Las lacras de Dios
• Haz patria; mata a un pederasta
• Procampo, Sinaloa y Vive México
La esperanza y el miedo, mi estimado, son inseparables. Extraordinario el diagnóstico para descubrir el hilo negro del gravísimo problema y de las nefastas secuelas de la temeraria guerrita de Felipe Calderón contra el organizado crimen que, además de contabilizar 17,000 muertes como Guiness para este (des)gobierno, ya desató las lenguas eclesiásticas que aúllan para que la ilustre clase política y los actores sociales unan esfuerzos contra el crimen.
Estupendo.
La CEM, que agrupa a los hombres de las faldas largas, vocifera (un poco tarde) que hay que unirse contra el crimen… a lo que se les debería puntualizar a estas lacras que ojalá como roncaran, durmieran. Por supuesto que es necesaria la unión de fuerzas para evitar el crimen como los que cometen los degenerados sacerdotes católicos que violan a niños y que gracias a un par de simpáticas relaciones con personajes de la cúpula en el poder logran eludir las acciones de la justicia.
El aberrante caso del enfermo mental —a quien habría que honrar con aquello de haz patria, mata a un pederasta— Rafael Muñiz López, párroco de San Pedro Apóstol en la tierra de Fidel Herrera, ha desencadenado un escándalo de las divertidas razones por las cuales los abogados defensores de estos violadores de niños logran complicar la ruta de la ley para encerrarlos. Aunque en el fondo, my friend, las cosas no son tan complicadas y el lobo siberiano sí es como lo pintan.
Sobre todo porque a raíz de la acción penal ejercitada en su contra el año pasado, el juez Paul Martin, quien presume muy atractivas relaciones en el interior del TSJDF, donde hace algunas lunas ocurren entretenidas cositas, logró un amparo para el degenerado sacerdote que distribuía fotografías de pornografía infantil con bebés de meses de nacidos hasta los 17 años desde su computadora, porque lo hacía con un círculo cerrado de personas.
Chingón.
Para el disfuncional juez la red cibernética, o sea el Internet… es para un círculo cerrado de personas y no se acreditó que fuera un distribuidor y delito contra la moral pública que desde ahí se distribuyeran fotografías de abusadores de niños como parte de una red de pornografía que abarcaba varios países. Y con esto se está tratando de cerrar el viciado círculo legal para que este disoluto cura pueda regresar a Veracruz y seguir con sus imperdonables prácticas, arropado por la tan preocupada y ocupada iglesia católica (con minúsculas).
El detallín de este caso trastoca poderosos intereses jarochos y capitalinos cuyos hilos han generado que el mismo Norberto Rivera esté al tanto del decadente hobby del sacerdote Muñiz López, que se suma a la lista de protegidos de estas lacras de Dios que deben estar de fiesta con la noticia de que el otro engendro, Jean Succar Kuri, está cerca de dejar el penal de máxima seguridad para regresar a su oficina, perdón, a la cárcel municipal de Cancún, desde donde podrá sin problema alguno retomar sus peligrosas prácticas.
Estos dos emblemáticos casos de sujetos depravados que abusan, violan y transforman la vida de inocentes niños muestran la verdadera cara de la justicia en este país. La que existe para los podero$os que logran la justicia con gracia para sus clientes en un México en ruta vertiginosa de descomposición.
En un México que contabiliza 17,000 muertos, ciudades sin ley, corrupción y botones surrealistas como que la Secretaría de Agricultura subsidie sus programas para el campo (Procampo) con dedicatoria para la familia del titular Francisco Javier Mayorga, para Carlos Beltrán Leyva y la del célebre Chapo del sexenio: Joaquín Guzmán Loera.
Hoy esta noticia que debería ser un absoluto escándalo (en un país que no fuera bananero) es parte de la imagen del Vive México. Esa misma que en Sinaloa regala al alcalde de Culiacán en una traviesa fotografía en una misa con una bola de revoltosos narcotraficantes y con la leyenda urbana de su simpática relación con Ismael El Mayo Zambada, personaje con el cual Jesús Vizcarra no tiene interés en deslindarse de manera contundente, pública y notoria… no se nos vaya a enojar, yes?
