Producción para que rinda un informe sobre un centenar de contratos adjudicados de manera directa a la empresa estadunidense Solar Turbines Incorporated, “cuyo monto podría ascender a varios miles de millones de pesos”. La petrolera condicionó la entrega del reporte a que el solicitante justificara su interés. Sin embargo, el IFAI señaló que, de acuerdo con la Ley Federal de Transparencia, “en ningún caso la entrega de información estará condicionada a que se motive o justifique su utilización”. El expediente fue resuelto por la comisionada María Marván Laborde.



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