Propone aplicar plan de emergencia y programa de austeridad
Calderón, culpable del impacto en México de la crisis en EU: AMLO
Pide reducir sueldos de funcionarios; hace 30 recomendaciones a los ciudadanos
Tras responsabilizar a Felipe Calderón del impacto que originó en México la crisis económica y financiera de Estados Unidos, al señalar que ignoró las advertencias que al respecto se le hicieron desde hace 14 meses, Andrés Manuel López Obrador propuso ayer, desde temprana hora, la aplicación de un plan anticrisis en el país.
Pasadas las 8 de la mañana, cuando el dólar se cotizaba en 14 pesos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el ex candidato presidencial planteó la reducción de salarios de la alta burocracia y la desaparición de prestaciones, beneficios y “comodidades” de que ésta goza, además de reiterar la urgencia de construir más refinerías y se cuente con un programa de edificación de obras públicas.
En conferencia de prensa, sostuvo que es hora de poner en marcha un plan anticrisis porque el país enfrentará “tiempos difíciles”, pues como consecuencia de la recesión estadunidense habrá estancamiento económico y por ende desempleo y mayor empobrecimiento.
Planteó entonces una reducción al gasto superfluo del gobierno federal, del orden de 200 mil millones de pesos para que, sumada esa cantidad a una similar proveniente de los excedentes petroleros, el país cuente con una bolsa de 400 mil millones para financiar proyectos de alto impacto, mejorar el nivel de empleo, la competitividad y atemperar la crisis social y el clima de inseguridad.
De igual manera, presentó una serie de recomendaciones a los ciudadanos para hacer frente a la situación que se avecina, en momentos en que, afirmó, “nos impacta la crisis de Estados Unidos con una economía muy debilitada y con el riesgo de una devaluación en nuestra moneda, como ya empezó a expresarse en los últimos días”.
Cuestionó que los calderonistas desatendieran las advertencias que desde la campaña presidencial de 2006 su equipo de asesores económicos (Rogelio Ramírez de la O, Adolfo Hellmund y Mario di Costanzo) realizó sobre la fragilidad económica de Estados Unidos y los impactos que podría tener sobre la economía mexicana, y después, cuando a partir del 22 de agosto del año pasado, él mismo comenzó a mencionar la gravedad de los efectos que tendría en México la recesión en aquel país.
“Los del gobierno usurpador desatendieron nuestras advertencias al grado que apenas hace unos días, tanto Calderón como (Agustín) Carstens (secretario de Hacienda y Crédito Público) llegaron a decir que si en Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe”. En “forma totalmente irresponsable” desecharon aplicar medidas para hacerle frente a las adversidades externas, como aprovechar la oportunidad de precios altos del petróleo.
López Obrador anunció que propondrá a los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) hacer las gestiones necesarias en el Congreso de la Unión para lograr la reducción del costo del gobierno y permitir que el destinatario del presupuesto sea el pueblo y “no los potentados y la alta burocracia” quienes, afirmó, disponen de 400 mil millones de pesos para obtener altos salarios, prestaciones y otros beneficios.
Planteó como medidas: reducir a la mitad los sueldos desde el presidente “espurio” hasta los directores generales adjuntos del Poder Ejecutivo federal; de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia y del Poder Judicial de la Federación; de los consejeros electorales y magistrados del Tribunal Electoral, además de las percepciones de diputados federales y senadores. Este ajuste a la partida mil 509 del presupuesto permitiría un ahorro de 12 mil millones de pesos.
Además, propuso que se suprima la partida mil 407 del Seguro de Separación Individualizada, consistente en un fondo de ahorro especial para la alta burocracia, que se estima para 2009 en 6 mil millones de pesos. También, la partida mil 406 de gastos médicos mayores para la atención de altos funcionarios en hospitales privados, equivalente a 5 mil 50 millones de pesos.
