1 jun 2009


Astillero

Felipe salva de nuevo

El gallo falsamente blanco

Influenza, ¿disfraz de crisis?

Julio Hernández López


En inusual misa dominical, el monaguillo de gobernación, Fernando Gómez Mont, sermoneó acerca de los nuevos milagros salvadores del Mesías Tarasco. Resulta que el golpe policiaco-militar dado en días pasados en las tierras falsamente gobernadas por el licenciado Lasdoy no fueron precisamente un modelo de pulcritud judicial y de manual posesión inequívoca de pardos filamentos capilares para demostración del color de una burra, sino un prodigio redentor más: las investigaciones, dijo el difuso secretario demagogo, se han hecho "para consolidar a la autoridad, para salvar a la política, para defender el sistema de partidos" y, "en ese sentido (...) para defender a los servidores públicos de la difícil situación que muchos viven sometidos a presiones y tentaciones de organizaciones criminales".

¿Chapulín choreado o Chavo del Chocho? Léanse dos joyas del nuevo cómic nacional: "Aquí estamos para defender la política de las presiones económicas o extorsivas del crimen organizado" y "cuenten con nosotros para defender la política y para defender la política (nótese la reiteración, doblemente protectora, verificable en la página de Internet de Gobernación) y para defender a las instituciones". Fernando el Discreto (la primera parte de su conferencia de prensa la dedicó a encomiar sus presuntas dotes de prudencia y reserva) aprovechó para balconear a los sabidamente colaboracionistas dirigentes del PRD-Chucho pues, informó, casi en secreto, que éste "ha sido un partido fundamentalmente cooperador en términos de la conciliación de instituciones, para la seguridad del país; y yo como secretario de Gobernación se lo reconozco y se lo agradezco". De nada, podrá decir la Cooperativa Nueva Izquierda.

Y una última perla del licenciado Gomón, respecto a la relatividad del tamaño de los cárteles: "Las organizaciones criminales son una minoría, una enorme minoría que atenta contra una gran mayoría" (como se ve, en la política calderonista de las tallas trastocadas una minoría puede ser enorme, tal vez incluso más grande que una mayoría que así sería tan insignificante que en realidad acabaría siendo una minoría gigante, que a su vez... ¡Uf!) Por cierto, el ex gobernador de Michoacán, Leonel (recuérdese que el apellido está en vías de modificación ante el Registro Civil de la Opinión Pública) ha pasado de El cambiador de páginas (como en la película dirigida por Denis Dercourt) a El retobón por necesidad, aparentando enojos tardíos y meramente retóricos.

En Querétaro, mientras, un gaviotón pretendía hacerse pasar por gallo blanco, que es el símbolo del equipo de futbol profesional que ha subido a la primera división. Gallo presidencial de blanco plumaje, según eso. ¡Presidente, presidente! le gritaban coros femeninos de conciencia política marca Televisa que veían al familiar, heredero y protector de Arturo Montiel como inminente candidato a la sucesión del hipotético 2012. Y el anfitrión, José Calzada, candidato del partido de tres colores al relevo queretano, le llamaría futuro presidente de México. Quique del Copete en abierta gira de proselitismo, mientras brigadas de mapaches expertos recorren el país ofreciéndose a candidatos priístas que quieran hacer pactos para la Grande a cuenta de ayudas electorales locales. Lo de menos es la viabilidad del candidato queretano (en desventaja frente al poderío de la alianza Yunque-PAN que pretende dejar a Manuel González del Valle como sucesor del héroe de la BMW negra, Francisco Garrido Patrón): lo importante es promover al depositario frecuente de fondos estatales en las arcas del binomio televisivo.

Astillas

Jaime Carmona Huerta, médico con maestría en farmacología y doctorante en la misma especialidad, escribe: “Las cifras de la influenza al 29 de mayo a las 9 horas son: 5 mil 29 casos confirmados de influenza AH1N1, con 97 defunciones confirmadas por el mismo virus (cifras dadas por el secretario de salud), lo cual permite, con cifras sacadas de datos anteriores, señalar que la tasa de mortalidad es de 1.92 por ciento y la de prevalencia (morbilidad) de 0.005 por ciento. La tasa de mortalidad indica el porcentaje de muertos que hay dentro de los que enfermaron, y, como la mortalidad es una incidencia, se puede inferir también (y expresar) que de todos los que vayan a enfermar sólo 1.92 por ciento morirá (2 de 100). Ahora, la tasa de morbilidad indica el porcentaje de personas infectadas dentro de una población susceptible, y como 100 por ciento de los mexicanos fuimos susceptibles de enfermar, pues es una cepa nueva contra la que nadie tenía inmunidad (y las medidas tomadas para prevenir el contagio estuvieron escandalosamente erróneas, cerrando escuelas para que todos se fueran de vacaciones por todos los estados de México), entonces 100 millones de personas (mexicanos) son la población susceptible, teniendo entonces que se enferman 5 personas de cada 10 mil (la virulencia es muy baja, tanto que casi ningún médico enfermó en esta dizque ‘epidemia’: se calcula que su virulencia es de 6 por ciento, es decir, la probabilidad de infectarse estando en contacto con una persona infectada es de 6 en 100). Haciendo una comparación con otras enfermedades, por cada 10 mil mexicanos, con el dengue se enferman al año 40; de varicela, 300; de tuberculosis, 13 (como estos ejemplos hay decenas), y las muertes que estas enfermedades ocasionan son mayores que la ínfima tasa de 1.9 por ciento que presenta la mentada influenza. Yo sólo soy experto en medicina y no en política, pero tengo sentido común y esto me da mala espina. ¿No será que viene lo peor de la crisis económico-social para México y al final dirán que todo fue culpa de la influenza, y que no se puede hacer nada ante estos fenómenos de la naturaleza (de los cuales también tengo mis dudas de que sean al azar), que tenían todo controlado hasta que llegó esta influenza maldita? Ojalá me equivoque, pero, entonces, ¿por qué hacer tanto escándalo por un virus que casi no se transmite (tiene poca virulencia), casi no enferma y casi no mata?”... ¡Hasta mañana!

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