Diego, la personificación del PAN
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F., 27 de diciembre (apro).- El silencio que Diego Fernández de Cevallos ha guardado sobre la fecha real de su liberación, el 11, no el 20 de diciembre, es elocuente de su verdadera condición: La mentira.
Nadie admite ser tildado de embustero, menos aún cuando recién se ha salido del infierno del secuestro, salvo que esa sea la absoluta verdad.
Y ese es el caso de Fernández de Cevallos, alias El Jefe.
Si su teatral reaparición hace una semana, el lunes 20, concitó toda suerte de dudas --que ya existían desde su secuestro, el 14 de mayo--, el dato de su real liberación, publicado por el diario La Jornada, el jueves 23 de diciembre, con base en información del gobierno de Felipe Calderón, lo termina de desnudar.
De haber sido falsa esa información, que derrumba todo el montaje de su impostado regreso, lo procedente era desmentirla de inmediato y daba oportunidad a que emitiera, por fin, el famoso “comunicado” que prometió sobre detalles de secuestro y aun los agradecimientos que pretendía hacer.
Pero nada.
Fernández de Cevallos confirmó que la virtud no es lo suyo.
En realidad, la deshonestidad no es patrimonio exclusivo de él.
Considerado emblema del PAN, Fernández de Cevallos personifica a lo peor de ese partido.
La mentira.
La hipocresía.
La injusticia.
La corrupción.
La impunidad.
La traición a los valores supremos.
Fernández de Cevallos es, entonces, el rostro del PAN, con toda su prepotencia.
Que nadie se extrañe que lo postulen candidato presidencial…
Apuntes
Cuando, tras el fraude electoral de 2006, el filoso cartonista Helguera dibujó a Jesús Ortega con el pantalón abajo y Calderón tocándole una nalga, mientras decía: “Esta izquierda sí me gusta”, Los Chuchos y sus simpatizantes en los medios se ofendieron. El dibujo no pudo haber sido más certero. Cuando Ortega deje la presidencia del PRD, supuestamente en marzo de 2011, ese partido estará completamente podrido, un proceso de descomposición que se aceleró desde que la facción Nueva Izquierda lo asaltó para entregarlo, completito, a la derecha panista, si buen algunos trozos le fueron vendidos al PRI en varios estados. La entrega sigue en el Estado de México, donde el candidato de la derecha apoyada por el PRD será, si Calderón no decide otra cosa, Luis Felipe Bravo Mena, prominente juramentado de El Yunque… ¡Feliz Año Nuevo!
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
MÉXICO, D.F., 27 de diciembre (apro).- El silencio que Diego Fernández de Cevallos ha guardado sobre la fecha real de su liberación, el 11, no el 20 de diciembre, es elocuente de su verdadera condición: La mentira.
Nadie admite ser tildado de embustero, menos aún cuando recién se ha salido del infierno del secuestro, salvo que esa sea la absoluta verdad.
Y ese es el caso de Fernández de Cevallos, alias El Jefe.
Si su teatral reaparición hace una semana, el lunes 20, concitó toda suerte de dudas --que ya existían desde su secuestro, el 14 de mayo--, el dato de su real liberación, publicado por el diario La Jornada, el jueves 23 de diciembre, con base en información del gobierno de Felipe Calderón, lo termina de desnudar.
De haber sido falsa esa información, que derrumba todo el montaje de su impostado regreso, lo procedente era desmentirla de inmediato y daba oportunidad a que emitiera, por fin, el famoso “comunicado” que prometió sobre detalles de secuestro y aun los agradecimientos que pretendía hacer.
Pero nada.
Fernández de Cevallos confirmó que la virtud no es lo suyo.
En realidad, la deshonestidad no es patrimonio exclusivo de él.
Considerado emblema del PAN, Fernández de Cevallos personifica a lo peor de ese partido.
La mentira.
La hipocresía.
La injusticia.
La corrupción.
La impunidad.
La traición a los valores supremos.
Fernández de Cevallos es, entonces, el rostro del PAN, con toda su prepotencia.
Que nadie se extrañe que lo postulen candidato presidencial…
Apuntes
Cuando, tras el fraude electoral de 2006, el filoso cartonista Helguera dibujó a Jesús Ortega con el pantalón abajo y Calderón tocándole una nalga, mientras decía: “Esta izquierda sí me gusta”, Los Chuchos y sus simpatizantes en los medios se ofendieron. El dibujo no pudo haber sido más certero. Cuando Ortega deje la presidencia del PRD, supuestamente en marzo de 2011, ese partido estará completamente podrido, un proceso de descomposición que se aceleró desde que la facción Nueva Izquierda lo asaltó para entregarlo, completito, a la derecha panista, si buen algunos trozos le fueron vendidos al PRI en varios estados. La entrega sigue en el Estado de México, donde el candidato de la derecha apoyada por el PRD será, si Calderón no decide otra cosa, Luis Felipe Bravo Mena, prominente juramentado de El Yunque… ¡Feliz Año Nuevo!
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