Peña Nieto va de Salinas al Papa bendecido por Televisa
Federico Arreola
Nada mejor escrito sobre el novio y futuro esposo de La Gaviota que lo publicado este lunes, en Reforma, por Miguel Ángel Granados Chapa:
La reunión que sostuvo Enrique Peña Nieto con el Papa Benedicto XVI, dice el columnista citado, “muestra los extremos a que es capaz de llegar el candidato de Televisa a la Presidencia de la República. También enseña que ningún recato contiene al aspirante presidencial en sus afanes publicitarios: usa su relación sentimental para conmover a las multitudes que asisten a la telenovela de la actriz y el político. Y también pone de manifiesto el vínculo estrecho, de política real y no sólo de imagen, entre Peña Nieto y la Iglesia católica”.
Peña Nieto, graduado en una universidad administrada por el Opus Dei, suele convertir “actos rituales de su familia en acontecimientos políticos y sociales. Eso ocurrió apenas en agosto pasado, cuando sus hijos menores, Alejandro y Nicole, hicieron su primera comunión en la catedral de Toluca. La fiesta posterior a la misa fue encabezada por Carlos Salinas de Gortari”.
Con muy buen estilo, Granados Chapa ha relacionado a los tres pilares de la ya iniciada campaña electoral de Peña Nieto: la iglesia, el equipo de Salinas y Televisa. Pero, a pesar de la fuerza de estos tres grupos, no es todavía ciento por ciento seguro que el gobernador del Estado de México logre la anhelada candidatura presidencial priista.
Tendrá que superar algunos escándalos que, ha trascendido, se le vienen encima. De índole personal, casi todos, aunque no se descartan líos patrimoniales como los que tanto dañaron a su antecesor en la gubernatura mexiquense, Arturo Montiel.
Pero no son tales escándalos, ya anticipados por algunos militantes del PRI, lo que más podría perjudicar a Peña Nieto, quien sin duda es el aspirante más popular con el que cuenta ese partido. Más grave es que bastantes priistas importantes empiezan a ver, no solo inconveniente, sino aun como un acto de traición la candidatura presidencial de alguien tan alejado de uno de los pocos principios que toda la vida ha defendido el priismo: el del Estado laico. Particularmente dura con el enamorado de La Gaviota ha sido la señora María de los Ángeles Moreno, una mujer que podrá no ser popular pero que dentro del PRI influye más de lo que Enrique Peña quisiera.
Si la candidatura de Peña Nieto se impone en el PRI, serán numerosos los militantes de este instituto político que apoyarán, en 2012, a otras opciones políticas, sobre todo a la que presente la izquierda. Inclusive, no se descarta que los priistas molestos por la cercanía de Peña Nieto con la iglesia pudieran lanzar, valiéndose de cualquier partido pequeño, a su propio candidato a la Presidencia, lo que complicaría en exceso la próxima contienda electoral federal
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