México SA
Como la crisis ya tocó fondo, Hacienda asestará alzas a gasolina, luz, gas y peaje
Genios de las finanzas trabajan para que los sobrevivientes de México vivan mejor
Carlos Fernández-Vega
Como la crisis tocó fondo y ya pasó lo peor” (según el más reciente chiste de Gerardo Ruiz Mateos, quien, según algunos, es el secretario de Economía), el gobierno calderonista perfila su “estrategia” presupuestal 2010, y para ese fin afila cuchillos: más recorte al gasto público, nuevos impuestos y menos subsidios. Tal es el innovador enfoque para que el próximo año la “reactivación” económica “sea un hecho”, o, si se prefiere, su tesis es que para reflotar al “navío de gran calado” se requiere hundirlo aún más.
Así, para los mexicanos el halagüeño panorama 2010 incluye menor inversión pública, nuevos gravámenes y aumento de precios y tarifas de bienes y servicios públicos, como en el caso de los precios de los combustibles (gasolinas, diesel, gas LP), cuyo “congelamiento” vence el último día de 2009. De hecho, el gobierno federal ofreció ayer una probadita de lo que debe esperarse el próximo año: “se aplicará un ajuste (léase aumento) de 3.8 por ciento como promedio ponderado” en el peaje de carreteras y puentes administrados por Capufe (4.2 por ciento en el caso de la México-Acapulco, la interminable “autopista del sol”), para “reducir el rezago de las tarifas con relación a la inflación registrada”.
Además, los genios de la Secretaría de Hacienda trabajan a marchas forzadas en el armado de nuevos y/o mayores impuestos en 2010, toda vez que la captación fiscal se ha desplomado en 2009. Por ejemplo, en el primer trimestre del presente año la crisis redujo aún más la capacidad de compra de los mexicanos, de tal suerte que la recaudación por concepto del impuesto al valor agregado (IVA) se contrajo en más de 51 mil millones de pesos. De igual forma, la caída en la producción y una menor actividad empresarial se tradujeron en un descenso en la recaudación de ISR (más de 56 mil millones). Por lo anterior, deducen las huestes del doctor “catarrito”, se requieren más impuestos y ampliar los existentes “para “recuperarnos”. Y como “lo peor ya pasó”, entonces hay que reducir la de por sí raquítica inversión pública y recortar subsidios, de tal suerte que la mexicanada volverá a sufrir por los gasolinazos semanales, el permanente avance de la factura del gas, el sostenido crecimiento de las tarifas eléctricas y tantas otras gracias que redondearán el profundo deterioro sufrido en los tres años de un grupo de improvisados que dicen trabajar para que los sobrevivientes de este país “vivan mejor”.
Y en medio de los “signos positivos” que en Los Pinos dicen registrar, sobresale la estimación de la Secretaría de Hacienda: en el segundo trimestre de 2009, el PIB se desplomó 10.4 por ciento a tasa anual. Lo saludable de esta lúgubre noticia es que la caída en vertical no es consecuencia de la errada política económica del gobierno federal, ni al exceso de discursos y la abominable carencia de acciones; mucho menos a la espeluznante crisis interna. No, qué va. En realidad es resultado (versión oficial) de un “entorno internacional adverso, el cambio en la estacionalidad de la Semana Santa y el brote de influenza A/H1N1”. Más allá de esos “tres elementos”, dicen en Los Pinos, el país se mantiene en el paraíso.
Con la nueva estimación de Hacienda sobre el resultado económico entre abril y junio del presente año, el resultado para el primer semestre de 2009 es un desplome de 9.3 por ciento del producto interno bruto. Para dar un punto de comparación, vale mencionar que en igual lapso de 1995 la caída fue de 5.65 por ciento del PIB.
Quien da muestras inequívocas de confianza en aquello de que “lo peor ya pasó” es la OCDE, la cual ratifica que “la economía mexicana tendrá una contracción de 8 por ciento en 2009”, y va más allá: “el crecimiento de la economía mexicana en los últimos 20 años resulta decepcionante; en el país ha ocurrido un fracaso industrial y un lento avance en los indicadores de bienestar de la población; México será una de las naciones más golpeadas por la actual recesión, y la destrucción de empleos formales, que este año ha rozado máximos históricos, se extenderá a 2010… El desempleo, que afectó a 3.5 por ciento de la población en edad de trabajar en 2008, subirá a 5.7 por ciento este año y llegará a un máximo de 6.9 por ciento en 2010. En números absolutos, ello significa que el siguiente año se añadirán 541 mil plazas perdidas en el sector formal de la economía” (La Jornada, Roberto González Amador).
Confirmado, pues, que “la crisis tocó fondo y ya pasó lo peor”.
Nota Completa :
Como la crisis ya tocó fondo, Hacienda asestará alzas a gasolina, luz, gas y peaje
Genios de las finanzas trabajan para que los sobrevivientes de México vivan mejor
Carlos Fernández-Vega
Como la crisis tocó fondo y ya pasó lo peor” (según el más reciente chiste de Gerardo Ruiz Mateos, quien, según algunos, es el secretario de Economía), el gobierno calderonista perfila su “estrategia” presupuestal 2010, y para ese fin afila cuchillos: más recorte al gasto público, nuevos impuestos y menos subsidios. Tal es el innovador enfoque para que el próximo año la “reactivación” económica “sea un hecho”, o, si se prefiere, su tesis es que para reflotar al “navío de gran calado” se requiere hundirlo aún más.
