Sin AMLO no hay diálogo nacional, y no debe haberlo con Calderón
Federico Arreola
29 de Junio, 2010
29 de Junio, 2010
Ha trascendido que el presidente espurio Felipe Calderón Hinojosa ha buscado al presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador para que este último participe en un "diálogo" nacional.
Entiendo a Calderón: no le basta reunirse con la izquierda dócil, es decir, la dirigida por Manuel Camacho, Jesús Ortega, Marcelo Ebrard, etcétera.
Es tan profunda la crisis nacional, sobre todo después del asesinato de Rodolfo Torre, candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, que Calderón necesita urgentemente ser arropado por todas las fuerzas políticas.
A Felipe Calderón ya lo apoyan el PRI de Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto y Fidel Herrera; el PAN, al que pertenece Calderón, y un sector de la izquierda mexicana (pero el menos importante) esto es, el de Camacho, Ebrard, los chuchos, etcétera.
La verdadera y única oposición a Calderón la representa el movimiento de resistencia de Andrés Manuel López Obrador, el presidente legítimo de México.
No es cualquier oposición la de AMLO. Este representa a millones de mexicanos políticamente organizados más allá de los partidos de izquierda.
Desde luego, AMLO representa a más mexicanos de izquierda que el PRD, Convergencia y el PT y que los líderes de estos partidos Camacho, Ebrard, Ortega y los demás.
Por eso, en la actual crisis a Felipe Calderón le urge que AMLO participe en los diálogos que el gobierno federal necesita encabezar para buscar salidas.
Pero millones de mexicanos agraviados por el fraude electoral no deseamos que AMLO se junte con Calderón, a no ser que el presidente espurio acepte las siguientes condiciones:
1. Que pida perdón por el fraude electoral de 2006.
2. Que el diálogo se celebre en las oficinas del gobierno legítimo de México, ubicadas en la colonia Roma del Distrito Federal.
3. Que no sea un diálogo en lo oscurito, sino, como propuso alguien, totalmente abierto al público, transmitido por televisión e internet y en el que se permita, mediante sistemas como twitter, la participación de los ciudadanos.
Sin eso Andrés Manuel no debe rebajarse a dirigirle la palabra a Calderón.
Por lo demás, el gran problema actual lo provocaron Calderón y sus patrocinadores y aliados que, luego de robarse las elecciones de 2006, intentaron legitimarse llevando al país a una guerra hoy más perdida que nunca.
Si Calderón puede, que arregle él el problema. Si no, que encuentre la manera de irse sin provocar mayor inestabilidad.
Entiendo a Calderón: no le basta reunirse con la izquierda dócil, es decir, la dirigida por Manuel Camacho, Jesús Ortega, Marcelo Ebrard, etcétera.
Es tan profunda la crisis nacional, sobre todo después del asesinato de Rodolfo Torre, candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, que Calderón necesita urgentemente ser arropado por todas las fuerzas políticas.
A Felipe Calderón ya lo apoyan el PRI de Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto y Fidel Herrera; el PAN, al que pertenece Calderón, y un sector de la izquierda mexicana (pero el menos importante) esto es, el de Camacho, Ebrard, los chuchos, etcétera.
La verdadera y única oposición a Calderón la representa el movimiento de resistencia de Andrés Manuel López Obrador, el presidente legítimo de México.
No es cualquier oposición la de AMLO. Este representa a millones de mexicanos políticamente organizados más allá de los partidos de izquierda.
Desde luego, AMLO representa a más mexicanos de izquierda que el PRD, Convergencia y el PT y que los líderes de estos partidos Camacho, Ebrard, Ortega y los demás.
Por eso, en la actual crisis a Felipe Calderón le urge que AMLO participe en los diálogos que el gobierno federal necesita encabezar para buscar salidas.
Pero millones de mexicanos agraviados por el fraude electoral no deseamos que AMLO se junte con Calderón, a no ser que el presidente espurio acepte las siguientes condiciones:
1. Que pida perdón por el fraude electoral de 2006.
2. Que el diálogo se celebre en las oficinas del gobierno legítimo de México, ubicadas en la colonia Roma del Distrito Federal.
3. Que no sea un diálogo en lo oscurito, sino, como propuso alguien, totalmente abierto al público, transmitido por televisión e internet y en el que se permita, mediante sistemas como twitter, la participación de los ciudadanos.
Sin eso Andrés Manuel no debe rebajarse a dirigirle la palabra a Calderón.
Por lo demás, el gran problema actual lo provocaron Calderón y sus patrocinadores y aliados que, luego de robarse las elecciones de 2006, intentaron legitimarse llevando al país a una guerra hoy más perdida que nunca.
Si Calderón puede, que arregle él el problema. Si no, que encuentre la manera de irse sin provocar mayor inestabilidad.
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