3 oct 2009

Excelente texto de Gustavo Gordillo .

Hace unas semanas yo escribí sobre la necesidad del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador , de volver a los orígenes y comentaba que si AMLO y sus asesores deciden hacerlo , la penetración en la población sería muy muy importante , por que hoy en día , la gente realemnte desconoce cuales son los postulados que enarbola la izquierda (entiendase de nueva cuenta el movimiento de AMLO ) , por un lado debido a ese linchamiento mediático en su contra , que hace que la gente califique con el mismo racero a todos los militantes de izquierda y que los vea igual que a otros partidos que solo andan en busca del dinero fácil . Lo curioso es que la gente ve igual de corruptos a todos los partidos , pero cuando de votar se trata solo voltean a ver al PRI y al PAN y muy pocos al PRD , precisamente por culpa de esas campañas en contra de las izquierdas .

Por otro lado las pugnas internas que ha desatado la correinte "nueva izquierda" mejor conocida como los "chuchos" , motivadas principalmente por la intromisión de Calderón , que logró coptar a esta corriente interna del PRD .

Para mi gusto se requiere de tres factores para que el movimiento de AMLO tenga éxito (aún más) :

El primero sería terminar con las pugnas internas , para lo cual los chuchos por necesidad y congruencia deben alejarse de Calderón , de quien a pesar de las lambisconerías que todos los días le prodigan , este (Calderón) todos los días les asesta sendos descontones . Esto lo hacen los chuchos por dos razones : 1.- Por buscar el aplauso fácil de los medios de comunicación para que los califiquen de "izquierdistas modernos , negociadores , no violentos , etc. etc. ) y 2.- obviamente por corrupto$$$$ .

En segundo lugar y una vez logrado lo anterior , ahora sí , volver a lo básico y realizar una gran campaña a nivel nacional que le explique a la gente cuales son los postulados de la izquierda ; una vez que la gente se entere que la izquierda busca la igualdad social , salarios justos , la transparencia en el gasto público y en resumidas cuentas , "por el bien de todos , primero los pobres " el resultado será extraordinario , por la simple y sencilla razón de que nadie puede estar en contra de lo que es correcto y menos aún si se les explica de que manera todas estas políticas repercutirán en su calidad de vida .

Ahora bien , sabiendo que en todos lados existe gente sin escrupulos , sin ideales y que sólo están ahí por el hueso , en esa misma campaña explicarle a la gente que habrá cero tolerancia con esas lacras y así minimizamos los efectos de las sabidas campañas mediáticas que despliegan cada que alguien de izquierda se sale del huacal .


Y por último , como bien sabemos , ellos , el PRI , el PAN y los poderes fácticos , tienen a su disposición los medios de comunicación , por lo que será necesario convocar , pero en serio a todos los brigadistas y simpatizantes del movimiento a apoyar la campaña mediática con otra igual pero de boca en boca donde le explicaremos a todo aquel que muestre interés y/o dudas cual es la situación real del país , más allá de lo que televisa y azteca nos dicen todos los días . ( con los que son panistas o priistas por convicción no vale la pena perder el tiempo , ellos ya escogieron partido político como si fuera un equipo de futbol : le serán fieles hasta la muerte , tanto en las buenas como en las malas sin importarles que los estén undiendo en la peor de las desgracias )






Los retos de las izquierdas: combatir los privilegios



IV y último



Gustavo Gordillo



Hay dos vías: o siguen las izquierdas partidistas mirándose el ombligo y tratando de resolver sus pugnas con medidas orgánicas, distribución de puestos y canonjías, o se impulsan articulaciones entre las izquierdas partidistas y sociales con un amplio segmento de la ciudadanía afectada por las crisis económica, de seguridad pública y de representación política.

No puede soslayarse la importancia de reconstruir al PRD después de los conflictos internos que se han reflejado en una aguda caída electoral. Pero pretender realizarla con medidas orgánicas no llevará más que a reacomodos cosméticos sin resolver los problemas de fondo.

Dos iniciativas de cara a la sociedad generarían mejores condiciones para dirimir de manera civilizada esas disputas y sobre todo para fortalecer a las izquierdas en su conjunto.

Por un lado está la construcción programática. He propuesto como eje articulador lo que he llamado el Estado de la sociedad. Esta propuesta postula la necesidad de intervenciones específicas con un propósito central: disminuir las desigualdades y corregir el funcionamiento de los mercados. El hilo conductor de esas regulaciones debe ser combatir los monopolios y contribuir a generar una mejor y más amplia competencia económica.

Pero el Estado de la sociedad se diferencia del Estado burocrático, que propició la captura de recursos por diversos grupos de interés, porque coloca en el centro de su accionar a la ciudadanía. El Estado de la sociedad promovería amplias formas de participación ciudadana buscando rescatar los espacios públicos que han sido crecientemente privatizados.

Ello lleva a colocar la construcción programática en el terreno de lo que Norberto Bobbio denominó la democracia de los modernos. La lucha contra el abuso del poder desarrollándose en dos frentes: contra el poder desde arriba en nombre del poder desde abajo, y contra el poder concentrado en nombre del poder distribuido.

La lucha contra el abuso del poder desde abajo es la lucha por la transparencia y la fiscalización democrática. Es decir, por la rendición de cuentas. Su consecuencia central es acotar el vicioso círculo de la impunidad de los poderosos. La lucha contra el poder concentrado es la lucha contra los poderes monopólicos, tanto en la economía como en la cultura y en la política. El monopolio de la política ha sido, históricamente, la nodriza que alimenta las concentraciones del poder en los otros ámbitos y de manera relevante en el económico.

Dicho de otra manera, la construcción programática de unas izquierdas que están al mismo tiempo tejiendo su propio futuro, busca centralmente combatir privilegios económicos y políticos.

Por otra parte, la construcción programática tiene que estar inserta en el momento actual por medio de la acción política. Con todas las limitaciones que se le encuentren a la reforma petrolera y a las acciones políticas que la acompañaron, esa combinación entre negociación parlamentaria, elaboración de la propuesta por un grupo de expertos y movilizaciones, es probablemente lo más cercano a establecer ese puente irremplazable entre acción política y construcción discursiva.

Cambiar las reglas del juego, sobre todo si están enraizadas en el privilegio y la inercia, requiere de movilizaciones ciudadanas. Y éstas, sin claros propósitos de reformas institucionales, terminan disipándose en el juego del clientelismo o confrontadas sin salida.

El tiempo apremia. La ausencia de izquierdas enraizadas en la sociedad propicia que los estallidos sociales que empiezan a brotar aquí y allá deriven en fragmentación y retroceso. Aquí está el verdadero reto para las izquierdas.

Enfrente, en las derechas, solo hay gente sonriente a quienes, como señalara Martín Luis Guzmán en La sombra del caudillo, les falta a tal punto el sentido de la ciudadanía, que ni siquiera descubren que es culpa suya.

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