También que se cancelen las pensiones a ex presidentes de la República, por 310 millones de pesos al año; la entrega de bonos discrecionales de fin de año para la alta burocracia, incluidos en la partida mil 500, cuya erogación es de 11 mil 207 millones, y que las partidas de “otros gastos corrientes” se mantengan en el mismo nivel de 2007, más la inflación.
Así, manifestó, habría un ahorro de 232 mil millones de pesos. Pero para ello, insistió, “deben eliminarse la compra de vehículos y viáticos para altos funcionarios, los gastos de representación, la remodelación de oficinas y la renta de oficinas alternas de servidores públicos superiores, boletos de primera clase y gastos de vestuario”.
Propuso asimismo una “reducción drástica” de las partidas de publicidad, servicios telefónicos, celulares, fotocopiado y papelería, alimentación de funcionarios, servicios de asesoría, donativos, combustibles, arrendamiento de inmuebles y fideicomisos, entre otras.
El ex jefe de Gobierno capitalino resaltó que la mayor parte de sus propuestas, incluidas las anunciadas desde septiembre pasado –cancelar los aumentos a los precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad; aumento al presupuesto destinado al campo y a la educación para jóvenes; la edificación de tres refinerías; un programa de construcción de obras públicas; pensión alimentaria para los adultos mayores; entrega del ahorro de ex braceros; cancelación de la Alianza por la Calidad de la Educación, y la renuncia inmediata de los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública, así como del procurador general de la República–, permitirían una nueva orientación del gasto público.
Fue insistente en cuestionar la actuación de los panistas por ser “incapaces de impulsar un programa de reactivación de la economía, crear empleos, fortalecer el campo, construir refinerías”, como tampoco “hicieron nada para lograr la autosuficiencia alimentaria” o aplicar un plan de austeridad para liberar fondos al desarrollo.
Por el contrario, dijo, aumentaron los precios de gasolinas, diesel, gas y electricidad, además de mantener los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes y crear el impuesto empresarial de tasa única, que golpea a pequeñas y mediadas empresas.
López Obrador planteó a los ciudadanos 30 recomendaciones para enfrentar la crisis: hacer un esfuerzo para ajustar el gasto a lo básico; que quien viva en el Distrito Federal y no tenga ingresos se inscriba al seguro del desempleo y al programa de atención médica y medicamentos gratuitos; cuidar el trabajo; ahorrar en los consumos de luz, agua, gas, gasolina y otros; antes de comprar aparatos electrodomésticos verificar sus precios en el teléfono de la Procuraduría Federal del Consumidor; aprovechar los descuentos por pago en efectivo y por adelantado de agua y predial; evitar el cobro de comisiones bancarias por pago de recibo de luz, teléfono, cable y otros servicios, y no pagarlos si los costos son muy altos, hasta exigir una aclaración.
No aceptar cargos indebidos en tarjetas de crédito y cuidar que tampoco los contengan los pagos de abonos en instituciones bancarias por compra de automóviles; no contratar créditos a tasa variable ni para consumo, como tampoco contraer deudas en dólares.
Si no se tienen ingresos, pero se está registrado como contribuyente, presentar la declaración fiscal en ceros para evitar multas abusivas; comprar en mercados y tianguis para el apoyo de marchantes y campesinos; adquirir productos a granel y, en la medida de lo posible, que no sean industrializados; evitar el consumo de comida chatarra; preparar agua de fruta de temporada; comprar en los camiones de productos agrícolas, y las medicinas en boticas pequeñas o farmacias nacionales, además de apoyar a las tiendas de colonias, barrios y pueblos.
Consumir productos mexicanos, como café; adquirir ropa en tianguis o mercados como los de Mixcalco, Chinconcuac o San Martín Texmelucan, y lo zapatos en León, San Mateo Atenco, Ticul y otros centros productores del país. Que los viajes por recreación o turismo se hagan dentro de territorio nacional y se dé preferencia a negocios de mexicanos; favorecer las fondas y restaurantes nacionales, y comprar autos que favorezcan a las empresas que fabrican en México.
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