Así, para los mexicanos el halagüeño panorama 2010 incluye menor inversión pública, nuevos gravámenes y aumento de precios y tarifas de bienes y servicios públicos, como en el caso de los precios de los combustibles (gasolinas, diesel, gas LP), cuyo “congelamiento” vence el último día de 2009. De hecho, el gobierno federal ofreció ayer una probadita de lo que debe esperarse el próximo año: “se aplicará un ajuste (léase aumento) de 3.8 por ciento como promedio ponderado” en el peaje de carreteras y puentes administrados por Capufe (4.2 por ciento en el caso de la México-Acapulco, la interminable “autopista del sol”), para “reducir el rezago de las tarifas con relación a la inflación registrada”.
Además, los genios de la Secretaría de Hacienda trabajan a marchas forzadas en el armado de nuevos y/o mayores impuestos en 2010, toda vez que la captación fiscal se ha desplomado en 2009. Por ejemplo, en el primer trimestre del presente año la crisis redujo aún más la capacidad de compra de los mexicanos, de tal suerte que la recaudación por concepto del impuesto al valor agregado (IVA) se contrajo en más de 51 mil millones de pesos. De igual forma, la caída en la producción y una menor actividad empresarial se tradujeron en un descenso en la recaudación de ISR (más de 56 mil millones). Por lo anterior, deducen las huestes del doctor “catarrito”, se requieren más impuestos y ampliar los existentes “para “recuperarnos”. Y como “lo peor ya pasó”, entonces hay que reducir la de por sí raquítica inversión pública y recortar subsidios, de tal suerte que la mexicanada volverá a sufrir por los gasolinazos semanales, el permanente avance de la factura del gas, el sostenido crecimiento de las tarifas eléctricas y tantas otras gracias que redondearán el profundo deterioro sufrido en los tres años de un grupo de improvisados que dicen trabajar para que los sobrevivientes de este país “vivan mejor”.
Y en medio de los “signos positivos” que en Los Pinos dicen registrar, sobresale la estimación de la Secretaría de Hacienda: en el segundo trimestre de 2009, el PIB se desplomó 10.4 por ciento a tasa anual. Lo saludable de esta lúgubre noticia es que la caída en vertical no es consecuencia de la errada política económica del gobierno federal, ni al exceso de discursos y la abominable carencia de acciones; mucho menos a la espeluznante crisis interna. No, qué va. En realidad es resultado (versión oficial) de un “entorno internacional adverso, el cambio en la estacionalidad de la Semana Santa y el brote de influenza A/H1N1”. Más allá de esos “tres elementos”, dicen en Los Pinos, el país se mantiene en el paraíso.
Con la nueva estimación de Hacienda sobre el resultado económico entre abril y junio del presente año, el resultado para el primer semestre de 2009 es un desplome de 9.3 por ciento del producto interno bruto. Para dar un punto de comparación, vale mencionar que en igual lapso de 1995 la caída fue de 5.65 por ciento del PIB.
Quien da muestras inequívocas de confianza en aquello de que “lo peor ya pasó” es la OCDE, la cual ratifica que “la economía mexicana tendrá una contracción de 8 por ciento en 2009”, y va más allá: “el crecimiento de la economía mexicana en los últimos 20 años resulta decepcionante; en el país ha ocurrido un fracaso industrial y un lento avance en los indicadores de bienestar de la población; México será una de las naciones más golpeadas por la actual recesión, y la destrucción de empleos formales, que este año ha rozado máximos históricos, se extenderá a 2010… El desempleo, que afectó a 3.5 por ciento de la población en edad de trabajar en 2008, subirá a 5.7 por ciento este año y llegará a un máximo de 6.9 por ciento en 2010. En números absolutos, ello significa que el siguiente año se añadirán 541 mil plazas perdidas en el sector formal de la economía” (La Jornada, Roberto González Amador).
Confirmado, pues, que “la crisis tocó fondo y ya pasó lo peor”.
Nota Completa :
Dinero
En busca de salidas al desastre
Bajar gastos a la alta burocracia, renegociar el Fobaproa
Rechazo al IVA a fármacos y alimentos
Bajar gastos a la alta burocracia, renegociar el Fobaproa
Rechazo al IVA a fármacos y alimentos
Enrique Galván Ochoa
Finalmente México se sacó un 10… pero en desastre económico. El gobierno tiene un menú de opciones duras, impopulares, para hacer frente a la situación, la gente preferiría otras. 38 por ciento de los participantes en la encuesta de esta semana propone bajar los gastos de la alta burocracia; 31 por ciento se pronuncia por renegociar el Fobaproa, pues representa una enorme sangría para el presupuesto; 21 por ciento preferiría un impuesto especial a los ricos. No hay simpatía a despedir a burócratas y cobrar IVA en medicinas y alimentos.
Metodología
Enviamos 2 mil 500 cuestionarios por correo electrónico, 2 mil 319 partipantes depositaron su voto en nuestra urna electrónica. Un grupo de 261 lo razonó. Sus mensajes pueden leerse en el foro. En seguida reproducimos algunos fragmentos.
Metodología
Enviamos 2 mil 500 cuestionarios por correo electrónico, 2 mil 319 partipantes depositaron su voto en nuestra urna electrónica. Un grupo de 261 lo razonó. Sus mensajes pueden leerse en el foro. En seguida reproducimos algunos fragmentos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario