Todo Tamaulipas, zona de guerra
La redacción
TAMPICO, TAMPS.- 10 de abril (Proceso).- La guerra entre cárteles del narcotráfico en Tamaulipas alcanzó niveles insostenibles: los sicarios combaten a toda hora y en todo lugar, toman poblados enteros para librar batallas y no reparan en parapetarse entre la población. Las víctimas inocentes resultan incuantificables, pero para los gobiernos estatal y federal la situación está “controlada”.
La guerra entre el cártel del Golfo y Los Zetas se ha extendido de norte a sur en esta entidad, sin que las autoridades locales y federales muestren efectividad para proteger a una población civil cada vez más temerosa de resultar víctima de balaceras o de abusos y excesos cometidos tanto por los delincuentes, como por elementos de las fuerzas armadas.
El gobierno federal insiste en que los narcobloqueos, los rescates masivos de reos y los ataques a las sedes policíacas y militares ocurridas aquí son “reacciones desesperadas” del crimen organizado porque se encuentran en “una crisis terrible”. Sin embargo, los hechos aquí exhiben que los grupos delincuenciales están enfrascados en su lucha por el control de plazas y han tomado a los tamaulipecos como sus rehenes.
Según el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, la separación de estos grupos delictivos, que antes actuaban en conjunto, los está llevando a aniquilarse entre ellos. “Lo que está haciendo la Federación es meterse a que no entren, aislarlos para que no entren a los centros urbanos y a darles respuesta donde los encuentran, sobre todo buscando proteger a los centros urbanos”, dijo en una conferencia de prensa.
TAMPICO, TAMPS.- 10 de abril (Proceso).- La guerra entre cárteles del narcotráfico en Tamaulipas alcanzó niveles insostenibles: los sicarios combaten a toda hora y en todo lugar, toman poblados enteros para librar batallas y no reparan en parapetarse entre la población. Las víctimas inocentes resultan incuantificables, pero para los gobiernos estatal y federal la situación está “controlada”.
La guerra entre el cártel del Golfo y Los Zetas se ha extendido de norte a sur en esta entidad, sin que las autoridades locales y federales muestren efectividad para proteger a una población civil cada vez más temerosa de resultar víctima de balaceras o de abusos y excesos cometidos tanto por los delincuentes, como por elementos de las fuerzas armadas.
El gobierno federal insiste en que los narcobloqueos, los rescates masivos de reos y los ataques a las sedes policíacas y militares ocurridas aquí son “reacciones desesperadas” del crimen organizado porque se encuentran en “una crisis terrible”. Sin embargo, los hechos aquí exhiben que los grupos delincuenciales están enfrascados en su lucha por el control de plazas y han tomado a los tamaulipecos como sus rehenes.
Según el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, la separación de estos grupos delictivos, que antes actuaban en conjunto, los está llevando a aniquilarse entre ellos. “Lo que está haciendo la Federación es meterse a que no entren, aislarlos para que no entren a los centros urbanos y a darles respuesta donde los encuentran, sobre todo buscando proteger a los centros urbanos”, dijo en una conferencia de prensa.
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