Y cuánto les preocupa el avance de AMLO
Por Federico Arreola
Hoy 08:59
Pablo Hiriart, pese a todo, me cae bien. No es mi amigo, pero si lo veo por ahí conversamos más o menos agradablemente. En el periódico que dirigió varios años, La Crónica, varias veces se habló muy mal de mí, incluso con mentiras, sobre todo a partir de que me integré, en 2006, al equipo de campaña de Andrés Manuel López Obrador. A pesar de eso, insisto, no me llevo mal con el señor Hiriart, quien no oculta su salinismo. En la actualidad publica diariamente una columna en el periódico Excélsior. La leo siempre. Sus artículos, junto con los de Jorge Fernández Menéndez y Francisco Garfias, son lo más interesante del rotativo dirigido por Olegario Vázquez Aldir. Pues bien, este miércoles Hiriart tituló su columna con las siguientes palabras: "Gobierno y empresarios abren paso a AMLO". Y bueno... a pesar de que es indudablemente un hombre inteligente, a Hiriart le preocupa el avance de Andrés Manuel. Veamos sus razones.
Dice Pablo Hiriart que "El avance de López Obrador no es tan rápido ni tan grande como él cree. Pero ahí va". Y añade: "Su estrategia parece infalible: estar a la caza del resbalón del gobierno, de la frustración que va a generar la crisis y del descontento de buena parte de la población. Él está ahí. A la expectativa. Habla mal del gobierno en todo momento y en todo lugar, a la espera de que algún día su discurso coincida con el sentimiento de la mayoría".
Desde luego, eso es cierto. Y también, por supuesto, eso es válido, democrático, estratégicamente correcto y del todo legal. Conviene subrayar que, le guste o no al señor Hiriart, nade de lo que AMLO hace viola la ley.
Según Hiriart, López Obrador "tiene buena prensa". No estoy de acuerdo. ¿Es buena prensa para AMLO la que se practica en Excélsior, donde prácticamente a diario se descalifica al Peje? ¿La de Reforma, donde se desprecia al presidente legítimo de México? ¿La de Televisa y TV Azteca, donde se le ignora? ¿La de Milenio, donde se calumnia con mucha frecuencia a Andrés Manuel? ¿La de tantas estaciones de radio que lo tienen vetado? En realidad, excepto La Jornada y algunos medios alternativos como el SDP, AMLO tiene muy mala prensa. Si a pesar de esto López Obrador avanza, hay que atribuirlo a que han perdido credibilidad los medios tradicionales.
Hay culpables, sostiene Pablo Hiriart, del avance de AMLO: "Ni el gobierno ni los empresarios ni los partidos han estado a la altura de las circunstancias, y en ellos recaerá la responsabilidad si López Obrador toma, tarde o temprano, las riendas del país. Ellos serán los culpables, por omisos. Los empresarios han abandonado el debate de ideas con el populismo. Ellos y el gobierno han sido omisos ante el desestabilizador y hacia la desestabilización misma".
Claro está, Hiriart no sólo exagera sino hasta calumnia al calificar a Andrés Manuel de desestabilizador. Si no lo odiara con toda su alma, esto es, si aprendiera a moderarse, sus críticas al presidente legítimo serían más eficaces. Pero a Hiriart lo pierde cierto fanatismo anti lopezobradorista que bien haría en eliminar de sus análisis. ¿Desestabilizador López Obrador? Por favor. Lo único que hace el Peje es ejercer sus derechos políticos.
Lo afirma el propio Hiriart: "López Obrador ha tenido la virtud de viajar por todos los municipios del país, donde ha tomado contacto con las personas de escasos recursos y les ha prometido luchar con ellos por un futuro mejor". ¿Es desestabilización dialogar con la gente pobre?
Que el gobierno federal no lo haga, como da a entender el propio Hiriart, no es problema de AMLO. Pregunta el columnista de Excélsior: "¿Y dónde está el gobierno, con todo el presupuesto federal, para acudir en apoyo de los ciudadanos más desprotegidos?".
Para Hiriart no basta con el apoyo material que el gobierno da a los pobres, y tiene razón. No es suficiente, afirma el periodista tan identificado con Carlos Salinas, que el gobierno entregue un cheque de 700 pesos a las personas de menores ingresos: "Eso ayuda, cómo no. Y si a alguien le faltaban 700 pesos para salir del decil de pobreza extrema, entonces el gobierno los habrá sacado de la pobreza extrema con ese cheque. Las estadísticas dirán que ha disminuido el número de personas en esa condición y el Banco Mundial premiará a México por su eficacia en el combate a la miseria. Nada de eso está mal".
