AMLO 2012; lo que le falta a Ebrard
Por Federico Arreola
03 de Agosto, 2009 - 08:20
Por Federico Arreola
03 de Agosto, 2009 - 08:20
Marcelo Ebrard es el candidato de izquierda natural de El Universal, Reforma, Excélsior, Milenio, Radio Fórmula, Televisa, TV Azteca, etcétera.
¿Qué le garantiza eso a Ebrard? El desprecio de los verdaderos votantes de izquierda, nada más. Porque en esos medios se insulta a diario a los millones de ciudadanos que siguen siendo leales al movimiento de resistencia civil encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Se les insulta, sí: se les llama, con excesiva frecuencia, fanáticos lopezobradoristas alborotadores y desestabilizadores.
Creo que Ebrard no se ha dado cuenta del costo político que para él representa ser tan amigo de los medios que ofenden a la gente que no ha dejado de luchar durante los últimos tres años.
Y Ebrard tampoco parece entender que lo están usando y que lo van a desechar en cuanto deje de ser útil los propietarios, los periodistas y los colaboradores de esos medios, que ya eligieron: en 2012 van a apoyar a Enrique Peña Nieto o a cualquier otro que postulara el PRI, y si este partido perdiera fuerza, favorecerían a quien nominase el PAN.
Lo anterior significa que los medios alientan la candidatura izquierdista de Ebrard porque lo ven objetivamente mucho menos popular que el político más destacado con el que cuenta actualmente la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, el único capaz de enfrentar con posibilidades de éxito a la mafia del PRI y del PAN.
¿Es exagerado hablar de la mafia PRI-PAN, en la que participan las grandes empresas mexicanas, los medios de comunicación mencionados y hasta una parte del PRD? Desde luego que no.
Uno de los significados de la palabra "mafia" en el diccionario de la Real Academia Española es el siguiente: "Grupo organizado que trata de defender sus intereses". Sin duda, la defensa de sus intereses, legítimos y de los otros, es lo que cohesiona al PRI, al PAN, a los empresarios y a los directivos y periodistas de los medios tradicionales. No pocas veces, desde luego,lo hacen de manera ilegal y hasta recurriendo a organizaciones clandestinas de criminales, que es otra de las acepciones de "mafia" en el citado diccionario.
López Obrador va a buscar la Presidencia en 2012. Ya no hay duda. Si el PRD se suma al proyecto, qué bueno. Si no, será candidato del PT, de Convergencia o de cualquier otro partido que decida apoyar al movimiento de resistencia civil pacífica que lucha por cambiar a México.
El principal de los cambios al que aspira el movimiento de resistencia es el de quitarle poder a la mafia de la política. Lo saben el PRI y el PAN, lo saben los empresarios, lo saben los medios y lo saben los perredistas chuchos. Por eso, trabajan tanto para golpear a AMLO, para lastimarlo, para desprestigiarlo. Pero es una tarea en la que la mafia no ha sido exitosa. Porque Andrés Manuel sigue siendo el político más popular en la izquierda.
Si AMLO va a buscar ser candidato en 2012 no se debe a vulgares ambiciones personales, sino a que diariamente se lo piden muchas personas en todo el país. A mí, desde hace años, me llaman y me escriben numerosos ciudadanos para pedirme que le haga llegar mensajes a López Obrador. Desde hace meses, lo único que quieren que le diga a Andrés Manuel es que busque la Presidencia. Y en las últimas semanas, por cierto, ha crecido el número de hombres y mujeres que me solicitan que le diga otra cosa al Peje: que antes estaban de acuerdo en la estrategia de que fuera candidato presidencial de la izquierda el que estuviera mejor en las encuestas entre AMLO y Ebrard, pero que esta idea ya no les parece correcta, simplemente porque Ebrard ha decepcionado.
Me lo dijo una señora la semana pasada en un café de la Colonia Condesa ubicado frente a las oficinas del SDP: "López Obrador tiene que entender una cosa. Lo seguimos y lo apoyamos, pero no somos sus incondicionales. Le hicimos caso en apoyar a ‘Juanito', pero no creo que vayamos a aceptar obedecerle si López Obrador nos dijera que él no va, que lo más conveniente sería que Marcelo fuera el candidato de izquierda. Si Andrés Manuel sale con eso, yo me retiro. Y muchos también se van a retirar. Porque a Marcelo le pasa lo que a los chuchos: están muy bien con esos locutores y columnistas que a nosotros, los que resistimos y peleamos abajo, tanto nos atacan, tanto nos ofenden, tanto nos calumnian. Cómo no me voy a sentir mal oyendo en el radio que Gómez Leyva o López-Dóriga elogian a Marcelo un minuto después de que a nosotros nos llamaron turba de fanáticos lopezobradoristas desestabilizadores del país. Si esos son los amigos de Marcelo, que no cuente conmigo".
Como esa mujer piensan importantes intelectuales y políticos del movimiento de izquierda: Ebrard está dejando de ser confiable por causa del buen trato que recibe de parte de los medios afines a la mafia política.
No es una buena noticia que el gobernante más importante de la izquierda haya perdido aceptación entre los activistas del movimiento de resistencia.
¿Qué le falta a Ebrard? Romper con esos medios. Porque ni modo de que espere que le aplaudan sus buenas relaciones con los periodistas de la mafia, los millones de personas que esos periodistas a diario insultan solo por el hecho de mantenerse leales a un proyecto.
