Porque "#YovoyxAMLO"
Epigmenio Ibarra
Acentos
Ya no hay tiempo. La cuenta regresiva está corriendo y el riesgo de que este nuestro México herido vuelva al pasado autoritario sigue creciendo.
La ineficiencia criminal del gobierno de Felipe Calderón; el miedo que campea en la población han hecho su parte. Golpeado por la guerra el votante parece inclinarse —según las encuestas— por los mismos que, a punta de impunidad y corrupción, generaron las condiciones para que después Calderón desatara su guerra insensata.
La aplanadora priista, a la caza de incautos, ha tapizado el país de propaganda. La memoria de 70 años de agravios del viejo régimen parece borrarse en muchos ciudadanos como resultado del embate publicitario.
Un nuevo agravio contra la democracia se gesta desde el PRI. No se necesita una auditoría de medios y piezas publicitarias para darse cuenta que ese escandaloso despliegue rebasa, con creces, los límites de gastos de campaña establecidos por la ley.
Los desplazamientos en aviones privados, los espectáculos previos a los mítines de Peña Nieto, la producción de spots de tv a lo largo y ancho del país, dan testimonio adicional de ese exceso del que somos testigos todos los mexicanos y que las autoridades electorales se niegan a ver y sobre todo a sancionar.
La debacle anunciada de Josefina puede producir una migración masiva de voto panista hacia Peña Nieto y puede ocasionar que Felipe Calderón y los poderes fácticos decidan un cambio de estrategia y busquen una alianza con el PRI para hacerse de un manto de impunidad y cancelar las posibilidades de crecimiento de López Obrador.
Se desatará, desde la cúpula del poder político, religioso y económico, una ofensiva similar a la que vivimos en 2006. Finiquitada la contienda escenográfica entre el PAN y el PRI comenzara el despliegue de todo un arsenal de recursos de guerra sucia contra el que se posiciona, otra vez, como “un peligro”, no para México, sino para la derecha.
Es el momento de pronunciarse. A ese enorme poder solo nos queda enfrentar el poder de una voluntad ciudadana que no teme asumir un compromiso franco y abierto por un hombre y un proyecto que, estoy convencido, pueden traer la paz con justicia a este país.
No hay tarea más urgente, más digna, más amorosa que trabajar para que los jóvenes en México dejen de ser carne de cañón. No hay tarea mas importante que acabar con la guerra sin pactar con el crimen organizado; sin rendirse ante él o, peor todavía, y como sucedió por décadas, mimetizarse con él.
Josefina Vázquez Mota representa la continuidad —así lo ha declarado— de la guerra de Felipe Calderón. Por eso sus posibilidades de victoria se diluyen aceleradamente. Eventos dramáticos tendrían que ocurrir, sucesos violentos de extraordinaria gravedad, para que la gente apostara por su promesa de mano dura.
Enrique Peña Nieto propone solo cambios cosméticos en la estrategia de guerra, la permanencia del Ejército en la calle y el uso del garrote. Subliminalmente se beneficia de la convicción popular de que el PRI sabe como pactar con criminales y de que eso “pacificara” al país.
El voto nulo, por otro lado, es una acción suicida. Quienes con ese gesto quieren castigar a la clase política solo terminaran beneficiando con su acción a lo peor de la misma. En 2000 el voto útil ayudó a llevar a un farsante a la presidencia. Hoy el voto nulo puede conducirnos de regreso al pasado autoritario.
Solo López Obrador habla de combatir al delito combatiendo sus causas. Solo el se atreve a postular la educación, el empleo, el bienestar y la cultura como forma eficiente de reducir la violencia. Solo el se arriesga a no ofrecer la formula tan fácil como peligrosa de mano dura.
No hay paz posible sin justicia y no hay democracia sin libertad. El proyecto autoritario de Peña Nieto o Vázquez Mota no puede asegurar la justicia porque solo respira en la impunidad, no sabe vivir sin burlar las reglas del juego democrático y necesita, para operar, limitar las libertades publicas.
He sido un crítico de la izquierda electoral. Lo sigo siendo. Profesionales de la derrota los he llamado. No es por el aparato burocrático, ése que ha hecho suyos usos y costumbres del antiguo régimen, por el que voto, sino por un hombre y un proyecto.
Voto también por esas mujeres y hombres que lo acompañan y que aún conservan —y son legión afortunadamente— ese impulso ético primordial, esa pasión por la transformación profunda de México.
Mujeres y hombres herederos y continuadores de la lucha, de ésos que muchas veces pagando con sus vidas, conquistaron las libertades de las que hoy gozamos y que deben ser defendidas y ampliadas.
No se trata, por otro lado, de extender a López Obrador un cheque en blanco. Ha sido mi tarea y lo seguirá siendo hacer, en los medios, contrapeso al poder.
Ya es hora de que nuestro voto dure más de un día; ya es hora de que valga seis años y sienta su peso el gobierno que a nosotros se debe y solo a nosotros ha de responder.
También por eso, porque ha tenido el valor de proponer la revocación de mandato es que, como lo he escrito en redes sociales, #YovoyxAMLO. Ahora me toca, como un ciudadano más, promover y defender el voto. A eso me pongo.
http://enlaceberodeulises.blogspot.com
www.twittwer.com/epigmenioibarra
Epigmenio Ibarra
Acentos
Ya no hay tiempo. La cuenta regresiva está corriendo y el riesgo de que este nuestro México herido vuelva al pasado autoritario sigue creciendo.