Por supuesto que no está mal que el gobierno entregue 700 pesos a los pobres. Pero, desesperado, Hiriart sostiene que al gobierno lo que le falta "es el contacto con las personas. No hay emoción social en los servidores públicos. Imposible que por el acto impersonal de entregar dinero a través del banco se infunda esperanza y ánimo a la población".
Es obvio que Hiriart, con ese diagnóstico, lo que está afirmando es que, sin entregar 700 pesos por persona, AMLO simplemente con diálogo ha sabido infundir esperanza y ánimo a la población mexicana más necesitada.
Pero eso no es desestabilización, sino política de la buena.
Por la incapacidad de diálogo del gobierno, dice Hiriart, los pobres, sobre todo los más jóvenes, "son presa fácil de alternativas violentas, ilegales. O de los demagogos, como AMLO".
¿AMLO demagogo? Claro que no. Andrés Manuel simplemente es un político capaz de acercarse a la gente, de escucharla, de entenderla. Si el gobierno federal no lo hace, no es culpa del Peje.
Y el gobierno no se acerca a la gente, como correctamente afirma Pablo Hiriart, porque "para eso hay que ensuciarse los zapatos y tener un discurso coherente con un proyecto de país". Y el gobierno de Felipe Calderón no lo tiene.
Por eso AMLO avanza y el gobierno (PRI y PAN incluidos) retrocede. A pesar de lo que ocurra en las elecciones de 2009, en las que López Obrador no será candidato a ningún cargo, es evidente que al Peje le está funcionando su estrategia diseñada para llegar al poder en 2012. Para Hiriart, que piensa lo mismo que yo, cuando tal cosa ocurra Andrés Manuel llevará a México "a una aventura populista de la que el país no saldría en muchas décadas...". Por lo que a mí respecta, estoy convencido de que a AMLO lo único que le interesa es la democracia para, a partir de gozar al fin de un régimen de libertades políticas, empezar a diseñar proyectos para salir de las crisis de inseguridad y económica. Es todo.
Por Federico Arreola
Hoy 08:59
Pablo Hiriart, pese a todo, me cae bien. No es mi amigo, pero si lo veo por ahí conversamos más o menos agradablemente. En el periódico que dirigió varios años, La Crónica, varias veces se habló muy mal de mí, incluso con mentiras, sobre todo a partir de que me integré, en 2006, al equipo de campaña de Andrés Manuel López Obrador. A pesar de eso, insisto, no me llevo mal con el señor Hiriart, quien no oculta su salinismo. En la actualidad publica diariamente una columna en el periódico Excélsior. La leo siempre. Sus artículos, junto con los de Jorge Fernández Menéndez y Francisco Garfias, son lo más interesante del rotativo dirigido por Olegario Vázquez Aldir. Pues bien, este miércoles Hiriart tituló su columna con las siguientes palabras: "Gobierno y empresarios abren paso a AMLO". Y bueno... a pesar de que es indudablemente un hombre inteligente, a Hiriart le preocupa el avance de Andrés Manuel. Veamos sus razones.
Dice Pablo Hiriart que "El avance de López Obrador no es tan rápido ni tan grande como él cree. Pero ahí va". Y añade: "Su estrategia parece infalible: estar a la caza del resbalón del gobierno, de la frustración que va a generar la crisis y del descontento de buena parte de la población. Él está ahí. A la expectativa. Habla mal del gobierno en todo momento y en todo lugar, a la espera de que algún día su discurso coincida con el sentimiento de la mayoría".
Desde luego, eso es cierto. Y también, por supuesto, eso es válido, democrático, estratégicamente correcto y del todo legal. Conviene subrayar que, le guste o no al señor Hiriart, nade de lo que AMLO hace viola la ley.
Según Hiriart, López Obrador "tiene buena prensa". No estoy de acuerdo. ¿Es buena prensa para AMLO la que se practica en Excélsior, donde prácticamente a diario se descalifica al Peje? ¿La de Reforma, donde se desprecia al presidente legítimo de México? ¿La de Televisa y TV Azteca, donde se le ignora? ¿La de Milenio, donde se calumnia con mucha frecuencia a Andrés Manuel? ¿La de tantas estaciones de radio que lo tienen vetado? En realidad, excepto La Jornada y algunos medios alternativos como el SDP, AMLO tiene muy mala prensa. Si a pesar de esto López Obrador avanza, hay que atribuirlo a que han perdido credibilidad los medios tradicionales.
