SHCP: organismo tramposo para causantes cautivos
René Drucker Colín
Yo había querido abstenerme de escribir acerca de lo que leerán a continuación, pero finalmente esta secretaría me colmó el plato por la tramposa forma en que maneja los asuntos relacionados con las declaraciones de impuestos.
Todos los años he cumplido puntualmente con mi deber y obligación de llenar y enviar mi declaración de impuestos. Soy causante cautivo y creo que nunca he dejado de cumplir. Desde hace mucho siempre tuve un saldo en mi contra, lo cual también siempre he pagado en los tiempos que corresponden. Resulta que, para mi sorpresa, este año tuve un saldo a mi favor. Dado que cuando tengo saldo en contra nunca me han hecho observación alguna, pensé que, aunque el saldo fuera ahora a mi favor, la secretaría me devolvería lo que me debe sin ningún problema. Pero, ¿qué cree?, no es así. Todo siempre está bien cuando es en contra, pero cuando es a favor, las cosas cambian.
Resulta que cuando envié mi declaración, varias semanas después me indicaron mediante un comunicado impreso del servicio de administración tributaria (SAT) que requerían el original de un documento bancario, que desde luego no solicitaban cuando el saldo era a favor de ellos. O sea, soy calificado de tramposo cuando el saldo es a mi favor. Para esto, no es suficiente con enviar el documento para que se complete el supuesto fallo de presentación de documentos: hay que volver a hacer la solicitud de devolución tal como si fuera la primera vez. Desde luego, esto toma tiempo, pues el SAT pide 20 días hábiles para analizar nuevamente la petición (o sea, un mes completo), que se añaden al tiempo ya transcurrido.
Pues varias semanas después, como parte del proceso, el SAT supuestamente tiene que verificar si la dirección que di es donde realmente habito. No sé para qué hacen eso, si de todas maneras no envían pago alguno al domicilio, sino que lo depositan en cuenta. Pero, además, en mi caso tenían tres documentos originales adonde viene mi dirección.
Pues bien, resulta que un día se presenta un señor a mi casa, pero para mi infortunio el día y la hora en que llegó el verificador no había nadie en casa. Como si lo único que tuviese uno que hacer es esperar al señor. A consecuencia de eso, me notifican que no me pueden devolver lo que me deben, porque no se pudo verificar si yo vivía donde decía que vivía. La notificación volvía a señalar que yo requería volver a hacer la solicitud de devolución, tal como se hizo la primera vez, para que el señor volviera a mi casa a verificar si yo vivía efectivamente ahí. Otros 20 días hábiles (un mes), más el tiempo perdido en nuevamente hacer la solicitud. ¿Qué no podría el señor haber regresado unos días después a hacer la verificación?
Total, ante la nueva solicitud, finalmente se verificó la veracidad de mi sitio habitacional. Al mes de eso recibo otra notificación, porque me faltó calcular los intereses generados por un retenedor, que yo no sabía que tenía, por la cantidad de 3 mil 899 pesos. Dado eso, tengo que volver a hacer mi solicitud e incluir eso (que no se qué es) en la solicitud de devolución.
¿Será que el SAT no podría haberme dicho desde el principio, a raíz de la primera solicitud, todo lo que supuestamente me faltaba por hacer o llenar? Pues no, porque así como lo hacen seguramente esperan que uno se canse y desista de solicitar la devolución.
Yo pienso que por ahora ya le costó más a la SHCP haber hecho todo lo que en mi caso se ha dado que lo que me tienen que devolver. A mí ya me dio coraje y ahora estoy empecinado en que me devuelvan lo que me deben. Hubiera preferido que me dijeran: “señor, no tenemos dinero, ¿por qué no nos regala lo que corresponde a su devolución?” Yo lo hubiera hecho con gusto, con tal de ahorrarme todos estos desaguisados.
La estrategia de la SHCP para no pagar las devoluciones es deshonesta; la otra posibilidad, desde luego, es que sean totalmente ineptos. Sea cual fue la razón, me parece que hay una falta de respeto hacia la población que conformamos los causantes cautivos, porque de seguro que no soy el único caso que atraviesa por estos problemas.