La ineficiencia criminal del gobierno de Felipe Calderón; el miedo que campea en la población han hecho su parte. Golpeado por la guerra el votante parece inclinarse —según las encuestas— por los mismos que, a punta de impunidad y corrupción, generaron las condiciones para que después Calderón desatara su guerra insensata.
La aplanadora priista, a la caza de incautos, ha tapizado el país de propaganda. La memoria de 70 años de agravios del viejo régimen parece borrarse en muchos ciudadanos como resultado del embate publicitario.
Un nuevo agravio contra la democracia se gesta desde el PRI. No se necesita una auditoría de medios y piezas publicitarias para darse cuenta que ese escandaloso despliegue rebasa, con creces, los límites de gastos de campaña establecidos por la ley.
Los desplazamientos en aviones privados, los espectáculos previos a los mítines de Peña Nieto, la producción de spots de tv a lo largo y ancho del país, dan testimonio adicional de ese exceso del que somos testigos todos los mexicanos y que las autoridades electorales se niegan a ver y sobre todo a sancionar.
La debacle anunciada de Josefina puede producir una migración masiva de voto panista hacia Peña Nieto y puede ocasionar que Felipe Calderón y los poderes fácticos decidan un cambio de estrategia y busquen una alianza con el PRI para hacerse de un manto de impunidad y cancelar las posibilidades de crecimiento de López Obrador.
Se desatará, desde la cúpula del poder político, religioso y económico, una ofensiva similar a la que vivimos en 2006. Finiquitada la contienda escenográfica entre el PAN y el PRI comenzara el despliegue de todo un arsenal de recursos de guerra sucia contra el que se posiciona, otra vez, como “un peligro”, no para México, sino para la derecha.
Es el momento de pronunciarse. A ese enorme poder solo nos queda enfrentar el poder de una voluntad ciudadana que no teme asumir un compromiso franco y abierto por un hombre y un proyecto que, estoy convencido, pueden traer la paz con justicia a este país.
No hay tarea más urgente, más digna, más amorosa que trabajar para que los jóvenes en México dejen de ser carne de cañón. No hay tarea mas importante que acabar con la guerra sin pactar con el crimen organizado; sin rendirse ante él o, peor todavía, y como sucedió por décadas, mimetizarse con él.
Josefina Vázquez Mota representa la continuidad —así lo ha declarado— de la guerra de Felipe Calderón. Por eso sus posibilidades de victoria se diluyen aceleradamente. Eventos dramáticos tendrían que ocurrir, sucesos violentos de extraordinaria gravedad, para que la gente apostara por su promesa de mano dura.
Enrique Peña Nieto propone solo cambios cosméticos en la estrategia de guerra, la permanencia del Ejército en la calle y el uso del garrote. Subliminalmente se beneficia de la convicción popular de que el PRI sabe como pactar con criminales y de que eso “pacificara” al país.
El voto nulo, por otro lado, es una acción suicida. Quienes con ese gesto quieren castigar a la clase política solo terminaran beneficiando con su acción a lo peor de la misma. En 2000 el voto útil ayudó a llevar a un farsante a la presidencia. Hoy el voto nulo puede conducirnos de regreso al pasado autoritario.
Solo López Obrador habla de combatir al delito combatiendo sus causas. Solo el se atreve a postular la educación, el empleo, el bienestar y la cultura como forma eficiente de reducir la violencia. Solo el se arriesga a no ofrecer la formula tan fácil como peligrosa de mano dura.
No hay paz posible sin justicia y no hay democracia sin libertad. El proyecto autoritario de Peña Nieto o Vázquez Mota no puede asegurar la justicia porque solo respira en la impunidad, no sabe vivir sin burlar las reglas del juego democrático y necesita, para operar, limitar las libertades publicas.
He sido un crítico de la izquierda electoral. Lo sigo siendo. Profesionales de la derrota los he llamado. No es por el aparato burocrático, ése que ha hecho suyos usos y costumbres del antiguo régimen, por el que voto, sino por un hombre y un proyecto.
Voto también por esas mujeres y hombres que lo acompañan y que aún conservan —y son legión afortunadamente— ese impulso ético primordial, esa pasión por la transformación profunda de México.
Mujeres y hombres herederos y continuadores de la lucha, de ésos que muchas veces pagando con sus vidas, conquistaron las libertades de las que hoy gozamos y que deben ser defendidas y ampliadas.
No se trata, por otro lado, de extender a López Obrador un cheque en blanco. Ha sido mi tarea y lo seguirá siendo hacer, en los medios, contrapeso al poder.
Ya es hora de que nuestro voto dure más de un día; ya es hora de que valga seis años y sienta su peso el gobierno que a nosotros se debe y solo a nosotros ha de responder.
También por eso, porque ha tenido el valor de proponer la revocación de mandato es que, como lo he escrito en redes sociales, #YovoyxAMLO. Ahora me toca, como un ciudadano más, promover y defender el voto. A eso me pongo.
http://enlaceberodeulises.blogspot.com
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