Hay culpables, sostiene Pablo Hiriart, del avance de AMLO: "Ni el gobierno ni los empresarios ni los partidos han estado a la altura de las circunstancias, y en ellos recaerá la responsabilidad si López Obrador toma, tarde o temprano, las riendas del país. Ellos serán los culpables, por omisos. Los empresarios han abandonado el debate de ideas con el populismo. Ellos y el gobierno han sido omisos ante el desestabilizador y hacia la desestabilización misma".
Claro está, Hiriart no sólo exagera sino hasta calumnia al calificar a Andrés Manuel de desestabilizador. Si no lo odiara con toda su alma, esto es, si aprendiera a moderarse, sus críticas al presidente legítimo serían más eficaces. Pero a Hiriart lo pierde cierto fanatismo anti lopezobradorista que bien haría en eliminar de sus análisis. ¿Desestabilizador López Obrador? Por favor. Lo único que hace el Peje es ejercer sus derechos políticos.
Lo afirma el propio Hiriart: "López Obrador ha tenido la virtud de viajar por todos los municipios del país, donde ha tomado contacto con las personas de escasos recursos y les ha prometido luchar con ellos por un futuro mejor". ¿Es desestabilización dialogar con la gente pobre?
Que el gobierno federal no lo haga, como da a entender el propio Hiriart, no es problema de AMLO. Pregunta el columnista de Excélsior: "¿Y dónde está el gobierno, con todo el presupuesto federal, para acudir en apoyo de los ciudadanos más desprotegidos?".
Para Hiriart no basta con el apoyo material que el gobierno da a los pobres, y tiene razón. No es suficiente, afirma el periodista tan identificado con Carlos Salinas, que el gobierno entregue un cheque de 700 pesos a las personas de menores ingresos: "Eso ayuda, cómo no. Y si a alguien le faltaban 700 pesos para salir del decil de pobreza extrema, entonces el gobierno los habrá sacado de la pobreza extrema con ese cheque. Las estadísticas dirán que ha disminuido el número de personas en esa condición y el Banco Mundial premiará a México por su eficacia en el combate a la miseria. Nada de eso está mal".
Por supuesto que no está mal que el gobierno entregue 700 pesos a los pobres. Pero, desesperado, Hiriart sostiene que al gobierno lo que le falta "es el contacto con las personas. No hay emoción social en los servidores públicos. Imposible que por el acto impersonal de entregar dinero a través del banco se infunda esperanza y ánimo a la población".
Es obvio que Hiriart, con ese diagnóstico, lo que está afirmando es que, sin entregar 700 pesos por persona, AMLO simplemente con diálogo ha sabido infundir esperanza y ánimo a la población mexicana más necesitada.
Pero eso no es desestabilización, sino política de la buena.
Por la incapacidad de diálogo del gobierno, dice Hiriart, los pobres, sobre todo los más jóvenes, "son presa fácil de alternativas violentas, ilegales. O de los demagogos, como AMLO".
¿AMLO demagogo? Claro que no. Andrés Manuel simplemente es un político capaz de acercarse a la gente, de escucharla, de entenderla. Si el gobierno federal no lo hace, no es culpa del Peje.
Y el gobierno no se acerca a la gente, como correctamente afirma Pablo Hiriart, porque "para eso hay que ensuciarse los zapatos y tener un discurso coherente con un proyecto de país". Y el gobierno de Felipe Calderón no lo tiene.
Por eso AMLO avanza y el gobierno (PRI y PAN incluidos) retrocede. A pesar de lo que ocurra en las elecciones de 2009, en las que López Obrador no será candidato a ningún cargo, es evidente que al Peje le está funcionando su estrategia diseñada para llegar al poder en 2012. Para Hiriart, que piensa lo mismo que yo, cuando tal cosa ocurra Andrés Manuel llevará a México "a una aventura populista de la que el país no saldría en muchas décadas...". Por lo que a mí respecta, estoy convencido de que a AMLO lo único que le interesa es la democracia para, a partir de gozar al fin de un régimen de libertades políticas, empezar a diseñar proyectos para salir de las crisis de inseguridad y económica. Es todo.
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