Supongo que a Ebrard no batallará para entender algo tan sencillo. Todavía tiene tiempo para rectificar, de tal forma de volver a ser aceptado por los más valioso que tiene la izquierda: su gente realmente comprometida.
¿Qué le garantiza eso a Ebrard? El desprecio de los verdaderos votantes de izquierda, nada más. Porque en esos medios se insulta a diario a los millones de ciudadanos que siguen siendo leales al movimiento de resistencia civil encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Se les insulta, sí: se les llama, con excesiva frecuencia, fanáticos lopezobradoristas alborotadores y desestabilizadores.
Creo que Ebrard no se ha dado cuenta del costo político que para él representa ser tan amigo de los medios que ofenden a la gente que no ha dejado de luchar durante los últimos tres años.
Y Ebrard tampoco parece entender que lo están usando y que lo van a desechar en cuanto deje de ser útil los propietarios, los periodistas y los colaboradores de esos medios, que ya eligieron: en 2012 van a apoyar a Enrique Peña Nieto o a cualquier otro que postulara el PRI, y si este partido perdiera fuerza, favorecerían a quien nominase el PAN.
Lo anterior significa que los medios alientan la candidatura izquierdista de Ebrard porque lo ven objetivamente mucho menos popular que el político más destacado con el que cuenta actualmente la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, el único capaz de enfrentar con posibilidades de éxito a la mafia del PRI y del PAN.
¿Es exagerado hablar de la mafia PRI-PAN, en la que participan las grandes empresas mexicanas, los medios de comunicación mencionados y hasta una parte del PRD? Desde luego que no.
Uno de los significados de la palabra "mafia" en el diccionario de la Real Academia Española es el siguiente: "Grupo organizado que trata de defender sus intereses". Sin duda, la defensa de sus intereses, legítimos y de los otros, es lo que cohesiona al PRI, al PAN, a los empresarios y a los directivos y periodistas de los medios tradicionales. No pocas veces, desde luego,lo hacen de manera ilegal y hasta recurriendo a organizaciones clandestinas de criminales, que es otra de las acepciones de "mafia" en el citado diccionario.
López Obrador va a buscar la Presidencia en 2012. Ya no hay duda. Si el PRD se suma al proyecto, qué bueno. Si no, será candidato del PT, de Convergencia o de cualquier otro partido que decida apoyar al movimiento de resistencia civil pacífica que lucha por cambiar a México.
El principal de los cambios al que aspira el movimiento de resistencia es el de quitarle poder a la mafia de la política. Lo saben el PRI y el PAN, lo saben los empresarios, lo saben los medios y lo saben los perredistas chuchos. Por eso, trabajan tanto para golpear a AMLO, para lastimarlo, para desprestigiarlo. Pero es una tarea en la que la mafia no ha sido exitosa. Porque Andrés Manuel sigue siendo el político más popular en la izquierda.
Si AMLO va a buscar ser candidato en 2012 no se debe a vulgares ambiciones personales, sino a que diariamente se lo piden muchas personas en todo el país. A mí, desde hace años, me llaman y me escriben numerosos ciudadanos para pedirme que le haga llegar mensajes a López Obrador. Desde hace meses, lo único que quieren que le diga a Andrés Manuel es que busque la Presidencia. Y en las últimas semanas, por cierto, ha crecido el número de hombres y mujeres que me solicitan que le diga otra cosa al Peje: que antes estaban de acuerdo en la estrategia de que fuera candidato presidencial de la izquierda el que estuviera mejor en las encuestas entre AMLO y Ebrard, pero que esta idea ya no les parece correcta, simplemente porque Ebrard ha decepcionado.
Me lo dijo una señora la semana pasada en un café de la Colonia Condesa ubicado frente a las oficinas del SDP: "López Obrador tiene que entender una cosa. Lo seguimos y lo apoyamos, pero no somos sus incondicionales. Le hicimos caso en apoyar a ‘Juanito', pero no creo que vayamos a aceptar obedecerle si López Obrador nos dijera que él no va, que lo más conveniente sería que Marcelo fuera el candidato de izquierda. Si Andrés Manuel sale con eso, yo me retiro. Y muchos también se van a retirar. Porque a Marcelo le pasa lo que a los chuchos: están muy bien con esos locutores y columnistas que a nosotros, los que resistimos y peleamos abajo, tanto nos atacan, tanto nos ofenden, tanto nos calumnian. Cómo no me voy a sentir mal oyendo en el radio que Gómez Leyva o López-Dóriga elogian a Marcelo un minuto después de que a nosotros nos llamaron turba de fanáticos lopezobradoristas desestabilizadores del país. Si esos son los amigos de Marcelo, que no cuente conmigo".
Como esa mujer piensan importantes intelectuales y políticos del movimiento de izquierda: Ebrard está dejando de ser confiable por causa del buen trato que recibe de parte de los medios afines a la mafia política.
No es una buena noticia que el gobernante más importante de la izquierda haya perdido aceptación entre los activistas del movimiento de resistencia.
¿Qué le falta a Ebrard? Romper con esos medios. Porque ni modo de que espere que le aplaudan sus buenas relaciones con los periodistas de la mafia, los millones de personas que esos periodistas a diario insultan solo por el hecho de mantenerse leales a un proyecto.
Supongo que a Ebrard no batallará para entender algo tan sencillo. Todavía tiene tiempo para rectificar, de tal forma de volver a ser aceptado por los más valioso que tiene la izquierda: su gente realmente comprometida.
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