Pero le paso la bolita a la SHCP: si me demuestra que yo soy el único caso como el que describo, le regalo mi devolución y que le haga provecho.
Todos los años he cumplido puntualmente con mi deber y obligación de llenar y enviar mi declaración de impuestos. Soy causante cautivo y creo que nunca he dejado de cumplir. Desde hace mucho siempre tuve un saldo en mi contra, lo cual también siempre he pagado en los tiempos que corresponden. Resulta que, para mi sorpresa, este año tuve un saldo a mi favor. Dado que cuando tengo saldo en contra nunca me han hecho observación alguna, pensé que, aunque el saldo fuera ahora a mi favor, la secretaría me devolvería lo que me debe sin ningún problema. Pero, ¿qué cree?, no es así. Todo siempre está bien cuando es en contra, pero cuando es a favor, las cosas cambian.
Resulta que cuando envié mi declaración, varias semanas después me indicaron mediante un comunicado impreso del servicio de administración tributaria (SAT) que requerían el original de un documento bancario, que desde luego no solicitaban cuando el saldo era a favor de ellos. O sea, soy calificado de tramposo cuando el saldo es a mi favor. Para esto, no es suficiente con enviar el documento para que se complete el supuesto fallo de presentación de documentos: hay que volver a hacer la solicitud de devolución tal como si fuera la primera vez. Desde luego, esto toma tiempo, pues el SAT pide 20 días hábiles para analizar nuevamente la petición (o sea, un mes completo), que se añaden al tiempo ya transcurrido.
Pues varias semanas después, como parte del proceso, el SAT supuestamente tiene que verificar si la dirección que di es donde realmente habito. No sé para qué hacen eso, si de todas maneras no envían pago alguno al domicilio, sino que lo depositan en cuenta. Pero, además, en mi caso tenían tres documentos originales adonde viene mi dirección.
Pues bien, resulta que un día se presenta un señor a mi casa, pero para mi infortunio el día y la hora en que llegó el verificador no había nadie en casa. Como si lo único que tuviese uno que hacer es esperar al señor. A consecuencia de eso, me notifican que no me pueden devolver lo que me deben, porque no se pudo verificar si yo vivía donde decía que vivía. La notificación volvía a señalar que yo requería volver a hacer la solicitud de devolución, tal como se hizo la primera vez, para que el señor volviera a mi casa a verificar si yo vivía efectivamente ahí. Otros 20 días hábiles (un mes), más el tiempo perdido en nuevamente hacer la solicitud. ¿Qué no podría el señor haber regresado unos días después a hacer la verificación?
Total, ante la nueva solicitud, finalmente se verificó la veracidad de mi sitio habitacional. Al mes de eso recibo otra notificación, porque me faltó calcular los intereses generados por un retenedor, que yo no sabía que tenía, por la cantidad de 3 mil 899 pesos. Dado eso, tengo que volver a hacer mi solicitud e incluir eso (que no se qué es) en la solicitud de devolución.
¿Será que el SAT no podría haberme dicho desde el principio, a raíz de la primera solicitud, todo lo que supuestamente me faltaba por hacer o llenar? Pues no, porque así como lo hacen seguramente esperan que uno se canse y desista de solicitar la devolución.
Yo pienso que por ahora ya le costó más a la SHCP haber hecho todo lo que en mi caso se ha dado que lo que me tienen que devolver. A mí ya me dio coraje y ahora estoy empecinado en que me devuelvan lo que me deben. Hubiera preferido que me dijeran: “señor, no tenemos dinero, ¿por qué no nos regala lo que corresponde a su devolución?” Yo lo hubiera hecho con gusto, con tal de ahorrarme todos estos desaguisados.
La estrategia de la SHCP para no pagar las devoluciones es deshonesta; la otra posibilidad, desde luego, es que sean totalmente ineptos. Sea cual fue la razón, me parece que hay una falta de respeto hacia la población que conformamos los causantes cautivos, porque de seguro que no soy el único caso que atraviesa por estos problemas.
Pero le paso la bolita a la SHCP: si me demuestra que yo soy el único caso como el que describo, le regalo mi devolución y que le haga provecho.
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