En un México donde para Vivir Mejor, mejor hay que emigrar. Donde sin brújula da tumbos el barco de gran calado y su emocionado capitán que ya recibe lo duro, lo tupido de aliados, tirios y troyanos, my friend, ante su descomunal fracaso en todos los frentes que amenaza con ser el tiradero político, social y de seguridad... pero del siglo.
gomezalce@aol.com
• Procampo, Sinaloa y Vive México
La esperanza y el miedo, mi estimado, son inseparables. Extraordinario el diagnóstico para descubrir el hilo negro del gravísimo problema y de las nefastas secuelas de la temeraria guerrita de Felipe Calderón contra el organizado crimen que, además de contabilizar 17,000 muertes como Guiness para este (des)gobierno, ya desató las lenguas eclesiásticas que aúllan para que la ilustre clase política y los actores sociales unan esfuerzos contra el crimen.
Estupendo.
La CEM, que agrupa a los hombres de las faldas largas, vocifera (un poco tarde) que hay que unirse contra el crimen… a lo que se les debería puntualizar a estas lacras que ojalá como roncaran, durmieran. Por supuesto que es necesaria la unión de fuerzas para evitar el crimen como los que cometen los degenerados sacerdotes católicos que violan a niños y que gracias a un par de simpáticas relaciones con personajes de la cúpula en el poder logran eludir las acciones de la justicia.
El aberrante caso del enfermo mental —a quien habría que honrar con aquello de haz patria, mata a un pederasta— Rafael Muñiz López, párroco de San Pedro Apóstol en la tierra de Fidel Herrera, ha desencadenado un escándalo de las divertidas razones por las cuales los abogados defensores de estos violadores de niños logran complicar la ruta de la ley para encerrarlos. Aunque en el fondo, my friend, las cosas no son tan complicadas y el lobo siberiano sí es como lo pintan.
Sobre todo porque a raíz de la acción penal ejercitada en su contra el año pasado, el juez Paul Martin, quien presume muy atractivas relaciones en el interior del TSJDF, donde hace algunas lunas ocurren entretenidas cositas, logró un amparo para el degenerado sacerdote que distribuía fotografías de pornografía infantil con bebés de meses de nacidos hasta los 17 años desde su computadora, porque lo hacía con un círculo cerrado de personas.
Chingón.
Para el disfuncional juez la red cibernética, o sea el Internet… es para un círculo cerrado de personas y no se acreditó que fuera un distribuidor y delito contra la moral pública que desde ahí se distribuyeran fotografías de abusadores de niños como parte de una red de pornografía que abarcaba varios países. Y con esto se está tratando de cerrar el viciado círculo legal para que este disoluto cura pueda regresar a Veracruz y seguir con sus imperdonables prácticas, arropado por la tan preocupada y ocupada iglesia católica (con minúsculas).
El detallín de este caso trastoca poderosos intereses jarochos y capitalinos cuyos hilos han generado que el mismo Norberto Rivera esté al tanto del decadente hobby del sacerdote Muñiz López, que se suma a la lista de protegidos de estas lacras de Dios que deben estar de fiesta con la noticia de que el otro engendro, Jean Succar Kuri, está cerca de dejar el penal de máxima seguridad para regresar a su oficina, perdón, a la cárcel municipal de Cancún, desde donde podrá sin problema alguno retomar sus peligrosas prácticas.
Estos dos emblemáticos casos de sujetos depravados que abusan, violan y transforman la vida de inocentes niños muestran la verdadera cara de la justicia en este país. La que existe para los podero$os que logran la justicia con gracia para sus clientes en un México en ruta vertiginosa de descomposición.
En un México que contabiliza 17,000 muertos, ciudades sin ley, corrupción y botones surrealistas como que la Secretaría de Agricultura subsidie sus programas para el campo (Procampo) con dedicatoria para la familia del titular Francisco Javier Mayorga, para Carlos Beltrán Leyva y la del célebre Chapo del sexenio: Joaquín Guzmán Loera.
Hoy esta noticia que debería ser un absoluto escándalo (en un país que no fuera bananero) es parte de la imagen del Vive México. Esa misma que en Sinaloa regala al alcalde de Culiacán en una traviesa fotografía en una misa con una bola de revoltosos narcotraficantes y con la leyenda urbana de su simpática relación con Ismael El Mayo Zambada, personaje con el cual Jesús Vizcarra no tiene interés en deslindarse de manera contundente, pública y notoria… no se nos vaya a enojar, yes?
En un México donde para Vivir Mejor, mejor hay que emigrar. Donde sin brújula da tumbos el barco de gran calado y su emocionado capitán que ya recibe lo duro, lo tupido de aliados, tirios y troyanos, my friend, ante su descomunal fracaso en todos los frentes que amenaza con ser el tiradero político, social y de seguridad... pero del siglo.
gomezalce@aol.com
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